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LAS TENTACIONES DE

JESúS
Las tentaciones de Jesús como destrucción de la
imagen religiosa de Dios
El pasaje de las tentaciones de
Jesús es más preferible es la
versión de Mt 4,1-11 en
comparación a la de Lucas. Es
una haggadá hecha a la luz de
las indudables tentaciones de
Jesús en su vida (cfr. Lc
22,28; Mc 8,11). En algunos
momentos de su vida, pudo
Jesús enfrentarse a la
posibilidad de utilizar su
relación con Dios Padre en:
 Los Evangelistas no han extendido las
tentaciones de Jesús a lo largo de su vida,
sino que la han agrupado y situado al
inicio de su vida pública, con dos
intenciones: la primera para vincularla con
el Bautismo; y la segunda para hacer
unidad Bautismo-Tentaciones como clave
para entender y leer toda la vida de Jesús.
Relación entre tentaciones y
A. T.
Las tentaciones de Jesús.
Destrucción de la imagen religiosa de Dios.
La tentación de la religión
Jesús está en extrema necesidad, y si
Jesús de verdad era Hijo de Dios podía
salir de tal ocasión; también era la
murmuración del pueblo en el desierto.
(Éx 16,1ss). Y esta tentación consiste
en aprovecharse de la relación
privilegiada con Dios para alterar la
condición humana, para evadirla. Y la
respuesta de Jesús, es la afirmación de
que la condición divina no quita para
nada la condición humana.
La tentación de la prueba
 Es una tentación a su misión. El diablo utiliza la
Sagrada Escritura para persuadir a Jesús. Es
pedir a Dios que demuestre que es Dios. (Cfr.
Benedicto XVI. (2007)., pp 61-62). El demonio
tergiversa el sentido del Salmo 91, 11ss, el cual
según el sentido del salmista, no quiere decir
que todo lo que emprenda el justo le saldrá
bien, sino que en todas las cosas que realice
según la justicia, aunque tenga oposiciones y
percances, experimentará el auxilio divino, y
entonces así parecerá ser llevado por los
ángeles (cfr. Fernández Carvajal, F. (1997).,
p.151). Se le pide para que el pueblo crea, ya
que el Mesías bajaría del alero del templo y
podía con gestos de espectacularidad hacerse
aceptar por el pueblo (cfr. González Faus, J. I.
La tentación del poder
El poder es una de las
características más claves
de la divinidad, y así se
entendía tanto en el
ambiente judío como en los
ambientes helénicos. En
los emperadores romanos
el poder les daba el
endiosamiento. A Jesús ese
poder ofrecido es la
máxima idolatría posible.
No quiere decir que Jesús
no posea ese poder (cfr. Mt
28,18), sino que el tentador
se lo ofrece según las
condiciones de este mundo
 . Si hubiese actuado así, el
poder sería el de la fuerza
y no el del amor. “El
hombre no es para Jesús
un ser salvable a la fuerza
(…), Afirmar que el
hombre nuevo no puede
ser fruto del poder es la
máxima afirmación de la
dignidad humana” (cfr.
González Faus, J. I.
(1984)., p177).
 Bonhoeffer define esta tentación así: “se
trata de la descarada tentación de
Satanás, que intenta separarnos
consciente y definitivamente de Dios,
prometiéndonos para ello todo el poder y
toda la felicidad alcanzables en la tierra”
(Bonhoeffer, D. (1971)., p.211). “Solo el
poder que está bajo la bendición de Dios
puede ser digno de confianza” (Benedicto
XVI. (2007)., p.64).
 La relación Dios-hombre aparece en una
absoluta libertad; y quien busque a Dios
para obtener una ventaja, una seguridad
y un buen negocio no podrá encontrarse
con el Dios de Jesús. Ya Dios no es el
absoluto para sobreponerse unos sobre
otros. Y como dice Bonhoeffer, que la fe
de Jesús en Dios es una vuelta al revés de
todo lo que el hombre religioso espera de
Dios.
 Jesús nos ha traído
verdaderamente a Dios,
la auténtica imagen de
Dios, y “aunque la causa
de Dios parece estar
siempre en agonía, sin
embargo, se muestra
siempre como lo que
verdaderamente
permanece y salva”
(Benedicto XVI. (2007).,
p.70), porque su fuerza

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