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de responsabilidad social no son la solucin a la compleja problemtica educativa, pero si son semillas de progreso y esperanza. Una amplia difusin de prcticas exitosas permitir encausar inversiones en aquellos proyectos, pequeos o grandes, que siembren conanza en un futuro mejor. Quienes emprenden responsabilidad social son conscientes que su presencia en la educacin es indispensable si queremos contar con buenos profesionales, con mejores ambientes de desarrollo democrtico y buen clima social para invertir. Es una de las razones por las que en el 2007 se cre la Asociacin Empresarios por la Educacin. Hay tres limitaciones a superar: la primera es que an un hay muchos empresarios que no participan de estas iniciativas, por lo que no se alcanzan niveles de contribucin de pases como Brasil, Mxico, Colombia o Chile. La segunda es que no se ha logrado que el aporte empresarial sea ms coordinado, que tenga como referente un proyecto de educacin de largo plazo consensuado y que evite duplicar esfuerzos o que la inversin se dirija a reas poco signicativas de la educacin. No es una tarea fcil, pues el sector Educacin carece de una propuesta concreta de prioridades de mediano plazo. El Proyecto Educativo Nacional, como la herramienta que ms se acerca a ese objetivo, requerira complementarse con planes estratgicos. Finalmente, hay rigideces normativas. Hacer donaciones, desarrollar fundaciones y otras organizaciones privadas de apoyo a programas sociales se diculta por la carencia de una legislacin comprensiva, coherente y moderna. La legislacin vigente, obstaculiza las actividades de responsabilidad social. Ni se niegan los abusos en el uso de incentivos tributarios en el pasado, pero es innegable que las herramientas de control del buen uso de las normas sobre donaciones y el quehacer de estas organizaciones mejoro.
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