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os

Temperamento
Porque así como en el cuerpo CABEZA==CRISTO
CABEZA CRISTO
tenemos muchos miembros,
y no todos tienen la misma
función; así también
nosotros, siendo muchos, CC II
UU GG
somos un cuerpo en Cristo, y
EE LL
todos miembros los unos de EE
los otros. Y tenemos RR
SS
diferentes dones según la PP II
gracia que nos es dada. Si OO AA
alguno tiene el don de
profecía, úselo conforme a la
medida de la fe. Romanos 12:4-6
MIEMBROS
MIEMBROS
¿qué es el temperamento?
  
El  temperamento  es  una  combinación  de 
características que heredamos de nuestros padres. 
De  esta  fuente  se  combina  con  otras  características 
humanas  para  producir  nuestra  estructura  básica.  La 
mayor  parte  de  nosotros    estamos  más  conscientes  de 
su  expresión  que  de  su  forma.  Es  el  temperamento  de 
una  persona  lo  que  la  hace  abierta  y  extrovertida  o 
tímida  e  introvertida.  El  temperamento  se  hereda 
genéticamente  e  indudablemente  quedó  afectado  por  la 
caída  de  Adán.  Es  por  esta  razón  que  todos  nos 
sentimos  identificados  con  el  deseo  de  hacer  lo  bueno 
mientras  que  al  mismo  tiempo  poseemos  un  deseo  de 
hacer lo malo (Romanos 7:18-20). 
  
DIFERENCIA ENTRE
TEMPERAMENTO,
Temperamento: Es la combinación de CARÁCTER Y
características con las que nacemos y que PERSONALIDAD
afectan subconscientemente el
comportamiento humano.
Carácter: Denota el verdadero Tú. La Biblia se refiere a esto
como “El hombre escondido del corazón”. Es el resultado de tu
temperamento natural modificado por la instrucción, educación,
actitudes básicas, principios y motivaciones recibidos en la
infancia.

Personalidad:Es la expresión externa de la persona, que


puede ser o no lo mismo que el carácter, dependiendo de lo
genuino que seamos.
1. El “sociable”
Buenas cualidades: amistoso, caluroso,
entusiasta, compasivo
Debe tener cuidado con... ser inestable,
inquieto, superficial, exagerado, no tener
convicciones
Personajes bíblicos: Pedro, Bernabé

“…el impulsivo, arrogante y afectuoso Pedro”


(La Educación, págs. 81, 82).

“… Bernabé procuraron seguir el ejemplo de Cristo


de voluntario sacrificio y fiel y fervorosa labor en
bien de las almas. Siempre diligentes, celosos e
infatigables, no atendieron a su personal inclinación y
comodidad, sino que sin descanso y orando
anhelosamente sembraban la semilla de verdad”.
(Testimonios Selectos, 2, pág. . 25).
2. El “resuelto”
Buenas cualidades: determinado, independiente,
líder, decisivo, confiado, dinámico
Deben tener cuidado con...ser inconsiderado, sarcástico,
orgulloso, sin tacto, inflexible
Personajes bíblicos: Pablo

“El gran apóstol Pablo era firme cuando estaban en juego


el deber y los principios… En las circunstancias más
desalentadoras, … era firme de corazón, lleno de valor,
esperanza y alegría. . .
… El comportamiento apropiado, fruto de la verdadera
cortesía, marcó toda su conducta. … Su razonamiento era
tan claro y convincente que hizo temblar al rey
licencioso. . . “ (Signs of the Times, 8-11-1879).
3. El “analítico”
Buenas cualidades: leal, sensitivo, idealista,
sacrificado, sincero
Debe tener cuidado con... ser pesimista, depresivo,
vengativo, perfeccionista, criticón
Personajes bíblicos: Moisés, Jacob, Elías, Jeremías

Piense en la vida de Moisés. ¡Qué resistencia y


paciencia caracterizaron su vida! Pablo, en su epístola
a los Hebreos, dice: "Porque se sostuvo como viendo
al Invisible" (Heb. 11: 27). El carácter de Moisés no
reveló simplemente resistencia pasiva al mal, sino
perseverancia en un curso de acción firme y
consecuente. Mantuvo siempre al Señor delante de sí,
y El estuvo a su mano derecha para ayudarle. (Alza
tus Ojos, pág. 110).
4. El “constante”
Buenas cualidades: tranquilo, pacífico,
diplomático, eficiente, fiable
Debe tener cuidado con... ser obstinado,
indeciso, blando frente al error
Personajes bíblicos: Noé, Abraham,
Samuel y Natanael.
“La combinación de la fe y las obras de Noé condenó al
mundo. No sólo predicó la verdad presente apropiada
para su época, sino que puso en práctica cada sermón
que pronunció. Aunque nunca hubiera elevado su voz
para formular sus amonestaciones, sus obras, su carácter
santo en medio de los corruptos e impíos, habrían sido
sermones condenatorios para los incrédulos y disolutos
de aquella época. Soportó con paciencia y humildad
semejante a la de Cristo las provocaciones, los insultos,
las burlas y los escarnios. . .”(Cada Día con Dios, pág. 236).
1) Los “sociables”: Son personas amistosas y 
populares que se llevan bien con todos. 
Quieren tener mucha influencia con otros. Son 
salientes, les gusta hablar mucho y tienen 
entusiasmo. 
Los cristianos con este genio deben tener 
cuidado con algunas tentaciones que les 
afectan más que a otros. A veces su deseo 
para llevarse bien con todos hace que no sean 
firmes en sus convicciones. Si no tienen 
cuidado pueden ser superficiales, inquietos, 
impulsivos y jactanciosos. El personaje bíblico 
que más demostraba este genio era Pedro. 
Aprendió a superar los defectos de su 
temperamento y usar las fuerzas del mismo y 
así llegó a ser uno de los siervos más 
poderosos del Señor.
(2) Los “resueltos” “Los resueltos” tienen 
plena confianza en sus creencias y les gusta 
hablar con otros de ellas sin pelos en la 
lengua. Para ellos, todo es “blanco o negro”. 
Son buenos líderes, determinados, decisivos, 
independientes y no se rinden frente a 
dificultades. No tienen mucha paciencia frente 
a los defectos de otros.
Pero los “resueltos” también tienen ciertas 
cualidades que tienen que controlar si van a 
servir bien a Cristo. Si no tienen cuidado 
pueden ser orgullosos, crueles, sin tacto e 
incompasivos.
Un personaje bíblico con este temperamento 
“resuelto” que logró controlarlo para la gloria 
de Dios, fue el apóstol Pablo.
(3) Los “analíticos” Son individuos cuidadosos que 
analizan las diferentes personas y situaciones antes 
de comprometerse con ellas. Se sienten inseguros 
en situaciones desconocidas y no quieren 
arriesgarse mucho. Si ven algo mal en otro, no 
pueden aceptar ninguna buena cualidad en el 
mismo. Una vez que llegan a tener amistades con 
otros, son muy fieles y leales. En la Biblia muchos 
servidores de Dios tenían este temperamento: 
Moisés, Jacob, Elías, Jeremías, Isaías, Tomás y 
otros.
Los analíticos tienen que tener cuidado con ciertas 
tentaciones que les afectan más a ellos que a otros: 
el negativismo, el afán, la depresión, la sospecha y 
la crítica no constructiva.
(4) Los “constantes” La gente con este 
temperamento son templados, moderados y 
quieren la tranquilidad. Por esta razón son 
buenos diplomáticos y procuran siempre la paz.
No se afanan mucho pero a veces son indecisos 
y no quieren hacer decisiones difíciles. A veces 
son irresponsables en cuanto a su trabajo y no 
demuestran la debida fuerza al luchar en contra 
del pecado. Algunos no se preocupan por cosas 
que deben ser corregidas. Algunos personajes 
bíblicos con temperamento constante fueron 
Noé, Abraham, Samuel y Natanael.
Cristo le permitió a Judas que fuera miembro de la iglesia, a pesar
de su carácter codicioso y avaro. Tenía algunas características que
podrían haber sido usadas para la gloria de Dios; pero no trató de
vencer los defectos de su carácter. Cristo lo soportó mucho y
pacientemente... Presentó delante de él las mismas lecciones que
usó para los apóstoles, que lo habrían encarrilado si las hubiera
usado correctamente, pero no mantuvo una correcta relación con el
Cielo. Cristo conocía su verdadera condición y le dio una
oportunidad. Unió a Juan con la iglesia, no porque Juan estuviera
por encima de las fragilidades humanas, sino para unirlo con su
gran corazón de amor. Si Juan vencía sus defectos de carácter, sería
como una luz para la iglesia. Pedro, si corregía sus faltas, heredaría
las promesas de Dios. Y Jesús le dijo, después de su resurrección, a
pesar de que sólo hacía pocos días que lo había negado: "Pastorea
mis ovejas" y "apacienta mis corderos" (Juan 21: 16, 15). Ahora
podía confiar en Pedro; porque había obtenido una experiencia en
las cosas de Dios…(A fin de conocerle, 180).
Juan aprendió continuamente para
imitar la vida de Jesús... Lección tras
lección dio Cristo a sus discípulos
para que pudieran conocer la
voluntad del Padre y brillar como
luces en el mundo. Juan y Pedro eran
hombres en quienes Dios podía
confiar, pero Judas no. Ellos
recibieron, prestaron atención a las
lecciones y ganaron la victoria; pero
Judas había fracasado en cada
prueba. Veía sus faltas, pero en vez
de corregirlas, se vindicaba
descubriendo fallas en los que lo
rodeaban... No podéis obtener fuerza
espiritual hablando de los defectos
ajenos.” A fin de conocerle, pag. 180
En estos primeros discípulos se observaba una notable diversidad de
caracteres. Habían de ser los maestros del mundo, y representaban tipos de
carácter muy variados. Eran ellos, Leví Mateo, el publicano, sacado de una
vida de actividad comercial, al servicio de Roma; Simón el celote, enemigo
inflexible de la autoridad imperial; el impulsivo, arrogante y afectuoso Pedro;
su hermano Andrés; Judas, de Judea, pulido, capaz y de espíritu ruin; Felipe y
Tomás, fieles y fervientes, aunque de corazón tardo para creer; Santiago el
menor y Judas, de menos prominencia entre los hermanos, pero hombres de
fuerza y positivos tanto en sus faltas como en sus virtudes; Natanael,
semejante a un niño en sinceridad y confianza; y los hijos de Zebedeo,
afectuosos y ambiciosos. . .
De los doce discípulos, cuatro habían de desempeñar una parte importante en
distintos sentidos. Previendo todo, Cristo les enseñó para prepararlos.
Santiago, destinado a una pronta muerte por decapitación; Juan, el que de los
dos hermanos seguiría por más tiempo a su Maestro en trabajos y
persecuciones; Pedro el primero que derribaría barreras seculares y enseñaría
al mundo pagano; y Judas, que en el servicio era capaz de sobrepasar a sus
hermanos y sin embargo abrigaba en su alma propósitos cuyos frutos no
vislumbraba (La Educación, págs. 81, 82).
Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del
poder sea de Dios, y no de nosotros. (2 Cor. 4: 7).
Todos los discípulos tenían graves defectos cuando Jesús los llamó a su
servicio. Aun Juan, quien vino a estar más íntimamente asociado con el
manso y humilde Jesús, no era por naturaleza manso y sumiso. El y su
hermano eran llamados "hijos del trueno". Aun mientras andaba con
Jesús, cualquier desprecio hecho a éste despertaba su indignación y
espíritu combativo. En el discípulo amado, había mal genio, espíritu
vengativo y de crítica. Era orgulloso y ambicionaba ocupar el primer
puesto en el reino de Dios. Pero día tras día, en contraste con su propio
espíritu violento, contempló la ternura y la tolerancia de Jesús, y fue
oyendo sus lecciones de humildad y paciencia. Abrió su corazón a la
influencia divina y llegó a ser no solamente oidor sino hacedor de las
obras del Salvador. Ocultó su personalidad en Cristo y aprendió a llevar
el yugo y la carga de Cristo.
(El Deseado de Todas las Gentes, págs. 262-264).

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