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El ejercito de la bata blanca: Investigación Criminal
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El ejercito de la bata blanca: Investigación Criminal
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El ejercito de la bata blanca: Investigación Criminal

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La criminología es una ciencia moderna de carácter multidisciplinar y trasversal que transmite las herramientas conceptuales necesarias para que se puedan aplicar conocimientos avanzados de Derecho, Psicología, Medicina, Sociología, Genética y Criminología al ámbito práctico y también a la realización de una posible posterior investigación personal más específica que aporte ideas innovadoras a la solución de tales problemas. El aumento del número y sofisticación de los actos de carácter criminal y su impacto han propiciado una creciente propuesta de iniciativas y utilización de recursos en el ámbito de las Ciencias Forenses, existiendo una tendencia a nivel mundial hacia el desarrollo de nuevas estrategias unilaterales y conjuntas que permitan una lucha eficaz contra los actos criminales.
LanguageEspañol
PublisherSelecto
Release dateAug 31, 2021
ISBN9791220841443
El ejercito de la bata blanca: Investigación Criminal

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    El ejercito de la bata blanca - medid Santa

    El ejército de la bata blanca

    Equipo de investigación: Nunca es tarde para iniciarse en el mundo de la investigación criminal

    Índice o sumario del libro

    Introducción. PÁG. 3

    Tema 1. ¿ Es la investigación criminal una actividad que reporta utilidad social ?. PÁG. 25

    Tema 2. Un intruso en la escena del crimen. La evidencia conductual y su relevancia en la investigación policial. PÁG. 52

    Tema 3. Geografía de la delincuencia. Matadero. PÁG. 133

    Tema 4. Grafología versus pericia caligráfica. Falsedad documental. PÁG. 151

    Tema 5. La caza de los asesinos en serie. PÁG. 180

    Tema 6. Los perros al servicio de la Administración Pública. PÁG. 209

    Tema 7. Pintadas urbanas. PÁG. 247

    Tema 8. Huellas : la técnica del rutenio. PÁG. 264

    Tema 9. Detección de la simulación del dolor, fraude laborales. PÁG. 270

    Tema 10. El cine y miniseries de investigación criminal. PÁG. 285

    Tema 11. Cyberinvestigación. PÁG. 296

    Tema 12. ¿Por dónde empezar en caso de presunto fraude?.PÁG. 491

    Tema 13. Bibliografía. PÁG. 535

    Introducción

    El 30 de junio de 1860 apareció en la mansión de Road Hill House ( Inglaterra ) el cadáver del pequeño Francis Savile Kent, de tan sólo cuatro años; degollado y apuñalado en el suelo de la letrina que utilizaba la servidumbre que atendía a la odiada familia Kent.

    Su muerte marcó un punto de inflexión en la Historia del Crimen por dos motivos:

    · Por primera vez, los medios de comunicación no escatimaron esfuerzos a la hora de divulgar los errores de investigación en los que iba incurriendo la policía local, llegando a colarse dentro de Road Hill House y actuando como verdaderos precursores de los actuales paparazzo ;

    · Y, también por primera vez, Scotland Yard envió a Jonathan Jack Whicher – uno de sus primeros detectives, desde que se creó esta división en 1842 – para hacerse cargo del caso, convirtiéndose en el precursor de una forma de ser que marcaría para siempre a la profesión de detective.

    A pesar de sus sospechas, el inspector no pudo demostrar que Constance, de 16 años, y hermanastra del niño, era su asesina. Desacreditado por la prensa, Whicher tuvo que esperar cinco años hasta que la joven confesó el crimen a la madre superiora de un convento de Brighton y, aunque fue juzgada y condenada a muerte, la reina Victoria intervino y conmutó la pena capital por su ingreso en prisión.

    La trascendencia mediática de este crimen influyó notoriamente en la literatura de su época: sir Arthur Conan Doyle se inspiró en el inspector Whicher para crear al detective más famoso de todos los tiempos: Sherlock Holmes; y, posteriormente, también sirvió de modelo a otros

    Pero ¿ existe un mañana ?

    La criminología es una ciencia moderna de carácter multidisciplinar y trasversal que transmite las herramientas conceptuales necesarias para que se puedan aplicar conocimientos avanzados de Derecho, Psicología, Medicina, Sociología, Genética y Criminología al ámbito práctico y también a la realización de una posible posterior investigación personal más específica que aporte ideas innovadoras a la solución de tales problemas. El aumento del número y sofisticación de los actos de carácter criminal y su impacto han propiciado una creciente propuesta de iniciativas y utilización de recursos en el ámbito de las Ciencias Forenses, existiendo una tendencia a nivel mundial hacia el desarrollo de nuevas estrategias unilaterales y conjuntas que permitan una lucha eficaz contra los actos criminales. En la investigación del acto criminal participan científicos forenses, investigadores, profesionales de las fuerzas policiales y servicios de rescate, así como laboratorios forenses privados, de los países implicados, en un intento de cubrir los principales aspectos docentes e investigadores en este ámbito. O dicho de otro modo, en la escena del crimen queda algo del delincuente y éste se lleva algo de la escena. Ahora bien, que no haya indicios físicos, no quiere decir que tengamos que dar carpetazo al asunto porque las vías de investigación se agotan a falta de aquéllos. Si no los hay materiales, podemos recurrir a los psicológicos (acuérdense de la película Seven) y llegar igualmente a una solución satisfactoria.

    El filósofo Ortega y Gasset decía que sólo cabe progresar cuando se piensa en grande; con esa misma estrategia, trato de mirar lejos para poder avanzar e ir mejorando los contenidos.

    A estas alturas de la vida, ya hace tiempo que la Criminología es mayor de edad y que tiene una fuerte personalidad –distinta de otras ciencias– pero es ahora cuando empiezan a despuntar sus propias especialidades.

    Siempre hablamos de las ramas del Derecho (penal, civil, social, mercantil...) o de la Medicina (de la alergología a la urología) pero no debemos olvidar que, en nuestro ámbito de actuación, cualquier fuente de conocimiento se puede analizar desde una perspectiva criminológica.

    Edmond Locard propuso su afamado principio de intercambio: Quiscunque tactus vestigia legat ( Cada contacto deja un rastro) , y a él debemos aferrarnos cuando la persistencia en busca de la milimétrica parte de un indicio que en tercera o cuarta generación, perfectamente engranado en la cadena otros indicios, dé lugar a una evidencia y, de ésta, salga la senda que nos lleve a la prueba inculpatoria. Precisamente, estos mínimos conceptos que hacen grande la Criminalística y su razón de ser, son el ansiado trofeo a disputar por quienes con obstinación la distraen u ocultan, y por quien con afanoso esfuerzo las escrutan entre brozas.

    Un examen de sangre es un análisis de laboratorio realizado en una muestra que puede ser de sangre completa, plasma o suero. Usualmente es extraída de una vena del brazo usando una jeringa , vía pinchazo de dedo, también se puede hacer con sangre arterial.

    La prueba de ADN es hoy posible incluso con cantidades muy pequeñas de sangre: es usada comúnmente en medicina forense , pero ahora también es parte del proceso de diagnóstico de muchos desórdenes.

    La aplicación de la Prueba de ADN, se ha desarrollado fundamentalmente en las siguientes áreas:

    1) En procesos de Filiación, Paternidad y Maternidad.

    2) En Criminalística, con el análisis de vestigios biológicos de interés criminal.

    3) En Identificación de cadáveres y/o restos cadavéricos

    Las pruebas de ADN han pasado a constituir la base de muchas investigaciones judiciales-policiales e históricas, entre las cuales están:

    Determinar la paternidad o maternidad.

    Procedencia de la Humanidad

    El proceso de Análisis del ADN consta de los siguientes pasos

    Extracción: Por medio de cualquier célula que posea núcleo se puede obtener el ADN, ya sea desde una gota de sangre, un pelo o saliva son suficientes. Para procesar dichas muestras, se añaden reactivos que rompen las membranas de las células y liberan el ADN contenido en ellas, limpiándolo de restos como proteínas y otros compuestos orgánicos.

    Amplificación: Una vez seleccionados los fragmentos de ADN que interesan, a través de una técnica llamada Reacción en cadena de la polimerasa (PCR), se multiplican los fragmentos escogidos, obteniendo millones de copias.

    Electroforesis : Por medio de una descarga eléctrica se separan los fragmentos que se han amplificado y con la ayuda de potentes equipos automatizados, se visualizan los resultados en forma de bandas o picos.

    Comparación: Se comparan las secuencias obtenidas en una determinada muestra con la de otra muestra de ADN y se observan las coincidencias para verificar si ambas secuencias pertenecen a la misma persona, corresponden a padre e hijo o no tienen ninguna relación

    El primer caso resuelto gracias al ADN, es el de Timothy Spencer.

    La cadena de custodia es el Procedimiento de control que se emplea para los indicios materiales afines al delito, desde su ubicación, hasta que son valorados por los diferentes funcionarios encargados de su análisis, normalmente peritos, y que tiene como finalidad no viciar el manejo que de ellos se haga, y así evitar la contaminación, alteración, daños, reemplazos, contaminación o destrucción.

    La cadena de custodia debe garantizar que el procedimiento empleado ha sido exitoso, y que la evidencia que se recolectó en la escena, es la misma que se está presentando ante el tribunal, o el analizado en el respectivo dictamen pericial.

    La criminología como ciencia nace al publicarse en 1876 la obra de César Lombroso El delincuente en relación con la Antropología Criminal.

    El pionero en el uso del término modus operandi en el campo policial fue el británico L.W Atcherley.

    Existen algunos antecedentes que han nutrido a la Criminología como Hipócrates que pensaba que todo es producto de la locura, Platón que planteó la existencia de pasiones y alcohol como factores del delito o la necesidad de que se reparan los daños. Descartes o Voltaire atribuían al delito los factores sociales y económicos.

    La Criminología nace del positivismo, es decir, analiza al delincuente ya como producto biológico o social. Pero la Criminología contemporánea analiza al delincuente atendiendo a la desviación social que supone el delito.

    la Criminología tiene una aplicación real y es muy amplia puesto que abarca diferentes perspectivas. A mediados de los años 90, la pequeña ciudad de Castellón ( España ) quedó conmocionada por los crímenes que en sus alrededores se estaban cometiendo. Una ciudad tranquila y acostumbrada a su rutina diaria, los vecinos de Castellón no imaginaban que entre ellos se encontrase alguien que pudiera cometer semejantes atrocidades. Fue con Ferrándiz cuando la figura del criminólogo adoptó un papel importante en España al colaborar directamente con las autoridades mediante la creación de un perfil criminológico para ayudar a esclarecer los hechos. El juez instructor del caso, solicitó a Vicente Garrido ( Criminólogo ) dicho perfil criminológico que estableciera qué tipo de persona estaban buscando.

    Tras aportarle los datos e informes necesarios para llevar a cabo su investigación, Vicente, determinó un perfil del agresor.

    Se hallaron en total cinco víctimas. Entre julio y septiembre de 1995 se encontraron los cuerpos sin vida de Sonia Rubio (licenciada en filología), Natalia Archelós, Mercedes Vélez y Francisca Salas (todas ellas prostitutas). Un año después aproximadamente, en septiembre de 1996, aparecía una nueva víctima, Amelia Sandra. Todas ellas comprendían la edad entre 20 y 25 años.

    Tanto el juez como los investigadores, estaban interesados en saber si los crímenes eran obra de un mismo autor, o sin embargo, de varios. Así como cuales serían los rasgos característicos del supuesto/s agresor/es.

    Vicente Garrido, procedió a averiguar el perfil geográfico basándose en un mapa. Así, al demarcar las diferentes zonas donde se hallaron los cuerpos de las jóvenes, le pareció evidente hallarse frente a la ya conocida hipótesis del círculo.

    Sonia Rubio apareció muerta junto a la antigua carretera N-340, en la demarcación de Benicassim. Natalia, Mercedes y francisca halladas en una zona pantanosa de las afueras de Vila-Real, conocida como Vora Riu (cerca del río). Por último, Amelia Sandra se encontró en una balsa en una zona llamada Pla del Olivar, en la demarcación del pueblo de Onda.

    Así, estas tres zonas diferentes, como se pudo observar en la imagen, todas ellas se encontraban relativamente alejadas de la ciudad de Castellón. Se situaban en los extremos de líneas rectas (radios) a partir del centro.

    Atendiendo a esto, se quedaba reflejada alguna pista que podría dar indicios de la posible residencia del agresor. Todas las jóvenes desaparecieron en verano o en días próximos a la estación estival. Castellón es una ciudad muy pequeña, y durante los meses de verano es habitual que la gente se desplace en coche a las zonas más turísticas, sobre todo los fines de semana, Benicassim, el Grao, etcétera.

    Sería un riesgo matar en la misma ciudad, y más si se dejara el cuerpo a la vista de todos. Por ello, Vicente dedujo que el asesino viviría en la misma ciudad de Castellón. El agresor, se habría desplazado a esos lugares para matar y ocultar posteriormente los cuerpos de sus víctimas. Vicente, dedujo que las prostitutas habrían sido contactadas en lugares habituales fuera de la ciudad.

    Siendo víctimas de alto riesgo, no resultaría difícil subirlas al vehículo. Son presas fáciles para asesinos y violadores. En el caso de Sonia y Amelia, podría haber contactado con ellas en cualquier pub o discoteca de los típicos lugares de encuentro que hay en Castellón.

    Por la victimología, supuso que tanto Sonia como Amelia eran chicas dinámicas, les gustaba salir de noche y pasarlo bien. Si el agresor las conocía, le hubiera resultado relativamente sencillo también para éste introducirlas en el coche para luego ser trasladadas a algún otro sitio. En un contexto de alcohol y noche de verano, tampoco resultaría descabellado pensar que el agresor pudiera haber estado asolas con ellas para luego llevárselas a cualquier otro lugar para matarlas.

    Todas tenían un denominador común: víctimas fácilmente abordables, en ambientes de nocturnidad y ocio, jóvenes e independientes.

    No obstante, para Vicente Garrido fueron el modus operandi y la firma, lo que le disipó toda duda. Según los exámenes forenses examinó como aparecieron los cuerpos de las diferentes víctimas. Sonia aparecía desnuda, amordazada con su ropa interior, ésta sujeta a la boca con cinta de precintar, atada y estrangulada, posiblemente golpeada. La cabeza, estaba cubierta con un cubo de basura, y los zuecos habían sido colocados de un modo particular.

    Natalia y Mercedes aparecieron asfixiadas con una prenda de las propias víctimas. Francisca, apareció atada de pies y manos con sus propias bragas y una bolsa de plástico en la cabeza, también estrangulada.

    Por último, Amelia también apareció atada con sus prendas interiores. La muerte se produce por una sucesión de golpes con un objeto contundente y sumersión previa atadura y pérdida de la conciencia.

    Además, hay otra consideración relevante. Todos los cadáveres, excepto el de Amelia, aparecen desnudos y en zonas cubiertas de agua.

    Por conclusión, el modus operandi, presenta unas similitudes claras: todas mueren estranguladas con sus propias prendas. Sonia y una de las prostitutas tienen la cabeza oculta; este es un elemento expresivo del crimen que no es necesaria para la consumación del crimen, es una firma del agresor.

    La ropa interior aparece dentro de la boca de las víctimas, interpretándolo como una conducta de modus operandi, porque ello ayudaba a controlar a las víctimas, pero también podrían ser conductas propias de la firma del asesino, ya que sin duda es un acto con fuerte contenido emocional y sexual.

    Dentro de la tipología del FBI, Vicente, como parte de su informe, consideró que el agresor podría encuadrarse dentro de la categoría de asesino en serie organizado. Éste, se corresponde con la personalidad típica de un psicópata: alguien que planifica sus crímenes, que ataca a desconocidos, que deja pocas huellas a los investigadores, deja los cuerpos en lugares diferentes de donde las mató, presenta una vida convencional poco sospechosos de encubrir actos de esta naturaleza y no suele practicar actos de extrema violencia o mutilación de cuerpos. La imagen de alguien con una vida rutinaria, de trato fácil, que habría podido contactar de forma fácil con chicas normales como Sonia y Amelia, pero que no dudó en acudir a las prostitutas para saciar las ansias de matar cuando éstas apremiaban.

    El perfil de Joaquín Ferrándiz

    A continuación, se detalla prácticamente íntegro el informe que Vicente Garrido presentó ante el juez y los investigadores.

    En primer lugar, se concluye que las cinco mujeres han sido asesinadas por el mismo autor, calificándose por lo tanto como asesino en serie. Se busca por lo tanto, un varón, que actúa en solitario, y en torno a los 30 años de edad –tal como indican las estadísticas- que vive en la zona de Castellón, probablemente en la misma ciudad, ya que resulta ser el más lógico para asentar la base de operaciones para desplazarse por la zona de oportunidad criminal compuesta por Benicassim, Onda y el área de Vora Ríu.

    Se presume que puede ser un asesino en serie del tipo organizado, tras la evaluación de los escenarios del crimen, donde se ve un homicida metódico y controlado, como ahora que las víctimas son desconocidas, existe una planificación del delito, la selección estricta del tipo de víctima, la conducción hacia el lugar final del crimen, y el cuidado que toma para no dejar indicios sustanciales de la autoría.

    Además, existe un periodo de enfriamiento, que va desde septiembre de 1995 hasta septiembre de 1996, esperando a que la alarma social y la vigilancia policial disminuyeran. Se encuentran cuatro escenas del crimen en el caso de Sonia: 1) el contacto con Sonia cerca del hotel Orange de Benicassim, 2) el punto donde la agrede para someterla y atarla, 3) el lugar donde la mata, 4) el lugar donde abandona el cuerpo.

    Mantener toda esta creencia, llevó a Vicente Garrido, concluir que se trataba de alguien que tenía trabajo, con una cierta cultura, y que vive solo o con alguien de su familia de origen; no se trata de un delincuente común, si bien probablemente tendrá antecedentes por delitos violentos o infracciones graves de tráfico.

    Al menos dos de los asesinatos se produjeron en fines de semana, el de Sonia y el de Amelia Sandra, y junto a lugares nocturnos. De ello, se presume que el homicida actuaba preferentemente en fines de semana, aprovechando el anonimato que proporciona el tumulto. Luego es muy probable que tuviera que trabajar, y que cometer delitos en otros momentos supusiera levantar sospechas en familiares y amigos.

    La ejecución de los crímenes revela un control férreo del escenario, de modo tal que se plantea la hipótesis de una personalidad psicopática. Alguien que manifiesta una violencia expresiva e instrumental muy consistente, con mucha probabilidad sabrá mantener la violencia en un nivel bajo en su vida ordinaria. La psicopatía viene avalada, además, por la capacidad de asesinar impunemente sin que afecte al normal desenvolvimiento de su vida, al menos de forma aparente.

    Por otra parte, el propio proceso serial, indicaba, además de no dejar huellas en el escenario del crimen, la voluntad de seguir matando. Garrido, dejó constar la posible sustentación en la búsqueda del dominio, de una sensación de omnipotencia, tan buscada por los psicópatas. Y que, aunque aparentemente pueda parecer normal, habrá tenido dificultades en la vida para alcanzar relaciones plenas con los demás, lo que avala la idea de que no estará casado. Habrá un móvil sexual, pero no en un acto concreto de violación, sino que la experiencia sexual se centra en un dominio supremo que proporciona la sensación de matar.

    Finalmente, destacar que el perfil incluyó a una sexta mujer que también se halló muerta, otra prostituta, pero que Ferrándiz nunca reconoció ese crimen y no pudo tampoco serle imputado.

    ¿Era Joaquín Ferrándiz tal y como lo describió Vicente Garrido en su perfil criminológico? Sí, según los investigadores que repasaron el expediente de Joaquín, se ajustaba a él en cada detalle.

    Joaquín vivía con su madre en Castellón, empleado de una agencia de seguros, tiene 32 años de edad cuando comete los cuatro primeros asesinatos, y tiene antecedentes penales por un delito de violación ocurrido en 1989 y por el que estuvo cinco años preso, aunque siempre reclamó su inocencia (que atrapado por los asesinatos, reconoció la violación).

    Cuando es capturado, mucha gente protesta y no cree que Ximo haya podido cometer semejante hecho, ya que nunca dio problemas, ni pecó de haragán, ni se le conocía vicio alguno.

    Tuvo varias novias y siempre muy reflexivo. Escribía un diario donde anotaba sus impresiones. No era un fracasado escolar. Huérfano de padre desde corta edad, fue criado con amor junto con sus hermanos.Cuando Ferrándiz salió de la cárcel en mayo del 95, dos o tres meses después comenzaron los asesinatos.

    El crimen de Sonia es el que vinculaba con mayor nitidez la agresión sexual y los homicidios. Aparece también, en el caso de Sonia, el deseo de sorprender, al colocarle debidamente los zuecos, la cabeza cubierta… Una expresión de poder y domino y la embriaguez de poseer el don de la vida y de la muerte.

    La comisión de los asesinatos era su forma de responder a la humillación sufrida en la prisión. La psicopatía ha explotado, es su forma de entender su lección: a partir de ahora, la víctima deberá ser sacrificada.

    Es vigilado por la UCO las 24 horas, y cuando se comprueba que está intentando volver a matar, se le detiene y se registra la casa. Cuando lo hacen, hallan un trozo de cuerda idéntica a la que se encontró en el cadáver de Sonia Rubio. Ferrándiz lo confiesa, el haberla matado, pero no quiere reconocer que también había sido autor de las muertes de las otras cuatro jóvenes.

    Conversaciones con Ferrándiz

    Cuando Vicente Garrido procedió a entrevistar a Joaquín Ferrándiz, concluyó que efectivamente se trataba de un hombre muy amable, que miraba directamente a los ojos, con expresiones cuidadas, sin una palabra más alta que la otra, siempre dispuesto a conversar y colaborar.

    Al principio no recordaba si había matado o no a las otras, de modo que Garrido le propuso un ejercicio terapéutico para finalmente descubrir que, en efecto, era él quien había cometido esos asesinatos.

    Vicente interpreto, que el hecho de no querer recordarlo era básicamente porque él mismo no quería tener una impresión de ser un criminal despiadado. Esa angustia también puede ser sentida por un psicópata, en menor medida que cualquier otra persona sin este trastorno. Busca convencerse a si mismo y buscar una salida lógica al problema y negar las evidencias, que más tarde o temprano sabe que saldrán a la luz.

    Ferrándiz, poco a poco fue reconociendo su autoría en los crímenes, primero el de las prostitutas y finalmente el de Amelia.

    En base a la entrevista que realizó Vicente Garrido, Joaquín, afirmaba hechos como que los crímenes fueron sexuales, Eran mujeres, y quería hacerles daño, entonces de algún modo me satisfacía hacerlo…, *necesitaba demostrar que las odiaba, que tenían que pagar la culpa…

    Es la creencia de muchas personas que es necesario ser un master o técnico en alguna materia para descubrir fraudes, timos o engaños y nada más lejos de la realidad. El derecho de la alimentación, desde sus orígenes, ha evolucionado en función de los conocimientos cotidianos, de las experiencias personales y de las ideas imperantes. En muchas ocasiones, las cuestiones de higiene alimentaria estuvieron supeditadas a profundas creencias religiosas convertidas en ley.

    A lo largo de la historia, las diferentes autoridades se han preocupado, principalmente, de las adulteraciones y fraudes alimentarios. La necesidad de proteger a los ciudadanos de los perjuicios derivados de estas conductas no es una invención de la sociedad moderna. El Código Babilónico de Hammurabi ya sancionaba, hace unos 4.000 años, las adulteraciones alimentarias.

    La salud del simple consumidor no era tomada en cuenta más que en caso de riesgo de toxicidad aguda. Con el tiempo, y ya desde el siglo XIV, las diferentes corporaciones que se fueron constituyendo a lo largo de la historia se fijaron a sí mismas reglas aplicables a los productos elaborados por sus miembros.

    A finales del siglo XVII se prohibieron las denominadas prácticas fraudulentas, instaurándose toda una serie de controles sobre los productos. Con el discurrir de los años, y ya a finales del siglo XVIII, considerado como los inicios de la ciencia moderna, surge un sentimiento colectivo a nivel de los Estados que determina el diseño y el desarrollo de un amplio sistema de defensa social que también incluye el ámbito alimentario.

    En esos momentos las reglamentaciones eran cada vez más precisas y estaban preocupadas por el control alimentario. Ello determina la necesidad de dotarse de medios jurídicos eficaces para su aplicación. Y es que a finales del siglo XVIII, los modernos postulados que debían tenerse en cuenta por las normas de protección para el ciudadano eran, entre otros, la prevención y la seguridad. En ese momento se inició una nueva etapa.

    A pesar de sus antecedentes históricos, no cabe duda de que el derecho alimentario es un derecho reciente, moderno, que ha evolucionado rápidamente para adaptarse a los nuevos conocimientos de las ciencias, a la expansión de los mercados, a los cambios demográficos y a las nuevas expectativas del consumidor actual.

    El contexto en el que debe aplicarse el derecho alimentario y, más concretamente la seguridad alimentaria, está presidido por la globalización económica, la circulación y el consumo de los más variados productos, y la mundialización del mercado alimentario; así como el cambio de hábitos y de necesidades por parte del consumidor, la introducción de nuevos alimentos y productos alimentarios y la industrialización-tecnificación del proceso productivo alimentario.

    El derecho alimentario ha sido hasta la fecha un derecho muy normativo que ha regulado todas las fases de la producción alimentaria, desde la actividad primaria, pasando por toda la cadena alimentaria, hasta la puesta a disposición del alimento al consumidor final.

    A pesar de los avances tecnológicos, científicos, jurídicos y formativos desarrollados durante el siglo XX en el ámbito alimentario, siguen produciéndose cierto número de intoxicaciones alimentarias, así como de conductas fraudulentas que pueden atentar contra la salud de los consumidores.

    Según los datos aportados por un estudio no muy antiguo riguroso, realizado por la Agencia Francesa de Seguridad Alimentaria, en colaboración con un grupo de expertos de un instituto privado de investigadores, y que se ha dado a conocer , concluyen que en Francia se producen anualmente entre 240.000 y 270.000 intoxicaciones alimentarias. Además destaca que el número de fallecidos por estas intoxicaciones está entre las 228 y las 691 personas al año, en especial, ancianos, niños y personas con el sistema inmunológico debilitado.

    El consumidor está cada vez más alejado de la selección y preparación de los alimentos, por lo que depende para su abastecimiento de la compleja industria agroalimentaria. Una situación que en determinadas circunstancias ha conllevado una cierta desconfianza del público consumidor que se ha extendido no sólo hacia aquellos sujetos que intervienen en toda la cadena alimentaria, sino también hacia los poderes públicos, encargados de controlar que los alimentos sean seguros. La cuestión más preocupante no es otra que la aparición de nuevos riesgos, aún poco conocidos para la ciencia, y que como en el caso de las vacas locas tienen un período de incubación de hasta 30 años, cuya naturaleza los hacen incompatibles con cualquier protección legal actual.

    En España existen cuerpos policiales que se han especializado en la lucha contra el fraude alimentario. El SEPRONA (Servicio de Protección de la Naturaleza), dependiente de la Dirección General de la Guardia Civil, ha actuado contundentemente en el ámbito de las leyes sanitarias, y en campos relacionados con la alimentación humana, alimentación animal y uso de plaguicidas. La actividad de este servicio especial es intensa, según acreditan sus informes.

    El dicho que no te den gato por liebre podría resumir una de las preocupaciones más recurrentes tanto para el consumidor como para las administraciones, pero también para los fabricantes y productores del sector alimentario, que deben ser muy estrictos cuando verifican la pureza de las materias primas que utilizan. Además de constituir un fraude económico, las adulteraciones suponen un grave riesgo para la salud de los consumidores, dado que el alimento puede contener sustancias nocivas o generarlas al comportarse de manera inesperada. También los elementos alergénicos no declarados en un alimento adulterado ponen en peligro al consumidor sensible.

    Por todas estas razones, la detección de adulteraciones en todos los niveles de la cadena es uno de los ámbitos en los que la seguridad alimentaria está siempre alerta y trabaja de manera activa. Uno de los alimentos adulterados con mayor frecuencia ha sido el aceite de oliva. Su elevado precio provoca que, en ocasiones, pueda someterse a mezclas con otros aceites, como el de semilla, no permitidas de forma legal y que abaratan su coste, pero con posibles consecuencias negativas para la salud. Además de que sus peculiaridades sensoriales se alterarían en la mezcla, los diferentes aceites se comportan de manera distinta frente a los tratamientos térmicos, en función de su origen. También son posibles reacciones alérgicas provocadas por sustancias no declaradas en el alimento. Es el caso del aceite de soja, potencialmente alergénico para determinadas personas.

    Un grupo de investigación de la Universidad de Alcalá, en Madrid, ha desarrollado un procedimiento analítico por electroforesis capilar, una técnica de separación basada en la diferente relación masa/carga de las moléculas, que propone por primera vez una betaína como marcador de adulteraciones en aceites de oliva con aceites de semillas. Según explican sus responsables, las betaínas son compuestos minoritarios del aceite mientras que, de forma tradicional, los procedimientos de detección se han estudiado con grupos de compuestos mayoritarios, como ácidos grasos, lípidos o esteroles.

    Por su parte, el Departamento de Ingeniería Química de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Complutense de Madrid ha desarrollado sendos métodos para detectar la adulteración del aceite de oliva virgen extra con otros aceites vegetales de calidad más baja, como aceite de girasol, maíz, refinado de oliva y orujo.

    En España tuvo lugar uno de los casos más trágicos de adulteración en el sector oleícola mundial, el conocido como síndrome del aceite tóxico o síndrome del aceite de colza, que causó más de mil muertos y afectó a miles de personas. Años después, todavía se sufren sus fatales consecuencias. Destaca un aspecto: hubo un antes y un después en el campo de la seguridad alimentaria. A partir de ese momento, se tomó conciencia del verdadero potencial de la toxicidad de los alimentos en la salud pública y se empezaron a emplear los medios necesarios, tanto económicos como humanos, para evitar en el futuro cualquier situación similar. Hoy en día, los aceites son uno de los alimentos más controlados en cuanto a su calidad y pureza.

    El desarrollo de técnicas basadas en el ADN es uno de los ejemplos de cómo ha evolucionado la tecnología al servicio de la prevención del fraude alimentario. En el Reino Unido, la Food Standard Agency (FSA) se llevo a cabo un programa de autenticidad sobre el etiquetado de los alimentos para que sea exacto y no se produzcan engaños.

    La Food Standards Agency (FSA, en sus siglas inglesas) tiene un objetivo primario en referencia al control del fraude alimentario. Los consumidores deben tener acceso a una información clara y exacta, de manera que puedan escoger los alimentos que compran. La agencia persigue además mejoras no sólo en el ámbito nacional sino también internacional para asegurar que el etiquetado sea fácil de entender. Todos estos objetivos se impulsan a través de cambios en la legislación o estándares que se fijan con los fabricantes. La autenticidad del alimento es un término que se refiere a que el alimento cumple con la descripción que lleva acompañada.

    El término 'descripción' se usa en los envases de los alimentos, y en ella se añade información como el nombre del alimento (si se trata de chocolate, miel, zumos de fruta, bebidas alcohólicas o nombres de los pescados, entre otros); descripciones calificativas como el origen geográfico de los alimentos, que en algunos casos se usa como calificación de la calidad; ingredientes; declaraciones nutricionales o tratamientos a los que ha sido sometido un alimento.

    Un proyecto científico escolar realizado por dos alumnos de Nueva York ha puesto de manifiesto el nivel de fraude en la industria alimentaria de Estados Unidos. El trabajo ha consistido en identificar diversas muestras biológicas recogidas en sus viviendas y el entorno para analizar el ADN de éstas, es decir, su material genético. Además de descubrir que están rodeados de una multitud de animales y plantas diferentes, la sorpresa ha sido que la sexta parte de los alimentos analizados no se corresponden con el componente indicado en la etiqueta. Han detectado queso de oveja elaborado con leche de vaca o caviar con huevas de pez común de río. En todos los casos, el alimento sustituto del original es más barato y fácil de conseguir que el especificado de forma legal en el producto.

    En el citado estudio se analizaron animales, plantas y alimentos, que se enviaron a la Universidad Rockefeller y al Museo de Historia Natural, colaboradores del proyecto. Allí descifraron el gen (unidad de almacenamiento de información genética) que contiene el código de barras y se obtuvo una cadena de 650 letras, que es la huella dactilar única de su especie. Este código de barras genético exclusivo de cada animal o planta se comparó con una base de datos de miles de especies para identificar las muestras de manera inequívoca.

    Los fraudes alimentarios constituyen un grave delito contra la salud pública. Por ello se persiguen y la ley los castiga. A pesar de los avances tecnológicos, científicos, jurídicos y formativos ocurridos durante el último siglo en el ámbito alimentario, todavía se detectan ciertas conductas fraudulentas en el sector. Estas prácticas van desde el uso de informaciones engañosas en el etiquetado, que no se corresponde con las características del producto (el más común), hasta la sustitución de ingredientes por otros de peor calidad o de otra naturaleza -en su mayoría, más barata- y, en el peor de los casos, por un ingrediente cuya comercialización no está permitida y es nocivo para la salud.

    El desarrollo de técnicas basadas en el ADN demuestra la evolución de la tecnología al servicio de la prevención del fraude alimentario. Expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han desarrollado nuevas técnicas de identificación y cuantificación de especies de pescado que ayudarán a prevenirlo, mejorarán la protección de los intereses de los consumidores y permitirán una verificación más fiable del etiquetado de los productos derivados de la pesca. Las nuevas técnicas se basan en el análisis de las secuencias de ciertos fragmentos de ADN y permiten un control detallado y preciso.

    El mercado del pescado ha pasado de una oferta limitada en el número de especies, en general conocidas, a una oferta globalizada, caracterizada por el incremento de las especies disponibles para el consumidor, tanto frescas como procesadas. El desarrollo de una normativa legal nacional y comunitaria cada vez más exigente con la rotulación de los productos derivados de la pesca también ha influido en esta línea de investigación.

    Las medidas contra el fraude alimentario necesitan medios humanos y técnicos más eficaces, acciones legales más contundentes y mayor información y formación por parte de los consumidores. El objetivo es denunciar cualquier irregularidad sobre la comercialización de alimentos que afecte a sus derechos básicos, teniendo en cuenta que el asunto puede tener efectos para la salud si la elección se hace por razones nutritivas, y realiza un consumo continuado fundamentado en unas supuestas propiedades de las que carece.

    El primer estudio de ADN del 'arroz basmati' vendido en el Reino Unido, y realizado por la Food Standards Agency (FSA) en 2002, llegó a una sorprendente conclusión: sólo el 54% de los envases etiquetados como 'arroz basmati' contenía verdaderamente dicho producto, una especie cultivada en torno a las llanuras del Ganges en el norte de la India y el Pakistán oriental. Con respecto a las otras muestras podía comprobarse que habían sido mezcladas con algunas variedades de calidad inferior en más de un 60%. El fraude a los consumidores con respecto a este producto fue cifrado por un funcionario de la FSA, y para todo un año, en unos cinco millones de libras.

    La cuestión del fraude alimentario en el Reino Unido, tal y como pudo comprobarse, no afectaba sólo al arroz, sino a múltiples alimentos, entre ellos el whisky, la ginebra, el zumo de frutas, el queso, la carne, el pescado, el café, entre otros muchos, y el método utilizado era envasar el producto aparentemente de mayor calidad con marcas o calidades inferiores a las publicitadas.

    En otras ocasiones la defraudación afectaba a grupos de alimentos que presentaban una mayor demanda, como los alimentos ecológicos, generalmente de mayor precio en el mercado. El principal perjuicio para el consumidor era de carácter económico, pues pagaba por un alimento de inferior calidad mucho más de su valor real. Sin embargo, el asunto puede tener trascendencia para la salud y la seguridad del consumidor si la elección del producto se hace por razones saludables o nutritivas, y realiza un consumo continuado fundamentado en unas supuestas propiedades de las que carece.

    La cuestión del fraude alimentario afecta también al ámbito religioso, cuyos fieles tienen sus propias expectativas de consumo respecto a los alimentos que ingieren y a las características que deben de cumplimentar para obedecer a sus normas religiosas. Uno de los antecedentes lo localizamos en la ley antifraude de la comida 'kosher' en Nueva York. En 1915 fue promulgada en esta ciudad la primera ley antifraude de comida 'kosher' en respuesta a las inquietudes de la creciente comunidad judía ortodoxa en esta zona, con una población de cerca de 1,7 millones de habitantes, lo que la sitúa en el segundo mayor productor de alimentos kosher después de Israel.

    Esta norma constituyó un intento de poner orden en esta creciente industria y proteger a los consumidores que pretenden acceder a este tipo de alimentación permitida por su religión. Además fue modelo para otros 19 estados. La ley creó requisitos de etiquetado, un sistema de inspecciones para los productos kosher vendidos en mercados y estableció un sistema de sanciones por la venta fraudulenta. El primer asunto por fraude de alimentación 'kosher' tuvo lugar en 1916, cuando el propietario de una tienda neoyorquina fue declarado culpable de fraude kosher, que alegó que la norma era inconstitucional.

    El asunto de la inconstitucionalidad de la ley con el tiempo ha llegado a los tribunales, y los jueces, en algunas resoluciones, han revocado la totalidad de la norma antifraude kosher con una única excepción, aquélla que obliga a los comerciantes de comida 'kosher' a revelar la autoridad rabina que certifica sus productos como tales.

    COMIDA 'HALAL'

    La necesidad de revelar la autoridad rabina «certificadora» de un alimento como 'kosher' no ha supuesto un interés exclusivo para la población judía, cuyos consumidores representan menos del treinta por ciento de los consumidores de comida kosher. La necesidad de poder identificar al producto como 'kosher' y la autoridad rabínica que así lo ha declarado afecta actualmente a musulmanes, que muchas veces se ven privados de comida 'halal', y a otras poblaciones con similares necesidades religiosas, a personas con ciertas restricciones dietéticas especiales y a otros que prefieren este tipo de alimentación como símbolo de pureza.

    Esta población está considerada como especialmente vulnerable al fraude alimentario. Por ello, en 2003 fue preparada una revisión de la ley antifraude 'kosher', mediante una propuesta legislativa de emergencia para satisfacer las expectativas razonables de las personas que eligen libremente consumir estos alimentos. La cuestión básica es ofrecer la mayor información posible sobre la declaración 'kosher' de los alimentos puestos en el mercado, y evitar el fraude, y que la elección del consumidor final sea adecuada a sus legítimas expectativas sobre las características del producto que consume.

    Otros estados, como Minnesota y Nueva Jersey, aprobaron leyes que prohíben la venta fraudulenta de los alimentos 'halal', y otras, como las de California, Illinois y Michigan, consideran delito menor el etiquetado fraudulento de alimentos 'halal.

    Desde hace años, la alimentación animal se ha convertido en uno de los ejes de atención de la seguridad alimentaria. Tanto la producción como la manipulación de los alimentos y piensos que se suministran a los animales impacta, de forma directa, sobre la salud del ganado y, por tanto, en la calidad de la carne, la leche y otros productos. Fruto de la necesidad de asegurar que esta alimentación cuenta con las máximas garantías de seguridad, se inicio en 2011 en la Unión Europea una investigación destinada a mejorar la calidad de la alimentación animal, a identificar los riesgos en la cadena alimentaria y a evitar fraudes alimentarios. Con el nombre de QSAFFE, expertos de toda Europa se han unido,

    La alimentación del ganado depende de factores como la especie y edad de los animales, el tipo de alimento producido (carne, leche o huevos), el valor nutritivo de los alimentos y los distintos factores geográficos, como el suelo y el clima, además de los forrajes utilizados, como heno, paja, aceites y cereales. El trabajo desarrollado por el Codex Alimentarius en el ámbito de la alimentación animal ha ayudado también a comprender el impacto de la seguridad de los piensos animales en la salud pública y ha facilitado la aplicación de medidas para prevenir y controlar los riesgos.

    En los últimos años, la introducción del concepto de cadena alimentaria ha servido para poner de relieve la importancia de la seguridad de los piensos. Este concepto abarca todas las etapas, desde la producción primaria hasta el consumo final. En ella se incluyen productores de piensos, procesadores, agricultores, pescadores, trabajadores de mataderos y distribuidores, entre otros.

    Desde la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) también se han aportado normas, directrices y recomendaciones sobre el riesgo de los piensos animales, entre los que se incluyen microorganismos como el virus de Newcastle o la salmonella. Según la organización, la alimentación animal es una vía para la introducción de microorganismos no deseados. Cada riesgo se asocia a distintas fuentes y vías de contaminación. La gestión del riesgo debe basarse en el conocimiento de cada una de estas propiedades. Los peligros se pueden introducir durante la manipulación, el almacenamiento o el transporte, tanto de forma accidental como deliberada (fraude o bioterrorismo).

    Hay muchos ejemplos de la estrecha relación entre la seguridad de los piensos y los alimentos que se consumen. Uno de ellos fue la prohibición de las harinas cárnicas para la alimentación de ganado bovino en 2001, cuando se relacionaron con la propagación de la encefalopatía espongiforme bovina (EEB). Años más tarde, en 2008, se detectaba en piensos destinados a la alimentación animal mercurio, cuya fuente estaba en la harina de pescado utilizada para fabricar piensos, aunque se constató que los niveles estaban por debajo de los máximos establecidos por la UE.

    La evolución de las cuestiones en materia de alimentación animal ha permitido perfeccionar aspectos como el impacto sobre la seguridad alimentaria del uso de antimicrobianos en los animales y la detección de sustancias indeseables, como melamina, PCB, dioxinas u organismos modificados genéticamente (OMG).

    Una wiki especializada en seguridad alimentaria permite realizar consultas en torno a los términos más utilizados en este campo. La WikiElika, nombre que ha recibido la nueva wiki, nació como una herramienta de consulta para el consumidor, que puede encontrar en ella los términos más recurrentes en materia de seguridad alimentaria, cualquiera que sea su necesidad. La WikiElika es el resultado de organizar la gran cantidad de información recogida durante los más de 10 años de funcionamiento de la fundación vasca Elika. Uno de los objetivos de esta nueva herramienta es crear un lugar que proporcione información fiable, clara y accesible sobre seguridad alimentaria, así como saber actuar en casos de comunicación del riesgo.

    Una wiki especializada en seguridad alimentaria permite realizar consultas en torno a los términos más utilizados en este campo.

    La WikiElika, nombre que ha recibido la nueva wiki, nació como una herramienta de consulta para el consumidor, que puede encontrar en ella los términos más recurrentes en materia de seguridad alimentaria, cualquiera que sea su necesidad. La WikiElika es el resultado de organizar la gran cantidad de información recogida durante los más de 10 años de funcionamiento de la fundación vasca Elika. Uno de los objetivos de esta nueva herramienta es crear un lugar que proporcione información fiable, clara y accesible sobre seguridad alimentaria, así como saber actuar en casos de comunicación del riesgo.

    La nueva wiki cuenta con alrededor de 250 términos, en castellano y en euskera, relacionados con la seguridad alimentaria y distribuidos en otras tantas páginas a las que se accede al navegar a través de un glosario ordenado de la A a la Z. Para búsquedas puntuales, solo hay que introducir el término preciso en la parte superior y pulsar Buscar. Si el término no se encuentra entre las entradas, puede utilizarse el apartado Sugiérenos en el que, tras rellenar un formulario de contacto, se puede solicitar la inclusión del nuevo término. También a través de esta vía pueden sugerirse correcciones sobre los artículos ya incluidos. Los términos están clasificados según su naturaleza en diferentes categorías:

    Aditivos alimentarios.

    Alergias e intolerancias.

    Análisis de riesgos.

    Calidad diferenciada.

    Riesgos biológicos

    Riesgos químicos.

    Otros riesgos.

    Seguridad alimentaria.

    .

    En ocasiones es difícil determinar el agente causante de una intoxicación alimentaria. Pero esto no es un obstáculo para que, en caso de daños a la salud, un Tribunal pueda condenar a un productor, distribuidor o comerciante por la puesta en circulación de un producto contaminado o en mal estado. La responsabilidad no sólo tiene su fundamento en la certeza del agente causante sino también en la probabilidad de que éste lo sea.

    Este apartado es el análisis de una sentencia de la Audiencia Provincial de Palencia en la que se demuestra claramente cómo un caso de intoxicación alimentaria, en este caso por consumo de ostras, se ha resuelto en base a la probabilidad del agente causante. La obligación de asegurar que las ostras son inocuas para el consumidor se erige en una obligación principal de los responsables del centro comercial, máxime si tenemos en cuenta que es de conocimiento público que pueden provocar intoxicaciones muy graves si están contaminadas.

    La reacción o susceptibilidad individual del consumidor afectado no exime de responsabilidad a quien las comercializa, más aún si tenemos en cuenta que adquiere unos alimentos que suponía en buenas condiciones, de un conocido establecimiento, y no había presentado nunca una reacción adversa a los mismos. La confianza del consumidor respecto al producto era total. Las consecuencias, totalmente inesperadas.

    El 18 de enero de 1997, un cliente habitual de un centro comercial de Palencia adquirió, para consumo familiar, un total de seis ostras. Éstas provenían de una partida de 5 kilos adquirida por el citado centro comercial a su proveedor. Las ostras fueron consumidas ese mismo día por algunos miembros de la familia, que sufrieron los que las consumieron, el matrimonio y uno de sus hijos, los efectos típicos de una intoxicación alimentaria. La mujer y uno de los hijos resultaron afectados de carácter leve, y el marido falleció.

    A fin de conocer las circunstancias que rodearon su muerte, un juzgado penal abrió diligencias previas contra los responsables del supermercado. El médico forense no pudo confirmar el diagnóstico etiológico, es decir, el germen o agente causante de la muerte. La investigación judicial y, con ella el procedimiento penal, concluyó el 22 de enero 1998, dictándose Auto de Sobreseimiento Provisional.

    El procedimiento penal no prosperó porque los elementos para fundamentar una exigencia de responsabilidad penal resultaron ser insuficientes, dado que ni siquiera se pudo determinar médicamente el agente causante de la muerte de la víctima.

    La única vía que les quedaba a los familiares de la víctima era interponer una demanda civil para poder conseguir una indemnización por daños y perjuicios. En el ámbito civil se puede prescindir incluso de la culpa en la causación de un daño para fundamentar una condena. Máxime si tenemos en cuenta que se trata de productos alimenticios servidos a los consumidores y, como tales, gozan de una protección especial, según se dispone en la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios.

    La demanda civil en reclamación de daños y perjuicios fue conocida por un Juzgado de 1ª Instancia de la provincia de Palencia. A principios de 1999 se dictó Sentencia por la que se resolvió condenar al supermercado a pagar una indemnización de 15 millones de pesetas, que debía repartirse por mitades entre la viuda y los hijos de la víctima. La indemnización se redujo a la mitad por considerar que la reacción del marido fue debida a una susceptibilidad individual que se hubiera dado incluso si hubieran estado las ostras en buenas condiciones.

    Sin embargo, la Sentencia no contentó a ninguna de las partes, y por eso fue recurrida ante la Audiencia Provincial de Palencia. La parte condenada solicitaba la revocación de la misma por entender que no se daban los requisitos necesarios para su condena al no existir relación de causalidad entre la ingesta de ostras y la muerte del consumidor; y la familia de la víctima porque entendían que la indemnización concedida era insuficiente para paliar los daños y perjuicios padecidos. La familia solicitaba una indemnización de 40 millones de pesetas

    A finales de 1999 la Audiencia Provincial de Palencia revocó la Sentencia del Juzgado de 1ª Instancia de Palencia, estimando en parte el recurso de la familia y elevando la indemnización a 30 millones de pesetas, con la misma fórmula de reparto por mitades para la viuda y los hijos. La Audiencia Provincial entendió que la susceptibilidad o reacción individual que tuvo la víctima no puede ser causa suficiente para reducir la indemnización de daños y perjuicios, pues ninguna culpa es imputable a la víctima que adquirió, en un conocido establecimiento, unos alimentos que suponía en buenas condiciones y que ya había consumido con anterioridad con total normalidad.

    La cuestión, a priori, parecía compleja, pues se carecía de certeza sobre el agente causante de la muerte y, por tanto, no resultaba evidente que las ostras en mal estado fueran las causantes de tan fatal resultado. El Tribunal argumenta que en estos casos la relación de causalidad (agente causante y resultado de muerte) puede quedar acreditada con criterios simple probabilidad.

    En el presente caso resultó más que probable que las ostras fueran las culpables de la intoxicación alimentaria, pues tan sólo resultaron intoxicados aquellos miembros de la familia que las consumieron. Además, también resultaron descartados otros alimentos como posibles causantes de la intoxicación. Al supermercado no le resultaron favorables para su defensa las argumentaciones de que si la partida de ostras hubiera estado en mal estado hubieran recibido otras reclamaciones. Los únicos alimentos sospechosos resultaron ser las ostras. Y la condena se impone ante la falta de otras teorías, ni siquiera indiciarias, sobre la muerte de la víctima.

    El supermercado condenado se queja de que ha estado sometido a una especie de prueba diabólica, pero se le recuerda que bien pudo aportar al procedimiento, si existían, los controles sanitarios a que hubiera podido someter las ostras en cuestión, alimento que es de conocimiento público que puede provocar graves intoxicaciones si está contaminado, circunstancia no advertible si no es después de una rigurosa inspección sanitaria; (...)

    Tema 1. ¿Es la investigación criminal una actividad que reporta utilidad social ?

    Ante todo indicar al lector que éste no es un libro/manual que estudie el aspecto legal la investigación criminal, sino que su objetivo está encaminado a que de un forma totalmente práctica se inicie en la ciencia llamada criminología y/o criminalística, tratando de estudiar el método técnico científico de los mismos; sin dejar de lado el rigor teórico que debe tener todo libro dirigido a profesionales especializados en un campo, en este caso la ciencia forense.

    Los profesionales de la investigación criminal deben exigirse a sí mismos tanta o más eficacia que la propia Sociedad practica y necesita, y por ello es necesario, el conocimiento de los diversos procedimientos investigativos, unos calificables de tradicionales y otros de vanguardistas.

    El contenido de este libro consideramos que es de gran importancia para los profesionales de la investigación pública o privada y para cualquiera que intervenga, utilice, analice o partícipe en el campo de la ciencia forense, desde el perito judicial, al director de una agencia de periodismo de investigación o al escritor criminólogo . Ésta especialmente indicado a aquellas personas que deseen adquirir unos conocimientos sólidos desde un punto de vista particular o bien vinculados a una Administración de Justicia.

    Para el buen seguimiento del libro no es necesario de conocimientos avanzados de ciencias forenses.

    Si partimos de una definición oficial de Criminalística que reúna todos los ingredientes que, de una manera u otra, coadyuven en darle forma y concretarla a su nivel máximo, nos encontraremos con que –tras su análisis profundo para quien la vivimos desde dentro y a diario– resulta, cuanto menos, apasionante. La definición que parece más redonda sería la siguiente:

    La Criminalística es una parte de la Criminología que –considerada como ciencia– estudia sistemáticamente las huellas, rastros e indicios del delito, dejados por el culpable o culpables y, mediante técnicas científicas de toda índole –médicas, biológicas, químicas, físicas, etc. – trata de identificar al autor/es del delito.

    Ahí es nada porque, básicamente es eso: tocar el mayor número de frentes, hacer hermandad de un objetivo tan laborioso como es descubrir al/los autor/es de un delito y, para ello, todos –policías, médicos Forenses, químicos, biólogos, informáticos, peritos y especialistas de lo inimaginable– tienen que ir de la mano en tan loable propósito. De ahí que lo multidisciplinar de esta Ciencia sea el concepto que mejor la define, si el

    propósito es probar la autoría de quien se aparta de la norma infringiéndola.

    Ocurre que, a veces, Criminalística, Criminología, Policía Científica, Técnica Policial, CSI, etc., parecen conceptos similares, cuando no iguales. Pues no del todo. Y para entenderlo lo mejor sería recurrir al sabio refrán de cada uno en su casa y Dios en la de todos. Y es que por ahí van los tiros. Todos tienen como telón de fondo el delito, sólo que cada uno interpreta su papel en un tablado donde cada escena tiene como común denominador la pasión por conseguir la prueba inculpatoria.

    Desde un punto de vista jurídico, psicológico y sociológico, en el grado de Criminología se estudia el fenómeno de la criminalidad. El estudiante de Criminología aborda, con este carácter multidisciplinar, las modernas teorías y los métodos criminológicos; adquiere conocimientos en materia de prevención, tratamiento y rehabilitación del delincuente y estudia los aspectos jurídico-penales imprescindibles para cualquier intervención criminológica, así como las principales técnicas de investigación forense.

    Conocida ya la definición de Criminalística, vamos a ver una definición en sentido amplio de lo que entendemos por Policía Científica. Se podría definir como el conjunto de técnicas y fundamentos científicos aplicados por la Policía en el desarrollo de su actividad. Si profundizamos en esta definición genérica podemos llegar a una más estricta cuando refiere que (…) se nutre de los conocimientos proporcionados por otras ciencias como la Antropometría, la Medicina Legal, la Física, la Química, la Biología, etc.

    ¿Quiere esto decir que la Policía Científica es una mera asociación de conocimientos? Pues sí, si tenemos en cuenta que –y aquí entra el otro concepto al que antes nos referíamos de Técnica Policial– que todos estos conocimientos los aplica con un método y criterio propio, elaborando procedimientos específicos que consigue con la Técnica Policial. Como vemos, los tres (Criminalística, Policía Científica y Técnica Policial) son conceptos hermanados, pero no iguales, y así queda de manifiesto si para concluir este apartado rubricamos con que el objetivo de la Policía Científica es la Criminalística a través de la Técnica Policial.

    El espectacular desarrollo de las ciencias informáticas puede permitir que la Criminología llegue a operar a modo de una central de información cuyos datos se pongan al servicio del legislador, de la práctica y de las propias ciencias penales.

    Una información completa –obtenida recientemente– permite tomar decisiones más racionales y suministra un bagaje empírico y un instrumental valioso.

    De todas formas, ni la Criminología puede terminar su cometido con la obtención y suministro de información centralizada sobre el crimen, ni debemos pasar inadvertidas las limitaciones de la informática decisional en su aplicación al examen de la realidad criminológica.

    La obtención de datos no es un fin sino un medio, ya que son un material neutro y bruto que debe ser interpretado con arreglo a una teoría para poder llegar a extraer alguna conclusión.

    La Criminología puede aportar al ámbito penal una valiosa información sobre el delito, el delincuente, la víctima y el control social. Esta información puede incorporarse al proceso penal, tomando la forma de un dictamen criminológico, de manera que se convierta en un elemento más a tener en cuenta por los tribunales a la hora de tener que tomar decisiones; sin embargo, en nuestro actual ordenamiento jurídico no existen los cauces legales adecuados para incorporar el saber criminológico dentro del proceso penal.

    En la medida en que los criminólogos contribuyen empíricamente a las resoluciones jurídico-criminales, necesariamente sirven a los grupos que imponen de forma legítima los intereses de una sociedad.

    Una de las características más importantes del criminólogo consiste en que éste está convencido de que pueden resolverse los problemas que lleva

    consigo el control del delito de una manera más racional y efectiva.

    Korn (1971) caracterizó el rol del criminólogo mediante cinco tipos de comportamiento:

    1. Observador: Describe las cosas como son o como él las encuentra.

    2. Ideólogo: Argumenta en favor o en contra del estado de cosas y hace propuestas sobre cómo deberían ser.

    3. Teórico: Explica las relaciones existentes en el campo criminológico.

    4. Práctico: Colabora para conseguir que las cosas sean como deberían ser y

    5. Metodológico: Sigue las pautas de la metodología científica.

    Hay que tener en cuenta que, además, el investigador criminológico sólo está legitimado en su actividad a través de un compromiso por la búsqueda de la verdad.

    La Criminología –a pesar de ser una ciencia muy antigua e internacional que ha demostrado su necesidad y utilidad a lo largo de los años– es una ciencia ligeramente maltratada en muchos países.

    Las ciencias humanísticas (Criminología, Psicología, Sociología y Antropología), las ciencias jurídicas (Derecho civil, procesal y política criminal), las ciencias técnico policiales (Investigación criminal, Criminalística y Ciencias forenses) y las ciencias médico-legales (Biología, Medicina legal y forense, Toxicología) forman el contenido fundamental de esta CIENCIA, con mayúsculas, que con su metodología científica tanto a nivel biológico como social puede y debe contribuir a la prevención, investigación, sanción y rehabilitación analizando el delito, el delincuente y la víctima.

    Al ser una ciencia interdisciplinaria, la Criminología aborda de manera integral todo lo relacionado con el crimen y su análisis, como ya lo hacen parcialmente de forma autónoma otras disciplinas. Así, se ocupa de cuestiones relacionadas con el Derecho Penal, también con el objeto de las ciencias humanísticas y, por supuesto, está íntimamente ligada a todas aquellas ciencias que intervienen en el estudio científico del crimen.

    La investigación científica del delito en toda su extensión cobra hoy, al inicio del siglo XXI, más relevancia que en ningún otro momento de nuestra historia; en primer lugar, por la consolidación de las diferentes disciplinas que integran las técnicas de investigación criminal y, en segundo, por el hecho universalmente asumido de la necesidad de otorgar al tratamiento del crimen, el empleo de la ciencia, la razón y, sobre todo, la experiencia histórica de uno de los acontecimientos que pervive con el hombre desde el principio de los tiempos.

    En muchos países, esta ciencia ha cobrado un extraordinario auge gracias a distintas series de televisión y medios de comunicación que han comenzado a intentar tratar las tradicionales noticias de sucesos desde una perspectiva más científica y global asesorándose por expertos en Criminología y distintas ciencias forenses.

    Los profesionales de la Criminología pueden y deben desarrollar su actividad profesional en el mundo de la investigación criminológica, la seguridad (pública o privada), instituciones penitenciarias, administración de justicia y ciencias forenses, como:

    · Directivo en empresas de seguridad privada.

    · Acceso a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad y promoción interna.

    · Perito criminólogo en Tribunales de Justicia.

    · Perito criminalista en distintas especialidades (investigación en incendios y explosiones, documentoscopia y pericia caligráfica, inspecciones oculares y lofoscopia, infografía forense, acústica forense, entomología forense, genética forense, daños en las cosas, accidentes de tráfico...).

    · Delegado de libertad vigilada.

    · Director de equipos de consultoría legal y criminológica.

    · Investigadores privados.

    · Asesor para el tratamiento criminológico en menores, familia, víctimas de delitos, mediación familiar y violencia de género.

    · Mediadores penales.

    · Mediadores familiares.

    · Perito y asesor criminólogo.

    · Integrante de los equipos de tratamiento en Instituciones Penitenciarias.

    · Investigación.

    Docencia Universitaria y formación continuada.

    · Acción y política criminal.

    · Asesoría a letrados, políticos, empresas de seguridad...

    · Participación en programas divulgativos y de sucesos en medios de comunicación.

    · Prevención del delito (primaria, secundaria y terciaria).

    · Diseño y gestión de programas de prevención e intervención.

    Finalmente y ya para concluir simplemente cinco ideas básicas:

    1. El profesional de la Criminología y ciencias forenses es un experto perfectamente formado en nuestro país, muy desconocido, e infrautilizado

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