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V Al igual que ocurrió en Europa, el estallido

de la Primera Guerra Mundial cogió por


sorpresa a los estadounidenses. Muchos de
ellos, imbuidos por la imparable
prosperidad técnica y el aparente
progreso ilimitado que prometía el nuevo
siglo, habían pensado que el arbitraje
civilizado y la diplomacia habían sustituido
a la guerra como forma de solucionar las
disputas de las naciones.
V En todo caso, la guerra empezó muy
lejos y no parecía amenazar, en
principio, ninguno de los intereses
norteamericanos. Como expresó
Woodrow Wilson, con esta guerra ´no
tenemos nada que ver, sus causas no
nos conciernenµ.
V Como es sabido, casi todos los
americanos eran favorables a la
neutralidad en 1914. La permanencia al
margen de las disputas europeas había
sido una política de estado durante
toda la historia de los Estados Unidos.
V in embargo, hubo excepciones. Como no
podía ser de otra manera entre una población
formada por procedencias tan diferentes, el
grupo inmigrante germánico-estadounidense
alzó la voz para que su país abrazara la causa
alemana. Y no obstante, la opinión
generalizada mostraba una mayor simpatía
hacia los aliados, sobre todo con Gran
Bretaña, Francia y Bélgica, ya que muy pocos
lazos unían a americanos y rusos. í existía un
sentimiento más o menos generalizado de
afinidad cultural con la madre patria,
Inglaterra, que era más notorio en la Costa
Este.
V Aunque la Fobia no había desaparecido, la
historia había terminado por cerrar las
heridas de las viejas luchas y ya había
germinado, a principios de siglos, A su vez,
seguía existiendo un sentimiento de apego
hacia la Francia revolucionaria, y de
solidaridad hacia ese país por la ayuda
prestada durante la Independencia. Por el
contrario, el militarismo de los prusianos y su
forma de gobierno parecía amenazar los
ideales democráticos tan fervientemente
defendidos por los Estados Unidos. Alemania
era vista como una amenaza internacional,
como un peligro, y esta concepción se
agravó cuando la guerra submarina empezó
a golpear contra intereses americanos.
V A medida que avanzaba el conflicto, se
hacía cada vez más patente que la
neutralidad americana no lo era tanto.
Como en todo conflicto bélico, las normas
internaciones de comercio marítimo se vieron
puestas en disputa, y Estados Unidos vio
como descendieron gravemente sus
intercambios comerciales con ambos
bandos. in embargo, y a pesar de que los
británicos sometieron a un estricto bloqueo a
los barcos americanos, el gobierno de Wilson
terminó cediendo a sus intereses y asumiendo
unas normas marítimas decididas, casi
unilateralmente, por el bando aliado.
V Además, el aumento del comercio de guerra
con los aliados proporcionó una razón más
para que los intereses norteamericanos
coincidieran con este bando. Ya en 1915 se
agravó esta tendencia, a la vista de que los
aliados, cuyo ingente nivel de compras no
dejaba de aumentar, dejaron de disponer
del líquido suficiente para hacer frente a las
compras. Aunque la política oficial había sido
prohibir al sector privado la concesión de
préstamos a países beligerantes, la postura
pro-aliada de Wilson se vio de nuevo
confirmada cuando permitió a los bancos
conceder enormes préstamos al bando
aliado.
V La propia Alemania denunció en varias
ocasiones estas posturas como una violación
de la neutralidad, a lo que Estados Unidos
siempre se opuso argumentando que si
vendían más armas al bando aliado no era
por simpatía, sino por que Gran Bretaña
ejercía un absoluto dominio del mar.
V En cualquier caso, la decisión de entrar en el
conflicto ya tenía a su favor un ´casus belliµ
que esgrimir desde 1915. El 7 de mayo de ese
año, un submarino alemán hundía, junto a las
costas de Irlanda, el barco de lujo inglés Œ 
, en el que viajaban 123
estadounidenses. i Estados Unidos no entró
inmediatamente en el conflicto fue porque
hubo de hacer frente a la formación de un
ejército lo suficientemente poderoso como
para decantar la balanza a su favor.
V La entrada de Estados Unidos en el
conflicto, el 2 de abril de 1917 -aunque
sus efectos no se empezaron a notar
hasta 1918- sólo vino pues a confirmar lo
que desde un principio había quedado
patente: pese a mantenerse, por
tradición, al margen del conflicto
europeo, los Estados Unidos siempre se
sintieron más identificados con la causa
aliada.
V EN POCA PALABRA EL BENEFICIO DE
E ADO UNIDO FUE LA ALIANZA EN RE
LO PAIE EUROPEO

V EN POCA PALABRA LA DEEN AJA


ON LA BAJA DE MUER E ,
ECONOMÍA BAJO«..

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