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LA CONTRA
Fred Kofman, asesor de liderazgo; cofundador y presidente de Axialent; colabora con HSM
VÍCTOR-M. AMELA IMA SANCHÍS LLUÍS AMIGUET
Tengo 48 años: fui un niño serio que crecía hasta que... ¡empecé a decrecer y a crear! Nací en cios fáciles? ¿Qué podía hacer y no hice?”, pe-
ro, sobre todo: “¿Qué puedo hacer yo ahora?”.
Argentina y llevo 30 años en EE.UU. Me doctoré en Berkeley y fui profesor del MIT. Tengo Yo no soy responsable de Wall Street.
cuatro hijos de los que aprendo. En religión soy promiscuo: judeo-budista-cristiano-hindú Usted no es responsable de pero sí es res-
ponsable frente a...
¿...?
L
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go. Un buen líder, y no un mero capataz, es
a decisión más importante de eludimos responsabilidades, no entendere- los mejores culpa-habili- capaz de motivar, porque hace que cada
tu vida la tomas sin darte mos los problemas, y si no los entendemos, cual saque lo mejor de sí mismo y lo pone a
cuenta: cada uno de nosotros no sabremos nunca cómo solucionarlos. dosos: ¿por qué cuanto trabajar en equipo. Un mal jefe se limita a
decide ser víctima o protago- Entonces, yo debería... más poder tienen y más mandar, es decir, a conseguir que el otro ha-
nista de su propia existencia. Olvídese del debería y concéntrese en el ga lo que en realidad no quiere hacer.
¿En qué sentido? puedo. Usted puede elegir ser más eficaz. errores cometen menos Esa definición suena a perverso.
¿Por qué ha llegado usted tarde? Eso es todo. Hágase responsable, no culpa- responsables son y más Lo sé: lo sufrí bajo la dictadura argentina.
¡No sabe usted cómo está el tráfico! ble de su aprendizaje. Si algo no funciona, En cambio, el líder logra que el otro haga
¿Lo ve? Usted podría elegir ser el protago- usted reconoce la disfunción; asume que víctimas: de Madrid, Wa- mejor lo que en realidad quiere hacer, y así
nista de su vida y decir: “He llegado tarde puede corregirla y la corrige. Con naturali- shington, la mala pren- obtiene lealtad, ilusión y creatividad.
porque me dormí; pude haberme levantado dad, sin culpas, dramas ni aspavientos... Al final, todo depende de la coyuntura.
media hora antes y así lo haré en adelante”. ¿Y si quieren mi cabeza? ¡Cómo se ale- sa, la crisis mundial...? En realidad, todo lo decide nuestra actitud
Hombre... No se me ponga así. grarán mis enemigos si asumo errores! Así aprendemos a vivir ante cada coyuntura. Si la la gente está esca-
... Pero usted ha preferido ser una víctima Peor será para usted no verlos e intentar queada todo el día, escondiéndose para no
del tráfico. Así usted se siente inocente, otra ocultarlos sin corregirlos. ¡Salgámonos ya como meros espectado- trabajar, mirando internet y el reloj para lar-
víctima de la circulación, pero también así de la culpa-habilidad! Millones de personas res del partido de nues- garse, se crea una economía de baja produc-
se priva de la posibilidad de rectificar. El desarrollan desde niños esa perversa capaci- tividad, de sufrimiento y pobreza mental y,
precio de la inocencia es la impotencia. dad de exculparse de todo que les propor- tra propia existencia, un al final, también económica. Una empresa
Eso dígaselo a nuestros políticos, direc- ciona un falso alivio a cambio de la renuncia partido, por cierto, que así tiene jefes, un amo o muchos amos, pero
tivos, gestores, mecánicos, fontaneros... a ser protagonistas de su propia vida. Un ni- carece de liderazgo. Y sin liderazgo, la co-
Es lo que les digo precisamente a los directi- ño le dirá: “Se ha roto el juguete”... al final o “¡ganamos!” yuntura siempre es mala.
vos de las empresas que asesoro. Para ser Hombre, a veces se rompen...
nosotros o “¡pierden!” Sus recetas son... ¡tan sencillas!
parte de la solución, tienes que asumir antes Cuando sienta la cómoda tentación de la La clave no está en la receta, sino en aplicar-
que eres parte del problema. inocencia o quiera evitarla en sus hijos, pre- ellos. la; adelgazar no depende de saber la dieta
¡Bastantes ya me culpan de cosas como gunte: “¿Y tú qué hiciste? ¿Qué hiciste tú –un par de horas– sino de cumplirla –toda
para que yo les dé la razón! cuando sabías que habría mucho tráfico?”. una vida–. El momento decisivo no es el de
No me interesa la culpabilidad, ni el infier- ¡No me echará usted a mí también la mi consejo, sino cuando usted reconoce el
no ni la redención... Nada de eso. Busco la culpa de la crisis de las subprime! error, que se ha levantado demasiado tarde.
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eficiencia, no culpables. Se trata de mejorar De nuevo pregúntese: “¿Qué hacía yo cuan- Y lo corrige.
el funcionamiento de las organizaciones, y si do...?”. “¿Qué hacía yo cuando había benefi- LLUÍS AMIGUET