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Un mundo de palabras y de

música para compartir

Leer el mundo,
escuchar el mundo
Leer el mundo
Escuchar el mundo
Gioconda Belli

Vamos a leer poemas de Gioconda Belli, poeta y novelista


nicaragüense. Su obra se ha traducido a más de 14 idiomas.
Escribe para diversos periódicos nacionales e internacionales y
tiene un Blog en el periódico nicaragüense “El Nuevo Diario” y
en el diario “The Guardian” de Londres.
Para nosotras, las mujeres del Taller de Lectura, conocer y leer
los poemas de Gioconda Belli ha supuesto todo un
descubrimiento. Queremos compartir con vosotras sus
palabras, la fuerza de sus poemas. Los que hoy vamos a leer
aquí nos hablan del desafío al paso de los años, de la sabiduría
de saber envejecer con las ilusiones intactas, de la voluntad por
sobrevivir a la desesperanza con alegría.
Gioconda Belli
Desafío a la vejez

Cuando yo llegue a vieja


-si es que llego-
y me mire al espejo
y me cuente las arrugas
como una delicada orografía
de distendida piel.
Cuando pueda contar las marcas
que han dejado las lágrimas
y las preocupaciones,
y ya mi cuerpo responda despacio
a mis deseos,
cuando vea mi vida envuelta
en venas azules,
en profundas ojeras,
y suelte blanca mi cabellera
para dormirme temprano
-como corresponde-
cuando vengan mis nietos
a sentarse en mis rodillas
enmohecidas por el paso de
muchos inviernos,
sé que todavía mi corazón
estará –rebelde- tictaqueando
y las dudas y los anchos
horizontes también saludarán
mis mañanas.
Gioconda Belli
Estoy viva como fruta madura...
Si.
Es verdad que a ratos estoy triste
Estoy viva y salgo a los caminos,
como fruta madura suelta como mi pelo,
dueña ya de inviernos y veranos, y lloro por las cosas más dulces y más tiernas
abuela de los pájaros, y atesoro recuerdos
tejedora del viento navegante. brotando entre mis huesos
     y soy una infinita espiral que se retuerce
No se ha educado aún mi corazón entre lunas y soles,
y, niña, tiemblo en los atardeceres,         avanzando en los días,
me deslumbran el verde, las marimbas desenrollando el tiempo
y el ruido de la lluvia con miedo o desparpajo,
hermanándose con mi húmedo vientre, desenvainando estrellas
cuando todo es más suave y luminoso. para subir más alto, más arriba,
     dándole caza al aire,
Crezco y no aprendo a crecer, gozándome en el ser que me sustenta,        
no me desilusiono, en la eterna marea de flujos y reflujos
ni me vuelvo mujer envuelta en velos, que mueve el universo
descreída de todo, lamentando su suerte. y que impulsa los giros redondos de la tierra.
No. Con cada día, se me nacen los ojos del asombro,     
de la tierra parida, Soy la mujer que piensa.
el canto de los pueblos, Algún día
los brazos del obrero construyendo, mis ojos
la mujer vendedora con su ramo de hijos, encenderán luciérnagas.
los chavales alegres marchando hacia el colegio.
Gioconda Belli
Claro que no somos una pompa fúnebre
porque estamos construidos de una gran esperanza,
Claro que no somos una pompa fúnebre, de un gran optimismo que nos lleva alcanzados
a pesar de todas las lágrimas tragadas y andamos la victoria colgándonos del cuello,
estamos con la alegría de construir lo nuevo sonando su cencerro cada vez más sonoro
y gozamos del día, de la noche y sabemos que nada puede pasar que nos detenga
y hasta del cansancio porque somos semillas        
y recogemos risa en el viento alto. y habitación de una sonrisa íntima
     que explotará
Usamos el derecho a la alegría, ya pronto
a encontrar el amor en las caras de todos.
en la tierra lejana
y sentirnos dichosos
por haber hallado compañero
y compartir el pan, el dolor y la cama.
    
Aunque nacimos para ser felices
nos vemos rodeado de tristeza y vainas,
de muertes y escondites forzados.
    
Huyendo como prófugos
vemos como nos nacen arrugas en la frente
y nos volvemos serios,
pero siempre por siempre
nos persigue la risa
amarrada también a los talones
y sabemos tirarnos una buena carcajada
y ser felices en la noche más honda y más cerrada
 
Gioconda Belli
CUMPLEAÑOS
Pluma en mano
te convido, papel, Grande estoy y contenta
a esta celebración por mis años
del día en que nací. cada uno de ellos ha puesto en mí
No imaginé llegar aquí. lo que soy.
Pensaba que moriría joven Saludo la acumulación de tiempo
-una muerte heroica y memorable- en mi pelo, en mi cara, en mi cuerpo.
Ahora contemplo ¡Vengan más horas, más años a mí!
con el cuerpo y la mente enteras Aquí los espero
la madurez de mi imaginación sin miedo.
Y me felicito por estar viva
y por la vida 9 Dic, 2008
pues no ha sido menor el heroísmo
de haber llegado hasta hoy
con la sonrisa desplegada
y el mismo ardor en el pecho.
En el espejo mis ojos ríen
con la misma risa de antes
más joven quizás en su sabiduría
y en el no arredrarse.
Por experiencia sé
que no hay crujir de dientes
cuando una toma lo que viene
para el aprender
y el constante rehacerse
el desafío a las amonestaciones
de quienes han hecho cuanto han podido
por empequeñecernos.
Margaret Atwood

Margaret Atwood, Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2008, es la novelista


más famosa de su país, Canadá. Más conocida por su obra narrativa, aunque para
ella la producción poética sea parte imprescindible de su labor creativa. Poesía
clara, humana, que entra por la piel. Poesía comprensible. Como ella misma dice:
“Sí, siempre me esfuerzo en que mi poesía sea comprensible, empezando por que
sea comprensible para mí. La poesía es música. Yo trabajo a conciencia mis
poemas, trabajo cada sílaba, cada verso, porque es imprescindible que el ritmo
fluya.”
“En los tiempos duros es cuando el ser humano tiende más a meditar, y a apreciar
el arte, y con ello, la poesía. La poesía es, sobre todo, emoción, y desde luego en
estos momentos hay mucha tensión y presión emocional para todos.”
Unos versos de su obra “La puerta” dicen:
“…y esto es la poesía: un cable de alto voltaje.
Es como si metieras un tenedor
en un enchufe. Así que no pienses que se trata sólo de flores.
Aunque en parte, se trata también de ellas”.
Margaret Atwood
POEMA NOCTURNO 
No hay nada que temer,
es sólo el viento
que ahora sopla hacia el este, es sólo
tu padre..........el trueno
tu madre..........la lluvia
En este país de agua
con su luna ocre y húmeda como un champiñón,
sus muñones ahogados y sus pájaros largos
que nadan, donde crece el musgo
por todo el tronco de los árboles
y tu sombra no es tu sombra
sino un reflejo,
tus padres verdaderos desaparecen
al bajar la cortina
y quedamos los otros,
los sumergidos del lago
con nuestras cabezas de oscuridad
de pie ahora y en silencio junto a tu cama...
Venimos a arroparte
con lana roja,
con nuestras lágrimas y susurros distantes.
Te meces en los brazos de la lluvia,
el arca fría de tu sueño,
mientras aguardamos, tu padre
y madre nocturnos,
con las manos heladas y una linterna muerta,
sabiendo que somos solamente
las sombras vacilantes que proyecta
una vela, en este eco
que oirás veinte años más tarde.
Margaret Atwood
Es primavera, y el viento de la noche
SIN NOMBRE 
huele, húmedo, a marga removida
Una pesadilla te asalta con frecuencia:
y a flores tempranas.
llega un hombre herido, por la noche,
La luna irradia su belleza
a tu casa
que como belleza ves al fin,
-sitúas el agujero en el pecho, a la izquierda...
tan cálida y ofreciéndolo todo.
Su sangre al brotar mancha
... Sólo hay que tomarlo.
tu puerta, al apoyarse,
Oyes ladrar perros distantes.
casi desvaneciéndose...
La puerta está entreabierta
Quiere que le dejes entrar.
o entrecerrada:
Es como el alma de un amante
así permanece y tú no puedes despertar.
muerto y resucitado
hambriento aún
sólo que no está muerto. Y aunque el vello en tus brazos
se eriza y un aire frío
que de él proviene
cruza tu umbral,
no has visto a nadie más vivo que él
cuando te toca, apenas roza tu mano
con la izquierda suya, su mano limpia,
y un "por favor" susurra,
en cualquier idioma...
Tú no eres médico ni nada parecido.
Has llevado una vida normal,
lo que un observador llamaría "sin tacha".
Detrás, en la mesa,
hay un cuenco con fruta,
una silla, un cuchillo,
un plato con pan...
Aïcha Bassry

Nacida en 1960, Aïcha Bassry se licenció en Letras y Lengua árabe por la


Universidad Mohamed V de Rabat. Es funcionaria del Ministerio de Educación
Nacional de Marruecos. Es miembro de la Casa de la Poesía y de la Unión de
Escritores de Marruecos. Entre su obra poética destaca: “Tardes”, “Insomnio de
los ángeles” y “Un balcón ensombrecido”. Algunos de sus poemas se han
traducido al español, al catalán y al francés. Esta es su visión poética:
“Yo escribo no para luchar violentamente contra la vida, sino para protestar de
una manera artística. La poesía es mi segunda vida. Cuando lo cotidiano me
aprisiona, la poesía es mi único refugio. Escribir poesía es un estado de ánimo
antes que un juego de palabras”
Aïcha Bassry
Consejos para amar a las mujeres
Conviérteme en amuleto de tu pecho.
Te protegeré del pecado.
Silencia tu lengua. Habla con el corazón. el poeta que revela el nombre de su amada
Se te revelarán mis secretos. anuncia la muerte del poema.
Tómame como soy, una mujer. No te fíes de la miel que fluye de mis labios:
Te devolveré a tus orígenes, dolor para tus heridas son sus gotas.
a tus raíces, Antaño, capturé mi rostro en el espejo del río,
a las aguas de tu esencia. me cautivé de mi hermosura y te amé,
Persigue mi perfume. eres el hijo de la abundancia de mi deseo.
Ten paciencia ante mis enigmas. ¡Ten cuidado!
Qué hombre antes de ti Si dejas escapar de las manos mi fragilidad,
sondeó los secretos de una mujer. seré tu eterno sufrimiento.
Sé el néctar que irriga mis raíces.
Poda lo sobrante de mis ramas:
me abriré, flor eterna, en tus palmas.
Píntame: sombra de tus nubes,
lloveré de pudor
cada vez que tu aliento me roce.
Acumúlame: lágrima en tus párpados,
fluiré cuando el árbol de tu tristeza florezca.
Escóndeme como contraseña en tus líneas,
como un grano de fragancia en tu tinta,
memoriza mi nombre,
mantenlo secreto:
Aïcha Bassry
Te echo de menos
Te echo de menos
cuando los pájaros picotean una vieja llaga
…y me entristezco.
Te echo de menos
entre el murmullo de las hojas de otoño
y la suave lluvia. Te echo de menos…
Te echo de menos Cuando la pérdida se convierte
cuando una bandada de mariposas aburridas en la eterna canción
huye de mis manos. de una vida diminuta.
Te echo de menos
cuando se despreocupa de mí
la cigüeña del minarete de enfrente
pelando una naranja a su pareja.
Te echo de menos
cuando se juntan las mañanas
abandonadas en mi lecho.
Te echo de menos
cuando las lágrimas se congelan en mis párpados.
Te necesito, brisa cálida, para que hagas llover.
Te echo de menos
cuando la noche cree en las calumnias de la noche
y abandona mi terraza.
Cuando el corazón se convierte en buzón de cartas que nunca llegan.

Te echo de menos
cuando se disuelve el silencio
y, en su soledad, la habitación se pudre.
Anna Ajmátova

Es una poeta rusa, nacida el 23 de junio de 1889. Su vida transcurrió en una época
muy dura de la historia de Rusia. El ser descendiente de una familia noble
dificultó su proyección durante la dictadura soviética. Sus poemas se
prohibieron, fue acusada de traición y deportada. En 1944 pudo volver a su
ciudad amada, Leningrado. En 1962 estuvo nominada al Premio Nobel de
Literatura, pero no lo logró. Anna Ajmátova, en cambio, consiguió el cariño y el
respeto de todo el mundo. En la actualidad, en Rusia, no está considerada como
una poeta más, sino, más bien, como un símbolo que se atrevió a entrar en un
mundo de hombres, que es lo que era entonces la poesía, un mundo cerrado para
las mujeres.
Anna Ajmátova

CUANDO LA LUNA ES DE MELÓN...

Cuando la luna es de melón una tajada en la ventana


Y en derredor es la calina cerrada la puerta y la casa encantada
Por las azules ramas de glicinas y en la fuente de arcilla hay agua fría
Y la nieve del paño y arde una bujía de cera
Tal que en la niñez, mariposas zumban
La calma, que no oye mi palabra, retumba
Entonces de lo negro de rincones rembrandtianos algo se ovilla de pronto
Y se esconde allí a mano, pero no me estremezco, ni me asusto siquiera...
La soledad en sus redes me hizo prisionera
El gato negro el alma me mira, como ojos centenarios
Y en el espejo mi doble es tal vez mi contrario.
Voy a dormir dulcemente, buenas noches, noche.
Anna Ajmátova

 LA TIERRA NATAL

No la llevamos en oscuros amuletos,


Ni escribimos arrebatados suspiros sobre ella,
No perturba nuestro amargo sueño,
Ni nos parece el paraíso prometido.
En nuestra alma no la convertimos
En objeto que se compra o se vende.
Por ella, enfermos, indigentes, errantes
Ni siquiera la recordamos.

Sí, para nosotros es tierra en los zapatos.


Sí, para nosotros es piedra entre los dientes.
Y molemos, arrancamos, aplastamos
Esa tierra que con nada se mezcla.
Pero en ella yacemos y somos ella,
Y por eso, dichosos, la llamamos nuestra.
Anna Blandiana

Poeta, novelista y ensayista de excepcional trayectoria literaria, Anna


Blandiana (Timişoara, 1942) es una de las escritoras más destacadas en el
panorama cultural rumano y, al mismo tiempo, una figura emblemática
de la resistencia al régimen de Ceauşescu y, más tarde, de la sociedad
civil como presidenta de la “Alianza Cívica” y fundadora del “Memorial
de las víctimas del comunismo y de la resistencia en Sighet”.Su poesía,
traducida a una veintena de lenguas, supone una profunda meditación,
con inflexiones metafísicas e intimistas, acerca de la creación artística, el
destino, la alteridad, la responsabilidad moral o el amor como
inspiración absoluta. 
Anna Blandiana
DEBERÍAMOS

Deberíamos nacer ancianos,


despiertos, capaces de decidir
nuestro destino en la Tierra,
saber desde la primera encrucijada
qué camino tomar
y que irresponsable sólo sea
el deseo de ir más lejos.
Después, hacernos al caminar,
aún más y más jóvenes,
maduros y fuertes alcanzar
las puertas de la creación,
traspasarlas y entrar enamorados
a la adolescencia,
ser niños cuando nazcan nuestros hijos.
Igual serían siempre más viejos que nosotros,
nos enseñarían a hablar,
y nos mecerían para dormirnos,
desapareceríamos cada vez más,
seríamos cada vez más pequeños,
como un granito de uva, de arveja o de trigo...
Anna Blandiana

ACERCA DEL PAÍS DE DONDE VENIMOS

Les voy a hablar acerca del país


De donde venimos.
Yo vengo del país del verano,
Una patria frágil
A la que una hoja, al caer,
Podría extinguirla,
Donde el cielo está tan cargado de estrellas
Que se inclina, a veces, hasta el suelo
Y si te acercas oyes como la hierba
Hace cosquillas a las estrellas que ríen,
Y hay tantas flores
Que te duelen los ojos,
Deslumbrados con el sol,
Y soles hay tantos que cuelgan
De cada árbol;
En donde vengo
No falta sino la muerte,
Y es tanta la felicidad
que es como para dormirse.
Blaga Dimitrova
Una de las más fecundas y célebres escritoras búlgaras, Blaga Dimitrova, falleció el viernes, 2 de
mayo de 2003, en un hospital de Sofía. Tenía 81 años. Autora de más de treinta libros de poesía, siete
novelas y cuatro obras de teatro, además de numerosos ensayos y traducciones, Blaga Dimitrova
participó también muy activamente en la vida política de su país.
Nacida en Sofía en 1921, ya en sus años de estudiante, cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, se
integró en el movimiento antifascista. En 1944, Bulgaria se incorporó a la órbita soviética y
Dimitrova, que había ido a Moscú a seguir sus estudios, empezó a escribir poemas en los que
cantaba a la resistencia y la construcción del socialismo.
Pero en los años sesenta empezó a distanciarse de la retórica oficial y la prensa búlgara le dedicó
duras críticas. Se convirtió en una de las raras disidentes que hubo en el país. Al ser prohibidos sus
libros, su popularidad creció. Muchos lectores aprendieron lo que era la libertad con sus poemas. En
los ochenta participó en la fundación del Club por la Democracia, primer movimiento abiertamente
opositor en Bulgaria. Tras la caída del comunismo, en 1992, fue vicepresidenta de Bulgaria, aunque,
decepcionada, dimitió un año más tarde.
Dejó la poesía, liberada, al fin, no sólo de las ilusiones de su juventud y de la censura, sino también
de la obligación de defender una causa. Dedicó su tiempo a ensayos y análisis sobre la condición
humana y la situación de las mujeres. En sus últimos años descubrió que un nuevo peligro
empezaba a surgir para el mundo de la cultura: la búsqueda exclusiva del éxito y el dinero, el
sensacionalismo, la confusión de los valores. En uno de sus textos más recientes se preguntaba: "Pero
¿es posible un mundo sin poesía?"
Blaga Dimitrova

ARS POETICA

Crea cada uno de tus poemas


como si fuera el último.
En este siglo saturado de estroncio,
lleno de terrorismo,
en el que todo ha echado a volar con velocidad
supersónica
la muerte viene aún más rápida.
Manda cada una de tus palabras
como si fuera la última carta antes de la ejecución,
como un mensaje en el muro de la prisión.
No tienes derecho a mentir,
ni el derecho a los juegos infantiles.
Simplemente no tienes tiempo
para corregir tus errores.
Escribe cada uno de tus poemas,
lacónicos y despiadados,
con sangre, como una despedida.
Blaga Dimitrova

JUVENTUD

Cuando eres joven


y ondean al viento
tus cabellos alborotados
y te sumerges en sus ojos
ves un fragmento del mundo,
un balcón forzando el cielo,
un tren rebelde sin raíles,
una bandada de álamos en vuelo.
¡Mundo de libertad, sin fronteras
al cual añades fantasía con tu existencia!
De pronto un día tus cabellos clarean y ante ti
se descubre un mundo en su totalidad.
El balcón está empotrado en un muro,
el tren se mueve por raíles
y los tallos inmovilizan a los álamos.
Aquí no hay lugar para la fantasía.
Perdiste tus cabellos alborotados.

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