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Hasta las 7 semanas de la vida intrauterina, los genitales masculinos y

femeninos parecen iguales. La secreción de testosterona condiciona los


Zonas donde persiste la circuncisión
La ablación genital femenina
es un ritual de iniciación
originado en África
donde la practican
islámicos, cristianos y animistas.

Es común entre los musulmanes de


Iran, Jordania,
Líbano, Siria y Turquía
y menos en Indonesia
y otros países islámicos
de Asia.
Se practica tambien
en Etiopía y Kenia
donde prevalecen los cristianos,
y era corriente entre los falashas
antes de emigrar a Israel. 

Se extiende hoy por el Mediterráneo y


Europa
donde está penada por la ley, con
excepción de Italia e Irlanda.

Es una forma cruel y despiadada de


promover el predominio machista
y evitar la promiscuidad de la mujer
que debe llegar virgen al matrimonio.
Afecta a unas 135 millones de mujeres y
niñas en el mundo
que pierden la sensibilidad genital
y sufren un trauma psicológico.

Algunas mueren por hemorragia o


infección
después de ser operadas
por charlatanes y curanderas que usan
herramientas primitivas
como trozos de vidrio,
cuchillos oxidados o navajas de afeitar.
Tipos de ablación:

1. Eliminación del prepucio clitorídeo


(circuncisión),
y extirpación parcial o total del clítoris
(clitoridectomía).

2. Mutilación total o parcial del


prepucio, del clítoris y de los labios
menores, conservando los labios
mayores.
3. Infibulación: extirpación del clítoris y de los
labios mayores y menores
suturando la cicatriz vulvar.

La circuncisión faraónica consiste en


juntar los bordes de los genitales amputados
con espinos unidos en cierre de corsé
dejando un agujero para la orina y la regla.

La hemorragia se detiene con azúcar


y goma arábiga,
y se amarran ambas piernas hasta las rodillas.

Una semana después se quitan los espinos


y se repite la operación cuando no da resultados.
En Burkina Faso
usan un cuchillo, el barga,
que se enjuaga y se limpia con un trapo.

En otras partes de Africa,


la circuncisión se hace dos meses antes el parto
para que el niño no muera
si se pone en contacto con el clítoris.

Complicaciones:
hemorragia, shock, dolor, queloides,
adherencias, infecciones urinarias y pelvianas.
Los promotores de la circuncisión
femenina alegan:
Que protege la salud de la mujer.
Que impide el prolapso del útero.
Que endulza el olor de la mujer.
Que las incircuncisas huelen mal y sufren
de gusanos en la vagina.
Que la vulva incircuncisa no está limpia
y sólo las prostitutas no circuncidan a sus
hijas.
Que los hombres no se casan con mujeres
sucias
por temor a que se rían de ellos.
Que las mujeres pierden
sólo una parte del clítoris, la que sobresale.

Que no lo notan porque pueden sentir, después


de todo.

Que no les duele porque son más estoicas.

Que la incircuncisa pone en peligro al marido


y a su bebé
porque nacerá hidrocefálico si toca el clítoris
durante el parto,
y envenenará la leche de la madre.
Que el hombre se vuelve impotente
si su pene toca el clítoris.

Que el hombre debe sacrificar su


prepucio
para no provocar cáncer y otras
enfermedades a la mujer.

Que la mujer circuncisa


agrada más al marido.
Cuanto más estrecha, más placer.
Mienten afirmando
que todas las mujeres
del mundo son circuncisas.

Si les duele es porque


las mujeres nacieron para sufrir.
Entrevista a una abuela sudanesa:

En algunos países sólo quitan el clítoris,


pero aquí raspamos bien a las niñas.
No dejamos nada, excepto la cicatriz.
Lo demás tiene que eliminarse.
Mi papá era médico
y estaba contento de haber
circuncidado
a su varón.
Tenía un prepucio demasiado largo y él
se encargó de que le hicieran un buen
“El bebé llora”, cuadro de una exposición de George Wande
La embajadora de las Naciones Unidas contra la ablación,
la ex-modelo somalí Waris Dirie, quien sufrió infibulación a los 5 años,
consiguió que la operación fuera ilegal en algunos países africanos,
aunque se practica de hecho.
Waris Dirie
adolescente

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