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LOS RECEPTORES

LOS ESTÍMULOS
Estructura nerviosa
Cambios que se producen en el
especializadas capaces de
medio externo o interno del
captar un estimulo y
individuo, capaces de ser captados
transformarlo en un impulso
por receptores específicos
nervioso.

Órganos sensoriales, en seres


humanos y otros animales, órganos
especializados que reciben estímulos
del exterior y transmiten el impulso a
través de las vías nerviosas hasta el
sistema nervioso central donde se
procesa y se genera una respuesta.

Los cinco sentidos son


el oído, la vista, el
olfato, el gusto y el
tacto.
Uno de los cinco sentidos; actúa por contacto de sustancias solubles
con la lengua.
El ser humano es capaz de percibir un abanico amplio de sabores
como respuesta a la combinación de varios estímulos, entre ellos
textura, temperatura, olor y gusto.
Considerado de forma aislada, el sentido del gusto sólo
percibe cuatro sabores básicos: dulce, salado, ácido y
amargo; cada uno de ellos es detectado por un tipo especial
de papilas gustativas.

Los compuestos químicos de los alimentos se disuelven en la humedad


de la boca y penetran en las papilas gustativas a través de los poros de
la superficie de la lengua, donde entran en contacto con células
sensoriales. Cuando un receptor es estimulado por una de las
sustancias disueltas, envía impulsos nerviosos al cerebro.
La lengua está recubierta
por unas 10.000 papilas
gustativas, que se
agrupan en áreas
sensibles a los sabores
dulces, agrios, salados y
amargos. Los
componentes químicos
de la comida que
ingerimos, estimulan a
los receptores de cada
una de estas zonas y los
nervios transmiten estos
impulsos al cerebro. El
sentido del olfato añade
información para
conseguir una amplia
gama de sabores.
Glándulas que segregan saliva. La saliva es un líquido ligeramente
alcalino que humedece la boca, ablanda la comida y contribuye a
realizar la digestión. Las glándulas submaxilares son las más
grandes, están localizadas debajo de la mandíbula inferior y
desembocan en el interior de la cavidad bucal; las glándulas
sublinguales se encuentran debajo de la lengua, y las parótidas están
colocadas frente a cada oído.

Las glándulas bucales también segregan saliva y están en las


mejillas, cerca de la parte frontal de la boca. La saliva de la glándula
parótida contiene enzimas llamadas amilasas, una de las cuales,
conocida como ptialina, participa en la digestión de los hidratos de
carbono.

Las glándulas salivares de los seres humanos, en especial la


parótida, se ven afectadas por una enfermedad infecciosa específica,
las llamadas paperas.
Es una función sumamente compleja cuyos receptores, responsables
de transformar el estímulo luminoso en señal nerviosa, se
encuentran en el interior de los ojos. La estructura relacionadas
fundamentalmente con la función visual son: Globos oculares, los
nervios ópticos y la región posterior de la corteza cerebral
El sentido del olfato reside en la nariz, ya que allí se encuentran los
quimiorreceptores que responden a la sustancia químicas presentes
en el aire inspirado
En los seres humanos,
las sustancias
olorosas estimulan las
células de los nervios
olfatorios, ubicadas
en la membrana
mucosa situada en la
parte superior de
cada fosa nasal. Estos
nervios envían
señales que
representan olores al
bulbo olfatorio, donde
esas señales son
clarificadas antes de
ser transmitidas a los
centros olfatorios del
cerebro.
El oído cumple en el organismo una doble función: la de captar los
estímulos acústico y la del equilibrio que informa acerca de los
cambios de posición del cuerpo en el espacio. Ambas funciones son
posibles gracias a la organización estructural del oído.
Las partes más externas
del oído son el pabellón
auditivo, que es la zona
visible del oído, y el
conducto auditivo, que está
encerrado y atrapa la
suciedad. Este canal
transmite los cambios de
presión de aire y las ondas
sonoras al tímpano, o
membrana timpánica. En el
tímpano comienza el oído
medio, que también incluye
la trompa de Eustaquio y
los tres pequeños huesos
vibrantes del oído: martillo,
yunque y estribo. La cóclea
y los canales semicirculares
constituyen el oído interno.
La información pasa desde
el oído interno al cerebro
vía nervio auditivo.
Es uno de los cinco sentidos de los seres humanos y de otros animales. A
través del tacto, el cuerpo percibe el contacto con las distintas sustancias,
objetos, etcétera.

Los seres humanos presentan terminaciones nerviosas especializadas y


localizadas en la piel, que se llaman receptores del tacto y pueden ser de dos
tipos: corpúsculos de Meisner y discos de Merkel. Estos receptores se
estimulan ante una deformación mecánica de la piel y transportan las
sensaciones hacia el cerebro a través de fibras nerviosas.

Los receptores se encuentran en la epidermis, que es la capa más externa de


la piel, y están distribuidos por todo el cuerpo de forma variable, por lo que
aparecen zonas con distintos grados de sensibilidad táctil en función del
números de receptores que contengan.

El tacto es el menos especializado de los cinco sentidos, pero a base de


usarlo se puede aumentar su agudeza; los ciegos, por ejemplo, tienen un
sentido táctil muy delicado que les permite leer las letras del sistema Braille.
Véase Sistema nervioso.
La piel consiste en
una capa externa
protectora
(epidermis) y una
capa interna de
tejido vivo (dermis).
La parte superior de
la epidermis está
compuesta de
células muertas que
contienen
queratina, la
escleroproteína
córnea que forma
también el pelo y
las uñas.

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