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(1901-1952)
Un fuego que
enciende otros
fuegos
Padre Hurtado
Alberto
Hurtado, a
los 20 aos,
en sus
tiempos de
estudiante de
la UC
Su corazn
era como un
caldero en
ebullicin
Alberto, en sus
aos de estudiante,
realiz un profundo
discernimiento para
descubrir la
voluntad de Dios.
Qu querr Dios de m?
Querido Manuel:
Por fin me tienes de jesuita,
feliz y contento como no se
puede ser ms en esta tierra:
rebozo de alegra y no me
canso de dar gracias a
Nuestro Seor porque me ha
trado a este verdadero
paraso, donde uno puede
dedicarse a l las 24 horas del
da. T puedes comprender mi
estado de nimo en estos
das; con decirte que casi he
llorado de gozo.
A todo, un sonoro
'all right', 'very well'
Ya me tienes sacerdote
del Seor! Bien
comprenders mi
felicidad inmensa. Con
toda sinceridad puedo
decirte que soy
plenamente feliz. Ahora
ya no deseo ms que
ejercer mi ministerio con
la mayor plenitud posible
de vida interior y de
actividad exterior.
El carisma del
Padre Hurtado
atraa a los
jvenes ms all
de los
compromisos
acadmicos
El medio ms importante
de la educacin
sobrenatural, casi la
base de toda educacin,
es infundir en los jvenes
el amor a Jesucristo. El
que ha mirado
profundamente
siquiera una vez los
ojos de Jess, no lo
olvidar jams...
Cmo no
voy a estar
contento!
Cmo no
estar
agradecido
con Dios!
Agosto de 1952
ORACIN
PADRE HURTADO
HIJO DE MARA Y DE LA IGLESIA
AMIGO DE DIOS Y DE LOS HOMBRES
RUEGA POR NOSOTROS .
AMN.