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María Tenorio
Español 865
integración de Centroamérica. Este discurso vuelve hoy a ocupar las columnas de los
como la única vía para sostenerse ¿en pie? frente los embates de la economía
‘corriente universal’ o apenas sobrevivir ante los nuevos mega-bloques económicos, que
más de un año.
salvadoreño La Prensa Gráfica menciona con nombre y apellido a algunas de las fuerzas
Pedir y exigir son los verbos; la Unión Europea y los Estados Unidos son los sujetos; la
En este ensayo me propongo dar una respuesta negativa a esta pregunta mediante
meses del año 1846. Este periódico –no tan ‘periódico’ en sus apariciones como los de
hoy en día- era publicado en San Salvador aproximadamente un par de veces al mes,
entre 1845 y 1847, y era una de tantas tribunas en que las élites debatían la
transformación política y social de lo que había sido el Reyno de Guatemala: “Una de las
político” (López Vallecillos 85). Las voces de El Salvador Rejenerado abogan clara y
después de casi una década de haber quedado sin efecto la constitución política de 1824,
que unía a los cinco estados, desde Guatemala hasta Costa Rica en una misma entidad
política. Mientras el periódico va dando cuenta de los escollos para reunir en Sonsonate,
regional. En estos artículos políticos, por llamarlos de alguna manera, más que en los
“todo el mundo”
La gran preocupación y el deseo más caro expresados por aquellos letrados –voy
parte del mundo, encontrar un lugar que les permitiera ser y estar, desde su espacio
vuelto sobre sí, ha conocido sus derechos y los hace valer por do quiera
original)
humano, puede leerse como una marcha agónica, de continua lucha, un estira y encoge
del mundo, pero que al mismo tiempo amenaza con destruir todo lo que tenemos, todo lo
que sabemos, todo lo que somos (15). Ese sentimiento agónico entre el ser y el no ser, el
posibilidad de ser absorbidos geográficamente por otras naciones, ser expulsado del
porcion mas bella, mas productiva y mas interesante, está ahora usurpado
por los enemigos de Centro América por los que ansian ir carcomiendo
pobres y que nos privan de relaciones esteriores. Por todas partes estos
territorio. Los ingleses se han apoderado del Petén y nuestras costas sobre
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Teme el letrado ante la amenaza de perder o desbaratar lo que hace a la América Central
Centroamérica desde 1822 a grandes crisis externas e internas, se pensó que el peligro de
verla devorada no solamente por México, sino por Colombia o las potencias europeas,
exigía ante todo que no reinase la anarquía interna” (47-8). Ese temor, pues, no era cosa
nueva en 1846 y era uno de los argumentos esgrimidos repetidamente para crear, entre las
imaginar su finitud, para jugar con las ideas de Benedict Anderson (7), como algo
plástico y vulnerable ante vecinos que compiten por ampliar sus propios espacios
nacionales.
región se debatiría contra una serie de fuerzas externas que ponen en riesgo su
comunicación con el mundo, sus costas y sus puertos. El argumento denuncia la carcoma
que puede terminar por borrar a la región como tal del mapa de la modernidad, mapa de
las rutas marítimas para el traslado e intercambio de bienes, mapa de caminos entrantes y
salientes de las zonas productivas para conducir a los puertos. El aislamiento, la pérdida
firme a la hora de comprar o vender productos al mundo exterior (Weak Foundations 49).
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tiempos la estabilidad, el progreso, la felicidad, el centro alrededor del cual todo gira, casi
sabia. Europa es arte. Europa es caminos. Europa es puertos. Europa es el centro del
y no son motivo de guerras civiles. Los gobiernos solo intervienen para mediar y para
hacer guardar a cada cual sus respectivos derechos. Tal es el estado que los papeles
“No hai duda que en todos los ramos se adelanta en las naciones
estados centroamericanos parecen observar la modernidad con un pie dentro y otro fuera,
o quizás mejor dicho, ni afuera ni adentro, sino en el umbral, en la frontera entre el ser
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por derecho propio y el no ser por invasión extranjera. Desde el umbral se cree
firmemente que hay un telos en la historia de la humanidad, lo cual implica dos cosas,
una, que hay una sola historia –una sola humanidad y una sola modernidad- y, dos, que
metáfora del árbol –con tronco y ramificaciones- de José Joaquín Brunner sea la más feliz
para pensar la modernidad, pero me parece que la idea sirve: “lo que parece más
subramas, en las más variadas direcciones, que van conduciendo a la modernización por
como incluso dentro de la misma Europa el tronco –inglés, para el caso- se diferenciaría
de las ramas - Portugal, la Béljica y la Grecia. Europa adelanta porque todavía tiene
relato, no hay forma de no ser mundano, no hay forma de no ser moderno. El estar afuera
el ingreso en la gran narrativa de la modernidad. Hay una conciencia clara de que, como
suicida (71). En El Salvador Rejenerado se lee una idea semejante con estas palabras: “la
ilustración que cunde y se propaga por todas partes sin que haya poder humano que
1846: 354). El mundo es uno y grande, no hay poder humano que pueda contra sus
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los letrados no es ir contra esas fuerzas, sino ir con ellas, ir hacia el progreso.
naciones civilizadas? (...) ¿Cómo aparecemos ante el mundo culto y que seremos para
panacea, a los males de estos países que, desde su independencia de España veinticinco
años atrás se han mantenido en gran inestabilidad política y continuas guerras intestinas:
“Todos claman a una voz, Nacionalidad, porque ésta es la medida salvadora de nuestra
1846: 101).
Esa realidad ‘patria agonizante’ se afirma, a ratos, como ya de una vez salva,
curada, redimida. Ante un corto período sin guerra, la palabra escrita toma cariz profético
cuando se ocupa de afirmar, repitiendo sin cansancio, la llegada de una nueva época de
paz, como si esta se consolidara de tanto ser escrita en letra de imprenta y opacara las
debia tratarse con las armas en la mano ¡triste error que cuesta a Centro-
1846: 318).
Se reclama desde esta tribuna la intervención de la razón –las luces- en una realidad
herencia ‘de nuestros mayores’, la reunificación se elabora como la forma racional de ser
que no valua el mundo civilizado los pasos que damos para fijarnos, y que
altura de los tiempos que corren. Unirse significaría la superación de la barbarie. Unirse
unirse unirse: “Los Estados están convencidos de que la Europa no los ve como naciones,
Unirse para Europa, unirse para Centroamérica. Unirse para entrar en relaciones
comerciales bajo términos no humillantes. Unirse para que haya progreso y bienestar para
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todos. Unirse para estar a gusto en el mundo o, como lo pone Berman, “to get a grip on
the modern world and make themselves at home in it” (5). Unirse conduciría a la
forma embrionaria:
plausible suceso un beneficio inmenso, sino que el crédito del país en las
paz y del orden puede fomentarse el comercio, que es fuente de tanto bien,
¿Quién llama a “nuestro suelo” a la unificación? ¿De dónde procede este “llamado”? Del
Inglaterra, la Francia, que piden ¿o exigen? tratar con ‘una autoridad general que
habia dicho, con ocasión del Cónsul nombrado por Guatemala, que era
residentes aquí en las cuestiones que han ocurrido por reclamos en asuntos
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muy claro. Pero del dicho al hecho hay mucho trecho, confirma la sabiduría popular.
centroamericana. Incluso hay un articulista, quien firma bajo el nombre de ‘El tabaquero’
pobreza pública: “El prurito de dar leyes de imitación, sin consultar nuestro clima,
carácter, costumbres y el estado de civilidad pública, es lo que tengo por primera causa de
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Rejenerado San Salvador, agosto 24 de 1846: 355). De ahí que no sea tan fácil el remedio
propio lugar en el mundo moderno y no dejarse arrasar por las fuerzas irrefrenables de
este, hay que ‘consultar nuestro clima’, aclimatar, adaptar lo europeo a las características
las luces que da el saber europeo, saber universal. Hay una propuesta de cambio político-
alimentada por las ideas de los libros y los periódicos extranjeros, y desde la letra de un
periódico local. Aquí, como dice Rama, es “donde la pulsión externa gana sus mejores
batallas” (36).
que dominar dos registros, el de la tierra en que están parados y el de los libros que
ordenan de acuerdo con la razón. O, quizás, leer desde la racionalidad ilustrada el libro de
la naturaleza en que están parados. El caso de Eujenio Aguilar, uno de los redactores del
periódico que ocupa la presidencia de El Salvador por unos meses en 1846, resulta
esperanzador para quien escribe lo siguiente: “¿Y cuál es la situación política del
Salvador? Vos la conoceis como Salvadoreño, y veis como nosotros la triste languidez de
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nuestra cara patria (...) buen Ciudadano, teneis luces, y conoceis nuestras profundas
heridas: ¡que fundados son los motivos de nuestra esperanza!” (“Felicitaciones de los
pueblos del Salvador a su nuevo Presidente” El Salvador Rejenerado San Salvador, abril
1 de 1846: 315).
Para que el futuro sea esperanzador, discuten los preocupados por la selección y
extranjero. Si bien los ojos de los letrados están vueltos hacia Europa, no hay acuerdo
sobre el sistema que más conviene a la Centroamérica deseada y más bien el debate sobre
el tema anuncia ser uno interminable que no ha podido cuajar y continúa abierto incluso
elejirá el camino que debe tomar para llegar a los grandes fines de la
bienestar general; que avive las simpatías con las otras repúblicas; que no
nos haga temer la fuerza irreflexiva de las masas, cuando estas entiendan
Nótese, en el fragmento anterior, que si bien ‘la nación’ ha de elegir el camino –es decir,
dirigir el proyecto transculturador-, las masas habrán luego de entender cómo y por qué
están gobernadas. La palabra ‘nación’ tiene aquí un uso marcadamente elitista, lo cual no
es exclusivo de esta región; tal como comenta Fernando Unzueta para los periódicos
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definición” (42). ‘Nación’ equivale a comunidad ilustrada que, hacia el interior, sabrá
guiar a las masas irreflexivas hacia el bienestar, mientras hacia el exterior, sabrá llevar las
un modelo apropiado a las costas con otro adecuado a las zonas montañosas, si se está
‘nacionalidad’:
tambien hijos de Dios para discurrir alguna vez y decir: la Alemania tiene
diez y siete círculos, la Suiza tan pequeña en poblacion que casi iguala a
sentimiento de pertenecer a una región más amplia que la propia patria o tierra donde se
ha nacido:
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Una vez más, el discurso letrado busca en la Europa-mundo la justificación del localismo
hombres que debían velar por la estabilidad de la nación”, explica Taracena Arriola (48),
es un afecto ya dado, el patriotismo se funda en ese afecto primero y natural, pero sería
fuese algo aceptado como ‘natural’, no se hubiese escrito tanto en este periódico al
cuestión, por la construcción de un ideario o imaginario común a los cinco estados. Para
que el cambio cultural no sea una “quimera”, sino “una cosa real y muy posible”, habría
que llevar a cabo un proyecto transculturador de las costumbres y los valores para
decirlo así, su alma y su vida. Que esta idea dominante sea el honor, la
1846: 351)
gramsciana, “la dirección intelectual y moral que una clase fundamental ejerce en un
procedentes de los otros grupos para formar un sistema ideológico unificado, es decir,
nacionalidad, “a esta clase de ideas debían los periódicos de la república dedicar las mas
supone “cualquier reunión brillante” de ideas y valores, es decir, lejos de ser algo
contacto”, lo que Ernesto Laclau y Chantal Mouffe llaman puntos nodales (nodal points),
entendidos como aquellos elementos particulares que asumen una función estructurante
europeos: se trataría de articular una “visión unitaria de mundo” (Mouffe 80) sin la cual
Centroamérica unida no pasará de ser una compulsión letrada, una ansiedad discursiva,
militar, con solvencia económica, que se expresaba por medio de los funcionarios e
según Taracena Arriola (47). El articulista se mantiene dentro de esta concepción elitista
y reducida de nacionalidad, ya que busca promover las ideas dominantes a través de los
periódicos cuando la lectura era practicada por muy pocos en tierras centroamericanas y,
prioridad. Para dar una idea del caso de El Salvador, hacia 1850, había menos de 7 mil
estudiantes en las escuelas primarias y la población total del estado era de 369 mil
habitantes (Lindo Fuentes “Las primeras etapas” 142), es decir, menos de un dos por
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distintivo de ‘las masas’, mientras la letra –léanse “las ciencias, las artes”- en el
desde el umbral
desearon estos liberales decimonónicos cuyo parto intelectual se quedó en palabras y más
palabras que pocos compartían, leían y entendían: “¿como disfrutaremos de los progresos
que llevan los conocimientos en Europa, sino poseemos los principios para entenderlos?”
(“Universidad.” El Salvador Rejenerado San Salvador, enero 20 de 1846: 98). Creo que
no estaba en cuestión lo que dice Rama sobre perder el alma, entendida como lo indígena,
lo original, la renuncia de sí mismo. Y ahora transcribo la cita que antes usé, pero
renunciar a sí mismo para aceptarla” (71). O al menos el ‘sí mismo’ de que habla el
discurso del periódico salvadoreño es otro bien distinto del que Rama plantea en su
dicha quiere modernizarse, ponerse a la altura de los tiempos, ser y estar a plenitud en el
mundo. Es el criollo que habla, y que siempre ha hablado castellano. Es el criollo que
siempre ha tenido al menos un dedo del pie en la Europa moderna (o en una de sus ramas,
la hispánica) y que sueña, delira, desea, ansía entrar de lleno en ese mundo de “obras
San Salvador, mayo 31 de 1846: 328). Los otros no forman parte de ese nosotros. Están
afuera del discurso letrado del periódico sobre la nacionalidad, afuera del proyecto
transculturador cosmopolita.
modernidad no son un conjunto unitario, las hay variadas y los tiempos van abriendo y
modernidad sin andarse por las subramas ni las ramas. Ir hacia ella en vez de esperarla
llegar al hogar. Claro que estaría en discusión aquello de Berman de sentirse como en
casa. Por cierto, según Noelle Demyk, “en ninguna época se ha creado un territorio
–tal como lo veían estos letrados del diecinueve- muy para y desde minorías.
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Obras citadas
Berman, Marshall. All That Is Solid Melts Into Air: The Experience of Modernity. USA:
Penguin, 1988.
Demik, Noelle. “Los territorios del estado-nación en América Central: Una problemática
edición facsimil. Ed. Arturo Taracena Arriola. San Salvador: Fundación Dr.
Laclau, Ernesto y Chantal Mouffe. Hegemony and Socialist Strategy: Towards a Radical
Lindo-Fuentes, Héctor. “Las primeras etapas del sistema escolar salvadoreño en el siglo
(1978) : 67-85.
ni.laprensa.com.ni/archivo/2001/febrero/22/opinion/opinion-20010222-03.html
http://www.laprensa.com.sv/nacionales/nac3.asp
Taracena Arriola, Arturo y Jean Piel, comp. Identidades nacionales y estado moderno en