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La anemia y la deficiencia de hierro son patologías Qué es la Anemia?

habituales y frecuentes en los niños y adolescentes. Una persona está


Si bien hay diversos tipos de anemia, que se identifican por anémica cuando la
cantidad de glóbulos
sus causas, la de mayor frecuencia en el mundo y en la rojos de la sangre o
infancia es la denominada ferropénica o anemia por déficit la hemoglobina que
éstos contienen son
de hierro. inferiores a los
Existe además un estado de deficiencia latente de hierro, parámetros
normales.
que no llega propiamente a ser anemia manifiesta pero Los glóbulos rojos,
que provoca daño a nivel de órganos y tejidos. por medio de una
proteína denominada
La anemia y la deficiencia de hierro son problemas muy hemoglobina, son los
graves que perjudicarán el desarrollo y la vida de su hijo. encargados de captar
Mediante diversos estudios científicos han sido y transportar el
oxígeno a todos los
comprobadas las consecuencias de estas patologías tejidos del cuerpo. La
durante los primeros años de vida del niño: fatiga que siente
· Afectan la actividad cerebral y la capacidad cognoscitiva, quien padece anemia
se debe a la falta de
inclusive el desarrollo del lenguaje. oxígeno.
· Perjudican también el desarrollo motor y la coordinación. Para producir
glóbulos rojos y
· Se ha comprobado una diferencia de 5 puntos en el hemoglobina en
coeficiente intelectual de niños anémicos, lo que en cantidad suficiente,
determinados niveles, puede comprometer su desarrollo y el organismo necesita
un adecuado aporte
competitividad futuros. nutricional de ciertas
vitaminas y de hierro.
Estos inconvenientes en el proceso de crecimiento y Por eso este metal es
capacidades mentales y cognoscitivas, persistieron aún tan importante en la
después de haber corregido la anemia, cuando luego de alimentación: si el
niño no ingiere
varios años se los comparó con niños que nunca la habían suficiente hierro, su
padecido. cuerpo no puede
producir glóbulos
rojos y hemoglobina
El daño producido por la anemia es irreversible. en la cantidad
necesaria.
La anemia puede ser
En niños mayores los daños de estas patologías se favorecida o
relacionan con la falta de energía y la fatiga que las provocada por ciertos
parásitos
caracteriza: intestinales, así como
Afectan el rendimiento escolar y en consecuencia el también por pérdidas
de sangre, por
aprendizaje. ejemplo, en las
Provocan efectos psicológicos y en el comportamiento: menstruaciones
falta de atención, irritabilidad, inseguridad. abundantes. La
anemia también
Determinan disminución en la actividad física. puede estar asociada
a otras
enfermedades.

¿Por qué la anemia es tan frecuente en niños y adolescentes?

Porque su cuerpo necesita muchísimo hierro para crecer y desarrollarse.


Por eso cualquier niño puede padecer anemia o déficit de hierro, sin embargo
los sectores de mayor riesgo son:
Los niños menores de dos años, ya que en este período el crecimiento es
muy acelerado, y al mismo tiempo la alimentación que suelen recibir no les
aporta la cantidad de hierro que necesitan. En los primeros doce meses de vida
el bebé triplica su peso corporal, y los depósitos de hierro que ha formado
durante la gestación le alcanzan sólo hasta aproximadamente los cuatro
meses.
Los adolescentes, porque también en este período aumenta el crecimiento en
forma considerable, y la alimentación no aporta la cantidad necesaria de hierro;
las mujeres son especialmente propensas a padecer anemia debido a las
pérdidas de sangre por la menstruación.
Ciertos parásitos intestinales, tan frecuentes en los niños, suelen favorecer o
provocar anemia.

¿Cuáles son los síntomas de la anemia?

La anemia se presenta en forma paulatina y progresiva, por eso sus síntomas


suelen pasar inadvertidos: por consiguiente, para tomar a tiempo este problema
y lograr un correcto diagnóstico a fin de evitar que siga desarrollándose y
perjudique al niño en su crecimiento, es importante el control periódico con su
pediatra.
Sin embargo, podrá observar señales que el organismo de su hijo manifiesta
para demostrar que algo le está sucediendo: fatiga y sueño excesivos, falta de
concentración y bajo rendimiento escolar, palidez, o presentar la actitud de
comer elementos extraños como tierra o papel. Cuando la anemia es más
severa, sus síntomas son también pérdida del apetito, aumento de la
frecuencia cardíaca e irritabilidad.
En un recién nacido es el pediatra mediante su trabajo de seguimiento en los
controles periódicos quien determine la posible deficiencia de hierro y prescriba
un tratamiento con suplemento de hierro que contrarreste el déficit que
necesariamente irá ocurriendo.

¿Puede prevenir la anemia por deficiencia de hierro?

1. La prevención se inicia con el control de la salud en el


embarazo, ya que el niño nacido de una madre anémica
tiene mayor riesgo de padecer esta enfermedad durante su
primer año.

2. En los primeros meses de vida: la mejor alimentación para


el bebé es la lactancia materna, ya que la absorción del
hierro contenido en esta leche es superior. El niño menor de seis meses no
debe ser alimentado con leche de vaca: su digestión no es adecuada y puede
producir una enfermedad que ocasiona la pérdida de glóbulos rojos por vía
intestinal, provocando o favoreciendo la anemia.
3. Sin embargo, el lactante -y en general el niño hasta los 24 meses- no ingiere
la cantidad de hierro que su organismo necesita, por eso el pediatra le
prescribirá en forma preventiva un suplemento de hierro en la dosis y en el
momento adecuados.
4. Una de las maneras más acertadas para la prevención de la deficiencia de
hierro y la anemia es una correcta alimentación, que contenga alimentos ricos
en hierro: las carnes rojas y las vísceras, en menor medida las carnes blancas;
si bien existen también vegetales que aportan hierro, como el brócoli, la
espinaca, las lentejas, su absorción por el organismo es reducida. Algunas
combinaciones de alimentos son positivas: aquellos ricos en vitamina C, como
los cítricos, favorecen la absorción.
5. Otras medidas importantes de prevención son: el tratamiento periódico de la
parasitosis intestinal, ya que algunos parásitos provocan pérdida sanguínea a
nivel intestinal o se alimentan de sangre, así como el tratamiento oportuno de
las infecciones.

Es muy importante que lleve a su hijo a los controles médicos de rutina.


El pediatra, desde los primeros días de vida de un niño, comienza un
seguimiento en lo que respecta a su evolución y desarrollo. Es él quien
estará capacitado para diagnosticar algún inconveniente y quien podrá
actuar con criterio a tiempo.

¿Cómo saber si su hijo está anémico?

El diagnóstico de la anemia es simple: se practica un análisis de sangre, para


determinar la cantidad de glóbulos rojos y la hemoglobina.
Es importante que además del hemograma se determine el nivel de ferritina
sérica, que indica el estado de los depósitos de hierro, ya que el tratamiento
cuando éstos están disminuidos puede prevenir la anemia manifiesta.
Se debe también establecer la causa: la historia clínica del niño será importante
para que el médico determine la necesidad de otros análisis con el fin de
comprobar la existencia de aquellas patologías que la provocan o favorecen.

¿Cómo se trata la anemia?

El tratamiento, tanto para la deficiencia latente de hierro como para la anemia


manifiesta, consiste en la administración de hierro: en gotas, jarabe,
comprimidos o ampollas bebibles, según la edad del paciente. El pediatra
determinará la dosis adecuada, así como la duración del tratamiento.

Es importante tener en cuenta que el tratamiento debe prolongarse


después de haber alcanzado los niveles normales en
los exámenes de sangre de control, para reponer los
depósitos de hierro. Por eso, nunca abandone la toma
del medicamento antes del tiempo indicado por el
médico.

Los bebes alimentados a pecho, deberán recibir hierro a


partir de los cuatro meses, tiempo en el cual se agotan los
depósitos de este metal que se formaron durante el
embarazo. En los prematuros y los alimentados con fórmulas o leche de vaca,
deberá ser administrado precozmente.
En algunos casos, el tratamiento puede verse perjudicado por efectos
colaterales causados por ciertos suplementos, tales como sabor metálico,
trastornos estomacales y tinción de dientes, por lo que se aconseja atender la
recomendación del pediatra y elegir productos que garanticen una mejor
tolerancia. Será el médico también quien determine la dosis adecuada y la
duración del tratamiento.

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