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Español 758
hispana.
valdría más llamarlo desilusión, cansancio, confusión, yo que sé. Como salvadoreña y
San Salvador, viviendo hoy un exilio académico en los Estados Unidos, me encuentro
aquí con novedades que creí nunca haber oído en mi patria y que, de primera vista,
afro-hispana. Valga aquí señalar que las novelas leídas en este curso han enriquecido mi
personajes de las novelas) de ascendencia negra (léase africana) en todos lados, pero para
el caso que me ocupa, en los países latinoamericanos. Cuando este último aspecto era
discutido en el referido curso a partir de la novela Bajo la piel de los tambores de Luz
Argentina Chiriboga, Eric Tilson, compañero de clase, preguntó que si al tener él raíces
"africanizarse"? ¿Para qué tomar conciencia de esa África de donde vinieron los
antepasados? ¿Quién dice? Mis preguntas me llevaron a otro lugar, quizás distinto al que
quién lo afirma, desde dónde, para qué. Las lecturas críticas de la clase, además de las
sí lo que me cuestionaba. ¿Novedoso para mí que vengo de América Latina? ¿Por qué
nunca había oído hablar de esta tradición literaria cuando estudié letras en El Salvador y
casi podría jurar que tampoco se escucha de ella ahora mismo en San Salvador? En este
pregunta ahí: una tradición literaria afro-hispana ¿construida desde los Estados Unidos?
¿cómo?
Estoy adentro pero soy de afuera. Estoy aquí pero soy de allá. Estoy dentro del
juego. Estoy viva y vivo en este mundo. Si mis pies pisan el sur, miro hacia el norte. Si
pisan el norte no puedo dejar de mirar, añorar y desear el sur. Entonces, aquí, aparece
América entendida desde mi punto de vista se refiere a todo el continente, desde Alaska
hasta el punto más sureño del Cono Sur) con su experiencia o experiencias del "middle
negritud y coloreamiento. Contemplo las olas de ese mar de palabras desde la arena del
silencio. Me siento excluida, por eso estoy afuera aunque este aquí.
mi hipótesis de trabajo es que son voces críticas de la academia estadounidense las que
dan carta de ciudadanía a una tradición literaria afro-hispana, en otras palabras, críticos
(corpus, canon o como quiera llamársele) a una literatura negra o de ascendencia afro en
los países de habla hispana. En esta actividad (cadena de actos) de dar cuerpo a una
afrocéntrico.
La tradición literaria afro-hispana es, en tanto constructo, hija nacida fuera de las
su partida de nacimiento, pero me imagino que está escrita en inglés, al igual que la
literaria afro-hispana está aquí, donde está el discurso que la consolida, que le da cuerpo,
que muestra su unidad; pero quiere estar allá, donde están los múltiples discursos que la
conforman, que la integran, que la dicen quizás sin decirla, que son sus objetos; sin
embargo su centro está en otro lado, ¡qué complejo!, en otro continente que también es
dicho desde aquí como estando allá, África. ¿Qué significa este melodrama de
dimensiones cuasi-épicas?
Latin American literature, a concretization which broadens and vitalizes the act of writing
crítica desde o en África y lo africano: el nuevo centro que estabiliza la estructura de esta
tradición no solo literaria, sino también crítica. Léase esta conclusión de Kubayanda en
su lectura de Nicolás Guillén y Aimé Césaire como poetas cuyas composiciones líricas no
se dejan atrapar adecuadamente por el metro europeo, sino son mejor leídos y entendidos
desde la noción de "drum poetry" o poesía del tambor, es decir, desde un punto de vista
afrocéntrico:
an appreciation of the topic and the method of this book. But I am not
English customs and the severity of the British weather aids our
Spanish epic poem, the Cid, without getting into the conflictive history of
and styles that have moved perhaps the two foremost Caribbean poets
[Nicolás Guillén y Aimé Césaire] between 1929 and 1961. (Kubayanda,
Africa: Africanness in the Poetry of Nicolás Guillén and Aimé Césaire, cuando llegué a
de su libro, publicado por Greenwood Press, de Nueva York- es uno esotérico, solo apto
lectura para los dos poetas caribeños, Guillén y Césaire, que bien puede entenderse como
una "regla de exclusión" en el sentido foucaultiano del término, esto es, la noción de que
el discurso está regido tanto por lo que se puede decir y hacer con él, como por lo que no
consonante (Kubayanda, The Poet's Africa 93-94). Esta regla de exclusión, que aparece
Después de leer a Jackson puedo soñar con la palabra "Black", así con inicial
mayúscula, pues no se cuántas veces la repite en su libro, en inglés por supuesto, titulado
Black Writers and the Hispanic Canon, publicado en 1997 por otra editorial neoyorquina
(en mente tengo el libro de Kubayanda). La “negrificación”, esa repetida aparición del
ansioso y deseoso por atrapar la especificidad de una experiencia literaria que es dicha
Latin America as it is in North America, both in literature and in criticism, and this
reality is the underlying fact driving the emergence of Black Hispanic literature.”
(Jackson 105, énfasis mío) Estoy pensando en Jacques Derrida y sus palabras sobre el
descentramiento de todos los centros que, dicho sea de paso, dejan en el centro de todo al
lenguaje mismo: “the law which governed, as it were, the desire for the center in the
constitution of structure and the process of signification prescribing its displacements and
its substitutions for this law of the central presence –but a central presence which was
never itself, which has always already been transported outside itself in its surrogate.”
(Derrida 249) La presencia constante de ese centro recién descubierto o por descubrir,
estructura, una estructura que cruza las fronteras de Norte América y América Latina.
Ese centro que unifica un gran todo "Black" no nace ni crece de la nada: la macro-
estructura es proclamada desde los Estados Unidos hacia América Latina. Léase con
America is indeed a world to discover, and not just for those outside the Afro-Hispanic
field but for some inside it as well. This discovery can even reach to the countries whose
experience is chronicled in these works” (Jackson 105). ¿Quién anuncia este mundo
nuevo para ser descubierto? Estas palabras del crítico me hacen pensar en el gesto
colonizador que, ante el vacío y la negación, quiere rescatar desde una posición
directo que hace el crítico de que en América Latina ha habido una práctica de negar a los
canon negro, mostrar cómo hay –ha habido- una tradición vocal/escritural negra en la
Una forma cómo puedo entender este gesto “negreador” es pensar en que el
crítico literario está construyendo discursivamente, valgan las diferencias del caso, “una
fenómeno de las naciones (6-7). Por el discurso de Jackson circula un colectivo limitado,
but by the style in which they are imagined.” (Anderson 6) Y Jackson propone un
writers create out of ethnic memory.” (9) Esta memoria étnica –que no intentaré colonizar
hoy, lo compartió cientos de años atrás (el África a que se refiere Kubayanda). Esa
because all of the Black Hispanic writers we were reading in class wrote about hardship
and racism and prejudice and other such unpleasantries foreign to her experience.”
(Jackson 105, énfasis mío) La marca del color de la estudiante “White” y de lo ajeno a su
experiencia fija fronteras para entrar en la comunidad imaginada, sección de lectores. Sin
embargo, Jackson indica que la actitud de esta estudiante fue excepcional, "because
others in the group relished the material, including feminists who saw parallels in their
own 'marginalized' experience" (105, énfasis mío). "Others", leí y enfaticé con cursivas,
claro, pero si en esa comunidad imaginada "Black" no hay que ser negro para entrar,
tiempos en que los centros han sido removidos, derrideanamente hablando, no conviene
cerrar tanto las puertas a los nuevos descubrimientos. Creo que Richard Jackson ve que
descubrimiento puede (tiene que) ser para todos los que quieran "ver" más allá: "Black
Hispanic Literature is emerging at a good time. These days, students are looking for
something exciting and new" (Jackson 107). Únicamente, para despedirme de este crítico,
el reconocimiento de que esta tradición literaria, que es proclamada por tener años de
estar allí, está emergiendo en estos días en la pluma del crítico, del que tiene la varita
Cuando leo que DeCosta-Willis, en el año 2000, propone la destrucción del canon
academia estadounidense hay y ha habido tal canon. Ha llegado a ser tal, a adquirir
ensayos, cursos, charlas, congresos). Y aquí estoy haciendo (ab)uso del concepto de
"performativity" con que Judith Butler explica el cuerpo sexuado ("Performative Acts"
406) y que ella, en una entrevista, define así: "Performativity is he discursive mode by
repetición -a la que me uno con este ensayo- produce el efecto de la materialización del
objeto dicho una y otra vez. No quiero negar que haya influencias africanas en América
Latina y en las letras desde allí producidas, tampoco quiero taparme los ojos ante la
We must admit that we are a part of that elitist, intellectual, and privileged
within that institution. (...) As North Americans, we are First World critics
who earn a living by teaching and researching the works of Third World
De ahí que esta crítica literaria recomienda la destrucción del canon, pues este
dominante, pero en cuyo juego casi inevitablemente está atrapada: "Los discursos
académicos (al igual que cualquier otro discurso) adquieren significado en relación con la
materia que tratan así como en relación con una audiencia, con un contexto descriptivo
5, traducción mía). Sería ingenuo deslindar el objeto del discurso (la literatura afro-
Estados Unidos) ya que, para asegurar el éxito del discurso y la sedimentación del objeto,
dicha audiencia debe reconocer(se en) el objeto o su contexto. De ahí quizás la dificultad
mía en recibir esta tradición literaria como algo natural, dado, que está allí, y mi deseo de
"we", ese nosotros cuatro veces repetido en pocas líneas. ¿Quién integra ese colectivo
posición desde la cual se habla no solo dentro de la academia sino también fuera de la
misma, es decir, en lo atinente a género, clase, raza, nación (Mignolo 6). El "we" del
texto citado indica la posición elitista de quienes hablan desde la institución académica.
También marca nacionalidad -"As North Americans"- y lo hace con un término que no es
el usual para el estadounidense que habla a una audiencia estadounidense, pues entonces
diría Americans. El "we" también marca un deber hacer: reconocer el propio locus de
extranjera- y que piensa que la posición de poder que ostenta -ella como parte de un
colectivo académico- puede cambiar el estado de cosas que más injusticias comete que
justicias al dejar fuera a escritores que no se dejan aprisionar en casillas, por ejemplo, las
de género literario: "Therefore, we must destroy that relic of the culture wars: The
Desde hace dos años que llegué a los Estados Unidos me he estado enfrentando
con "novedades" para usar el vocablo que empleé al principio de este ensayo.
"Novedades" que son diferencias; diferencias que, desde Homi Bhabha, podría calificar
como "culturales: "The concept of cultural difference focuses on the problem of the
supremacy which is itself produced only in the moment of differentiation." (Bhabha 22)
afirma con toda autoridad desde la academia estadounidense, a la que he venido a beber
de las fuentes del saber, me sitúa en la ambivalencia que Bhabha llama el tercer espacio,
ese "Third Space, which makes the structure of meaning and reference an ambivalent
decida a aceptar de lleno el discurso ni a rechazarlo del todo. Estoy negociando, quizás,
mi propio lugar en este juego. Leo, pero no sé si soy parte de la audiencia buscada. Me
sitúo fuera. Pero estoy adentro. Me sitúo adentro. Pero estoy afuera.
Latina, de decirle qué debe hacer, de mostrarle sus pecados y ofrecerle soluciones. Claro
que dudo de mi lectura, pues a ratos estoy plenamente convencida de que no están
hablando conmigo, sino entre ellos. Las palabras finales de DeCosta-Willis en su discurso
History" 22)
negritud no termina de convencerme, pero me parece que poco puedo decir al respecto.
Now, operating from an African standpoint, can one delve into the black
features. These traits may all have Africa or the notion of Africa as the
De esa África como referente común, he de confesar ahora, quise hablar pero
callé. Así lo dije cuando presenté la propuesta esquemática de este ensayo. Me quedé en
and the Popular. Eds. Erica Carter, James Donald and Judith Squires. London:
Theory. Eds. Katie Conboy, Nadia Medina, and Sarah Stanbury. New York:
Chiriboga, Luz Argentina. Bajo la piel de los tambores. Quito, Ecuador: Instituto Andino
38.
Derrida, Jacques. “Structure, Sign, and Play in the Discourse of the Human Sciences.”
Man. Eds. Richard Macksey and Eugenio Donato. Baltimore: The Johns Hopkins
P, 1971. 247-65.
Foucault, Michel. “The Discourse on Language.” The Archaeology of Knowledge and the
Jackson, Richard. Black Writers and the Hispanic Canon. New York: Twayne, 1997.
for Latin American and Caribbean Studies Conference, Latin America and the
---. The Poet's Africa: Africanness in the Poetry of Nicolás Guillén and Aimé Césaire.
Spurr, David. The Rhetoric of the Empire: Colonial Discourse in Journalism, Travel
Writing, and Imperial Administration. Durham and London: Duke UP, 1993.