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BORGES cone. Coleceién dirigida por Jorge Luis Borges (con la colaboracién de Maria Kodama) neh as § p gs 3 i ab D) Bib Jorge Luis Borges 4p largo del tempo, muestra memoria v4 formando wna Biblotece duper, becba de libros, © de’ paginas, co lectura Jue ta dcha pars nostresy fue nos wuterls cov parts. Los textor de eva ities bibotece no son fovsose Frente famoron La reson e1 dar, Las proferoen, qe 10m Guienes dspentn te fama, 1 intersen meyer en te belecs Ge en fos vatenes yn las fechas de a teratare y ot Prolie andliie de libros que se hon cxcrio pora ere enlists, to pare el goce del ecto, ; Le ere que proto 9 que ys enreveo quire dar ese agoce. No eligi tortular'n fancion de mir babies lie Frio, de ua determinada traicine de na defrminade tients, de tel pao de tal dpoce, Que oton se acter de ios libtos que fer bn ‘sido. deo ercibiy yo. e'Jato, fe aquellos que me fue dado fee, die alguna sex. No 1150p terbuen scion, crea ser wn enclete lecor 6, on Todo Caso, an semibe'yagraderido lector Deseo que ste bili tecy'sea tan diverta come tao sacle canoided ge me Ba inducido, signe inducéndome, ta explorcén de faniot lenancje 3 devtancesterataras,Sé que lo nonla no eo'me ros aril que la slegorta ola Gpene, pero elu novels porgue tambon elle entroron oa: Ete seri de Bros beerogéneos slo repo, ne biblotoca de poferencas, ‘Marta Kodama y yo hemos eraio pore giobo dela tra y del agua Hemor legato « Tenaya fafa, « Ginebra Tebas 5, above, pee fntr los textos queue event pera nototron,tecoreremot las galeries 10s pli dea Imenrri, como San Agustin exer. ‘Be libro er wna cote entre tas coe, un volumen perdido ner los velinenes que. pueblan el indfeente univer, ‘asta gue da con'su lector, con tl hombre destnado sub simbolos. Ocare entoncer la emocion ingter llamada be lez, ese mister hermoro que no dextran nila poco Sack a it, Wale eee 4 ‘Ojalé sear el lector que erte libro aguardaba Un experimento con el tiempo TT NENT DAI TT J.W. DUNNE Un experimento con el tiempo HYSPAMERICA, i 1 Traduca: Enger Prélogo gin bistorador de a itertara esrb lin dal bi torte de uno de sus géncror més reciente el tala. No Tecuerdo ninguno ton admirable como el de este volumen o'er mevomente ornamentals not sncita la lecture del testo 9 el texto, elertamente, no not defreuda: Es de cordeter dit ‘ursivo »' aire poribidades inagaiicas « nuestro concept el wid. J, Dunne era sin ingeniero, no um bombre de letras. La crondutca le debe alguna inocnctin, gue durante la primera quevre mindidl probs on ehcuca. ba mente metetiics 7 Ugica era verse td lo mistico. ArribG a me extra eo ria mediante una esadsice personel de los menos de cade tnache. La expuso 7 elendia en tres voldmenes, que provoce ‘on lanororo plémicar, Well fo acuré de Baber tomada de ‘masiado en serio el primer capitulo de ou The Time Machine, (que data de 1895, Bunne le rerpondié em la segunda edicion EEF dss gue obore publicmos. Malco Grant aiimo fa relutd en’A News Argament for God and Survival (1939) el mis tEenico es The Setial Universe. El ultima, Nothing Dies (1940), ex wna mera divnlgsctin popula, destinada 4 Ieradiofonie Dunne no: propone une infinite seve de tiempos gue fe yen cada uno nel otro. Nos aiegura gue despuds dele maer @ Toe Hn. Mex. JW, Dunne 4 Recobraemor todos fo theates de mesg vey | PAP ae ce Ios combineremos como nos lazca, ior nuestrot Hiyspomeren Ediciones Argentina, S.A., Buenos Aires, 1986 : Shake borer ca Hinraméres Eaton a ‘nigor y Shakespeore coleborarén con nosotros Produce y realini6n edtorak: ESLA, S.A i TSIBN 88-599.1366°% Compusito en Feménder Ciadad, SL. Impreso en Grafur 8. A. !lgusa, Naies E-F Fe Parucuellos del Jurama © MADRID Printed in Spain Ey CCC CC CCC CSCC CC eo C ETC CeCe CCC oe Introduccién Poces obves de ensayo publicadas entre lai dos grandes suernes mundtler bon tnido tanto el ritcrés de los Letores coma Un experimenta con el tempo, de]. W. Dunne. Pocss ie reuerdan com fentoaet » pati han so ton lage les, eungue quisd no en tl tentdo eiperado por a autor ‘Em cierto modo jue rorprendente gue libro tseie seperate Dunne ret hombre poco conoid tinea Publicacion previ Babla vido wna guia pare. priseipianter Sobre la pers con sofuelos Bl ej on toro ol cual diceria Un expetimento con el tempo eva el relat por parte del ‘ator de algunos de tur suehor, un procero may aburrido, Peor, el ator sostenis que nus suchor 4 seces anicipaban gconiecimientor El pricilogo F. WH. Myers, uno de fav Jundedores, eprosimadamente medio riglo tnics, de le So edad de Investigaciones Paiqucay, bebis observado gue Sdlo'mencionr lor suction en relaci com tales iettges ties apodia generar una rere de prejicion conta lcompunto eat indagecioners 9, por otra part, la obra de Freud scr a deexte tome babia conseride la cuestion, cnando menos, om sospechore En 1927, tambitn, oho en que se publics Un expeimento con el iempey el raconalioneifclectnl y el motrin entfico dominaban le esconaindisatilemronte Este alons tro babia sido sacudida ein por los descubrimicntos de J.J. Thomson y Einstein. Lot cietficos que. hablo tida inicmbros de le'Sociedad de Investigaciones Psiguces, por ty erminenter gue bubtesen sido machor de ellos ~el pra Bio Thomson, Crookes, Rayleigh, Lodge y otros wo menos ‘stinguidor en tus respectoos compos no bablan conse {guido convencer a tus colege, 9 ls adherin de Lodge al spirit habia confirmado Ia orfodaxie en su creencia de gue fuera de ru laboratoros los cionificos no eran mds que una banda de crddulos. Los fentarmas que avasraban Exdenas y lor medians que exudaben cctoplars, tlepette Y clarvidescia, te considerahon religuan de ruprsticoner culista, gue Ty Prom habrian de. sor barat de Ihutora de lr idea. 2 ty EXPERIMENTO CON EL TEMPO Lr prevsin —o precogricion, como empeceba ¢ sr lee mater in my sonpechote Bn efecto, tal como fe iomara Gardner Murphy en su Challenge of Payhial Research, la gente encomttabe mucho ls fe ecepear la Postidad deta tlepatay la clariidenca que la potbidad Ae gue entire la preconicidn: «tomer contacto con algo sada nese, are mac, cone om er romiac ane predoje flores, un dipae: 0 indo Pobie eecanideae dena de egiricdea "impo. ‘bles Para algunos también re trataba de la amenaca de la pre- destinacion gue volvia bejo wre nueva apariencia, {Cual era entonces el secreto del éxito del libro? Por lo (gue ami toca, la impresion principal que me produio 14 Ietura fue la de ume total fidlidad «fos bechos, Dunne Imonificttamente no" praticaba el renraionalismo con si Imaterial. Lor propiot eweses se referion a menudo a cosas Triotler Tneluso del suoto en que él entcipaba el desastre Gel volcén de la Martinice, Dusmne dects que no lo ubabia Uislon sono que tan s6lo habia leido unos ltulares de pert ‘ico acerca del Becbo y no se habia apercibido debidemente del csunto, Sus sueRot, por otrs parte, no le permitieron ‘ganar una fortuna on la Bolte de Valores wi ninguna close de ventaia, A memo estaban algo equivocados em sus pre- ‘dccionen ¥ mexclados con elementos descartables, como es ‘comin qua tuceda con los mess, ‘Yo wo lo conocte, pero el tona serio del libro lo retrataba como hombre. Jobn Willinm Dunne hebia necido en 1875. chs en la puerra de los boers después se convirié' en ingeniero aeroniutico, diseRando el primer avidn militar (que Babria de volar en Gran Bretaha. aPertenecia a la sec- Un militar de le vieja clase alta britiices, ba recordado J.B. Priestley, ay ano sor por sm acento 9 ese estilo no tay ana ola concern, prey se comporshe ome el tipa de oficial comin 9 « la vieja usanza, eruzado com el matemstico y el ixgenieron. Y estaba atan lejos de Gnalguier aporiencia de vidente,sebio, loco 0 charlatin como pueda smeginarren “Adem, ol preventer su secuencia de sueiios, Dunne tran. ‘guilizaba 9 tatisfacia a aquellos de nosotros « quienes, edu Gados en a tradicion preeminentemente materalsta rac ssrmeaseneg Ce eet anes mernopuccion B liste, no nor bubiese puedo que nor ven Ieyendo wt Ivo tel que la ineigaiOnpriguia erromada sri pene Ls doertencis nll bie noes un Ura acerca del wSatsme™y tempace acerca de To ee conor coma “Pecos are odo ay vesegara, A mismo fee le that que seg le ected tacos, Povo de nos chro comprendinas, pero paretia Gents, com is dis ame y on coco ‘Gy ceperinena con ck tempo tivo tambity an buen cipaldarato net algoer Tensioner ents ae ei an bo eth ebctaromene erent dio HES Wasa tslctvet del Sunday Expres. Bn f Spee: tadar, © EM Joud lo eopibe dictndo gee eiabe entre Sndinamente Ben sco Nate, doe por om hte tipo de obras sslen ser pataas Con era reserva (on sar ocone ov gue tt Lt menciona, el profesor Hye imon Levy deers a Dunne coma un experimented et Uadoso stabs, Bn los Eoador Unidos, tembicn, live enlace my bien Yo dire que tenemos suerte, en defintoa de ser capces de sustituir ucsitorfusdementon deseanecos por th tenia tan site coma el steraimon desripto ek ete ire Quien espere detebrr una expliccén ain ds simple . Por esta palabra nos referimos a: «una combinacin de imi genes asociadas en la cual se distinguen cualitativamente Jos elementos que Ins componenm, (Esta definicign ests sscada del Dictionary of Philosophy and Prychology de Baldwin.) Por ejemplo, la imagen de un vestido de co lor fosa que se muestra en el escaparate de una tienda cen un dia lunes y Ia de una dependienta vista en el mis- smo Ioger durante uns visita realizeds en dia martes, pueden combinarse durante el sueto de la noche del martes, formando una imagen niea de la dependienta vestida con el vestido rosa. Pezo al despertar y al recor dar el contenido del suefio, los dos componentes de la Jmagen onizica, el vestido y la dependienta, se distin guen claramente como imégenes de impresiones origina- Pamente distintas, concePros Bl lector observaré que en la lists de las distinss Gefniciones que hemes dado hemes intentado no pro- fondizar en el tipo de proceso de pensamiento que s¢ denomina «imaginesiay, un tipo de proceso con el que parece estar muy telacionada la conexidn psiconerviosa {Las procesos de pensamiento de alt nivel xn no han sido comprendids con precisién, yo dita que hi siguiera on imprecsi6n. Nuestro conociiiento de estos proce: Sos es muy vago. Parece ser que tenemos ideas genera. cn wy ex Tes acerca de lo que lamamos sconceptos» como, por ejemplo, las que empleamos cuando pensamos en’ « o adificulted», verdad», «engition, adiferencian; pero caben muchas’ dudas acer ca de si es legitimo 0 no que todas estas nociones pue- ddan ser agrupadas dentro de un dnieo nombre de clare Compérese, por ejemplo, «comer, con «diferencia». La primera idea puede ser’ neda més que [a estimulacién de las lineas determinativas més importantes de ciercas textensas pautas dentro del plexo de las sendas del cere- boro, peto Jo tlkimo puede ser dicho de cualquier cone- 760 0 de cualquier idea en paviclar que podamos Yes aqui donde el animista se muestra en condicio nies de esgrimir su mejor defense sobre exe poder de intervenci6n que se atribuye al observador. Pera incluso aquf el materialista puede zeclamer diciendo que se ha parte considerable del tersitorio en dis A con el cerebro dafado a causa de alguna enfermedad puede, aparentemente, olvidar qué quiere decir 0 qué es «comer»; o es posible también que sea tun poco apresurado al juzgar acerca de la existencia de tuna «diferencia» entre él y una langosta. Nuestra trayectoria no nos lleva a través de este par- ticular campo de batalla aunque pasamos muy cerca de Jos combatientes. A partic de lo que ellos dicen pode ‘mos aceptar Ia informacién de que lot conceptos a me nudo son determinantes del trayecto que sigue la ater cia a través de la red asociativa, Dificilmente una atenciin desorientada se_detendd en un conepio en particular sin encontrarse, momentos después, delante de una imagen genética o incluso especifica relacionada claramente con aquella ides principal PARTE IL EL ENIGMA Capitulo VI En esta seccidn seré necestio conta, lo mis breve mente posible, ls incdentes lamentablemente dram cos y extremadamente engsosos que se mencionan en €l segundo pizrafo del primer capitulo (el lector recor daré las manifestaciones que all! se hacen). El lector observaré que los Incidents sludidos cemedan a la per feccién muchos ejemplos clésicos de svpuesta «lav denciay,edevancosastralesey «mensajes de los muertos 9. de los moribundors. Se comprenders gue se desc ben solamente por su valor como iustacién ¥ porque forman parte de Ia «nartacion de los procedimicntos reales que tuvieron lage. Pero, ded cierto punto de vista, estos sucesoe tienen un valor tnico, Esto se debe 2 gue, como suele ocutee en estos eason, yo no mie vi obligado a tomarlos de segunda mano, de boca de algin clients @ eis) con todos ly puto portantes dejados ¢ un lado y una masa de sugestion Engafona dentro, Porque, Ia verdad sea dicha, me suc dieron, en efecto a mi mismo El primer incidente podria servis como un ejemplo de Jo que fécilmente hubiese pasado por «clarividencia», Tuyo lugar en 1898, mientras yo estaba en.un hotel en Sussex. Una noche sof que discutia con uno de los camareros acerca de cual era la hora correcta. Yo decta ue eran las cuatro y media de la tarde y él decia que 56 WN EXPEKINENTD CON BL TIEMPO rai lab cuatro y media de la madrugada, Con esa Iépica tan absurda que es caracteristice de todos fos suefios, Ilegué a la conclusién de que mi reloj debfe haberse pando y, sacindolo del bolsillo de mi chaleco, com: probé, al miar el cuadrente, que esto era precisamente fo que habia sucedido, Se habia detenido, con las agujas marcando las cuatro y medis; con esto me despert, El suefio habia sido bastante curioso y, {que nada tienen que ver con este libro y Ia fantes de dl, encendi un fésforo para ver exactamente sera verdad gue mi rel se babie parado. Cadota seria imi sorpresa cuando descubeé que, contra Jo que sucle ‘curtt, no estaba mi reloj junto a'mi cama. Me levanté, fevisé mis pertenencias y To encontté sobre los exjones del armario. Sin duda se habia parado, y las agujas mar. abun las cuatro y media a solucién del-asunto pareefa perfectamente obvia, El reloj debia de haberse detenido le tarde antes. Segu- ramente yo me habia apercbido de esto, lo habia olvi- dado y lo habia recordado finalmente en sueios. Satis fecho con esta conclusién, volvi a darle cuerda pero como no sabja cuél era la hora real, deié las agujas tal como estaban, "A Ja mafiana siguiente, al bajar las escoleras de casa, vsé el reloj que tenia més a mano pera poner en hora 1 otro. Suponia que si se habia detenido durante la tar- de del dia anterior y simplemente yo le habia dado ccuerda a una hora indeterminads, durante [a noche, 10 mis. Iégico era que estaviers desfasado varias horas’ ‘Mi sorpresa fue maytscula cuando descubri que les agujas s6lo habian perdido unos dos o tres minatos, 0 fea, aproximadamente el tiempo que habia transcurrido * Bn otay palabras, exe muy impecble gue yo hubiese pido soft lat stua'y media futamentes la tatty mesa Ua ote. Dota, ir CG, Newhnd, tala que yo debetn dejar exo bien Enda, puesto que el tema er esenidsnte una cose dt po Saati, pare mcarriute vt xu entre el desperter del suetio y el acto de dorle euerda durante ta nocke. Por supuesto, esto queria decir gue el reloj se habia detenido exactamente en el momento del suefio®. Con ‘ode, seguridad esto ultimo habia sido detectado por mi cuando dejé de oft al tictac habitual. Todo ert muy coherente, pero, zcémo hice para determinar en suefios que les agujas’ se habian detenido exactamente a las Cuatro y media? Si alguien me hubiera contado esto. mismo mi res puesta hubiese sido que esa persona habia sofiado todo €l episodio, desde el comienzo hasta el final, inclayen- do el levantarse de Ia cama y el darle cuerds al rel Pero, evidentemente, ésta era unn respuesta que yo 20 podia darme a mi mismo, Yo sabie que estaba despierto ‘vendo me levanté y vi el reloj sobre los eajones del ar mario, los bate presentes? 2Y ue hay de esr socioe enigmatic en Jo que tuno es despertedo por un ruido u otra percepcién sen» sotial, esos suefios tn gue el ruido parece set el inci- dente final? ¢Por qué este incidente final siempre com duce lgicamente a ta seccion inicial del suefio? Por iltime, equé pasa con todos esos casos que han | sido registrados y ordenados pot la Sociedad de Inves- tigaciones Psiguicas en los que el suefio de |x muerte de un amigo ha sido seguido, al fa siguiente, por la recepeién de Ia noticia confirmatoria de ese presagio? Es claro que estos suefios no son «mensajes de los es- * pista» sno ejemplos de mi selector, simples sucion fue se wsocla con la subsguente experience personal de leer las noticias. * * Yo no habla hecho mis que tej suposcones de une snancra muy poco cenficr durant ura semana 0 te Y'ime pared que yn era tisopo de termina Get forma’ de encarar las cosas. De modo que me decidi ¢ dar un salto final y planted la mis desaforada de lat suposiciones 2020090 C2eeececerses 2 Us EARERDMENTO CON HL TEENPO eAcaso eabta la posibilidad de que tales feriémenos no'tgeran normals sino mis bien armas? Era posible que los svefios —los suefos en gene cal odos oy seo, lor sues de todo el mano ‘estuvieran compuestos de imégenes de experiencias pa sadas e imagenes de experience fasuzas mezcladas en proporciones aproximedamente iguales ? “Acis0 se debfa a una barra mental que nos impo- niamos deliberadamente cuando estibamos despiertos In idea de que el universo er, al fin y al cabo, algo que se estitaba en el tiempo y que s6lo podiamos ver por tng de sus lados segén una visién en la que el «fotaros estaba siempre faltante, y seperado de un «pasadon cada ver mayor por un «momento, presenter viajero? De modo que, en realidad, la red asocativa se estre- habs, ya.no a6lo en ono y otro. sentido en el expscio, Sino tambien hacia adelante y hacia atrds en el tiempo; y Ia atencién del que suefa, siguiendo una modalidad raoral y caraceristica tomada del pasaje mis sencillo, nize las mcbas ramifcaciones continuamente atrave- Saba y volvia a atzavesar esa linea del Ecoador que, pese 4 que no existe en realidad, nosotros empleamos, en ia Vigila, para dividir abitraviamente el todo. Esta ulsima supositién, hay que decilo, no se con- sideraba como una explicacién posible de’ los hechos. ‘Ain quedaba por explicar la mezcla en el orden de la TT Ivor de hoy babes capend, is dad. que esa cia de liteo et parapets stca Em aguel dn de T9i7 yo eatabe de Fovmulande sigane aftnacen act de fr, Secon ponies goe po ‘eran serve Se bare pags ona sewesignionexpeinentl, Yau \Ssnbo in secenda idee gue pasa gon epiéer or ik ments Le‘prinero en spreer for Mt sagpecta, ce gue se bs ta ital Srucin de clamentos pecogniony seuctpectvn A esto gus ‘SeVamedut fa episod que Se formal enol pa sguen, fa teal cou gue Ia tbotn apreta dependienio de fctres ‘Sinan be vilan seg cade ininsue y ean suo. Como se SSE ie cr igi, nano eh stipe ape Sik utd Fe i i ot gues seem PEP) GuuRS SUG Sa ed peso eo PANTS UW —eamuL0 1x a experiencia real: suefio, recuerdo del svefio, con la co- rrespondiente impresién en el estado de vigiliay la me- ‘moria correspondiente a ésta. Pero hacerlo irfa el roblema a” una deen por ones ween TA {San yu no sipondris el gianeate mesa de poe coi Oy Bombe e apse de Shicrar sas opie ss eal fiutes yegue vanes ato ict aor} uTGS_ Ye que entonces esto setia nora! Se festa d mea oe en delerminadas crcuniana, ey eee fu lease Te eve vino 3 Ree Se pater Spider como tn et pdiera analiza, a ae ‘Con igual serenidad lo zechacé, Porque era sbsol mente inconcebible que algo semejante, de ser cierta, podiera babérsele eseapado a los hombres durante tan 10s sglos. Capitulo IX Sin'embargo, poco tiempo después vi que'mi abrupto rechago ef iégico, En efecto, fodas mis suposiciohes se habian basado sobre Ja hipdtesisinicial, en el sentido de que una recoleccidn general de tales imégenes se bbacia dificil por el tipe de inbibicién' que, habia impe- ido a mi amigo asocier su experiencia diuma de la explosién con“el-suefio’ anterior. Nunca surge un re utd a spos que uns ides asoida con fo rev fique y, si tal asociacién omite el incendio, es imposible siehaya ronerdo ee "or otra parte, los suefios se refieren por Jo general a les cons mis tevin,» aquello que nos suede da ante la vids cotidiana. Aunque un suefo se refleta en i I 82 te ExpentWENTO cow EL TiEH7O realidad on hecho due tende logae mains, por nat taleza se lo atribuye a un acontecimiento oa un inci semejante que tuvo lugar el dia anterior, Adem, el noveta por cent dels Sues fon clyde en os cinco segundos que siguen al despertar; los pocos que breviven rara vez pasan de la operacién del afeitado, Incluso un sueBo que ha sido recordado y apuntedo mentalmente, por lo general su clvidado hacia la tarde. A esto debe afadirse esa especie de inhibici parcial que se da en la mente con respecto a Ia asocia cidn, y también se agrega una especie de supuesto de imposibilidad que se da en el plano incotsciente, por lo que se hace bastante probable que sélo moy pocos hhechos, quizé los més sorprendentes, los que tienen J lad de detalles y, posiblemente, los que tienen mayor contenido emocional resulten alguna vez observados. De éstos, ademis, Ia mayoria serén atribui- dos a fendmenos de telepatia, # «mensajes de los espf- Fitus» 0 incluso @ otros factores, que pueden parecer delirantes por otros aspectos, pero que cuando: menos pueden expresarse en términos convencionales, segiin tun tiempo vinico, absoluto y unidimensional Por supuesto, tambign era cierto que la teorfa de la normalidad habia de ser discutida a fondo. La afirm ign hecha en el tltimo eapftulo era, obviamente, incom pleta y quiza la descripcién global del proceso’ no lle gatia a-hacerse nunca, pero la alternativa era la bipS- fesis de la anormalidad, y esto querfa decir no sélo la snormalidad en el sentido del exceso 0 deficiencia de ierta comin eualidad mental, sino de la normelidad en un sentido que era en si mismo sin sentido. Resulta dificil creer de verdad en lo que est clato. que no tiene sentido ‘Por ilkimo (y esto era lo que me atrafa més del asun- to), el supuesto de la anormalidad —de algo inherente, no’ este o aquel individuo, sino al tiempo mismo— significatfa si era correcto, que con sélo poder concebit Paete — cna oy tun experimento en ef que se superan las dos dificul tides iniiles del reeurdo'y dele wsocacion a oss S presentaris ante nuestros jor como directa ob servable por un gran nimero de personas, ince: eada lector, © ® * ,_ NO cable doda de que el primer paso consistfaen la isposicién del experimento. La aplicacién Ileganla (y como se verd més tarde asi ocusrid) después Capitulo X [Nota a ta tercere edi Las insruciones que s¢ dan en este capculo son’ de agan inportancn. En clei, ety abslutamente gu ‘uidado, sus posedader de obtener resultados scrda i Bimas. El lector debe tener presente que st bien rallones de personas recuesden 0 han recordedo alguna vex tt Buetos, otros cemenates de personas los hn pucsto fect, hi no de cada mil, ea el caro de los os pie dos, s¢ ho percbido de que lo que ssle hacer efor serca del futuro, Esobvioentoncts que no tended tenn {he el lector experiments siguiendo ines pandas de ode, presto que prcuique una tence auevysbaoltamente [dita Esta tenia se explicn aqu Mig obsecrane, desde Ta publiccisn, deere libro, muesten ue Is ipo. tuncia de eta experiencia no ha tdo suliientemente foe yada, Por coaguiene, he decidido sidir a a vesiin ene same ine ol ttn ‘Rene defnido, poe ot prey aunon stor de pesos i Emin air cape pes eri oad contain de igval modo impose deseobuir et us seton nie fa UN BXPERIMENTO CON EL TIEMPO orignal de este captulo varias péginas de explcacones inde devalladae} Desde luego, el lector ya babré pensado ic el expe- rimento a que se refere el iltimo capitulo se llevS a cabo y tavo éxito porque, en caso contratio, es evidente aque exe libro nunca hubiese sido escrito 'No obstante, tave que esperar hasta el siguiente in- vierno para considerar que la hipdtesis de la normalidad ta seria_y que, por consiguiente, podia ser pucsta prueba, Entonces, con mucho recelo y sin Ia menor Esperanza de buenos resultados, comencé con el primes cxperinento, sobre mismo. Yo sala por supueto, ue tenfa este ipo de suefios ccasionalmente, pero slo Sh intervals dea veces un afo 0 mas. De acerdo con la nueva teori, yo debia recordar que tendria este tipo de sueos a lo Tango de estos intervalos, aungue.n0 me sigh coe ede ead dh for regla general, neve de cada diez mafianas no suelo recordat haber sofiado en absoluto. Sin embargo, sto no me planteabs ningin problema, Muchas perso- nat, yo lo sabia muy bien, estaban genuinamente con tencidss de que nunca sofaban, pero, a parti de expe- Timentos que ya babia zealzado, sabia que ese «suetio Sin suefior» ef una jusién de la memoria. Lo que st cede es que uno olvida fos suefos en el mismo mo- mento en que despierta. Yo mismo recordaba, patados tanos digs un stefo que habia tenido. coando estabo bajo los efectos de la anestsia, aanque durante einer walo de Ia ineervencin quirirgica creia aber pesmane- cdo ea estado de absolota y completa inconcients ‘Mi punto de partida era entonces la creencia en Ja posi Ye Tecra alguna traccn_de Tos Sues eid idles, cue aac a ci idos w olvidedos, que habyad_tenido Tu- ‘ear en noches en Blanco. [La nueva hipdtesis estsblecfa ae eo pout cena PARTE I —CAPITOLO x 8 de acontecimientos tanto pesados como futuros. Lo més Srobable ere pie Ta mayotia de feler Pndgencs no se presentara de forma clara y distinta sino, por el contra- io, en forma tan mexclada y combinada entre si que los componentes no se distinguirian como. pertenecientes a ningtin acontecimiento diurno en particular. Pero est como uno puede a veces identificar laramente wna mez: cla de imagenes como. si estuviera relacionada con un acontecimiento particular pasado (léase la definicién de alntegracién» en la Parte 1), uno deberia poder, fen otras ocasiones, identificar un elemento en la mezcla como referido a un acontecimiento futuro, La cuestisn cera (y éste es un punto importante) que uno munca debe ‘esperar llegar a una idea completa 0 a una escena que Se relacione ‘otalmente con que ro se suey al ncidene, ues tiones que, por supuesto, no tienen la menor impor tancia por fo que respecta a la comprobacién de que hay parces de la escena o de la integracién que sf re Jjustan con el grado tequerido de exactitud, EL resultado esque, al releer el registio al final de! ia siguiente (0 de los dias siguientes), uno se encuentra en condiciones de leer directamente lo que en verdad esti buscando sin siquiera apercibirse de la conexién entre esto y el incidente diurno. Por consiguiente, It lectura debe realizarse lentamente, haciendo frecuentes ross pa considrar y_compsrar lo gue se lee con 5 acontecimientos diurnos. En los easos que a conti- ruacién pienso describir, en casi todos ellos, la conexién en un primer momento no sélo se daba a medias, sino que ue rechazada de inmediato y Finalmente aceptade sélo en vista del peso que poco a poco ibun adguiriendo siertos puntos ¥ detalles que, en un primer momento, hhabian pasado desapercibidos, EL modo més simple de evitar este fracaso inicial en le apercepién es hacer como sles regisras de gue te dispone corvespondieren alos suefios que se van a tenet en la noche siguiente; 9 a continuacion buscar aconte cimientos en ef diapasedo que legitimamente pudicran ser tratados como causas de tales suctios. Este proceds riento no es ileito, so tan slo un medio de permitir que usted logre apercibirse. En ningtin caso se trata de im ordid pare ayudarlo a uzgor Esto se bace mds tarde, on la preacupacion puesta sélo en los detalles que % LN xeensnziero cow mt TEMPO corroboran los suefios y sin prestar atencidn al orden tenporal procedimiento para recordar los suefios olvidados fs bastante simple, Baste con guardar une libreta y un lipiz debajo de la almohada ¢, inmediatamente después cde desperter, hay que ponerse a recordar el suefio que, de lo contratio, se desvaneceria ripidameate, Por egla general, lo tnico que se puede recordar es un aconte: Cimiento en particular y lo més probable es que esto parezca tan poco tascendente, insignificante y sislado, que surge la duda acerca del valor que pueda tenet apuntarlo, En cualquier caso, usted no debe intentar re- cordar nada mis y, en cambio, lo que se debe hacer es fiir la atencion on ese acontecimiento singular y tratar de recordar todas sus detalles. Como un flash, une gran seccién del suefio en el que tiene lugar o ha tenida lugar el incidente en cuestin viene a la mente, Sin em baryo, lo més importante es que, junto con esa seccidn, 1 menudo aparece un incidente ‘aislado proveniente de tun suefio anterior. Se debe tratar de fjar la mayor can: tidad de estos incidentes aislados rechazando por el momento el resto de los sueiios de los que estos inci: ddentes formaban parte. Seguidamente, habré que apun tar estos incidentes en ia libreta de Ia manera més escue. ta posible; bastarén una o dos palabras, ‘A continuaciéa se ha de retomar el incidente nsimero tuno y concentrarse en él hasta que se haya conseguido recuperar parte de la historia del suefio asociado en 41, para escribir un resumen lo més breve posible de esa historia. Después, hay que hacer fo mismo con los demés incidentes apuntados. Por wltimo, se retoma. el ropistro abreviado que se ha escrito y se vuelve a escti birlo por completo. Conviene tomar nota de los detalles; cuantos més, mejor. Hay que ser muy cuidadosa com En al registro de los detalles en los casos en que, si los Fbechos aconteciesen en 1a vida real, parecerlan poco tsuales, porque en relacion con becbos de esta clase es mis posible obtener prucbat Se debe evita cualquier pensamiento que sutia y de traiga de la tarea hasta que se haya completado el and- lsis del registra, 'No hay que limitarse simplemente a recordar, se debe escribir el suefo. Muchas veces, después de despertame en mitad de la noche, he memorizado cuidadosamente los suefios precedentes. Sin embargo, por muy seguro que estaviese de haber repistrado con toda precisién tos recuerdos, por la mafana no tecordaba ni asomo de ellos. Incuso suefios que habia logrado.memorizar inmediatamente después de levantarme y habia inten tado memorizar mientras me vesta, al finel del desayu no prdticamente habian sido olvidades. Por supuesto, resultard imposible escribir todos los Si uno se propusiere desribie por completo la apatiencia de un ico personaje onirco, hacerlo n0 le liewarfa ménos de diez. minutos. Por consiguicnte, es preferible escribir los detalles generals y, sobre todo, Cualguier detalle juera de lo comin, Se tata entonces de memorizar lo que quedé anotado despues del registro final y se tata de revisualizar atentamente cada repre sentacin alli descripta de modo tal que, si und de los detalles que no ha sido escrito més adelante resulara Sex importante, ser4 satisfactorio comprober que no se estd zecordando entonces por primera ver. Si al despertar uno esté convencido de que no ha‘ tenido ningin suedo en absoluto y es 0 se siente incapaz de recordar el menor detalle, conviene dejar de pensar en el suefio y concentrarse en cambio en recordar en qué se estaba pensando al despertar. Al hacerlo, se des ccubriré que este pensamiento era Ia consecuencia de tun suefio e inmediatamente se advierte que vuelven a la _mente los contenidios del suet. Lea con cuidado los registros al final de cada dia det experimento En el capitulo XI 2) se describe el tipo de cosa que se puede hallar coa esto. (Nota ta teceraedicin Ad equ una exlccin ms deal refeida 4 In ot inedtcona ache cpl, En lv enperieneos gue ied deca 2, encom 16, en un somiengo, que lt gran mayors de los sueHos fallonidin poe pefron fag inciare onal eomente dele dea vie ins, pna ofatrn. Exe Ssrlonty contadoca, lo qe se soponepoplamente Ex'pequckiona cand de resdsor conta en seme inns Ton intents que crane bien crore basi‘ tensmrcamene fac, Pee Inuabcdentes pur ride pluck alguna, So embargo, Tm emedio ms eden de sgumns Ge eur cmc Sha ad pore win, tie ths dealer coroborn ‘ics gd bbl pnd despeibdosprstmentey gue ‘Seca al i ese ven emacs Serovpetion ode ecopnon, Exe Que bien dor ior tots encosunto eran ciaramenterlconaos eon LNG hares faba sdb tay GT gue sgn re tse wes de un exgeiment, abet acne won elipusdo, con el futur, 0 con aun. Gualquerevidencia svn une von econ igen Se Spero ento'na queria dcr gue fue gusimente ile spi et ee lS Sebejons tmites cyl fusro stan pods por Sto {Sn wpen una ps. La nnd eo Sn sin En is Tt stan cone psa, a qe e prenpone ene conenon sail, de ro el erie dl Se AF Scjons et ignondo, ye elo del nih se com ‘idan como meretedor de to exten mit protndo Pero Sn°C ode on team con ef fury grado de ‘Sonja ese amc evelencn de une conesin cle gue SPER Comin sch deta gue I cod ae 3 ivicisteguiere un grado mfp alto de semejanzn para estar stare ul coro mora ter came ‘ado Beto no ipo In semefanea de fos soos con {Stoncecimienrs dino fsta ara diate y ts Tos Seale te presenaran isos y pasleran coniderse 22 Stair propio, Peo eta priccomenre no cede nonce. {Es Semeanan surge de un fragments nfimos Io pemceo (gue ao dbrrva ef un sigectoimlar muy tov’. a ‘Essie del ui er motradh por esto, el sued tx Cltdo ¥low devs eorobortives salen la os Tenement Juno por ao, Yar las tazones expucsa, ers peau, Innghiticane primera semejnsa, que eet dnpoctnte burs el experinento, ede medina y de mado cot in Eenicente deja aun lado como alge demaiace tendo po le los Para erat metsoedor Se uns constrain Fs profund, siompre gue salacone eon e fut "Ela ropa pcos es wobre tao una atmo para al expert qua se da cuenta de lo endcble que tite primers emonce ii Et nejito puede escapar 9 esta Romps, dando lo semcjanza wn selor mayor del gue POSS sama, apersibinee de que oa semejanss entre un scootetmitita draa y sue pease tere a pena de tense eo esta, t¢ somo teatar de Teer wn, bee Sf imino’ emo busat pulabets que puedaa signif “go qoe 2 deren al roe, La mente fo puede fealiat io dicen mucho cempo. Es nessri Sidi a tren 9 [primera ler el iota como se Ip lev normale pata, IBis acleate, colocaio en pica especla, es dec, {alco se leerareflejada enn eapejoy Hn cotservcrca th iar lnstussonsr ques dan oa et libro pare genet intentan experiments, se establece gue el sujeto tended toy pacar ponbilcades de apersbise de lov reritados fe realmente ha obtenid, # menos qu wie ests st ‘Saba del cespsjon, es dete, 4 meno8 que hogs como = {oe suet que he fetordadofaeran aqualos que Mabel de tenet la othe site 7 lbego examine los seontecren tor dutngs busca tga que puedes coteterado como Ines de tles sedi: Desde logo, eel hace a sree Incicecsn de que ate po er wo piotedimisio que le Permitnjongr sere del valor de fy eicenc, sad 38 {Go un tnd ue ie permite observer que no Cee ane rs evidencing potde ser agen En un arco publado seientemente, Sir Herbert Barker se refi exo como Ta ropa mle importante et | } onic experiments de este tipo, y yo concuerdo en todo en val ce a eatees vp cb volver a sobrayar aqu Ja importancia que tine sie aiden relicgn con I lec de lap ches oa gue eben rennune low expesinentn, Se eben clepit aque. Ie ches que preedon.swncones de rapes de ‘monotonia dla ide satdina. En los ocntecnientos Se se natran, Mts B, Mle Cy el Mayoe'B yo mismo fos eacontramor de wiatiogs'on erences ramen ‘eves y tvinessuciow que te patsian a scntccoeh tes que eran © bien absoluamente pasado 0 sboistn ‘ment futuos en tae con exe posted, As Cy or #0 parte, levabe su vide normal es ee, Sus epee [oeron mis fnrgos gue lov de ly dems oxperimentadores consderados en confnto, pee a. qu alo tv le un Sinko sien, que satel ronollesmente sun acon tecimiento determina del fara sao uno poe Sn aeonteimiento defini el pasado.) Capitulo XI (a) [Aadido aa tercea edcion.} phonies eerste et benim eA ee ge on tan oh coer gays be. tae eased act Scene nance Ben ne eperemytie eS ceca ian ar cre ger Sar ganas sai Sone Serene Se eridbioe dye cniaee Seer nee see ee Se eee SeStara gonomnmmecs PATE 1EL—caprTULO x (a) 95 4, En euluies ext, shor sabemos que las discord Clas sefalads en In sce fhica se delan 4 ast oe feta imperfecta de emplear oy indeinibles de expecio > tempo. Pero en aqulla pece mossy impacts pot To tata, acapeces de cradorr In poiiiged de qe fe hubieraa‘cometde crore tan fundamentals, Reser lsc que atin no se habs odo s Planck & propo Lins tein sin fo habieexpresedo sor sewlucionare teas Sopongungs ths a hme det Spc bie capetimentado una see de scdoe semgjnte ser ee fatramos al comiengo de exe libro. De hberlo hecho, hubi deseubirto agp bsalxnene opurste a viion onvencional del tempo. Aguels visi ert algo Saco Sarg ede ce def Yk, apo Terabe, apoytbe y sosteie se proction y expondla pov la, En tle ccanrancas, nue sopucso sedor bo bse tenido gue veugiare en minis. Se hbievito bligedo # sceptar ly cxinoncn de don mrndos desonee fdas tng canal yor vaio, geet oT tact aba cnbad poe comple habia go por fo que yo fein que preocaart eo shelf Et lg eo. Ep gel pecs, acl tore habia sido ecrinde por la concn Bostins ai enone spats gue mutes es So Ts probblidad de que toda Ia sri de sues que be dsp se hubleen debdo a para coincidences en tan ese gc ono del lpn pa def oe cl fica del tempo, 0 me lncinaba a portalar sa recog Gin coma hipsess de ubeja. En ee eat, y puto Que yo esa un clos disciplo de Ia cence, de pons Iienttas no habiese nn pasha ables de lo concer Se le peteogicgn ere Sentiment pone, ee dec Sue In ptualecs del tempo permit su obo ob {ener una visién cntiimeasonl dl ives Sin dada {sit tov era fazonable peso gue sil Cenc modern insist acesen dela realidad de sespaco tempon cont limensional (dase captulon siguiente), queeaoe feta ‘dada que lor obervadors et tov mundo: deblan set [supe catenins Duo on tal expr fe 21 todos debian power facta pecopitiva Bones iment, de.ello no te segla que sun poscyeren tales facultades, ls empleatan elesvemente Se podon eau I much futons Seon ce [i rerospeeign pera el sofa Vagal eaba la difieal 96 tad, Para formularme mis pantos de vista debia rechazar 4s cents de ules atimatian,como wna cteion de sentide comin, que aquellos sues que presentaban Seimcanzas con el fruro fo sullieatementsselidas como paca plantar las cospechas de una precogniién 0 eran Sccesbles ala multud sino, por el comtaio, constitulan Una expece de prerogation de muy pooosincviduos. ‘Quisers quel lector estaviese uy en cao aceren de ta pyar de exe En cnt, cepts a pala wefectos» cuando se quiere considera un fendime- fo fsera de cualguer supuesto como ao a sm eausa Pos Be Agbeios efsctoss fuerte 2 Tos que sea de selene le podian @ ao debeise une coinciencin, pero ea 50 fra fn difcucad, La objewtoa que yo debla superar na ert ‘Sue lor cefectoss fuertes contitayeran pruebas. incom pleas acerca‘ la precopnision sino la afliacign Taucho Inds contundenee de gue slo unos pocos seres ancrmales ‘han eupaces de abservar tales efecto. “Ahora bien, si yo eva en fo certo, bala cena fle cia logics en qutstse nociones del tiempo. que sepula Sendo insdvertida p que, unu ver desculseta, se bale fvidene como ta. or ota pare, el descubrimieno aca ‘si afesiand cada ua de fet camas de la clenla y om ‘ada sna de elsr cosecharia una cots de confirma, Lar evidensas inexactar de lor suedoe no serean. pars sstablecr la base esencil de ana teoia cinta sri © intentar superar la sifelead habia sido Ta peor de las paltcasposibles. Pero yo 0 podla igvara eal evidenda Ni stversaror podrian sedalaeme que a existencia de facultades universes para ln precogncién onriea era on forolari necesario de mi proposiidn y me preguttatian ar qué ran ol une sla persona en rifles habia valida Beales ventas. «La evideacia de Toe sehor®, dian, «es ‘poy importante pase teora Sélo gue, lamentabemene, Gichaevidencia opera en su conta a tales circunstancias, no patecia acanseale dercochar mis energl acer de este problema exteomadamente dif Gl implieado an Ta cuestién del emp, al menos no met fees no comprobase que los sotable efectos estaban bus: tante mis smplismente difundider entre for ind:videcs ‘Selo que por lo comin se erela, ‘Ue extechs aliads de esta ‘visa vulgar era la opinign de quienes can gin le preogiciin ee pose, peo, A mismo tempo, vstenar gue implcabu el uso de une Facultad exes, eeuprenormals. Esta opin era delendide AoE terrace xt (a) 37 2: oo de io eect, on td sei, Feicosilan ck mal mod ante sigerenem de uv v0 ee lis cesldentay coo un fats ‘peo {dit sbi So comida ohh invita cena sundae Deaton fototaon un fate epoyo eee seer ban eds ‘Esl emp «siege Se fen re ‘lonley, od, ene es mobs dle eins Bape eb seelo Gu an wna ee se tesa Bh upavomate se de na signs Ses edge vr seed, gat, ae at Se eadgutr cua etch os ids mprtbl:Supngans gun de oe for Jones ee pis ntl, Bee tr [Secon gat bn eset gs fd emgeaneae Seti Wor sr Sth eeu or Sica angoe oo seen 1 tke gactn Beene God Sie’ Sale ads cont coon a rcs i leslie sroa Bee tes Be A al ie te aug ee sen ce Sega 2 psoas sy oa spss Ne FSi dete feta a un ee age ote fa amt de Sees Sy a cute tos a colacdenci. nana ‘Pals mdb un prin? Por cops, of Skins cle hc, by pape ‘Soest fatal Vow tes dre nde EP ie die coy Cando ‘wp dts ses nls sein gu pt i cad, site age duel de it scmesns cove! Sse Sen Ge Get son tans, tency sede 6 Elena" cers wm eh gu gr ens 0% Sled wl poral Shona ag see {ipsa eos eens) on comand ce ‘iSline pecin por tase sepsis thermal edn «uf ade cone dodo Hels Petal pw to prcaent ba us se Ueesen de icone ince i ign» cae si lias smb fd en pe ip oar one eta Ue a ate Seatac dele trsinadanete isa eas Seminde eid i eA En sums, los Gnioe supranoemalias consntentes, 8 dlc fos eos gue evitan el sbvurdoacibaselido, 208 Scvelos que sdhleren ala creencn popular de que 10 ‘staten efectos intermedios en a eral que los. fetton Sobre lor que hacan sus eteencias coastujen ns clase por st istos, aslada de tantos eects interiors como wedan obeervarse, Estat petsonss pot lo general acepta) fn idea tambien muy dituadian de que lor efectos gue me seme eid cue in en indies oy “Gono tn haber dejado claro que el objeto del expe mento. proyertado ere estblecer sila evsdencia de los uetos en penetal estabs en realidad favor 9 en conte Se ip cova de. que In facltad de a precognicién, st 28 Werdad exists tal falta, ert na eatactristic, normal {Se a telacon general del hombre con el emo. En otras plibss, yo confi en poder rechaeer las objeciones tt Br setaladas y_ mostrar que los efectos que rugerea lo xstencia de Goa precognicion se observaban en demasi: ‘Sar personas y que, por consguient, no poala seguir sos eitndowe qe watter personas se dferenciatan de 505 ‘emejantes por una cialidad tan focta de lo coreiente Es obvio que todos exon efectos, ot dest, todos aque oe. cfecos ‘gue, paderan desibrine, tenia ditto tls one, edo el ic de ape a que éabia dsuagutse de ox papel somo evidence BENS dBbacide deo preogncisn ue se supoata exe fate, A ime fternaba en Parcs ete lao epee fo, pero.el primero de ellos podila Ser Ge eres pats iehor y eabe a postbiidad ‘de que considere que debo ‘Sesbledes de alge manera cil Grim netted en tlc on tal evidencts. Afuy bien, haré todo lo pile por Uitaer era exigenci. simer Wat, or supuesto, debemos recnocet que ze cite inter 3 iepoe d snsnia. Ea ‘Consccuccis la evidenla de pecogncién ce 9 tiene ut ‘Sccer puntmente estadnicos cvetin de equibrer pro ‘ilidades No tstsmos con una {emt ie te apron con ‘hice s medida que sumentan ie probabiiades ‘Es posfidad Je gue una sete de sects no sean coin- siden depend dels faces uw —caPtTuLO x1 (a) “99 — (1) o excao de los suchos individuals. = Ge frecsencia con gue denen gee Berry gr ae po fs a pone ere se ee po se see fe or i oe ie oe sere le on ee reed elie Bore eee easel a gat 1 ra at ene in oe a, Se occ por dees in oe eon prepa ed snc eee ee eee acre eat se de gee oo ag Se hes, he Spe poe ae Pt tes iat aaa anoal Si ais sarge ames eet mama Danse oa tess grate muah ae ere io ke eee ee op oe ae aa . oe pee eee are Tsoi meare= seo sae ee oe raceme ese ie dees etre ae mee Fei eae co eee ar casing: 3 real grate le et ee ae concn el te oe Sern gy Scere sages rai, rot ne ce at ine, Us pee iem opemeioe oen au esieanand hae eae Has ee ec ete cls Ge fa toe geen Ee me ieee maior nearest -definidas en relacién con e] futuro. Un ‘fembre gue tongs St a ong, shir ge oa Sees ae 100 1 EXPERIERITO CoN EL TIEMPO Desde el punto de vista de estos sitesi noses, 1 gvidensa reams tm 'a sere de experimentor qve habrd de desebirse a continuacion varia ein opinion, de ls uy tena as moder. Capitulo XI (b) Note ate tecer edict, Los eapernintos que se desettben en este capa fe ron concsbidos con sbjeo de esabecr el siguiente punto ‘Acaso fos resulesdos de fos expeimentosiadividuales, leindos corretamente, pueden frvoceert 0 devfavorece: vi poria en snide abe la Sad pa It ecopricion, de exit, so da Slameate en unos posok {niiedlos anoemaless El expiant teado bo sre min fo ona invesignain preliminar con objeto de exablecer ot Ik frecuencia de! efecto auger noralidad y fe lo suiien sGmente evade cono ara cer sxpernane cn oes personas La natracin de los siguientes experimentos, una ver amis, no constituye una evidencia cientiica ni pretende or otre parte ser considerada como tel, Constituye una evidencia para ei mismo y, en pare, una excasa para J publicscién pero no es, desde luego, una evidencia © una prucba para el lector. La convicrin, para él, de bee depends ya sea del sredad de los gue se proponen en los capituls Snales 0 resultados que, de acuerdo con la teora, €l pueda obte- per si lleva a cabo el experimento con sis propios me dios; o en titima instancia, dependeré de ambos fac- Personalmente, esta exzn de imégenes constituyé pera mf una actividad fascinante e incluso llena de esi PME ut—canscuLe x1(b) 01 los. Pero se trataba de un deporte nuevo y, por consi- Bulent, come! todos Js dsainos que son proplos de lan principiante, No sélo esperé a que pasara mis de me- lio minuto dese el momento de despera prs empezar a recordar el sueio’sino que tampoco llegué a apreciar suficientemente la importancia de los detalles en los registeos escritos. Incidentes que deberian haber sido descriptosen cincuenta palabras fueron registrados sola- mente en tres. El resuliado de ello fue que, si bien los suefios presentaben muchos 'aspectos sugestivos para cexperiencias fururas, encontré may pocas cosas que fue- ran idemtificables como pertenecientes a la otra mitad ddel.tiempo. Alli estaban el suefio de la Iluvia de chispas que se transcribe en el capitulo anterior y otros cinco ‘de resultados mis dudosos; allf estaba también una ima- gen bien definida cuyo original fue observado cuatro aahos mis tarde, pero esto estaba fuera de los limites preestablecidos de la prueba, En realidad, no fue sino hhasta el undécimo dia que consegut el resultado claro, conchiyente * que yo esperaba. Durante la tarde de aquel dia habia salido a cazar por la campifa. No estaba seguro de cul era el coto autorizado por el permiso de caza que habia obtenido y de pronto me encontré en un terreno para el que, se gin pude observar, no.estuba autorizado, Mientras lo atravesaba, of que dos hombres me gritaban desde di recciones diferentes. Por otra parte, parecian avisarme acerca de un perro que ladrabs furiosamente, Caminé hasta el portén més cercano tratando de aparentar que estabe distraido y que no me habla apercibido de lo ‘que estaba sucediendo. Los gritos y los Iadridos se ofan ‘cada vez. més cerca. Apresuré el paso y consegué stra. vesar el portén antes de que mis perseguidores se cieran visibles. Sin duda se trataba de un hecho desagra- iy on ests eapeciser codico "sin popuir gue sc meneons : i t 1 102 Oy xpEnINENTO CoM ti TIEMPO able para un hombre sensible como yo y un pic epi odio que puede ser motivo de un suefo. Leyendo mis registros esa noche’en un primer mo: mento no observé nada inusual y cuando me disponis 2 cerrar mi libreta mis ojos se detuvieron al pasar justo al final del texto: «Cezado por dos hombres y wt perro.» Lo asombroso de Ja cuestiéa era que yo habfa ov dado casi por completo que habfa tenido tal sueio. Ni siquiera recordaba haberlo escrito. ‘Durente el duodécimo dia no encontré nada identi- ficable pero en el decimotercero obtuve otro excelente resultado, Durante al dia lef una novela en la que uno de los personajes se escondia en un enorme altillo de una vieja mansién. En el curso de la novels, més sdelante, el per~ sone vel obligndo a escapar y Jo hace través de El suefio de la noche anterior habta tratado acerca de un altllo secreto y misterioso que yo descubtia y ‘exploraba con gran interés. Poco tiempo después, en el sueFio, yo Hegaba a la conclusidn de que era conveniente escapar de Ia case y decidia hacerlo por el ail. ‘Durante la noche eatorce obtuve cuatro excelentes resultados, El resultado neto del experimento habia sido qve, en el curso de cuarenta y ocho horas, yo habia conseguide identifear dos ejemplos concluyentes del zefector, y seis més que, aunque no eran conclayentes considerados individualmente, dificilmente podrian atribuirse a una ceincdenca numérin. Rero el punto més inporaate xz de, ninguna de sos clemplos pads Miber ade Tuto si yo no hubiese memorizado fos suchas v los hublesé pussto or eserio-y_nds tarde [PAVE 1, —caprruLo_xi(b) 303 sino hubiese vuelto a inspeccionar los registros después Einsasineedes = Por-consiguiente, llegado a este punto, la reorfa de que el efecto era simplemente uns caracteristica anor smal de la zelaci6n general del hombre con el tiempo aunque fuese una relacién tan inteinseca como para cludir evalquier observacién casual— habia sido en per- te-confirmada por el experimento, Pero en aquella teo- ria, el efecto en cuestién debia ser tan observable expe- tijentalmente para calguerindvideo como lo hable sido para mi mismo. Esto queria deci que yo debia convencer a otra persona para que llevara a cabo el ‘mismo experimento. ‘Una joven, a quien Mamaré ahora Miss B., accedié dde buena gana a tomar parte en el experimento, La se Ieccion€ prineipalmente porque cra ona persona extre- madamente normal, que nunca babfa tenido ninguna ceapecie de experiencia «psiquicay y que (y esto era To ‘bueno) erela que ella casi nunca sofaba. Le verdad es gue lee» sfimarme, con eguidad, que ei ne levar el experimento con cl que no re haber sofado en toda su vida més de cinco [La mafiana después de Ia primera noche me, vino a ver y me dijo que todo el asunto le parecta absutdo. Habja tratado de rememorar sus suefos inmediatamente después de despertar pero habia Ilegado a la conclusién de que no tenia nada que recordar. De modo que le dije {que no se preocupara de recordar los suefios sino que intentara tract a la mente en qué habia estado pensando fel momento de desperary, hecho eso, que inten 1 nico scr ove silo at 1° salon con nese 104 Dw ExrmunTo con EL TIEMPO tara recordar por qué habia pensado en eso, Ella siguié mis consejos y, tal como yo sabia que ocurrieia, Ia cosa funcion6. Asi fue que las siguientes seis mafianas pudo recordar que habia tenido un breve suefio la noche an- En el sexso dia, contando el experimento a pertir del primer suefio, obtuvo el siguiente resultado. “Mientras esperaba el tren en la estacién de Plymouth, caminaba fasta el final del ann y legs fast une puerta 0 portén compuesto por cined o seis barras. Esta puerta daba a un camino. A egar a ella un hombre atravesaba al otto lado conduciendo tres vacas marto- nes, En Ja mano levabs un bastén, y lo hacia de una ‘manera particular, como si se tratase de una cana de pésear. En el suefo, ella caminaba por un sendero que cono- cia y encontraba, para gran sorpresa, que’ terminaba en tuna puerta 0 porién de cinco o seis barras y que no ‘ena ninguna fazén para estar alli. El portén era exac tamente igual al que habia visto en la estacién y a me- dida que se aproximabs a él el hombre y las res vacas ‘marrones pasaban al otto lado, exactamente como haba carrido en Ia experiencia diuena, con el hombre lle vvando en la mano el bastén a la manera de una cara de pescar y encima de las vacas. El conjunto de! grupo estaba dispuesto igual que ef que ella habia visto. EL su rove Inga en Ja magne antes de In expe ‘La mezcla de la imagen «pasaday del sendero con la imagen «future» del portén constituye un excelente sjemplo de integracién " Wier Bravo elaneate un sosin gue se atmcahe # on int Aro dito nie soeeido, Surtees cugenta y 0 hore Pe ‘ny nate ered de elo hata gue elo sea pane mn —earrruto x2 (b) 105 Mis adelante le ped a mi prima, Mise C., que inten: tara lo mismo, Elle también estaba segura de que jamds habia tenido una experiencia semejante y de que, por regla general, no sofiaba, Demostré tener una grat he- bilided para recordar suefios y para observar lor deta lies, Peto en un comienzo no conseguia pescibir las conexiones, incluso cuando se trataba de conexiones on acontecimientos pasedos. Por ejemplo, no consegula ‘comprender emo ers que un suefo acerca de caminet sobre los techos podia estar conectado con la experien- cia de tepar al secho de un bungelow conmigo el dia anterior, pese a que ella sabfa que no habia estado si- bida 2 un techo de una casa, de ninguna clase, desde hacfa muchos afios. Sin embargo, en el octavo dia, ob- tuvo el siguiente resultado, que puede considerarse como de primera clase: Inmediatamente después de su llegada a un hotel s- tuado en le camp le hablaron de un persongje curioso que se alojaba al y que todos los huéspedes sospecha- bban que se tratba de una mujer alemana. (Esto ocurria durante las etapas finales de la guerra.) Poco tiempo después ella conocis a este persona —por primera veo— fn los jardines del hotel. Estos terrenos son bastante fuera de lo comin puesto que se extiendea por un vasto ‘espacio, contienen muchos deboles de gran tamafio y de ‘especies rara, al panto que cualquiera hubiese pensado ‘que se trutabe de pargues publicos de no saber que per teneian a ote. La supueste elemana exaba vestida ‘con una falda negea, una blusa a rayas blancas y negtas ¥ llevabs el pelo peinado hacia atte coo un rodete en Ja parte superior de la cabeza, El suefio de mi prima habta sido que una mujer ale mana, vestida con una falda negra, una blusa a rayas blancas y negras y con el pelo recogido en un rodete en Ja parte superior de la cabeza se encontraba con elle en tun parque pablico, Mi prima sospechaba que esta ale mana era ina esp i 106 i suefio rave gar unot dos dls antes del scabte cine. (El rgiato carer de fecha pete lege sak tmanot cuando ce produjo el scnteioiento nfm is habia teido ya por lo menos un reultedo'co cluyente, aungue no" del todo, mes dl expenente An sUehd relslonedo con criss noiat gee legs una eat ue ela ts tdcante relobla de anes dean anige Mrs,» que Ta sigui6 en el empedo, abtavo wn exce- tence ret en a misma noche en gue comes experimento. Sin embargo, este resultado se relacionaba con dos experiencias dstintas que tuvieron lugar duran te la semana siguiente. El limite que nos habiamos itn puesto (cuarenta y ocho horas) fue superado, pero la Corzespondencia eta tan clara que el resultado se ajus taba a la regla que permite una extensién del experi mento en casos excepeionales [as experiencias dienes te relacionaban con dos mi tines pblicos en Corwen. Mrs. L. fue a uno de estos encuentios y cuando me lo describié més tarde, me dijo aque se habia sorprendido por el grin mimezo’ de clr: 208 que habia en el edificio, puesto que en su opinisn, nada habia en el asunto, antes del mitin, que pudiera tener um especial interés para la Iglesia. En el siguiente mitin ella n0 estuvo presente pero smi hermana estaba alli y le coneé a Mrs, L. sur expe: riencias. Al apoyar su cabezs contra la pucrta descubrié que tenia'lugar un verdadero pandeménium. Cuando estaba a punto de retirarse con toda diserecién el presie dente, advirtiéndolo, exclamé: «Adelante, Miss Dunne, vea eémo-nos-peleamos: los-galeses.» En el sueio de Mrs. L,, ella se encontraba en una teunién pablica en tun mitin, y estaba muy enojada por las interrupciones Pane mi—eanrrono x1 (b) 107 de un clérigo de Ia audiencia quien, en lugar de dejer gue es cons glans ean pmalmente, ft en predicar une especie de sermén que terminaba en Bila diseutiay cl clérigo se inelinaba hacia atras hasta que Hlegeba a tocarla, Otro hombre de la audiencia Te daba un empujén, ella se levantaba y vol cando una mesa, gritaba: «Quien es el responsable del comportamiento de la audiencia? Yo sé que’ lor gees om amos por ou me comportanieta en ie ico, peto no permitiré que hagan esto aque ‘Mra Ly olvide todo lo Teer a este susie después de eseribirlo. Su registro no fue releldo por elle sino después del segundo dia, de modo que lo pas6 por alto cuando los dos mitines se celebraron, més adelante, do tante el eurso de la seman. No fue sino por casulidad aque, volviendo sobre ss nota, deseubri este registro ™ EI Mayor F., la siguiente persona a le gue se propuso este experimento, participd con bastante interés. El Mayor sostenia que, de baber algo importante en este proyecto, con toda seguridad era que conseguiria esta: Blecer quign seria el ganador del préximo Derby. Al finalizar, legé a aceptar mis tesis pero me temo que tuvo que reconocer también gue la mente que suet no tiene nada que ver con las predicciones deportivas. El Mayor F. es un pintor de marinas que goza de buena reputacidn y, durante el segundo dia de la prue ba, decidis ponerse a pintar un par de bazcas que pre viamente habia visto sobre la playa, pero descubrid. que uno de los barcos, de proa y popa puntiagudas, habla sido pintado, desde su Ultima visita, de rojo y azul bri "2 Comoe afirmado antes, Mrs, L.tavo solamente ae 1 crop ‘reato“que sus tess eran veluainero, me descnteabe oo Sparent lncapacied de obtener slain 108 BN EXPERIENTO CON BL TIEMPO Uantes, como los colores de los botes salvavides. Sin embergo, hizo su bosquejo, un proceso para el que se recesitabs poner, desde luego, una laiga y cuidadosa atencién sobre las caracteristces del bote y sus colores. El barco estaba colocado sobre un eésped corto, de color verde. A poca distancia, sobre un muelle que aparecia en Ia pintura, habia un objeto largo, de color rojo, se- rmejante 2 un barco, con algo con jorma de pato que 10 atravesaba por la mitad. El Mayor F. utili unos pris- miticos para establecer que era esto que tenia el barco ‘encima y descubrié que se trataba de una red ‘La imagen onizice asociada con esto fue Ia dean barco salvavidas de colar rojo y azul sobre un eésped verde con na red colocada sobre &l por la mited. Este svefio tuvo lugar durante la noche anterior al scontecimiento En un comienzo, el Mayor F. no podia ver la cone: xiGn, Pensaba que le semejanza deberia haberse exten- dido a toda Ia escena del suefio y le molestabe que no hubs sido ax. No obstante, continu con ef ensapo ‘Al dia siguiente se puso a llover copiosamente y los dos nos fuimos a buscar refugio a un lager desde donde podiamos seguir pintando cuadros. Enttamos a una pe- uefia casa en constraccién y como la vista desde las Ventanas inferiores no era muy buena decidimos cons- tuvir una especie de escalera para legar hasta los crave- safios de la planta superior, que ain no habla sido ter- rmineda. La escalera cra de un tipo bastance foera de lo comtin puesto que estaba formada por peldafos de for ‘ma coadrade : Uno de los suefios del Mayor F. durante Ix noche terior habia sido que él subia por une escalera que, aparentemente, no estaba apoyada contra ningéin muro. La escalera, por asi decislo, subfa hacia el espacio, y ‘enfa los peldafios cuadrados. Por lo visto, €l hacia casi seis afos que no subia por una de estas escaleras 4 4 4 Ba inate PARTS t—caprruLo x1(b) 103 Sin embargo, fo que finalmente lo convencié fue lo siguiente: Sons que navegube en un barco de juguete junto con un niflo pequeo, por quien sentla un espe: cial afecto y al que (en realidad) dl le habia regalado un Darco semejante al del suefio. Al rato sofé que vela tn barco similar a éste, pero de tamafo real, sin mast y con sus velas flotando sobre el agus. La ‘ripulacisn fstaba dedicada a lavar las velas. Pocos dias después supo gue su pequefio amigo habia sido llevado hasta jn estanque pare probar Sa muevo barcode juguete pero, en loger de hacerlo, ef nito habia insistido en sacar las velas, dejar que flotaran sobre el agua del es tangue y lavarlas El Mayor F. mie reconocié que estos tres resulte- dos, considerados en conjunto, consticuian algo conclu yente”, Poco antes me habia escrito mi hermano para decirme que habia scaptadon, después de la guerra, la muerte del general Leman, el héroe belga y que, al abcis el periddico a ia hora del desayuno, habia encontrado nuncio en las noticias ‘Mi hetmana, igual que mi hermano, habfs obtenido sm resultado sin necesdad de evar a cabo ninguna ex. perimentacién. (Por supuesto, ambos se dedicaban ahora 4 investiger acerea del efecto.) Sin embargo, sus prue bas se extendian en un campo de le ciencia en ef que Becton» es un sombre mis importance que «Newson» a este terreno, sangue ignorante, soy humilde y, por Jo tanto, estoy dispuesto a aceptar su palabra de Que la correspoadencia de Jos acontecimientos en este e130 er lo suficientemente detallada como para que no pudisra “on i tga cls nie eters Gt Moe Fe SE cee on Is mr des etnies nbsls ene Gee not un Exrenimeyro con nt risMPO, pensarse en absoluto que el resultado se debia a mera coincidencia Capitulo XI La situacién estaba ahora un poco mis clara. Se haba descabierto que el efecto tenia lugar sélo cuando se realizaba una observacién dirigids con precision y la incapacidad del efecto para atraer la atencidn general quedaba, por consiguiente, suficientemente, explicada Pero este método rudimentario que hebia sido disefiado con el propésito de hacerlo perceptible parecia funcio- nar bastante bien. La hipétesis originaria de que el efec- to sélo se daba en individuos anormales habia sido com- pletamente eliminada y, por otra parte, a la luz de lo que demostraba el experimento en mi caso particular, yo no aparentaba poseer ni tan siquiera una muy de- Sarzollada capacidad especial para observar el. efecto. Onras personas habfan aleanzado resultados decisivos icho mas répido que yo, y en la mayorta de Jos casos, tales resultados habjan sido més claros que las mfos * resid de los expermentos demotrabe gue rmimero de personas capaces de percibir el efecto por si htsmas seria, al fin y al cabo, to suficientemente grande como pars que la idea de le anormalidad resultase ab- surda, Por afiadidura, cuando legaba a considerat que ‘casi todo el mundo ha experimentado alguna vez est ‘extrafia sensacién de estar unos acontecimientos que han pasado antes» y que la mayoria de las personas son Mis selados menos sorpreadentes hablin sido menos mame. roror que fw de mis gosteses eto mis tetas tambien Fabian dp simiarmeme probation de revorpecaio Neda iii que ‘gfrien de oto" etperimentadotes ecepo por uia superar a> ‘eidiados on ambos sete. PARTE uk —cuprruno sr ut capaces de recordar de pronto un suefio aparentemente alvidado porque (no puede haber otra razén) algo si cede que les recuerda aquel suefio (es deci, esti aso- ciado con él), resaltaba bastante claro que de darse la snormalidad en alguien, se daria posiblemente en aque- los que, si se probabe que eran anormales, eran men talmente incapaces de observar el efecto en cuestién, No obstante, las estadisticas al respecto slo podian esta: Llecerse a partir de experimentas realizados en gran es- cala y una vez que el libro, este libro en particular, hhubiese sido publicade, Mientras tanto, la explicaciSn decisiva parecfa més Jejana que nunca, EL problema consistia en que el efecto era extrema: ddamente definido en cuanto a sus aspectos. Ninguna sgenetalizacién apresarada podia cubriz un asunto tan amplio.y vago (por ejemplo la relatividad, o la teoria bidimensional del tiempo). La cuestiéa estaba repleta de pecolitiades y presenta claves que apuntaben a media docena, por Jo menos, de soluciones posibles, en sz mayorla contradictorias, Por otra parte, aunque era {cil encontrar explicaciones que dieran cuenta de alguno de los hechos, resultaba muy diffcil encontrar una sola que pudiera abarcarlos todos, Con la esperanza de obtener datos adicionales reco- mencé los experimentos sobre mi mismo. Mi objetivo era en esta ocasiGn establecer si habia diferencias obser- vables entre las imagenes relacionadas con el futuro las imigenes relacionadas con el pasado. A medida que fueron desarrolléndose los experimentos, observaciones ‘muy cuidadosas realizadas por mi determinaron que concluyera que no existfa ninguna catacterstica capaz de diferenciar unas imagenes de otras En el curso de estos experimentos, sin embargo, tuve tues suefios de ‘cardctet particularmente esclarecedor ue, por estas mismds razones, convendria deseribic bre- vemiente. na. 1 sxpensumero COW Bt TIEMPO El primero podria pasar por un ejemplo claro de une cadena asociativa que va del epasado> al «faturon. El vineulo o conexién era la idea de la tinea derra: ‘mada, idea que habfa tenido que ver en ambos casos con experiencias divrnas. EXPERIENCIA DIUENA (1): ANTES DEL SUES Yo observaba s un amigo sentedo junto @ una mesa enando el depésito de una estilografia y pensaba que mi amigo acabaria derramando la tint, EXPERIENCIA DIURNA (2): DESPUES DEL suERO Leia sna histori policial francesa, El detective pare- a ser inusitadamente incompetente y hacia el Smal del bro, yo me preguntaba si acabaria mostrando alguna sefial de la habiidad y la perspicaia que se pedia af lee tor que reconaciese en él En el curso de la rama detectivesca él simalabe to: pezat, y al haceslo, derramaba algo de tata sobre el asiento en que estabx sentado el villano de la historia. Este, para evitar manchar sus ropas, s¢ echaba hacia atrés en la sillaelevando sus dos mans. Al hacerlo, el detective agarraba una de las manos y manchaba los de dos del villano con la tinta para después hacer que de- jara una marca sobre un trozo de papel secante, ob riiendo asi las huellas digitales, Hecho esto, tiunfal renie denunciaba al eiminal SUERO: SITUADO ENTHE LAS DOS EXPERIENCIAS DIURNAS Un famoso detective se disponia @ darnos una exhi bicida de sas habilidedes. Fspersbamos un largo rato pero por Jo visto, él resultaba bastante incompetente mente simulaba troperar y al hacerlo, derramabs PARTE U—carrruLo it 13 tinta de una estilogréfica sobre el criminal, a quien des- ppués denunciaba triunfalmente EI segundo sueiio mosteabe una similar cadena ato- ciativa pero en este caso el vinculo —disparay sobre te Bisa paligoce de caxe con na pstle— era 2 EXPEAIENCIA DIURNA (1): ANTES DEL SUBRO Yo vela una pelisla acerca de una expedicién de cara de leones: Mi herman en ese momento, pensabs ntse un expedicén semejane y yo me prentabe Gut tipo de antes tenia que leva. Mlcnes cons erat Tas ventis y desvenaas de as dstnas ern ine aco de un enorme revved site ios que faa i en tno aes de Dar arma ue se wo "Bit deb ser parte de'un equipamiento aca pura Un cazador de leone. Me patel diver imaginarme ‘Simo sera cat hones coun revolver como eee, EXPERIENCIA DIURNA (2): DESPUES DEL SUERO Let Hatcbuwoays de Ethel Sidgwick. En el libro se de- dican dos capitulos al episodio de un leopardo que ha escapado de una reserva de animales salvajet, El leo pardo aparece cerca de una casa de campo donde fin- ciona una especie de escuela infantil y ha matado a una cabra, Més tarde el hézoe es salvado del ataque del ani- mal por un explorador retirado, que llega en e! mismo ‘momento en que esti a punto de producirse la desgracia y'mata a la fier con dos disparos que hace con un revel ver prestado, SUENO: ENTRE LAS DOS EXPERIENCIAS DIURNAS Miro por la ventana de una casa de campo y veo la cabeza y los hombros de un len que se mucve a través 4 | de un campo de trigo. En In vecindad se sabla que este len habla ecopado de wna rereroa de animales sdoses y que habia: matedo a una cabra. Yo me preguntaba s seria capaz de acertarle desde mi posicién, en la ven- tans, con mi revélver, pero legaba sla concusin de que la distancia que me separaba del blanco era dems: siado grande. Decidia que fo mejor era colocarme a un lado del sendero en el'campo de tuigo'y esperar a que la fiera volviera a pasar por alli. Sin embargo, sentla, tenfa la seneacién, de que cra preferble confar con un arma algo més eficaz que un revélver. Entonces me iba en busca de un fusil de caza. Er scotia on compo eo pet itepracign, puesto que sus partes componente se tla Glonaban con imprestones redbidas antes después del EXPERIENCIA DIURNA (1): ANTES DEL SUBSO Vien el jardin de mi hotel el fondo, sit los lados, de ‘un viejo, pequetio basco de fondo plano. [EXPERIENGIA DrunNa (2): DESPUES DEL SUESO Mi hermana me convencié de que 1a acompafiara’ a Jn muestra de motoietas Olympia y queria mt opiign acerca de un modelo pequeiio que a ella le gustaba. Se tratabe de una cosita muy bien acabada llamada «Uai- bus», y era totalmente diferente de otras motos que habia en la exhibieié, puesto que habia sido construida como si se tratase de'un coche @ motor, con cjes, caja de cambios, etc. Estaba equipada con un pequefio asien- _.. 10 de forma curiosa (en las motos que hasta entonces habfamos visto, habla que ponerse sobre la tabla que servia de base). Ademés, presentaba una especie de es cudo para la proteccién de los vestidos de les sefioras Observé las ventajas de este sltimo detalle y afadf que PARTE mt —caprruno tt ae fn las motos corrientes mi hesmana acabarla con los pies totalmente empapados y embarrados. Mientras bat cfa mis observaciones de pronto aparecié en mi mente aquella vieja y exttana conviecén: esto habia sucedida antes. Como sabia qué queria deci, me concenteée in smediatamente cevivi el recverdo perdido, Pertenecfa a tn sue y, més ain, un suefo que yo habia repistrado. AL regtesar a casa revisé mis notas y descubti que el suetio habia tenido lugar dos aos antes SUEK(O: ENTRE DOS EXPERIENCIAS DIURNAS ‘Mi herména venia por una‘ealle, sentada en un pe: quefio coche muy curioso. (Yo habia hecho un dibujo de Ja méquina, que era simplemente el «Unibus» sin el eseudo}) Yo le gritaba algo acerca de sus pies, que se le mojarian, Vefa agua sobre la calaeda basta el nivel de una plataforma baja de forma oval, En las notas se decia que la plataforma de este pe- ‘uci coche era parte de un barco de fondo plano que habia visto nueve o dies dias antes. Puesto que hemos entredo en el tema de las asocia- cones de largo aliento con un suefio en el medio, quiais convendria que describiese el ejemplo més perfecto de este tipo de asociacién que he experimentado, El lapso entre el acontecimiento onttico y el acontecimiento fo turo fue de cerca de veine aos, [EXPERIENGIA DIURNA (1): ANTES DEL SUERO Cuando tenia doce o catorce affos lef con enorme in- terés De la Tierra a la Luna de Jules Verne. Quienes hhayan lefdo el libro recordarén piobablemente las ilus traciones del autor y Ia idea que éste se hacta de cm seria la méquina volante. En estas ilustraciones aparecta tuna larga quilla oscura-del tamatio y de le forma de un 6 Wy EXPERIMENT cow EL TEENS modeeno destructor, excepto que éste tenia un espolén Esta cosa, que parecta gue habla salido del mar y que ahora surcaba los sires por error, estaba sostenida sobre tuna nube de pequefias helices montadas sobre un bosque de delgados méstiles metiicos. No habia alas ni nada parecido. [EXPERIENCIA pruRNA (2): DESPUES DEL SUB ‘Unos veinte afos més tarde, en 1910, realicé mi pri ter viaje en el primer eeroplano dotado con estabilidad propia completa *, Fue un episodio bastante excicante La cosa despegs demasiado ripido, se secudié y cuando se recobré de la sacadida, me encontré volando entre los migidos del motor sobre los alrededores det aer6 dromo, elevindome lentamente, pero firme como una roca. La dejé por su cuenta y que Ix méquina euidara de si misma. Asi lo hice hasta que el motor se detuvo (aguello era muy comin al cabo de los primeros tres Imus, eo ee tlmpos). La sntnign era extaoed aria. La méguina, como todas las que disefié,carecin de cola y, vista desde absjo, parecta una enorme ca- eau de cha sine cuerpo, Bl conjuno er muy pan tiagudo y en el extiemo delantero habia una estructura Semejnie 2 una sino abiera, sin cabiera, ocha de ppaios de algodén blanco atados sobre una estructura fe maders livia, EI piloto se sentaba como podfa so- bre eta y al mira a ambos lados el ganado disperso cien Do id abo, cn acs alla de ett incipal del acroplano fuera de su campo de visiSn, Tena sersacn de velar eel vio be un ingle anos abierea "ir L Gibbs previnate tabi conseguido acer que una mi quinn tenciace, tminen dade por my Sespegn pero eels ‘Eucla se na unas pos mein | | | | vane 11 —carrrune at uy SUENO: ENTRE LAS DOS EXPERIENCIAS DIURNAS ocos dias después de leer el libro de Jules Verne Sofié que habia inventado una maquina voladora y que Viajaba 2 través del espacio. Jamés habia oido hablar, ni habfa eoncebido la posibilidad de una méquina vols. dora diferente de aquel gran sparato metilico movida por hélices, Sin embatgo, en mi suefo yo estaba sentado en wn pequeio.barco abierto construido com un material de color blanca montado en una estructura de madera En al suefio yo no timoneaba y no habfa sefales de que algsin sistema 0 mecanismo sostuviera el bare. ‘Debo aiiadir aqui que la barquilla semejance a un bbareo dei biplano «Dunne» no habia sido afiadida a cause del relato vego e indeterminado del suefio. Las primeras méguinas carectan de este dispositivo, que foe incorporado mas adelante, con objeto de reducir la re- sistencia al aire que producia In cabeza del piloto y que, en ese sitio en particular, se crea que ejeeia un efecto desequilibrante de Ia estabilidad del aparato, Nunca olvidé aquel suefio y lo recordé, divertido, cuando en 1901, mientras me encontraba gozando de tan permiso por enfermedad —era Ia guerra de los boers— me puse a tabajar con ahinco’ para disefar Cletto dispositive «mis pesado que el aire» que pudiera resolver el gran problema militar que signifcaba el reco- nocimiento agreo, Pero en aquella ocasién me parecis que habia sido un suefio muy propio de un nifio y no presté atencién ni me apercibt de la sigoificacién de la apariencia de la méquina del sueso. De hecho, la ver~ dad es que no podta hacerlo, puesto que el desarrollo en el campo de la construccién relacionado con ello no se produjo sino diez afos mls tarde. Para entonces yo habla olvidado totalmente cl suefio considerando que no tenia, ninguna importancia y s6lo recientemente com: prendi que aquel detalle corrcborativo del barco blan- 0, pequefio y abierto convertia el canjunto donde este us. LY EXPERINENTO COW BL TEMPO barco sparecfa en una anticipacién de experiencias fu Si se acepta que la atencién en el suefo va de la red ssociativa sin relacién alguna con ningtin «presente» en particular, a nadie puede sorprender que suseite una images muchos affos «antes». En realidad esto es exac- tamente lo que cabe esperar que suceda, puesto que en el viaje retrospective» a menudo suécita imagenes si- tuadas muchos afos zatrés» Pero cuando se trata de computer o estimar la pro- porcién en que las imagenes det pasado eluden a ind. ‘genes del futuro, en una serie dade de sues, uno puede llegar a conclusiones erréneas. Porgue las imdgener que se relacionan con acontecimientos situados mucho tiem po antes pueden ser reconacidas y contadas, pero lat ‘que se relacionan con eventos similares situadas a dis- tancias iguales pero en el futuro, no pueden ser iden- lificadas. Por consiguiente, la tinica manera de conseguir sun equilibrio es limitar la estadistica aplicéndola a unos pocos dias en ef pasado y.en el futuro, 0 128, en ambos sentidos. Las inégenes que se relacionen igualmente Bien ya sea con el pasado 0 con el futuro —como lat de los amigos » las escenas cotidianas-— no deben com ‘arse. Las insdgenes que aparentemente son del pasado deben ser sometidas al mismo severa examen 9 esers- tinio que cuando se trata de imdgenes aparentemente ertenecientes al futuro, ya que la coincidencia operard del mismo modo efectivo en una u otra direccién. ‘Computando de esta manera hemos encontrado que Jas imégenes que se relacionan indiscatiblemente con el futuro préximo son casi iguales-en atimero a-les que se relacionan de un modo similar e indizeutible con el pasa- do préximo, : Le xslt ng [Note a rercere eid BI plea evtiba stad fue escitohice teach entoncta no me coe de ie hb dseado la base Gs un expiants exudes oie ‘ho me convinces ¢ inmeneeente mae simple qv] peviamente deveripo, Debi sr Hevao « cabo oh una ‘Seale mucho mayor pero, de stax, suminstrace mucho tee eae de pobre ene in ‘lle de cuslgierfcutad pocopntive ue se pres cue ui ME on i Gram eigenen ade, podsn lege product procine ets heir {ables al seco del fecogicib, Sin embargo ube de {Sperar haita 1939 pana que ert idea ots oi mate En ca oporcnided line a cibo un expense en pe jel eal sigtendo extn lnesy on Teulada ftom brosdoramence faversbls iz ers scoriade los sue Son Eso rerladonspreeen ene apendie de ete ibe] Capitulo XII o-oo scament osx, Ere et agunia gut Hoquedba Todo Propese lteor, Caalgucr solucién que redujera el tiempo a algo totalmente pre sente suponia la nocién de que las presimégenes fuesen ‘observables por igual en la vigilia y en los suefos, De modo que, gpot qué sélo en los sueios? Deberia darme vergienza confesar ahora cain letgo fue el perfodo transeurrido hasta que, al formular esta Pregunta, comprendi que en redlidad estaba haciendo tuna peticion de principio. No obstante, en el mismo momento en que me di cuenta de ello, me propuse po- nera prueba la cuestién. Una breve consideracion del asunto sugeria que et modo mis. simple de preparar un experimento en: es tedo de vigilia podia set tomar un libro que uno taviese fa imtencién de lecr,en los prdximos minutos, pensar fijamente en el titulo, de modo de comenzar con una 120 us ExPERIMENTO CON SI TIEMPO idea que tuviese vinculos asociativos con cualquier cosa aque spareciese en la furura lectara, y después espe Tar que apareciesen de modo espontineo imégenes en la mente, por simple asociaciSn, ‘Como es obvio, se podis ahorrar muchisimo tiempo rechazando de plano todas Jas imégenes que uno reco- rociera relacionadas con el pasado, Ademés, puesto que las imigenes serfan percibidas en estado de vigilia y en relacién con una en paiticular podria confiar mucho més ten los. propios recuerdos de ellas de lo que se habia hhecho cuando los recuerdos se formaban durante el sue fo y de ests manera ahorsarse una gran cantidad’ de tiempo de escritura, Deberia bastar con una breve nota para cada imagen "EL primer experimento que realcé constituyé un ex- traordinario éxito, hasta que descubri que habia leido antes el libro, ‘Sin embargo, era interesante en la medida en que smostraba la enorme dificultad que tienen las experien- cas en estado de vigilia pare hacer que la mente se libere 4 si misma de sus recuerdos. La mayor parte del tiempo lo dediqué a rechezar imagenes del pasado y a intentar comenzar de cero, con una mente totalmente en blanco. "Ademas de temas relacionados con el libro, que ya habia leido, obtuve s6lo unas pocss ideas, en su mayoria relacionadas con Londres y el exterior e interior de los abs. La nica excepci6n fue una tnica palabra, «ca chillo de palo» (Anifewood), que aparecié en mi mente, To que parece, de la nada. Una breve reflexign basté para que concluyera que nunca en mi vida habs ofdo Semejante palabra, asf que la anor. ‘Dos o tres dias después me trasladé, de modo bas- ante imprevisto, « Londres. Al Hegar fui a mi club ¥ como po tenia nada més interesante que hacer, me ‘irigh a Ja biblioteca, elegi una novela recientemente pobliada e intenté un segundo experimento. Result. do: mulo. Darante quince minutos obtuve apenas ocho panne in—carrruno xin wa imégenes que no pertenecfan claramente a Ja mitad pasada> de la red asociativa, Una de estas ocho imé genes se relacionaba con una caceria de camguros en ‘Australia: jinetes y sabuesos_persiguiendo en forma desordenada al animal. La otra comprendie la palabra ‘enarwhal>, Nada abfa en el libro que se ajustara y por el momento la dejé aun lado. Pasado un rato me dirigi a una pequetia bibliotecs inferior que-es un excelente lugar para echar una siesta Elegi un sillén eSmodo y, para cubrir las apariencias, agarré otro volumen: el Book of the Sword de R. F Burton, y lo abri'por la mitad. Inmediatamente mis ojos descubtieron una pequefa representacién de una ant igus daga, en la leyenda al pie podia leerse Knife (wood). Me incorporé en mi asiento y comencé a hurgar en el libro hasta que Hegué en un determinado momento. a Ja piping 21. Al apreia I referencia al veo del narwhal. Continuando la lectura descubrt en la pigina siguiente las palabras «el eanguro viejo, con la larga tufla de le poderosa pate posterior, ha abierto el vientre de muchos sabuesos». ‘Ahora bien, no habla nada concluyente en esto pero siel mismo tipo de sugestin y de incereidambre que se tiene una y otra vez cuando se llevan # cabo experien- cias con los suefos, mientras se espera que surja el re- sulado deisvo, Por consiguiet, lo sucedido me alen- Tntenté después con el libro de la Baronesa von Hotten, Julia. Resultado: un cuarto de hoja de libreta repleto de materiales, lo sinico que se ajustaba era cata rosada> puesto que habia una referencia en el libro a «casas rosadas». (No lo suficientemente bueno.) Riceyman Steps de Aenold Bennett sirvié para el sic guiente experimento, Sélo obtuve tres lineas de mate- Tal, pero éstas contenian las palabras «estoy autorizado a decir». Al abrir el libro me topé con el primer pérrafo 122 wy Expennenro con EL TEMPO donde ponta: «el hombre en si mismo estaba claramente autorizada a decir» Guando intenté con House of the Arrow de Masen, tmodifiqué el procedimiento, Abt el libro por el comien z0 y encontré el nombre de uno de los personajes, to- mando cuidado de no mirar ninguna otra pégina, Tenfa Ja impresiGn de que un nombre que estuviese en estre- cha conexién con muchos de los icidentes del relato cofstiuiria un vineulo ascciative mejor que la mera ides representada en el titulo del libro No s€ si el lector conoce House of the Arrow, y si no es asf, en modo alguno quisiera, incluso por bien de Ia ciencia, echarle a perder el disfrute de esta his toria policial de primers clase. De modo que me limits 16 a decir que el nudo centsal del asunto, aquello que sostiene toda la estructura de la trama, es un reloj sue mare lt diet» medi, Sn embargo, et not 99 aparece en el relato hasta que ha transcurrido la mit El personaje que yo habla elegido al leer las péginas iniciales det fibro para utilizarlo como vinculo asociativo scompafiaba al detective durante la investigacidn poste rior. Al concentear mi atencién sobre este personaje, la primera imagen que vi y observé era Is de wn reloj marcando las diez y media Gon el libro de Lord Dunsany, La bija del rey del pais de los Eljos obtave «largos monticulos de erital mi rando sobre el mar en tinieblas. Moscas de fuego danzan- do sobre este mar», No esti tan mal como desctipcién de la escena nocturna representada en el libro, en Ia que largas colinas de cristal se asoman sobre una planicie semicubierta en la que las luces de Elfland bailan, ava an y retroceden, ‘A continvacién intenté con un libro. de Snaith’s usan- do €l nombre de Ia heroina como vinculo asocativo ‘Agui fracasé completamente, pero en la mitad del expe: rimento obtuve una imagen muy extrafa. —caeruno so 123 Se trataba de un paraguas con un mango perfect mente plano y recto, una simple extensicn més delgeda aque el bastén principal en gran medida parecido y de iguales dimensiones a la porcién que sobresale por el cextremo de hierro del paraguas. Este paragvas, plegedo, estaba en posiciéa vertical, sin apoyarse en nada, snver tido, con el mango sobre el pavimento, justo fuera del Hotel Piccadilly Sucedi que al dia siguiente pasé con el autobss por exe sitio. Poco antes de llegar al hotel me Ilamé la aten- cidn uns figura muy excéntrica que caminaba por a cal~ ada en In misma diseccién y por la acera del hotel. Ess una anciaa sora, ves la manera viteriana, on un traje negro, un bonete de als sbovedado y todas las trazas de Ia época. Lievabs un paragass cuyo mango era una extensiGn simple, delgada, y sin pulir del bastéa principal que en apatiencia y’ dimensiones fe asemejabs mucho 1 la porcién que sobrsaia por el ‘exttemo metic del paraguas. Esta sefiora usaba el araguae —cerade, por supuesio— como bast, Ne vvindolo como llevan el bastén los peregrinos. Pero en lugar de llevarlo correctamente, lo llevabs invertido ‘Lo sostenfa por el extremo de metal y eaminaba en dic reccidn al hotel apoyandose con el mango sobre el pavi ‘mento, No necesito decir que nunca en mi vida habia visto a alguien usando un paraguas de un modo tan extra, Estos experimentos me demostraban que, si se pees taba la debida atenciGn a Ja tarea, se podta observar el efecto» estando despierto como estando dotmido, Pero el caso es que mantener fija la atencién no es algo fécil. Es cierto que no se necesita. ninguna facultad especial, pero se requiere una gran dosis de préctica para controlar la imaginacién, De modo que, si alguien 126 ox ExPEHMENTD COW EL TIENEO desea comprobar Ja existencia del «efecto», le. reco ‘endo el experimento en el que se recuerden suetos y no el mismo experimento en estado de vigilia. ‘Pero para estudiar el problema, la experiencia en es edo de vigilia tiene un velor muy diferente, puesto que se puede seguir gran parte de lo que esté en la propia mente o de lo que la mente hage. Por otra parte, no hay wn relato onitico que complique la cvestidn, En mi propio caso, yo empleé este experimento prin- cipalmente para encontrat la barrera, ila bubiese, que ‘vide nuestro conocimiento del pasado de nvestro co rnacimiento del fuvaro. Y lo curioso fue que, aparen- temente, no existia tal barrera en absoluto. En cuanto ‘uno eliminaba todo pensamiento dbvio acerca del pa sado, el fururo se hacia presente en forma inconexa. Puesto que, por muy difiel y problemético que fuers el proceso, en esto comsstia en ltima instancia. Sin embargo, sie trataba de seguir el «izen de Ia mersorian del pasado al futuro, no se Ilegaba a una barrera, sino ‘tun blanco absolato, Ademis (y esto To descubit con ‘us. experimento distinto), si permitimos que muestea atencidn pase de ona imagen que estamos considerando ‘otra que manifiestamente se asocia con ella, nos que- dlamos, por asi decilo, en la parte «pasada» de la red. En esta situaciin, Ja atenciéa se encuentra complete mente &,gusto, como en cast. Las imagenes asociad se suceden unas a otras siguiendo una sucesiéa répi y facil, a atencién se mueve, viaje, sin que se observe ringén esfuerz0 0 fatiga digno de ser. scfialado. Sélo cuando se rechuzaron asociaciones manifi ‘on la dltima imagen y se agoardé a que algo aparen- femente inconexo ocupira su Ingar, Ia atencién logré trasponer la lines divisoria. roto xy 12s Capitulo XIV ‘Adin inos queda‘ oto suedo para describie. No fue completamente concluyente, pero como a punto estuvo de serlo, quizd valga Ia pena analizarlo seriamente. Si bien no’se relacionaba estrictamente con el futoro y, por esto mismo, no podia ajustarse a la solucién que fen ese momento yo proponie, me forz6 » abandonar el trabajo en las Uiness que entonces segufa y me hizo retroceder- una teorla que habia abandonado. ¥ est, como se demostrars més adelante, fue un hecho afor- tunado. En la mafiana después del suefio, mientras me vestia, ime dedicaba a seguir una large cadena de reminiscen- ‘Gas gue se rehnontaba a los tiempos en que iba a la escuela y que, siguiendo una secuencia lépiea perfects, sme conducia al recuerdo de una aventura con ona avis. ppa, Cuando era nifio sentia terror por estos insectos y apenas podia soportar la ides de permanecer en unt misma habitaci6n con uno de ellos. Imaginen mi horror, entonces, cuando durante una comida ea una habita: cidn con la ventana abierta ented una enorme avispa y, volando, se poss sobre mi y se escurrid por debajo de mj euello de Eton. Permaneet sentado, blanco como una sibana, mientzas un maestro me exigla, de modo peren toric y bastante redundante, gue me quedara inmévil, ‘Asin hoy puedo recordar la sensacién horrorosa que ‘me producian las suaves y casi imperceptibles deambu laciones del insecto sobre mi cuerpo. Fue ast que, cue renta afios después, esa mafana, cuando mi cadena de penstiniento me habis llevado a aquel recuerdo de la infancia, intenté recordar Ia sensacién que me produ: cfan las patas de Ie avispa sobre Ia piel. Al hacerlo, rnentras me peinabe, el contacto del peine con un punto del cueto cabelludo iostanténeamente me suscité la ima gen del suefio que habla tenido la noche anterior. Habia 126 WY EXPERINENTO cow BL TEMPO soiado con algo agairado de mi pelo en ete punto preciso de mi cuero cabelludo y habia legado a la con élusidn de que una avispe me comtinabe por abi, y babla lamado a un compafero pata que me lt quitase ‘Abora bien, suponienda que habta so un sueio anticipatorio un ejemplo del «efectos — habia. que Considerat ls siguientes hechos. Le presentaciéa simulténea a la conciencia de la im resign sensorial del peine en el cueto cabelludo’y la igen de Is memoria sobre a sensacién que produ Tas patas de la avispa constitulan an ejemplo muy Co del proceso pot cal ne cotinge un sa Gin por scontighideds, Ademis, anten de que ie for mare le asociacion, 0 haba presentado en el sucho come integracion Sin dida constiufa una medca de experiencias muy tibia lal asa PARTE IV DURACION TEMPORAL Y FLUJO TEMPORAL, Capitulo XV Antes de buscar una explicacién, quiaé valga la pena aque observemos, con brevedad, qué es: precsamente aquello que debemos explica. En primer logar, por supuesto, hay que explcar el propio «efecto»: el aparente desorden temporal de las presentaciones, Fl orden real de Is experiencia tal como apareceria regstrado en un dlatio, por ejemplo, es el Siguiente a’ una pre-presentacién de A a” una respresentacién (recuerdo) de a’ A una presentacién, @ una representacién de A Si aceptamos las evidencias que surgen del suetio referido en el sltimo capftulo, Ia cuestién se hace més complicada en este aspecto: parece como si A, en la lista arriba mencionada, fuese cualquier compuesto de presentaciones. ‘Adems, hemos de considerar lo siguiente: Come resululo de observer ont imagen de expe riencia futura, ef experimentador toma papel y lépiz y to anotaoinciso hace un exqueton 0 un boceto de foe detalles de la presimagen observada. Al hacetlo lleva a cabo un. acto fisico determinado. Pero. se trate de.un ‘acto que jamds babria sido realizado si no bubiese ob sereado equllapreimagen, Eo teas palabras, cl expe imentador interfiere con la particular secuencia de acon. 1a x ePerimnro CoN BL TIEMPO fecimientos mecénicos que hemes portulado como co: Jomna vertebral de nuestto «automata conscienter © teovtas materialist. ‘Esto constituye una «ineervencién» solapada, Pero implica algo més. Tales acontecimientot futiros som, en cualquier cas0, [0 suficentemente reales como pard Ser experimentados. como. pre-presentcionet, in ene barge “puesto que, como Bemos visto, el obsereador puede allevar el tutto de su accién como resultado de Su pre-observacion se tata de acontecimientos. que ieéntamente puede eviterse que sucedan. ¢Acai, debe: mos decir entonces gue son slo em parte reales, puenos tales quid que los acontecinientot pasados? Este es ‘iro interrogante al que debe responder nuestra expli ‘Por otra parte, Ia capacidad del abservador de inter ferie en el curso. de los acontecimientos cerebraes in- troduce [a cuestin. de in alibre volumtad. Nuestra solucign debert satisfacer esta conexin. Por sltimo, resulta esencal para la explicacién que 0 contradige hechos reconocidos de In pricologia y la pot, Eau etn bechor bay egos gu Finan > gran medida la game de especulaciones permitidas. Por'el lado psiguico tenemos ef hecho, analizado en el capitalo XIII, de que el ren de la memoria no se pro- yecte al efatutoe, Terming ent el «presentes, En el Jado pstotisico tenemos todo aguello gue se inclaye en las evidencias comunes acerca del paralelismo, y en par ticular el hecho conocido de que fa concusién del cere- bro, aparentemente, destruye o patalian recuerdos re Gleniemente formados, Endudsblemente, en estos ca808 Jo afectado eo algo’ més que un ebito’ mottizs: la ‘mente del paciente en relacién con acontecimientos que hhan tenido lugar inmediatamente antes parece estar ° Ban, por supuito, en sie objeiéa que se pone a Ia nacin ae profi. ppor completo en’ blanco, desde un punto de vista psico: Igico, \ Capitulo XVI Hay que obseivar que la relatividad admite Ia visi6n anticipada del tiempo, en el sentido de que lo que es futuro para Jones puede ser presente para Brown. Pero Te que no admite es que un acontecimiento situado en el més remoto futuro de Jones se le presente uno 0 dos das antes de un acontecimiento en su foturo més pré- imo. Y éte es, en particular, nuesto problema Debe tenerse presente que los registros materiales son indicaciones s6lo del pasado, en lo que toca a la cosa fen Ta que tales registros estén’ impresos. Si al inspec: clon un Blanco en un instante deteminad, se Pe cibe en el rincén un agujero redondo y puntual, se puede inferir que ha pasado una bala a través de ese punto, Ahora Bien, en ese blanco u objetivo no hay ai una sola indicaci6n que sefiale Ia préxima aparcién de oto agojero puntual s, digamos, media pulgada del centro, Es verdad que para tener un conocimiento completo de todos los movimientos mecénicos que tenian lugar en ese terreno del universo en el momento de la inspec- igo, quien I seaia debera sr apa, en el eto de que ‘poseyera una especie de inteligencia superior, de educir que una bala babsia de attavesse le dan en ‘ese punto, y en un breve plazo, Pero deci eso es con- fandir las cosas, Es como introducit una masa de indi- caciones externas a la que estamos considerando, es 30 1 Expeenoewro Con 24 TEMPO el estado del blanco. La verdad de que el estado blanco no presenta ninguna indicacién acerca de un ppr6ximo agujero puntual. Tan poco comunicativo es este estado que, en Ia elaboraciéa de su. profecia, se ppreferitd dejar de fado la evaluacién del dafio actual o de la falta de dato. que presenta el abjetivo, ya que no ctarfa su decisién. El blanca no contiene un regis. two» de su. propio futuro, las indicaciones que usted emples, en realidad, se encuentran en cualquier otro sitio con excepcidn de la superficie del blanco, Peto ese agujero puntual situado en uno de los extremos, del blanco es un registro de la historia pasada y es de este registio, y no de un conocimiento ‘acerca de qué era cexactamente lo que habia pasedo por el agujero situado en ese lugar del universo en un momento anterior en el PO, que se deduce que en ese blanco ha tenido lugar en el pasado el impacto de una bala Los agujeros puntuales en el blanco son indicatives del futuro en el sentido de que son evidencias de las di recciones que pueden tomar las balas y, por consiguien te, indicaciones acerca de lo que babed de ocusricle all sscepdculo sited detds del blanco, peo no son ind caciones acerca de agujeros puntuales futuros en esa superficie = “Ahora bien, el cerebgo es un érgano material, y el estado del cerebro en un instante dado tampoco es una indicacién acerca de lo que el mundo exterior habré de presentar al cerebro en el futuro; al menos no lo es como no lo es el estado de nuestro blanco con rela ‘én a cudl habré de ser el punto en que seré atrave: sado por Ja préxima bala, o si scaso verdaderamente habré una nueva bala, on 13) Capitulo XVI No es bueno reitse de I metafisica del «hombre de tn caller. Las ideas bisicas que han quedado acitiadas por el habla popular no pueden ser totalmente tontas © injustficadss. El tipo de canonizaciéa que supone este acofamiento significa, cvando menos, que las nociones han soportado la prueba de muchos siglos y que de ala modo han sido aceptadas sin vacilaciones cada vez. que el dicho popular fue expresado. Por otra parte, el hombre de Is calle es, lisa y llana motte Hone titans scat deo eagiea iclsiempo. De dl surgid, y de € solamente la visiSn de aber sido muy enfiticas por fo que toca a los detalles, aunque en cierta medida poco sintéticas. El hombre de la calle sostenia que los suce sos temporales suponfan el movimiento en wa cuarta dimension Desde luego, é no lo lamabe cuarta dimensién, ya que su vocabulario dificilmente podie haber admitido semejante nombre, pero estaba totalmente convencido de que: = 1. El tiempo tenfa longitud y era divisible en «pa sado» y «futuro, +2. “Que su longitud no se extendia en ningtin espa cio conocido ni hacia ninguno de las puntos cardinales, y tampoco segin la vertical sino en una direccién dife- rente de éstas, es decir, una cuarta direccién, 3. Que ni el pasado ai el fururo eran observables. Todos los fenémenos observables se sitian en un campo ubicado en un instante» nico en la longitad del tiem: po, um instante que divide el pasado del futuro, ese instante que 4lllamé eel presente» > 132 1s mxreRnemero CoN wi teem, +4. Que este campo de observaci6n «presenten se movie de una manera extrafa a 10 largo de Ie longitad del tiempo, de modo tal que acontecimientos que en ‘on primer momento se encontraban en ej futaro se ha- cian presentes y, més tarde, pasados. El pasado, por consiguiente, estaba en constante crecimiento. Llamé, pues, a este movimiento el «peso» del tiempo. ‘ay un punto que mexece la pena sefialar, y que més adelante tendzemos que analizar con dewalle. Un examen somero del pérrafo anterior demostraré que muchas de las palabras que se encuentran en él se tefieren a otro tiempo, y no a esa extensién del tiempo sobre Ia cual cl paso del campo de observacién «presente» se supo- nia que habie de tener lugar. Quiads esto se vea mas directamente si el pérrafo se Zepite con las palabras 75. Que este campo de observacién «presente» se smovla de una manera extrafia a To largo de la longitad del tiempo de tal manera que aquellos acontecimientos jue en un comienzo estabars en el faturd, se Bacian pre- Sirs despots pavcdon BU pasado, por consislene, rr Ta Constantemenia “El empleo de estas referencias a una especie de tiem. po deteis del tiempo es la consecuencia legitima de haber comenzado con la hipétesls de un movimiento gue tiene Iugar a lo largo de la longitud de! tiempo. Puesto que el movimiento en el tiempo debe ser tem- poralizable, Si el elemento que se mueve se encuentra fen_ cualquier punto de la longitud del tiempo en un rrilamo tiempo, 0 a la vez, entonces no se mueve. Pero el tiempo que temporaliza ese movimiento es otto tiempo y el «paso» de ese tiempo debe ser terporaliza- ble por un ‘tereer tiempo. Y ast podemos seguir ad infinitum ®. No eabe duda de que lleg6 a tener un vago Tr Exo, por saput, ya a sida aefalado anes como objec « a dee netroniana el Bit dl tempo, nous Tw —carrTun aH 133, atisbo de esta serie infinita e interminable de Tiempos, que, por asf decitlo, enlazan unos con otros, o se abar~ fan unos a otros, puesto que nuestro deseubidor aban: doné anilisis ulteriores de la cuestion, ‘Pero mantuvo sus dos concepeiones principales: la Jongitud del tiempo y el movimiento del tiempo. ¥ acu- 46 frases especiales con las cuales transmitir a sus com- pafieros que pudieran comprenderlas estas dos ideas tan prcticas y stiles. Hablabe de un tiempo «largo» y un tempo ebreves (nunca hablsba de uempor anchos 0 testrechos). Se referia a un pasado «remoto» 0 «prox: mo» ido Ilegue mafana», y «, Esta fotografia se muestra omo CD en la figura 3, en la que la prolongacién pun- teada de esta linea indica este instante presente, Los tstados «pasidos» y «foruros» de los elementos movi Jes de la Ggura 4 sparecen ocupando posiciones as, respectivamente, ala derecha y ala inquierda de CD en osha PARTE V CAPITULO ext . 183 una dimensn temporal, Estos esiados «paados», de niestea serie. El tiempo es exhibido y analizedo en ella y se. demuestra que en ningin caso se trata del tiempo timo ‘Ahora hay que mostrar el iempo empleado por el ‘movimiento de O, de la iequierda a In derecha de la figura 7, exactamente de le misma manera en que m0s- tzamos ol tiempo empleado para realizar los movimien tos en el espacio por fos elementos dela figura 4 La nueva dimensién del tiempo deberd ser perpen: dicular 2 GH, igual que nuestra dimension original del tiempo era perpendicular a CD en la Sgura 4. Como hhemos dicho ya, lamaremos aesta aueva dimensiGn tiempo 2. En telacién con este tiempo 2, el tiempo 1 es te6ricamente semejante a cualquiera de las tres i: mensiones ordinarias» del espacio. En lugar de un mundo custridimensional en el que la cuarea dimensién 6: eLsenp, tenemos ahora un mando de co dinen siones donde la quinta dimensisn cumple con ese papel tan poco caro. POCO CCC OOO wm. LN BXDERERWTO_ CON BL TIEMPO En este tiempo 2 todas las entidades en GH, inclu yendo Is entidad mévil O, poseen durecidn. Es decir, permanecen en existencia mientras se observa el movie miento O. Estas duraciones tendrin que ser mostradas ‘como extensiones en Ie dimensién temporal 2. ‘Comenzamos, igual que entes, tomando nuestra foto arafiainstanténea de auestro nuevo modelo operative Esta fotografia se toma en lo que, para nosotros, es el momento presenteo del tiempo timo: el tiempo que temporaliza ef movimiento de O a lo largo de GH, es decir, el tempo 2. Representa la condicién de la figura 7 tn el «momento presente». Mostramos esta fotografia como GH en la figura 8, en la que la linea pp" indica el emomento presente» en evestiba, ‘A-continuscién, debemos mostrar las condiciones « sadow y «futuro» (en esta dimensién tiempo 2) de los, cestados cerebrales jos representados por los. puntos, fjos en GH como, respectivamente, lo que exté por de bajo y por encima de su condicién apresenten en GH. eso gue eto estado no cabin su posi nen espacio ni en tiempo 1, sus duraciones en el tiempo Sehr norzane como entensones rete ais eriba en el tiempo 2. En la figura 8, se convierten asi en It reas verticales que se extienden hacia arriba y hacia abajo de Is pégina sin limites que, por el momento, po- ddamos asignarles. Pero sélo debemos tzatar de este modo lungs pocos puntos seleccionados *. “Tenemos ahora ottaentdad a considers: I enidad observedora tridimensional que intersecta en el campo tridimensional O. En la condicién «presente» de la f: ura 7 (GH en la Ggura 8) el punto de esta intersecciSn test en el centro de la linea. Sin embargo, puesto ave este punto exté, en Ia figura 7, moviéadose a lo largo del tiempo 1, sus posiciones en las condiciones «pase- 7 Tina codes lop puntos de GH convera la nueva figura en tna super completamente neg pare y—caprruLo wx das» de este diagrama deben mostearse més hacia el lado G’G" de Ia Bgura 8, y sus posiciones en las condiciones sfuturas» deben mostrarse mas hacia el lado HH”. Si conectamos estos distintos puntos de interseccién obte ‘nemos una recta oblicus semejante a O'O", que repre: sentaré la duracién (extensidn temporal) de la entided intersectora ‘Aquf debemos preguntarnos lo mismo que nos pre guntamos en. le etapa inicial. Hemos sefalado los este os «pasados» y «futurosy de todas las entidades en hnuestro modelo operativo (Sgura 7), inclayendo la en- tided de interseccién en O, como extensiones de tales ‘entidades, ocupando posiciones fjas en las partes «pa- sados» y efuturos» de la dimensién temporal 2. ¢Pero hhemos tratado de la misma manera nuestro campo de presentacién widimensional original? Hemos mostrado su estado presente, gpero hemos mostrado sus condicio. snes pasadas y futaras? La respuesta es: no. Nuestro diagrama no muestra ris que las duraciones, longitudes en cinco dimensiones de las entidades consideradas. En esa figura, no existe ‘ingin observador tridimensional que poses un campo en donde se dé un efecto de cambio. 0’O", que tiene eaatro dimensiones de magnitud, intersecta todos los estados cerebrales en el sustzato, pero esto no da a la criatura cuatridimensional ese campo tinico, singular, recesario, en tres dimensiones, con contenidos cam: biantes, Sin embargo, nuestro diagrama debe mostrar, igual que en las Sgoras 4 y 6, que tal campo, que posee un efecto dentro de di, se presenta al observador sltimo: el doe del cerebro. sco al, ds 'No hemos perdido ese campo, sigue estando alli, don- de'lo ubicamos, en la interecién de O°O" con GH. Pero esta figura no ha conseguido mostrar que este tink ‘0 y singular campo se mueve. ¢Cémo podemos hacer para mejorar esta deficiencia en nuestra representacién? i : 4 El campo debe considerarse mévil, como si se mo: viets en el tiempo 1. Puesto que, al hacerlo, debe per manecer en O'O", debe considerarse como si. viajar hacia arriba siguiendo la oblicua, es decir, viajando hacia arriba en el tiempo 2. Esto sigaifica que, pata que nues tro observador siltimo observe los contenidos’ de los instentes del tiempo 1 en sucesidn es necesatio que observe los contenides de los instantes del tiempo 2 en sucesién. Este observador debe poseer un campo de presentacién que se desplace hacia arriba, cualquiera sea el tiempo iiltimo, en este caso, el tempo 2. Por analogia con le etapa 1 podemos esperar que la totalidad de GH. en la figura 8 (Ja fotografia instanté- Ficuna 8 PARTE V—cuorTOLe xx 15 nes de Ia figuta 7 en un momento del tempo 2 que se rhos aparece como presente») se converting en este campo de presentacin que se mueve hacia atrba en el tiempo 2, un campo del que no teniamos ninguna evi dencia hasta que la figura 7 se expandi6 en el tiempo 2. Igual que, en la etapa 1, Ia existencia de un campo CD gue se movis en el tiempo dentro de la figura 4 n6 fue evidente hasta que la figura 4 se expandié en el tempo 1 Sin embargo, el lector ecordata que el primer té. ‘ino de-una serie puede diferir en algunos aspectes dal resto de los miembros de la serie. En consecuencia, serfa conveniente no confiar en una anslogia en este unto, sino continuar para establecer las caractersticas de nuestro segundo término por andlisis directo de lo aque hay comprometido en el hecho de la sucesida en Ja experiencia. O, entonces, se desplaza hacia arriba en la nea 0°O” Pero lo tinico que sefla O como punto definido de 0'0" es la recta GH. Por consiguiente, esta recta debe estar moviéndose hacia asiba en el tiempo 2. GH, sin embargo, representa la condicién de la fgurs 7, ea la due consideramos que es el «momento presenter en el tiempo 2. Por consiguiente, este «momento presenter enc tiempo 2 se mueve hacia artiba en el tiempo 2. Conviene recordar agut que, asf como el tiempo 2 cs cl auténtico tiempo en esta etape, tambien este «mo- mento presente» que se desplaza en el tiempo 2 es el auténtico «momento presenter. Nuesto viejo y vajero momento presente» del tiempo 1 se ha convertido sim- plemente en un punto de interseccién ente el verdadero «momento presente» visjeto en el tiempo 2 y una dia ional fja en el diagrama. No existe por propio derecho, Sino que.esté determinado por el «momento presenten del tiempo 2. El punto O etd deternainado por pp" Para decirlo en tézminos cieniicos: muesttos tien)pos se disponen en series, no en paraelo. : 176 by expenwer cow tL TEMPO Ahora bien, los puntos de 0”0" son observados consciente y sucesivanrente desde O” a 0” por eualquie te que funcione como observador iitimo. ¥_acabamos de ver que lo dinico que determina el orden de sucesién fen que esios conjuntos son observados es el «momento presenter que se traslada en el tiempo 2. Por const fuiente, el observador dltimo del punto cambiente en G70" es un observador para quien el tiempo 2 cumple el papel de nico y verdadero tiempo. El siempo 2 es el tiempo que determina la secuencia de sus expeziencias. Fsto significa que la dizeccién tiempo 2 es la dneecién de desplazamiento de su campo de presentacén. Y el tiempo 1 exté colocido en Angulo recto en relacién con lo que, para él, es el nico y verdadero tiempo determi: ante, El tiempo 1 se encientta, por consiguiente, en relacign con él igual que la dimensiin del expacio «ordi, patio». En otras palabras, asf como en la etapa 1 el bservador ilkimo se mosteaba a si mismo como un ser tridimensional en us mundo tidimensional, asf también fn la visidn mas claborada que surge de la etapa 2, el fbservador Gltimo se muestea a sf mismo como un ob- servador custrdimensional en un mundo cua sional sefalado por pp’. Este observador cuatridimen- Sional debe poseer un campo de presentacién cpatridi- mensional situado y desplazindose en la misma dixeccién que pp’. Para hablar claro: este-observador no es la entidad O’O". 'No obstante, el descubrimiento de nuevos elementos en nuestro diagrama ereciente no nos autoriza’a reche Zar cualquier otro sapuesto que haya servido para esta- ‘lecer el diagrams. El argumento en favor dela existen- Gia de este campo de presentacién mimero 2 s¢ basa Sobre la hipévesis de que existe un punto O que se des plaza por O°O". Y ahora 90 podemos negar que O' fs, en O, un observador tridimensional. Esto es asf por ‘que en [a etapa 1 reconocimos la presencia de tal obser- ‘dor tridimensional en ese punto de GH y, por eso mis- PANTER Vo—caprrULO we ad ‘mo, mis adelante pudimos insertar la linea 00" en el diagrama, Y asi sucede desde el comienzo del andlsis Nada de io que ha sido estblecido e identificado previa rente puede set ignorado més adelante. Todo lo que estamos autotizados a hacer es descubriz nuevos elemen- tos a medida que nuestro diagrama crece y se hace mis elaborado. or consiguiente, esta seccin tridimensional de 0’O” aque resulta encontrarse en O se convierte en wna enti- dad en el campo coatrdimensional del que hasta ahora xa observador sltimo. Podemos referirnos a esta sec cién de O'0” como sobservador I». El observador uatridimensional puede. denominarse wobservador 2». Y queda bastante claro ya que nuestro andiss del ex tado de cosas con el que comenzamos bebra de traernos 4 luz toda la sevie de tales observadores. El hecho de que el observador 2 esté visjando en la quinte dimen: sidn (movindose hacia arriba en la dimensién vertical de Ia figura 8) sania que esa dimensin, no. puede representar el tempo absolut, real, y nos obliga a con siderar el tiempo que temporalize el movimiento cn uestidn, Cuando inereducimos ese tiempo como sexta dimensién, los argumentos anteriores se repiten y fatal mente habremos d= desenterrar un observador 3 que eumplisé, en esta etapa, la pare del «observador ule timo. ¥ este proceso puede no tener final. Sin embargo, nuestra trea inmediata consiste en des- cubrir_precisamente c6imo estén interelacionadas. las sctividades de observaci6n de los observadores 1 y 2 Esto no ser difiel ‘Comenzamos con el conocimiento de que el abserva- dor imo es afectado por estados sucesives widimen- sionales del susteato, que se le presentan en cl campo tridimensional CD de la figura 4. Este campo results ser en la igura 8 el lugar en que el campo cuatridimen- sional del observador 2, desplazsndose hacia arriba, hhace interseccién con la entidad O°O”. Y el vbserva. v8 wLXPHRIMETO CON BL TIEMPO 12s, hasta aut, ese observador timo que es alse fade : Sq embargo, hemos desebierto que cada ecco O'O" ey afecada por woo de los entados del sunsa0 Aina bien, el desarrollo de a sexe de observadores coloca sl sbservador I {la seciga de O'0" que seem Siena oh O) entre el observador 2 y I scion dels tro de O que, de agin modo etd afectando ol obs- tador 2. Detsbde que el proces pot el cul exe ead ticular afecte a observdor ev como. sigue. Cieta en ese estado causa una modilceién correspon een sect intevinente de "Os ets ota feproducide la que alecta al bvcreador 2 ero esto placa le siguiente ifeuliad: cl observe dot Zs una cata coimensonal ye ein de O70" gue intervene entre €1y a sestsato es slo mmensoal, Su campo de obsevacion debe extenders, per coniguicmcs cw le cute dimension mie ai del Monae donde O°O" aceavesa tel campo, En ets pates Gtleroves cel campo del dbsesvador hay moter tas scroes tienes del wnt gue cninen tio de howa que reprodcigo en ia etidad inervinine te, alecta al dsezvador 2. Possto. que el observador 2 sensible a noun semejantes,¢Qué Te imide ser fee fado por ests owes secioneytfcimensionles del o> tral por la section de O'O" que eae dentro de ss Sampo? opin, nada. De modo aie, singue est per de spin oso, deen advecenta la seccin de O°0". Pero esta cleccign de secciones adyacentes no lo afecta del mismo modo en. que es afectado por la secci6n tridimensional de O'0". El sector de sustrato al lado de 0°0" es una bands cos tridimensional que se presenta como un fodo para un observador cuatridimensional: para él, no tiene seccio scree mn errs z fbi w—carmreto 21 18 nes tridimensionales que se distingan entre sf..La fun cién del observador'i, es decir, la funcién de Ta tinica entidad puramente tridimensional en el cumpo es aby- traer del sustrato un aspecto de éste con el cual, de otro modo, el observador 2 nunca se hubiera topdo. <@Hlasta qué punto, ahora, podemos decit que el cam. po del observador 2'(Ilamémoslo campo 2) se extiende 410 largo de pp"? La respuesta es muy simple. Obsérvese de nuevo la figura 8. Este campo 2 esté, como afirmamos hace un momento, moviéadose en la direccién del tiempo 2, ¢s decir, en’sentido vertical y hacia arriba del diagrama, Mientras lo hace, el observador 2 observa en sucesion los distintos puntos de O'O" més un trozo marginel del sustrato. Hemos mosteado que el campo 2-mévil aca de alcanzar GH, con el campo 1, es decit O, en el me- dio de esa recta, Pero cuando el campo 2 estaba cerca de Ja parte inferior de la Sgura, el campo 1 estaba et O" y el obsetvador 2 estaba observando al observadot 1 tas un sector del sustzato en ese punto. Y cuando el campo 2 esti casi en. Ia parte superior del diagrama, el campo I estard en 0” y'el observador 2 estard obser vando en ese lugar. El observador 2, por consiguiente, debe ser capaz de observar cada uno de los estados en cl sustrato de inquierda a derecha. Ast, puesto que su campo se mueve vercicalmente hacia arciba en la figura, ese campo debe extenderse cuando menos de G aH Si, entonces, G’G” representa el estado del cerebro donde por pritnera vez (en el tiempo 1) se hace sulicien temente deserrollado como para permitir que el obser. vador iltimo perciba efectos psicolégicos, y si H’H” representa el lugar en que (en el tiempo 1) exe cerebro ddeja de realizar actividades tiles y se desintegra, po- demos decit que el observador 2-puede observar ls totalidad de su vida en estado de vigiia que correspon de al siepo 1, desde el nacimienco hasta la muerte, pero aque pot una razin que debe determiners, permite que 180 ye EXPERIMEN CON HL TIEMPO so atencién siga sl observador 1 en ese viaje individual de iaquierda 2 derecha (de nacimineto a muerte) a lo largo del campo 2. ‘Necesitaremos un nombre para distinguir 0'0”, como vun todo, de aquella secci6n dentro de la cual se halla Jnserto el campo movil del observador 2 y que es ex pleada por ese individuo como una fuente de informs Eién referida al susttato que se relaciona con él, Las tras partes de O'0"" —por delante y por detris de GH también pueden set afectadas por cl sustrato y pueden servir, o estn por servis, como instrumento del Soservador 2; pero, en ese instante de tiempo absolute gue estamos examinando, estén fuera del campo del individuo y € no las esté utilizando, Ea las primerat cdiciones de este libro, O70", como un todo, recibe el ftombre de «Reactivo I», Un reactive es una sustan gque se emplea como detector y, si bien Ia palabra «ins- frumentor podrfa set més idénea en este caso, he pre ferido la vieja nomenclatura para evitar que Se confun- dan los lectores de estas ediciones. La seccién de este reactive © instrumento que esté brindando informacion tl observador thtimo se denomina, como he dicho ante- riormente, observador 1 a "Hlemos llegado ahora a la conclusién de que GH es, igual que CD en la Sgura 6, un campo de presentacin E, igual que aquellos campos de la etapa 1, se extiende a wavés de la dimensiée temporal, de lado a lado del fustrato cerebral. Como esta caracteristica se ajusta @ dos téiminos de Ja seri, podemos considerarla como tana relacién repetitiva que apareceré en cada tézmino. Concluimos In taps 2, entonees,afadiendo una pum ta de fecha al tiempo 2 en el indicador de dimensisn dele figura 8, para mostrar que GH es un campo de piesentacion que se mueve hacia arriba en el tiempo 2 si es zecuperado el movimiento del campo 1 lo largo dal tiempo’ I, porque, como GH se mueve hacia arriba ake Yi—CAPITULO 301 181 page Yewearsmuno yan en dl diagrams, el punto O, en le interseccién de GH 7 070", se mueve 4 lo largo de GH hacia H, pasando 4st por todos Jos estados cerebrales, uno después del ote, an sucsin, de iagueds «dees Nuestso diagrama, que representa el segundo término de ln sene,egtnn ver mis un modelo operaivo, Y 10 onttadice la informacién previamente suministrada por fe fgora 7. En aquella figura, O era un punto de inter- seccion que se desplazaba a lo largo de GH. Nuestro Giageame més elaborado confirma aquella firmaciéa y simplemente afiade la afirmaciéa adicional de que el Gesplazamiento del punto de interseccidn se debe al Viaje por el tiempo 2 de la GH que es intersectada, con Jo que GH prueba ser un campo de presentacién. que cen la representacién de la figura 7 aparecia ocak. Se fguimos teniendo en O nuestro observador tridimensio- fel original, que se mueve alo largo del tiempo 1, pero ‘te demuestra no ser tan sélo una seccidn de su propia textensién temporal hacia arriba y hacia abajo en la forma de la diagonal reactiva ‘Debe notarse que el observador mévil en GH debe sec, a 90 vez, una Fecta en gue una entided, el reactivo 2, intersecta al plano G’G"H”H’, Y también el tiempo ‘timo, el tiempo que temporaliza el movimiento de GH hacia arriba en el plano, y de O a lo largo de GH, no esel tiempo 2 sino el tiempo 3, [Es conveniente Hevar el andlisis una etapa més ade- lante, pero no necesitamos preocuparos por repetr los ede logo, dese 1 1 Desde logo, desubrizemos que el dempo, el campo 4 cl ebservado’ que, en la etapa 2, consderamos como Sisimos, no eran tal cosa, y noe toparemos con une ean- fidad mayor de Gikimos que, 4.90 ver, s6lo reendrdn 12, oN expennueiera con et sieM=a tal condicién hasea la siguie En li fgara 9 mostramos tres dimensiones del tiempo 1 las tres dimensiones de una fgera sida en pers. pectiva, Para hacer clara la perspectiva, tenemos que etapa, Y asf hasta el £ 2 4 a # ¢ v0 6 e Zs a (6 fe lc nh fs f ss Te T, a Frouna 9 dibujar limites imaginarios a la Sigura; pero en realidad, 0 existen tales limites ni arriba, ni abajo, ni adelante ni atrés. La figura posee lados fijos (que representan el nacimiento 9 la muerte en el tiempo 1), pero sus extensiones en las dimensiones del tiempo 2 y del tiem: 0.3 no tienen limites El tiempo 3 se muestra como la dimensién vertical del blogue. En relacién con este tiempo las dimensiones or que lamamos tiempo 1 y tiempo 2 son semejantes a las dimensiones del espacio. La seccién del plano horizontal medio de este blo- que, el plano G'G" HH’, es nuestra fotografia insten tinea de la figura 8, en perspectiva. Las duraciones, ea Ja nueva dimensién del tiempo, de los estedos eereb les representados por las lineas extendidas del tiempo 2 cn la figura 8 deben mostearse extendiendo estas ineas cn Ia dimensisn del tiempo 3, de tal modo que formen planos verticales dispuestos como las tostadas en la re jilla de un tostador. Pero haberlo hecho hubiera supued to restar clavidad al diagrama. Nuestro primer reactivo, O70", duraté (se extenders) en el tiempo 3 como un plano que divide el blogue en diagonel, es decir, el pla- bo. ABCD. En Ia condicién «presente» de la Sgura 8 (que se muestra en el medio del blogue), el campo de presen tacién GH que, como se recordaré, debe ser marcado por la interseccién de cierts entidad observadora con el plano de la figure, se encuentra en el medio del plano En la condicin «pasadav de la figura 8 (el plano en la base del blogue) este campo —esta linea de interse cién— se encuentra en DE. En la condicién «futuray de la figura 8 (en la parte superior del Bloque) este cam- po se encuentra en FB, La entidad intersectante, reac tivo niimero 2, se encuentra por lo tanto a fo largo del plano inclinade DEBE, que sepresenta su duracién, La interseccién de este plano con el plano ABCD es Ja linea DB. El auevo cimpo de presentacién (cam po 3) es el plano G'G"H"H’. A medida que el plano del campo 3 se desplaza hacia arriba en el blogue, su linea de interseccidn con el plano inelinado DEBE (Ia li ‘nea GH) se desplaza sobre el plano mévil del eampo 3 hacia G"H”, Esto-es,-el campo 2-se-mueve a lo largo del tiempo 2. El punto O (en que los tres planos ABCD, DFBE y G’G" HH" se intersectan) se desplazan, mien 184 by ExoEHMENTO CoN BL TEMPO tras tanto, a Jo largo de la linea movil GH bacis H. Es decir, el campo 1 se mueve a lo largo del tiempo 1%.) Evidentemeate el andlisis continuard, del mismo modo, hasta el infnito, Tendremos as un tice ee a limited se more Ab Geo TER sobre un sustato Ojo de elementos obie ‘Gop gus te eprcTaen oh todas Is direciones del tem ip Hi moviintento de este eampo tltimo causa el movi- SJento de un mimero inGinio de lugares de intersecci6n Ente ese campo 7 10s elementos fijos; estos Ingares de interseacién constirayen campos de presentacién de me- nos dimensiones. En el infnito, una vex mis, wendremos Un tiempo que sitve para temporalizar todos los movi Imientos de O en los distintos campos de presentacin. Este tempo serd el «Tiempo Abrolutan, con un pasado, tun presente y-un futuro absolutes, Ei momento pre- sente de este tempo absoto deberdcontene sods Jos momentos, «pisadotn, «presentess y efuturosn de t0- das las dimensiones temporales subordinadas. ‘Se observard gue jamés podremos mostrar ¢) curso aque realmente sigue ©. En la figura 8 este curso ape face como 070". Pero en Ja figura 9 aparece como DB. ‘Tenemos que mostratlo de un modo diferente con cada introduction de una aueve dimensiGn del tiempo. Pero fe veri que, para el observador de cada campo mévil Sxpectico en el diagrama Glimo y completo, a tayec- fotia de O apatecerd como dentro de sa campo. (Por ‘Gemplo, para el odservador del campo GH en la fige: F rece moviéndose de G a H.) W se jeoiderd que Ia gure es oma repreentgcn mediante dis rang de relaones reise, consderand Tor mavimeniok EEE loge, no ge pocde emis ol sitema eo el gor Hogue bs ‘Do catia’ Porc, ote puede eid ute, © Seat thover hac nike por DB sip eeonocer, a mano, ety Sores conciconcr dsl movimiento, es decir, que el campo 3 tk ‘lander ltempe 5, ye exp 2 ee po 2 pany v—exprnULo xt 185 La naturalesa de la sexie parece ahora més evidente Es semejante a unas «ajas chines», donde cada véimi- ro es contenido en un término similar pero mayor (en ‘extecato dimensionalmente mayor). Sus leges pueden establecerse fécilmente, Para em- peer tes: “Todo campo de presentacion que se desplaze ex Penns es contenido. por ‘um campo wna Tien mds grande, que se desplaza en otra dimensidn del tiem- po, Hrcange, mayor cubre ceomtecimintos que 107 Moasadony efron, Fao com eprerenten, para el Sampo més pegweho a eee dor ultimo como sucesivos con la condicién de que los cites Sey Zo one, rm, we pos en la serie, Este observador diltimo es, por lo tanto, ‘el observador del campo de presentacién que sc mueve pera Gore Erma is ‘observador de todos los campos menores contenidos «Observador en el infinito» no significa un observa- SE Secret Tit x ts oe ee de términos de la serie, El observador en cucstign es Een cE ha i as etn QE sevsisma de los campos de presentacion com prende la existence 0 supone la exstacia do un obser Mion seria! Con respecte ite cade campo vijero em 186 UN EXPERINEEWTO CON RE TEEN el tiempo es el campo que aparece para un observador Vijeroy dimensionato de modo sitar La obvervctin realizeda por wn observador de este tipo es observ ibn realizada por todos los observadores que pertenecen ‘¢ campos dimensionalmente mayores y es, em altima instance, obserosion becbe por wm obvervdor cw o Por consiguiente, puesto que «atenciény es sslo un sombre part in cbsereacisn concentriday In atencin del observador gue pertenece a cualquiera de los cam- gos debe ser refer as stencones de ls ober dozes que pertenecen a los campos. dimensionalmente tayores, y"por lo tanto al observador en el inno Pero el fooo de atenciéa (el area cubierta por la obser vacién de un grado dado de concensraciSn) debe tener, fen cada caso, el mismo némero de dimensiones que tiene el observador en su campo. En el campo 1, ésta te tridimensional; en el campo 2, es cuattidimensional; Yy as sueesivamente ‘Consecuentemente tenemos, como tercers ley: 3. El foco de atencién en cualquier campo tiene el mismo mimero de dimensiones que tiene ese campo, Y tes un centro dimensional de los focos de atencidn en todos los campos més elevados, basta Heger a incluir la atencidn en el campo infinito. Y ahora veremos qué se puede hacer con todo esto, Copitulo XXIT Nuestso andlisis ha establecido la paturaleza de la aquinatia temporal que se precisa para observa. los PARDE ¥—eavrrove sata 187 acontecimientos en socesiéa®. La pregunta a’ Ia que ahora se_debe respuesta ev al una ispectiGa de esta smaguinaria nos permitisé explicar todo lo demés. ¥ la respuesta €s afamativa, <¢Cémo se definiia racionalmente un observador auto- consciente, de modo de distigislo de un reistrador 10 autoconsciente como, por ejemplo, una cdmara? Supon- {0 gue te comencatia enunciando el ugar comin de que el individuo en cuestién debe ener presente que algo, sue l denomina we! sf mismo>, estéSbserando, Did en otras palabras: se dice que el «yon y sus observacio- _Res son, a su vez, observadas por la persons autocons ‘lente, Pero eb esencial que este sujeto observe su con i objetiva como algo que le pertenece, Debe poder sce es mi ayon. Y esto significa que debe set consciente de que existe un «yon que ex dueho del yo antes considerado, El reconocimiento de este segundo «yo» supone, por similaes razones, el conocimieato de tm tercer ajo», y att ad infinitum. Resulta diffe que concibamos un abservador sezial cn cualquiera de las ttes dimensiones del espacio sola: tent, poo anf ova «eo ono imo eat tlo nos ha demostrado que puede, y electivamente ex Asi, exists edmodamente en las muchas dimensiones del fietppo, El reactivo 1, operando en el sutrat cerebral cen el punto O, es, en ese punto, una presentacién en el campo mévil del ‘cbservador 2! es una nota seccional qc, en ou estado de resccién, es observada. De modo similar el reactivo 2 esté, en GH (desde donde observa 4-0), como presentacién en el campo mévil dl obser vadot 3 (véase figura 9 de p. 182). Y ast siguiendo, hasta cl infinite, tun cas sn oe iy a es ee SOS tel eee eens ieee ST patel pte Sac ee sin 188 ty exreniner9_cON EL TIEMPO Pero veamos si el andlisis ha produce algo més. a gen Ee cot clin gs ons ede seme: (ipod eyo. Dien col Se as Sopris coc deco onion 9 29 a es i ceo, Uaioe oe Bare Sr ae lla cs ues bevnte feerea del tiempo y en esto coincide todo el mundo, ‘ioso— las personas ignorantes. El niio comprende de be oad 7 oe seo nual ea zacién del conocimiento? respecto consiste en afirmar que Ts atencién nunca est SERA CRESE Sinemet cabre uo period Bese son en In Genie el Pen ext putts exestn no Id e2 ‘efecto, Ia ley 3-de la serie. La ley afitma que el foco de cen ey 3. Oncol de os Esto significa que en el campo 1 dad eee rodeado or MEE eed 5 En sgn, mio a et er Saye neon ret on ee eerie cmpo 1 ee y sae ect del cece ahead en perce monn atic (oneiia) exc ren oy ageless eis por to propo ae AKT W—CAPITULO xt 289 fn 9 mayo dinenions, poses xs tamente igual agua por cl que al olnerveder per tle objetos « tavés de su propio campo tridimensio. nal. Por consiguiente el observador 2 (y asi hasta el Obserrndor init) no solo berva le que, observa tl obvervador 1, sino gue pete ee indduo come Si exrvies desplatndone dade el spasadon tt ste fovendluenpo _ diz sles spanuda qu ea session en I expe sence deade «tipo {ln enpedence de In ee sién».) en es el Relacionado con el hecho de que el foco del obser- vador 2 se superponga al de] observador 1, hay otro punto que puede tener aa ore Un foco de encién que se mera lo largo del tempo 1 se to bard con irejularcades on el sstrar, aregleeess {gue hemos representado por cier ondulacion de las Tineas del sustrato en In figura 6. Ea sa relacién con el amp Ly aan e foco- eves ireplandaces,obveredat © no, son los movimientos de los elementos fisicos en ¢l espacio tdinensionl, Peto! foo del obserador 2, ees mit amply 7 tuperpucso, tien puede thir une longiod del enpo 1 sue copdene un mero considerable de estas irregularidades, lo cual se presen- tarfa asi como pauta del tiempo 1 en Ja parte del sus- tro cublerta por ete foc. Een siglica gue l oer vador 2, sigucndo campo T conta aes, debra de ser capaz de percibir directamente en el universo tbjedvo caacergies: que estin mis als de agueas Ge se presentin a mies com aprupuientcey mo. Vimienton cspaciles de paricaas soe duran, La fre Cuencia isca se presentata como pauta: ana frecuencia apareceria como algo concreto. Esto, en iltima instan- cia, podria llegar a tener cierta conexin formal con las fnruprentionss de Becveace comes acmneae gee reali el obterador, Pero probable gue emote. ‘mos la cuestién en su aspecto mas significativo si deci 130 [Um BXPERINENTO CON BL TIEMPO ros que lo gut el observador hime puede observaz Girctmente de xe eo nace de an Shiportncn'y muy notable que fa cenca fen conoce como waccién». Pero volverenios sobre esto en seguida Podemgy sacar algo tis? Si, fenemes, por Wino, la explicacién de nuestro «efecto» onitico. ITI hme oo fe de stn op laser campo tis bao ests teaco por Tos foes de atencién a fadon fon tapos Se mayor altura (Lo eel fo mismo que decit, mas simplemente, que el observador Tassie en en dma instance, aguel que aste Focunh 10 Pane ¥—cabrmvte sit 191 alos fenémenos que se dan en ese campo it 2 ls momentos de vila a wencn d ro abarea Jos. limites del campo 2 sino que sigue los focos del ebservador 1 en el campo {mientras © mae ve lateraimente a través del campo 2. ¢Pero qué pasatia si no existiera ningin foco de aten cign en ef campo 1? ¢Qué pasaria si el campo 1 se convierte, como en un sueio profundo, en un blaneo, debido la pasividad del cerebro? Esta situacién. se muestra en la figura 10, El espacio en blanco que atra- viesa-la mitad del diagrama indica la ausencia de estados cerebrales asociados con Ia produccién de fenémenos Psiquicos. En el. momento (en el tiempo absoluto) que el campo 2 GH, moviéndose hacia artiba por el Hlempo 2, esté en la posicién que te muestra eo la Fi gura, no hay nada en el campo 1 (punto de interseccibn de GH y 0'0") alo que el observadar 1 pueda prestar atencién, El foco de atencién del observador 2 se ha convettido asi en el primer términa de la serie de focos coneéntricos: carece de un foco de menor dimensién para seguir, Y, por consiguiente, nada le impide mover se, perpendicularmente a la dimensién temporal, en to das las dimensiones de su campo de presentecién GH. En otras palabras, cuando el observador en el infinito no ve nada digno’de atencién en el campo 1, su aten cidn se ditigiré a otro sitio. En el proximo capitulo se demostrard que estos devancos de la atencidn explican todos los fendmenos de suctios que comiinmente se re- del tempo 1 193 Si-en este capieulo nos limitamos a las cosas més sim: ples que se deducen del andlsis, hay un punto que ain merece ser tenido en cuente Esti suficientemente claro que nuestro observador setial tendré bastante dificultad para desprenderse de los estorbos de fa existencia autoconsciente, En real- dad, no se ve cémo se las arreglard para liberarse. El sustrato que suministra los contenidos shtimos de su campo serial de presentacién es tan silo la extensin (duracién), en muchas dimensiones temporales, de le extensién primaria en el tiempo 1, Esta extensiGn del tiempo 1 posee un comien20 y ua finaly estos dos limi- tes se toman en cuenta y gparecen en todas partes en Ins extensiones de las otras dimensiones temporales, Pero Jos campos que se desplazan a través de las extensiones gor It segunda dimensin y en la dimensiones «més tas» del tiempo en mingtn caso, y por ninguna razén, se mueven deo Baciaextos dos limites; viajan directa ‘mente arriba, entre ellos. El nico campo que se sale de la figura dimensional es el campo 1. La muerte, ¢$ decir, Ia llegada de un campo mévil hasta un limite, es asi un elemento que no pertenece a la setie, igual que Jos vacfos, que suponen los distintos suefios y las dis- tintas irregularidades del tiempo del sustrato, La muerte es uno de esos caracterfsticos primeros términcs, tnicos gue, como bemos visto antes, deben existir en toda serie ue tenga un comienzo, Desde luego, puede haber finales arbitratos en las cextensiones del sustrato en las demés dimensiones del tiempo —alguna deidad puede cortarlas—, pero el ané: lisis indica que, a falta de tales interferencias, el sus toto continds hess ol nto en tod la cimeniones emporales, salvo en la primera, Esto se debe a que nos uss en ouas dimensions la craters Soe, en cl tiempo 1, indican una posible protongacisn de’ las Tineasextendidas del tempo hasta un loge situado més allé de la extension 194 [UN EXPERIMENTO CON De modo que el observador 1 parece ser el tinico observador que deja de observar. Confio en que el lector advertica que los supuestos del serialismo 10 haa sido deducidos de las pruebas em- pfticas que soministran nuestros efectos del suefio, sino que han sido obtenidos por andlisis directo de Io que Iigicamente debe sez la naturaleza de cualquier universo fen que el, tiempo posea longitud y en que los aconte: cimientos se observen ea sucesién. La cuestién del efecto del suerio es, por consiguiente, doble: Idgice y empirica. El procedimiento seguido por el libro podefa haber sido, en verdad, totalmente al vés, Podiamos haber comenzedo analizando qué que decir ef hecho de experimentar unos acontecimientos en sucesién. Como conclusién de este anilisis deberfamos heber spuntado, a mode de corolario may trivial a las cuestiones de auténtica importancia, la probabilidad del efecto del suefio. Y de este mado podiamos haber es- cxito los experimentos llevados a cabo para probar la validez de esta dtima conclusiéa. Ese hubiese sido el procedimiento habitual de un informe cientfico. Pero las circunstancias en este caso son Gnicas. Es obvio que, aunque «el observador en el infinito» no es ftra cosa que nuestro propio y muy ignorante yo, el caso es que empieza a aparecer peligrosamente un animus con todos sus atributos. En la primera parte hemos se falado que Ia creencia en el animus debe haberse ori ainaco en cl estudio de los suefios. Los salvajes y los hombres ignorantes, al recordar sus suefios, necesaria mente debfan concluir que al sofiar penetraban en un campo de existencia totalmente diferente a Ia vida ordi natia: Se ha dicho que esta ereeacia es infantil y ab- surda, Si realmente fuera asi, la cuestién del animus deberia considerarse tan poco vilida como su fuente. ise PARTE V—CAPITULO set 195 Por consiguiente, pensé 4) correcto comenzar colocando al salvaje delante del banal y mostrando empfsicamente que, en efecto, sus suefios a veces le dan, a él y a sus avidentes» y «profe tas», amplias bases para creer que el dmbito de los sue- fos es bastante diferente del campo de la vigilia y que su yo thtimo disfruta de un grado de libertad temporal que le estd negado al individuo cuando esié despierto Las pruebas presentadas en esta cuarta parte del libro pueden apoyarse sobre sus propios a Capitulo XXII Puesto que’toda observacidn es la de un observador en el infinito, todas Jas experiencias sucesivas automé ticas de los éstados cerebrales situados a lo largo del tiempo 1 son el pensamiento de ese individuo de mente no siempre muy despejada. ¢Pero acaso es esta inspec- ign del campo 1 el tnico tipo de pensamiento que este observador consigue? zAcasa lo que se presenta en exe ‘campo es siempre tan puramente automético como lo hemos supuesto en los andlisis previos? Este observador timo (que, como se recordars, es simplemente nuestro yo cotidiano, ordinario) observa en el campo 2 (GH en la figura 11) una imagen & que pertenece a un estado cerebral Bb’, estado que (linea vertical) no ha sido alcanzado por el punto de incer- seccién entre GH y O'0", En otras palabras, el sujeto suefia acerca de un acontecimiento futuro y experiments este acontecimiento, despierto, un dia cuando el cimpo'2 se ha movido « Sana siguiente al sueho, esto es, cuando el campo 2 se hha movido solamente a G’H' el sujeto, por azones bue 136, UN BIPERINENTO CON EL TIEMPO ¢| low he i Ts r Frama 1 nas o malas, escribe en un papel lo gue ha sofiado. La Inuella de Ja’ memoria de esa experiencia onirica de bb” ino estd, claramente, en el estado cerebral de cc’, donde estd situado el campo 1, O, en el momento de escribir el suefio. Por lo tanto, para ser exttemadamente log 05, tiene que estar en otra parte, EL acto de escribir el suefio a partir del recuerdo es, por consiguiente, una clara interferencia con la secuen ia automdtica de acontecimientos cerebrales en el tiem po 1. (El grado en que esta interferencia afectaré a nuestros diagramas es una cuestidn gue deberé teatarse Hates panze ¥—canrruco xxii 191 cen el préximo capitulo.) Ademis, el proceso total de razonamiento que seleciona ciertos detalles de aqvella memoria de sueBo (que ao estd en el campo 1) segin la importancia que tengan para su, investigecin inte lectual no puede ser simplemente una inspecci6n de los cstados cerebrales en el campo 1 uiente, nos vemos en Ia obligacién de per mitirle el uso de huellas de la memoria y dispositivos Ineeleeeules que son adicionales a los observables el Qué podemos descubrir acerca de éstos? Gonsideremos lo que sucede cuando tno se queda El foco de atencién se convierte en un foco cuatri- dimensional que se enfrenta con presentaciones cuatrdi- mensionales, es decir, presentaciones que cubren perio dos, y no sélo instantes, en el tiempo 1. (Por supvesto, el tiempo 2 es el tiempo iltimo para el individvo que suefia:) Estas presentaciones del tiempo 2 comprenden enémenos sensoriales, fenmenos mneménicos y trenes de pensamiento asociativo que. pertenecen «sa vida divrna ordinatia, pero todos parecen como si, se exten- Gieran —més 0 menos de acuerdo con el grado de eon- centracin de su foco— en el tiempo 1. El sustrato que debe ser observado cs, como siempre, estacionario, La aparicién de movimientos que tienen lugar.en las tres dimensiones del espacio puede ser produeidal del mismo modo en que es producida en el campo 1 en estado de vigilia, es decir, por el movimiento del foco de atencién fen Ia misma direccién del tiempo 1, siempre que este foco cuatridimensional pueda contraerse en esta dimen- si6n a una longitud no mucho mayor de la que tiene cuando, durante las horas de la vigila, sigue y std centrado sobre un foco verdaderamente ‘tridimensional enel campo 1 eto ese foco visjero tridimensional no esté alli como ‘guia cuando, como en los suefios, el observador 1 per 198 ‘manece inactivo. Por lo tanto, la ausencia de esa marca de concentracién viajera debe hacer bastante difcil para el sujeto el mantener concentrado en cada caso su foco custridimensional en la dimensién del tiempo 1 y via jando de modo sostenido en esa dimensién. Esta referencia a su propia capacidad de concentra: cin es una afitmacién, por supuesto, que implica que el sujero es algo més que un observador puramente pe sivo; pero, como hace un momento le hemos permitido el poder de intervenir, no vemos manera de negatle la posesién de ese poder de concentrar la atencién que debe emplearse en tal intervencid, Ahora bien, se ha de admitir que las condiciones arviba descriptas explican con mucha exactitud las carac bserva directamente. En sus suefios, el sujeto intents sspretar el escenario onirico como una sucesién de visiones tridimensionales semejantes alas que expeti- menta en el campo 1, y siempre se le sobrepone la exce siva longitud de tiempo 1 de su foco, Nada permanece fijo, todo esté fluyendo. Puesto que la visién siempre abarca el «justo antes» y el «justo después» del ine tante del tiempo 1 buscade, y debido al continuo corte de sus tentativas de mantener concentrado el foco, la hhjstoria que aparece en el suefio se desarrolla en una setie de escenas inconexas. Se comienza con un vigje. y de pronto se encuentra tno al final de modo abrupto. El sujeto siempre esté tratando de mantener [a atencién moviendose sostenidamente en la direccién a la gue estd acostumbrado por sus observaciones en estado de vigilia —es decir, hacia adelante en el tiempo 1—, pero la atencién pierde fuerza sin cesar y cuando el sujeto con: sigue reconcentrarla, se encuentra, las més de las veces, ‘con que el foco esté en el lugar equivocado y compru ‘que ext re-observando tna escena shterios en la histofia del sueiio. El sujeto comienza 2 seguir lo-que, si est viese despierto, reconocerfa como un tren de imégenes pease v—exrrruno xt 199 ssotiadas, pero su atencién pierde fuerza levemente en |a mitad del viaje, de modo que lo que en zealidad pet cibe puede ser la’ primera imagen del tren seguida in mediatamente por la slkima. Por supuesto, la sensacién de que se entra en una case sin pasar a través de los maros es una de las experiencias mis cdmanes en un mundo cuatridimensional Sin embargo, muy rara vee se produce un suefo tran- guilo y sin sobresaltos. El cerebro se sacude, cada tan- to, por efecto de una cortiente inesperada de energie nerviosa, lo cual significa que el campo 1 se topa algo observable. A’ consecuencia de esto, It atencién (1, 2 y el resto de ells) se enfoca sobre fo observable y, 4 medida que se va desvaneciendo la atencién 1 entre las. imagenes del suefo, aparece la imagen custridimen: sional de In que In imagen del campo T acaba de ser el centro, una vez que el campo 1 se ha vuelto a mover hasta un espacio en blanco. Lo que sucede aqui es pre cisamente To mma que sucede en el momento en que nos quedamos dormidos. Las sensaciones corporsles, dolor o el frfo por ejemplo, que se hacen sentir en el campo 1 se confunden, ademds, con las autéaticas ima genes del sueso, a medida que-Instencién en el campo 1 aparece y desaparece. Si la atencién sobre tales expe riencias persiste, uno descubre que se ha despertado 'No obstante, hay que sefalar que jams se siente do Jot o cualquier otra sensacién eguda corporal mezclado con les imagenes del suefio a menos que realmente esté experimentando tales sensaciones en el campo 1 en el ‘mismo momento del tiempo absoluto. Y esto pese a que la atencin esté viajando entre estados cerebrales, pase dos y fututos, en los cuales se presentarin ciertasinco- modidades corporales, claramente presente para la con- ciencia en el estado de vigils. La tazén quiad sea facil de dilucidar ES un hecho ‘muy conocido que la intensidad de una sensaciSn cor poral depende en gran medida del grado de concentra 200) oy Exrenuenro con eh TEMPO cin de la stencién, El soldado en medio de una batalla fs menudo no sabe cudndo ha sido herido, No prestamos atencién a un dolor de muelas cuando estamos corrien- do una carrera, puesto que la atencién 2 un dolor heré gue un doloz més pequetio se desuanezca. En cambio, si se concentra la atencién sobre cada pequefio trastorno corporal, éste aumenta hasta hacerse insoportable, Abo- ra bien, cuando falta el foco visjero tridimensional del campo | como marca, todos los demés focos de atencién, concéntricos se convierten, de acterdo con los supues: tos que en este momento manejamos, en foros de menor concentracién, De ahi que en es0s suefios auténticos que tno son alzerados por ninglin factor, jamds nos vemos tenceguecidos por soles brillantes, ni nos ensordecen rui- dos estentéreos, ni nos izrita ninguna clase de agentes jncSmodos, y tampoco nos sentimos molestos, helados © fatigedos. Los suefios, por mucho que parezean muy reales, carecen de todas estas tipicas experiencias des: fagradables gue son caracteristices de Ia vida diurna ‘Apenas si tenemos conciencia de la presencia de nues ‘os propios cuerpos. El dolor, por supuesto, es, de acuerdo con Ia visién moderna de las cosas, una sensacién totalmente dife rente de otras sensaciones, tales como la luz y el sonido, El dolor tiene un aparato nervioso totalmente separedo y propio y no debe confundirse, como solia ocurrir en fl pasado, con esa sensacién de incomodidad que acom- pata la sobreestimulacién de los érganos sensoriales de uo lpo. El door en ls objeto ere aon, de na juz de brillo excepcional. La concepcidn moderna de jede expresarse diciendo que el dolor es able de las sensaciones y no la sensacién cde algo desagradable. Igual que otras sensaciones, su sgama de intensidad experimentable debe ser limitada, Es imposible percibir colores ms abajo o més alld de tun limite de oscuridad de luminosid ante Y—earrruto sot 201 Que no podémos experimentar dolor por debsjo’ de cierto grado de inteasidad resulte obvio para cuslquie: experimentadot y, por otra parce, el hecho de que el inconstiente interviene cuando la intensidad de la en. secién se eleva ms allé de cierto limite era la dificultad mnis importante con que se topaba el torturador medie val, El carder extremadamente desagradable del dolor J el hecho de que en parte distrae la atencin de otras Sensaciones no quiere decir que esta gavea de intensidad observable, desde lo apenas perceptible hasta lo sbso- Tugamente insoportable, sea large. Por certo que n0 se inata de una gama gue, igual que Ta del color, cootenga tn gran mnimero de grados distinguibles. El hecho en- tonces, de que el dolor no apazezca en absoluto para tin observador que emplea el foc0 del campo 2, rela- jado, propio de los suesos, puede querer decir simple- mente que la gama de intensidad observable qUe perte hece a este fenémeno desagradable e imponente es mucho mds corta que la gama que pertenece 2 las inten- sidades observables de la sensacién de luz ‘Ahora bien, alo largo de sv suefo el sujeto piensa acerca del sueHo, y también acerca de sus experiencias sensoriales en el estado de vigiia; evalia el grado de Importance de lo que ve en el suc, conibe place ingenuos pare resolver. Iss stuaciones que le plantea el suefio, recuerda lo que ha ocurrido inmediotamente an tes et el sueio, Pues bien, este pensamiento adicional Y estor recuerdos son precisamente lo que intentamos Exageraiamos si dijéramos que, en todo caso, esto cx el pensamiento de up nifo pequefo, puesto que im- plica asumir concepciones propias de'Ia vida adults, ‘como, por ejemplo, las ideas politicas. Pero admitamos ue saa de on persmiento muy pao tascendente fen comparacién con el. que scompari la inspeccién de fos cutive ead crebrales ene campo 1. Sin em bargo, no cabe dda de que se trata de un pensamiento 22 WH xpenunWTO con EL TIEMPO del misao cardcter general que tienen las especulaciones fen estado de vigilia. Estd, como hemos visto, basado robre [a idea de que la percepeién de una suctsién de aspectos tridimensionales es el tinico método posible para le experiencia observacional. Ignora el pequeiio fntes y el pequeto después del instante del tiempo 1 ‘que se busca, por considerar que estos dos momentos conseizuyen simples inestabilidades en aquello que se observa. Memariza aquello gue es pasado en el suetio del mismo modo en que lo haria a la manera tridimen- sional y hace que la atencién, cuando se concentra, viaje cn la direceién del tiempo 1 habitual, pese a que este tiempo, para el pensador en cuestién, se sitia perpen- dicularmente a esa dimensién, TEs cierto que uno no suele establecer todo esto a par tir de la observacién del suefio sino de Ia observacién de los recuerdos de! suefio, después de despertar. Pero no es el observador 1 el que inspecciona estas memorias, No estén en su campo, Esta tarea de recordar, al des pertar, aquello que se ha visto en el suefio y eémo'se ha pensado acerea de ello durance el sueiio ¢s algo que se lleva a cabo sin la ayuda del observador 3. Consideremos aquf cl caso imaginasio de un obser vador 2 totalmente sutomético cuyos procesos de re- cuerdo y pensamiento fuesen completamente andlogos a Jos de nuestro observador de primer término. Ese indi- viduo excepcional estarfa dotado con trazos de la me- moria que se extienden formando una red asociativa perpendicular al tiempo 2. Su pensamiento estarfa cons- lituido por los devaneos de la atencion sobre este plexo asociativo, movimiento sin direccién en el espacio y hacia adelante y hacia atrds en el tiempo 1. Serfa un pensamiento glorioso, de tipo cuatridimensional, donde el tiempo 2 serfa Ia nica dimensi6n temporal aparente y donde el modo cuattidimensional de relacionarse con Cl sustrato seria el medio més evidente y natural. Pera ste observador todas las coses evatridimensionales es- PARTE ¥ —earrTono samt 203 tarian compuestas de un miimero infinito de secciones ‘tidimensionaes, pero jams percibisi, ni intentaria per aii, ome lo hacemos nosguos, en susie socos, tuna de estas seciones como algo tinico, y el resto como adiciones confusase inestables ‘Ahora bien, los registos de los devaneos de la aten- cidn del verdadero observador 2 en los. suefcs —los registros que le permiten a uno recordar esos sucios— debon ser teazos que ae extienden en las cuatro dimen Siones (el tiempo 1 y las tzes dimensiones osdinarias del espacio). Y, si bien tales ta208 pueden encontrarse en el sustrato cerebral 0 en el observador 2 que viaja en al tiempo (una entidad cuatridimensional distinta del sustrato sobre el cual se mueve), 0 en cualquier otra Parte, tenden a constituir algin tipo de red asociativa ‘De modo que nos enfrentamos con el caso de un ob- servador que realmente posee dates mentales y esiuc fares edaptndas pra ge as peshacones eo ft idad cuatrdimensional pero que s6lo consigue observar tales presentaciones como si fueran fendmenos tridimen- sionales Su pensamiento, en ausenca del observador 1, supe. ne pot lo tanto algo que esté por encima y més allé de Ja mera inspeccién de una estructura asociativa cuatri- dimensional. Supone la interpretacién de esa estructura [Ahora parece como sila opinién del profesor W. McDougall estuviera en lo cierto acerca de un as- ecto en particular. En efecto, casi todos sus argu- reatos en favor de la existencia del animus se lizitan a insistir en lo que Al llama «significados», que son interpretaciones realizades por el animus acerce de lo ue se le presenta en forma de imaginesia proporcio- Bada por ef cerebro. No obstante, seta dif que noe ‘otros aceptiramos la posicién de McDougall rotalmente Contra ella se plantea una teoria demasiado sdlida y razonable como para gue podamos ignoratla. Pienso 204 WN BXPEREMENTO CON EL TIEMPO * que quien mejor le expresa es el profesor J. S. Moote, Guien declara que eel significado es el Contexton, y ‘firma a continuaciéa que el significado de una idea cespecifica es simplemente el margen de ideas asociadas ‘que constituyen ese contexto, La respuesta dada por el serialismo parece ser como que Moore tiene razén, aunque MeDougall, en cambio, fo estd del todo equivocado. Si el significado es dado por el contexto a través de asociaciones a las que se presta atencién, este sign ‘cado debe ser deco por el margen de una atenciGn par cialmente relajada. Y éste queda eliminado por el he ‘cho de que, cuando nuestra atencién sobre un objeto esté muy concentrada, notamos Ia cualidad y forma del ‘objeto a expenses de su significado. Ahora bien, la stencién del observador 2, cuando esté rodeada y sigue a la de un observador 1 despierto, en nuestra teotia, se mantiene concentrada en Ia dimensin del tiempo 1 imienteas que los cambios en la coacentracién tienen Iu- gat sobre todo en las tzes dimensiones del espacio. De modo que e508 contextos, para el observador despierto, son principalmente relaciones de movimiento y_posi- cin espaciales, ¥ esto es verdad con respecto a os si, rificados que éte asigna a lo que persigue. Los contex- tot sumiisttados por ese margen de atencién, apenas superpuesto en Ia cuarta dimensiéa, son los que mues- tta el viaje a través del tiempo del observador 1 y un arisbo de la paute del tiempo 1 en el sustrato. "Todo esto se ajusta may bien a la definicién de Moore Pero para nuestro observador automitico imagina- o 2, que piensa —a falta de un observador 1— a la manera cvatridimensional, los contexts en la cuarta dimensién eben parecer interpretaciones tan claras como las que se dan en las tres dimensiones del espacio fordinario. Sin embargo, son justamente estos contextos ‘uatridimensionales los) que, para un observador real, _ beh aneie eA ean dt paRre V—cAPITULO xia 205 no son interpretaciones claras, Y no lo son —para él—, porgue son ew sf mitmas mal interpretadas por él. En lugar de ser consideradas como extensiones asociativas custridimensionaes, se las considera asombroses ines: tabilidades tridimensionales. Los desplazamientos hacia atrés de Ia atencin, del futuro al pasado del tiempo 1, simplemente son pasados por alto, Las de este tipo eben ser interpretaciones de un observador de los sdrgenes de contexto considerades.] En este punto nos servird una analogia, Considere: mos un nifo que, una vez. completada cesta centidad de experiencias en. la lectura de partituras. musicales bidimensionsles, ha adquitido el hibito de interpretar esas partituras como disposiciones de acordes unidimen- sionales que deben seguirse por la atencién en sucesién de izquierda a derecha. Al leer las partituras, el nino se encuentra en la posicién de un observador que em: plea el campo I. Para extender la analogia de modo de poder mostrar al nigo en la posicidn de un observador orante el suefio, deberiamos imaginarlo dotado con tun foco de visién que no puede concentrase To sufi Sentemente para admirr gue aslo contene un acorde por vez. Podemos sortear este dificultad saponiéndolo, shora, provisto de una partitura en fa que los acordes, en lugar de estar aramente separados, estén tan apina. dos que cada uno se enlaza en parte con sus vecinos inmediatos a la derecha y a la i2quierda, de tal modo que el resultado es que ningsin acorde puede ser distin: guido por si mismo, Ahora bien, nadie negara que el nif, puesto ante esta partiura, comenzaré intentando leer esa cosa tan extrafia a la manera acostumbrada, © ue el hibito que lo compele a hacerlo de esta manera Seri algo que se encuentra no en la partitura misma, sino en su propia mente. Por consiguiente, el habito de la incerpretacién tridimensional que nos aflige en 206, ov Expenineenro Con BL TROD suefios no es una caracteristica de los fendmienos cust dimensionales observados, sino una caracteritica de hosotros inisinos en tant somos obscrvedores. A su vez, nuestra incepacidad de observar en suefos los mo- vimientos de nuestea atencién hacia atrés en el tiem: po 1 se debe explicar por el hébito de la interpreracién establecido en el pensador ikimo. Ningin niso, al ler tuna partitura musical, observa lo que sus ojos-pasan cuando dirige Ia mirade hacia atrés pera encontrar el comienzo de una neve lines. El estimado lector ha leido (asi lo espero) cada palabra desde el comienzo de este libro y su mirada se ha referido o se ha llevado hacia atrés miles de veces desde el lado derecho de la pégina al lado izquierdo, pero ni una sola vez tan slo fr lefdo una linea al revés © ha tenido ni. atisbo del sepecto que tendrfa una linea si se leyera al revés. De hecho, ineluso abora, silo intenta, tampoco podré per- cibir este aspecto y lo mis parecido esto podria ser gos, ies ua pelbra escrito revs, per, sempre fe inquierda a derecha, a la manera de la visi6n de un ‘spejo. El habito que le impide hacer esto y que le impide ver este aspecto en particular no se encuentra en a pigina impresa, sino en el lector mismo. ‘De modo que por este camino. nos dirigimos a la interesante concepeién de un pensadortltimo que apren- de a interpretar lo que se le presenta. El proceso edu tativo que esto supone consiste en que este pensador Sigue durante las hores de la vigilia con une atencién incansable, tridimensional, la accién fécil, automética, de esa maravillosa pieza de mequinaria ssociativa que sel cerebro, Hay que admitir que esto es Ia versiGn inverse de aquella concepcién antigua y animista de un observador canis elevadon de exiraordinaria inteligencia, capaz de rode el mejor eect posible con ayuda devo sf ticedo equipo material, Pero me parece gue 20 hay forma de saliznos de la’ evidencia lisa y Hana que nos are ¥—exrmuno xxi 207 presenta ef carécter de nuestro penstmiento en sueios Gusleaquiera sean las facaltades inteligentes eventual. mente superiores due tenga Iatentes al dbservador en el innit, el caso es que seria facultades que esperin sex desarrolladas. En un comienzo, el cerebro es el maestzo y-el pensamiento el discipalo. El pensamiento comienza Su lucha hacia la estructura y It individuslidad amo! dindose al cerebro. Ta evolucisn ha tabajado probablemente ochocien tos millones de afios part logear el desavtello del cere: bro. Hoy en dia, como sefiala el profesor MeKendrick, ‘asi todas las fonciones de nuestros cuerpos se dirigen { proporcionar una adecvada natricion de la. materia grit. Y ahora parece que, ademis de estas actividades de autodesarzollo y de autoconsezvaci6n, el cerebro Sirve como méquina para ensesar al alma embrional a ° pensar ™ ‘Ahora nos enconteames en posicién para considerat cuil 6 el origen del habito que mantiene la atencién del observador altimo enfoeada en el campo 1 En el campo 1, el observador debe habétselas ‘con una Simple ues de fengmenoe tmerionaes en ‘un campo tridimensional, Pero en el campo 2 se en frenta con una visi d fenmens cxatrdiensonales cen un campo custridimensional y, por afadiduta, tiene estos fendmenos cuatridimensionales duplicados. Por tjemplo, puede encontrar en a (figura 10, pig. 190) el recuerdo de un scontecimiento anterior en el tiempo 1 Y¥ tiene también, en alain panto entre G y «cl aconte- cimiento otiginal que engends6 las buellas de le me- thoria que més tarde son revividas. Eel campo 3, fustrato (véase figura 9, pg. 182) esté repleto de fené- menos en cinco dimensiones (sunigue no contiene nin 2 Razonar alg Sarna” jagmt-oy ; eo agen pL cin me inn sie Inmpecién ene. puta de campo 2. Este peer proc, em Sips dl un, e fo conomtante de una tide de sven. 208 i expenanTo CoN BL TIEMPO co que no haya sido sepreseatada en forma més ses Fie'y cuatridimensional en el campo 2), y estos fend: fnenos,dcbido al trea menos concencade del foco de Ienein, tienen menos intensiad que los de Jos cam T'y'2 Ua ioteligblided de Ins presenaciones er Poors 7 se hace mence Vvides «medida que awende Foren see Los fenomcnos se vaelven por primers vex distin uiles, ara el nifo, cuando st enauntraenfonces en Evel campo 1; y 0 atenadn permances ali donde bay Algo que mereza ser arendido, ‘Ademis,sabemos que inlaso dentro de ls limites del campo t, la tenon de un adult puede ser aad desde fora tanto como sige dead dentro, Sabemos tambign sue iigt In acenion desde un punto de ata Gem es un proceso que debe ser aprentico, con thas difeataden en la escuela, De modo. que ln sencign del ito dépende on gran medida de ls atacign, 7 tabemos gut los mayors etayenss de ia sens fon tor placece crudamente corporales y los dolorer com perdi. Estos existe solamente en el campo 1” As es Gee et dor cample con un sa gu gp is he poration folic, FHnlnentey el nfo aprende con sapder que ea el campo 1 puede invervenr para obtener coos placres J evar ess dolores. Y tambien, may répidaene $e Ipodera de la fncién dominante que propia del tembre Repasando lo que hemos examinado en este capitulo, vemos que el pensemiento slimo —el pensamiento que puede apreciar sélo los aspectos mas elementales dentro del complejo equipamiento estructural que tiene ~ aso disposicidn— debe mostrarse siempre a si mismo axTE V—eAPrTOLO sot 209 ‘como algo externo a cualquier concepeién estructural de ese equipamiento que intentemot formar. En la parte I de este libro evitamos cuidsdosamente scatar la cuestiOn en Jos términos de una altemative: a direccién interna de ls atencién debe atribuirse tl observador iltimo 0 bien debe considerdrsela como si se originase en una condicién puramente automética € interna del cerebro, Nos contentamos observando que, wf consieramos al obsrvador limo como agente fs ponsable, deberfamos otorgarle el status de um animus, con poder de intervenci6n, dado que la concentracion de Ia atencidn es-sabido que tiene un efecto conside rable en la formacién de hyuellas de la memoria. 'No obstante, para evitar una posible tampa para un pensador poco prudente, lo mejor serfa mostrar que el acto de ditigir Ia atencién —esa intervencién— debe atibuirse al observador en el infinito, En realidad, Ja cuestién consiste en plantearse si, en san campo més elevado, la atencién tiende a coincidir con cierta caracerstica del sustrato anéloge al «méximo flujo de energia cerebral» en el campo 1. ‘Mis arriba hemos visto que los andlisis no deductan ninguna ley que obligara a la atencién a di misma sobre un fenémeno particular en in campo espe: cifco. Hlemos sefialado que la atencién, que se refiere al observador al infinito, estaba claramente distinguida por el anilisis de aguello que se presentaba a la aten ‘i6n; esto es, de los contenidos del sustrato. Ahora bien, «el méximo flujo de energia cerebral» 0 cualquier cosa anfloga en un campo mas clevado es una cara: terfstica del sustrato y, como tal, algo categoricamente distinto del foco de’stencién». En teorfa, las cosas pueden ser separadas. Esta distinci6n teérica es, 0 la ve2, préctica, real, y no slo une especulaciSn metafsica TE 0 us xemnnniero con EL TEENS ue surge del «experimento en estado de vigils», pues- 0 que alli una cosa estd presente y la otra ausente, Existe une gran diferencia entre las condiciones pro- pias de este experimento en vigilia y les condiciones que se obtienén en los suefios. En este tilimo caso, la interropcién de la atencién de campo 1, que deja libre le atencin de campo 2, no es acompaiada por la inte rrupcién de la actividad cerebral mantenide por ol cuer 170, Los ojos permanecen abiertos, transmitiendo al ce ebro estimulaciones luminicas que difieren en intensi- dad segsin provengan de diferentes partes del campo de visién. Los ruidos de diverso grado de volumen liegan 4 Jos eldos. La acion cerebral est replete de tazs ‘sociativos que presentan grandes cantidedes de imége nes asociadas que la atencién (esto, como hemos visto, es la verdadera esencia del experimento en estado de viii) debe rechazar con determinacién, Esto muestra que la distincién teérica entre el foco de atencién del observador en el infinito y cualquier linea que éte pueda habitvalmente seguir en el sus” trato es wna distincién real y, por consiguiente, tende- mos @ considerar como siempre posible que tal foco pueda ser distinguible de cualquiera de estas lineas. Cuando estas dos cosas coineiden, el observador en el infinito debe tratarse como algo accesorio, activo 0 pa sivo, a esta coincidencia, ‘Todo esto significa, por supuesto, admitir que él dbservador en el infinito es un individuo caper, en po- tencia, de ejercitar Io que se conoce, un poco vage ‘mente, como «libre albedrio» ®, aunque un asunto muy dlistinto es establecer haste qué punto puede decirse que este observador ha conseguido desarrollar tal capacidad, Nace quite dece con alte albedo igo scinde sia mative laguna. Peto ioe motvon del error 2 punday set, ar dlgunat Contig, aramente ope sor del obredoe | Agol ee ‘Snmuy dare sretrcesce. Paes v—caprruno xt ar Queda bastante claro que puede, y efectivamente lo hace, divigir la atencién en.el campo 1. Pezo st control en el campo 2'parece estar tan limitado como su com rensién de esta area, No obstante, podemos observa Que, & través de sus suefos, esta inteligencia rudimen- ti cy cxuemadanente eciva por lo gue epee + asignar interpretaciones @ aquello que. observa. (En verdad, como he tfaladoamrediospene, sete Sra ‘mano meesira cuando se trata de atrbuir alo que obser va interpretaciones equivocadas,) Es sabido que emplea sta funcién de intezpzetacién para tramar o tejer lt Bistoria de un suefio, un drama de aventuras personales 2 partir de las distntas presentaciones sobre las que se enfoca su atencin, Evidentemente puede ditigir su aten- cidn en este campo y, por consiguiente, puede modifi- car la Iinea de esta historia y puede, de hecho, construir el drama desde el modo de satisfacerse as! mismo. Posee una inmensa viqueza de- materiales. Es, como hhemes visto, potencilmente capaz de ejercitar ese eo tol, y, @ juzgar por mi propia experiencia, me inclino 4 pensar que lo hace hasta terto punto y que su elec tivided a este respecto aumenta con la préctiea. Supongo ge ey to ern a merce des sco tanto como los nities; de fen (al menos yo sf pue- do}, » veces, alcrr la stuarén que no les stistce i Tes causa placer Sin embargo, éstas son cuestiones para set tratadas por el psicoanalista, Pero quir& cuando hayamos spren dldo 4 imerpretar los contexton ontiimensionales como totalidades «presentes» —pata.pensarlo cuatri- dimensionalmente— ya dominar los movimientos. de uct tenis, encontremos que el campo 2 tiene mayor interés que el campo 1. Pero no cabe pensar que este_desarollo en la comprensién y el-contol tenes . sugar mientras continiemos gastando diecinueve de las veinticuatro horas del dia en practcar la atencién sobre las experiencias del observador 1 az 1 ExpeRETO CoN EL TEMPO Debemos vivir antes que aleanzar inteligencia 0 on: trol. Debemos dormir si'no queremos encontrarnos, en la muerte, incémedos ante las nuevas condiciones. Y debemos mori antes de que podamos espetar un avance para ampliar nuesto enteadimiento Capitulo XXIV Consideremos ahora Ia situacién, sepresentada en Ie figara 12 ‘Goando (en el tiempo absoluto) el campo 2 se en- dlisposicién ordenada de estados cerebrales tridimentio- rales, todos ellos en la parte futura del tiempo 1. Aquel pensador sltimo que es el observador de: los_suefios que comprende la observacién del campo 2 como pretente— observa, digamos, en ese momento, uno de stor estados futures Una, vez despierto, cuando el campo 2 se encuentra en G'HY,y el campo I se encven- ta en O, este pensador interviene en O. Diremos que cesta intervencién se debe a su recuerdo del suefio, igual ‘gue cada palabra que escribo yo en este libro es una iervencién debida, en su origen, a mis recuerdos de sueios semejantes. (No obstante, el diagrama serviré swaliente bien paca iustear los resultados de un acto fe intervencién que se origina en cualquier otra activi dad de la mente hasta cierto punto entrenads del ob- servedor ltimo,) Ahora bien, hay que observar que Semejante acto de intervendén puede dar por resul tado la completa slteracién de una parte de la carrera fonura del observador 1. Si tomamos el tren » Dover cn lugar del expreso a Sourhampton, la decisién puede onduciroos # ser decapitsdos por los politicos rusos :n GH, el sustrato entre ayy H comprende,una * PARTE V—eapiruLe xx 213 low ot . AT a ey lee dl eas o n ‘ T. 1, Froura 12 lugar de ser arrntados por un poica de Nueva York Be ode ae er pnble gee oad ant garuense el acontecmienta ceebra representado, pot bb” —el acontecimiento percibide en el suefio—, ves cambio puede encontrar, cuando el campo 2 etd GH", Con un sconteciniente toraimente dierente, ¢ El tipo de vida que lleva el hombre medio ciao nan vcs de gr unin eon i nifcatives en cuanto ala poribldad de altar exper: Gias futures. Vivimos demasiado, mesidos en auestios propies hoyos pata esto. Un dla lanes, por ejemplo, Un eo : 24 1x EXEMMENTO CON EL TIEMPO hombre puede comprar un billete pa pertioa en sdbado y puede, durante Jos siguientes dat fealinar innumerables pequefos actos de intervencién, pero éstos. no necesariamente impedirén que ocupe su lugar el sébado, ni impeditan que vea en el teatro la exteca que poetic haber sofedo ol lunes por la noche Le intervencién en O puede ast alterar algunos de los acontecimientos entre Oy HT. dejando en cambio los otros sin mocifcaciones. En realidad, i representames las akeraciones por cartes o muptras en las lead ver tices, justo pot encima de OH seat sek tipo de’situacién representedo en Ja figura TNo obstante, se debe observar que estos cortes en las verticales han de veroc uo como notas fijs del sue trato que existen antes (en el tempo filo sbsoluto) que clobservador 1 Legue a 0, sino como cambios en este sustrato que tiene lugar en el instante en que (en el tiempo abyoluto) este observador alcanza eve punto Esto significa que las ruproras 0 cortes son represen das como debidas a intervencién, y consecuentes de la interpretacién del pensador ultima del acontecimiento ue, en su suefio, ha perebido en 6”. (Hemos visto en Velino aptlo ie ete iterpetaisn no puede re ptesentarse como ninguna clase de contexto 0 tazo en el costrto.) Si considerdramoe los cortes como preexis tentes (en el tempo absoluto) en el mapa del tiempo febre el que se he viajado, esto signifcaia que el pen- fador timo encontraria el nuevo acontecimiento a soiiado aceres del viejo o no: los cortes no suceder Ttado del eno, imo eaptulo hemos visto que todos Jos mo vimientos. de la atenci6n requieren cl consentimiento pasivo o la intervencién activa del observador del inf Fito, Alls donde tales movimientos suponen el abandono de la ateneién de la linea que representa en el sustrato flujo de méxima energa cerebral, tenemos una inter: vencidn activa acompatiads por cambios en el sustrato semejantes a los que aparecen en la figura 12. Peto, si consideramos que el gredo de inteligencia que el inter. ventor muestra cuando el cerebro duerme ¥ n9 s plea es una ayuda para su razonamiento, no podemos coneebir que su interferencia con los proctsos de pensa ‘miento cerebral sea mucho mis que una insistend el sentido de que la miquina en cuestién funcione cierto fin que le es propio. El interventor, de hecho, es andlogo no a un hébil misico que compone con la syuda de un piano, sino a un usuario aficionado de una pianola, cuya interferencia con lar complejas ejecuciones de este instrumento se limita a cambiar un rollo per forado por otro Se nos hace evidente que el cambio en el susteato tiene lugar alo largo de todo OH instanténeamente (en el tiempo absoluto) cuando vemos les efectos de la in tervencién desde el punto de vista de nuestra filosofia ims habitual, tridimensional. Nadie puede negar que, cuando da un paso para impedir un acontecimiento que de otra forma seria probable que ocurrieta, In probabi lidad de que ese acontecimiento, por distante que esté, nos salge al encuentro es slterat el preciso instante en que se da el paso. Si lo traducimos al Jenguaje de la filosofia cuateidimensional, esto significa que la pro bilidad de que el observador 1 encuentre el acontec. miento 66” cuando (en tiempo absoluta) llega a c «cam bia en el instante mismo en que» él interviene. Exe instante mismo» es un instante en el tiempo 3, el tiem: po absoluto para el diagrams. El corte tiene lugar, por fo tanto, cuando (en el tiempo absoluto) el observador 1 ega a 0, 0 sea, cuando (en el tiempo absoluto) el carn po 2 alcanza G’H". El curso alterado entze O y H’ seré, fen todas sus partes, una secuencia mecfnica casi tan perfecta como antes, LBs claro que le alteracién del sustrato a Io de OH debe afectar también la extensién de esa 216 UW BNPEREmITO CON BL riExPO como un plano (perpendicular al papel) que representa Ja duracién de la linea en el tiempo 3. La parte «futures de ese plano debe cambiar con el cambio en Ja linea. Y asi siguiendo, a través de todos los fururos situadas por delante de O en todas las dimensiones del tiempo, En consecuencia, resulta imposible encontrar un pasaje mis allé de O.y dentro de nuestros mapas del tiempo setial que esté absolutamente asegurado en todas sus partes.] Resulta esencial que consideremos la serie de manera que incluya el segundo término, de lo contrario, la re- laciOn serial no se veré con claridad. Pero mo existe nringtin objeto préctico que pueda lograrse considerando los términos més remotos. El lector veré que en el ter- cer Lérmino no aparecen ningin tipo de relaciones nue- ‘as entre observador y observado, Llevar el andliis mis adelante significa simplemente bacer retroceier el ob- servador iltimo y el pensador, con todas sus peculia- res funciones, a insertar reactivos adicionales, todos ellos reaccionando a los contenidos del sustrato y todos «los inconscientes, salvo allé donde este observador iti: ‘mo los emplea para tener una vision mas precisa, ‘Basta entonces con gue uno se represente el mundo como si contuviera el observador 2; esto es, como el campo 3 que esté en la figura 8. Esto le'proporciona la relacion serial completa Capitulo XXV Poco tiempo después de que tuviera Iogar Ia avalan- cha relativists, la Fisice suftié dos embestidas de gran ‘magnitud. Tan grandes fueron estas embestidas que los datios ocasionados ain no han sido estimados por com: PAXTE V—CAMTOLD: 27 ar pleto. El primero consistié en que la materia, después de aparecer durante siglos como la cosa més fandamen- tal, fue dejada a un lado, y su lugar vino a see ocupado pot el electrén: aparentemente, la verdadera base del Uuniverso objetivo. El segundo chogue fue el resulzado del descubrimiento de una entided muy curiosa deno- rpinade Quantum, y produjo un cambio aun més pro- fondo en la situacin de la Fisica. EL guansum parecia corresponder de un modo algo ériptico al étomo real de una cierta cantidad fisica, que durante mucho tiempo (incluso en las épocas en que se podia pensar que no ers més concreto que una expre sién matemfticodfisica) habla sido reconocido por mu chos como lo més fundamental en su especie. Esta can tidad fisia se denominé eaccién. No debe confundisse con aaccién» en el sentido convencional, se trate de una Cantidad que comprende de uns manera tun tanto extraiia Ja energia cinétca moltipliads por el tempo, © momen- to multiplicado por el espacio; pero el lector comin no tiene por qué asombrarse por el significado de estas expresiones tan curiosas. En el presente estado de la Fisica, quien intente hacerse una representacién mental de lo’ que significa «acciéno, simplemente se mete eo problemas. El profano hard bien en mantenerse apar- tndo de este tipo de cuestiones y en contentarse con la idea de que esta palabra, alll donde se Ia encuentre, significa simplemente una entidad fundamental y cono. Cid, pezo haste ahora no identticada ‘La accién», dice Eddington, ees considerada gene- ramen como Inco ms fundamental ep el nde real de la Fisica, aungue el pensamiento la. pasa por ho simplemente debido a su falta de permanencia. Se cree vagamente que el carécter atémico de la accién 5 la ley general y que la aparicién de los electrones depende en cierta medida de ello. Pero a formulacién precisa de la teoria de los quanta de accign hasta ahora hha asombrado a los fsicos» 218 De BIweRIWENTO CON BL TIEMPO Sin embargo, esti claro que si consideramos los 4t0- mos de «acciSn» en términos del serialismo, debemos pensarlos como si se tratase de pequefas entidades pun- fades (por asi decitlo) a fo largo del temspo 1 duran. do en el tiempo 2, es decir, como entidedes reales en clcampo 2, tan reales como los electrones en el campo 1 Antes del descubsimiento del quantum, el dent nado principio de acidn minima» se habia estable ido fimemente como una de las grandes generaliza. net bisa de Ia lent dea fse E ptncbo se relaciona con la tayectoria que siguen los everpos cuan- o cambian de un agrupamiento a otto posterior en el tiempo. Este principio establece que las trayectorias serdn tales que la «accién (enerala multiplicada por la Cantidad de lempe) sex la menor posible de acuerdo con las circunstancas. El principio, pot lo tanto, da logera una aplcacign profétea Exist ademds ota cencia que tambiéa puede reivin- dicar In condicién de profétca. Se trate de una ciencia ppucamente matemética, y difiere de la Fisica en que Supone que el caleulador no tiene medios de establecer, si las hubiese, qué leyes de causa y efecto mecinicos intervienen en sa problema y, por fo tanto, as ignors y llega 2 su resultado por célevlo.de «probabilidads La Fisica puede profeiza el estado futuro de uns ube de moléeulas que componen un gas aplicando el «prin- cipio de accién minima» cada una de estas molécalas: esta otta ciencia —la ciencia metemética de la probabi. lidad— puede profetizar lo mismo con tanta precisa como. la Fisica por medio de lo gue se denomina el ‘principio de probabilidad mayor». El hombre de la calle emplea esta ciencia sin querer, cuando dice, refi + tigndose a algiin acontecimiento futuro: «las posibilida des en su favor son tan grandes que el hecho de que ccurran es una certeza moral». La ciencia en cuestin considera los acontecimientos futuros como «probabi- lidades», y lo que nos dice acerca de tos es su grado PART ¥-—eAPrTULO xy 29 de probabilidad. Cuando esta probabilided es lo suf cientemente grande como para hacer cierta la posibilidad de que ocurre un hecho, la cencia se convieste en ver daderamente profética, tanto como la Fisica ara el exponente de esta ciencia matemética'existe tana, y s6lo un, condicidn futura del universo —aque- lla que, considerando todas las presentes circunstancias, tiene Is «mayor probabilidad>—. Para el fisico también sélo hay una condicin futura del universo, y sélo una: aguella que, considerando todas las presentes citcuns- tancia, implique la eaccién minima». Como Is condicién futura es la misma para’ ambas Gienciss, nos encontamos aqu considerando dos prin fipios que nos conducen a una sola, y la misma con ee eee ae eae completo, Todo hace suponet que estos dos prineipios son simples modos diferentes de considerar un como en Ia wacciény. Esto plantea no s6lo la posiblidad de ‘que las dos cosas estén relacionadas, sino la de que la Felacién entre ellas tenga cierto cardeter matemstico muy definido. Luego vino la confirmacién. Esta relacion ma- temitica se determing sin tomar en cuente los dos «prin cipios»; pero aplicindola a las expresiones matemiti de estos princpios, Eddington deseubrié que en reali dled convertia el «principio de mayor probabilidady en el -eprincipio de accién mfnimay y viceversa. Ambos ptincipios se convittieron, por Io tanto, en dos modes distintos de expresar un tio y semejante hecho sub- yacente, ‘Resumitndo, Eddington identifica la eaceiény con lo gue se conoce como efuncién de una. probebilidadn. La «accidnn, sostiene (el lector profano no tiene que preocuparse por entender las matematicas), es «menos Coceccccccccscccoccevcccocce 0 oy EXPERIMENT CON BL TIEMPO el ogaritmo ‘de la piobabilidad estadistica del estado del mondo que existe». («Existe> significa, existe en cl Togar en el tiempo considerado, sin referencia a que este tiempo sed pasado, presente o futuro.) Bs posible que el lector no entiends una palabra de “ logaritmos, pero seguramente podré ver que «el estado probable del mundo» que aparece en Ia oracién no es el estado probable de-ta «accidn». Porque si lo fuera, esta afirmacin estaria diciendo que la eaccién es me nos el logaritmo de la probabilidad estadistca del ests do de si misma, ¢A qué tipo de mundo se refiere en- tones Eddington con esa expresién «el mundo que txisten, vendo que no se tata de-un mundo de aac: cidn»? ‘La respuesta solo puede ser (puesto que Ie iden- tifcacién de Eddington depende de le eaccién» en tanto se Ia considera como entidad fundamental) que es un mundo considerado como comprendido por ciertas en- tidades menos fundamentales que la «acciéh ‘Una ver que he sido determinego este punto, pode mos considerar qué significa la identificacién cuando se Isexpresa en un lenguaje no matemitco En primer lugar, hemos de tener en mente que Ed- ington escribe como. dimensionalista del tiempo, ¥ aque para él las unidades de- accion son entidades que existen en un univesso positive, presente, Por otta pa te, «las probabilidades» son expresiones empleadas en tuna ciencia que considera el tiempo como mers abstrac- cién. De modo que esos agrupamientes futuros «pro- babies» que tiene en mente son agrupamientos de cier tas identidades que pertenecen s un mundo de dimensio- nes_menos mumerosas que las dimensiones del mundo de Eddington Por consiguiente, ia identificacién es un supuesto que reconcilia dos ciencias: una, la que tata de conjuntos probables de entidades tridimensionales, y, Ia ot PARTE V—eAPrTUL sy za donde (pensando en téeminos de una ciencia tridimén: sfonal) consideramos que existen, en el futuro de un tiempo imaginario, acontecimientos de maxima proba- bilidad, debemos considerar (cuando penssmos en <ér rinos. de una ciencia dimensional del tiempo) que en tun campo de tiempo existente, presente, hay unidades de accién (configuraciones reales de entidades més fun- Samentales), dispuestas como pertenscientes a una com- dicién de accién minima ‘Para nosotros es obvio, de inmediato, que la afirma- cidn acerca de «conjuntos probables» es'una afiemacién aque concieme a Jo que un fisico, que considerira nues tro campo 1 como su mondo presente y existente, pen- sarfa como acosase. En cambio, fa affemacién acerca de Ja aaccidns correspondiente es una afirmacién que con- cieme a lo que seria considerado como cosas por un fisico que tratara cierto campo mas elevado en nuestra serie como el mundo presente y existente El sustrato al que nos heros referido en los prime- 08 capitolos de este libro es de un tipo muy sencilo: ‘rece simplemente por adicién 0 incorporacisa de i. mensiones temporales. Toda la parte complicada del serilsno en estos diagrams’ —el sistema de oby servadores, campos y reactivos— es puramente psiqui ca, Si rechazamos la hipétesis de la atomicidad de Ia sexi, noesuo sustatg es un continue multiimenso nal del tipo siguiente: los étomos de meteria —o, diga tos, los electrones— separados en el espacio se exten derén en el tiempo 1 como lineas de mundo sin inte rrupciones ni rupturas que, a su vez, se extendersn en el tiempo 2 como planos de mundo. En’ese continuo (como lo Bemos echo) tendtemos que imponer nut se tema psiquico de campos visjeros. El resultado. nos Sinner todo lo ue es esencial paral sevaismo ‘gue este libro esté intentando exponer, Sin embargo, seca TGE PTET gue traca de conjuntos existentes de entidades de dimen- siones més elevadas. Y quiere decir lo siguiente: alli si adoptamos la ereencia de que existen étomos de ac cién més fundamentales que los electrones, ya no po- | { se clemos seguir considersndo los cotenidos del campo 2 como si se tratarn slo de los contenidos del campo 1 genio remporinene, puto ge confgvatn jomo-acién comprende ana stomiidad temporal que rompe © cotta tales lineas de mundo y que, ademis, lus mucsura como consents de ftomos mds fundamen tales y de dimensiones mis elevedas que las del eam po 1. No obstante, esta modifcacin no invalidar los Fesultados que hemos obtenido en capitolos anteriores por medio del aniisis del ado. peguico de la repre yendo tanto le teoria cudntica como la teoria de fa rela- ividad, se explica simplemente en un libro que serd publicado bajo el titulo de El Universo Serial Capitulo XXVI Hy gos tr en cane gu pie cui ge poder de interference del observador no. baste para permitirle dominar totalmente si destino. Pevo existe ours observadores que emplesn capacidades similares Mientses nuestro amigo esti en la tama, durmiendo, sofando acerca de las felices probabilidades de su fu- toro, Un enemigo, preocupado por su. mania de inter vencién, puede llegar s incendiar la casa y reduc tales probabilidades a cenizas. (Siempre quedarin, por su puesto, entidades en el pasado sustito del tiempo. 2, eto serin entidadesjamds encontradas por el campo 1) Ysi el obervador puede hacer que e! bnal-de su tem po I dependa de la intevenciéa de otros observadoren, cabe presumir que debe su comienso a algo semejante Antes de nacer no es nada més que una probabiided enel futuro de la raza. Esto nos trae la cuestién acerea de eéimo estén rela cionados los campos de.diferentes observadores, Nuestros conocimientos de que tales observadores pueden intervenit nos ayudan a ver que eb sus respec: tivos campos 1 deben mantenerse, en sus movimientos a lo largo del tiempo 1, dentro de ciertos limites. Puesto gue, si-el campo de tun observador A se mueve tan retrasado del campo de un observador B como pat permitir la intervencién de A afectando el sustrato d ea un punto deirés de B, entonces B encontraré las, experiencias en su campo 1, que ha sido alterado por milagro. De hecho, es posible que’ se encuentre a ‘mismo milagrosamente muerto, ssesinado por A, al Buien a guien € no conoce, uh poco mis ateés. Esto ro suele ccurrir en nuestta experiencia, Supongamos ahora que queremos dibujar en un dia rama plano el «érbol familiar» de toda la raza humana tilizando una dimensiGn del. papel como si fuera el espacio y la otra como si fuera el tiempo 1. El resul: tado seria una red con numerosos puntos de intersec cién gue representan los matrimonios y numetosas rami ficaciones que representan los nacimientos. Verfamos que podemos trazar en esa red una conexién continua entre dos puntos cuslesquieta, Io que prucba que las familias humanas estén todas relacionadas de esta ma- Si supusiéramos que en este diagrams se muestran solamente los cerebra de los individuos involucrades, ésta seria, etapa 1, Ia primera extensién temporal en tun anilisis del tiempo en el que uatamos con todos los bseradores humans junto, en lugar de hacerlo con En este punto, podemos observar una cuestién bes tante interesante. Es esta red, con amplias brechas es

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