encuentro del terapeuta con el cliente en un espacio confidencial y cálido que permita la expresión de sus problemas y emociones. Basando y confiando en una alianza terapeutica • La terapia individual, o psicoterapia, es un proceso a través del cual los pacientes trabajan uno a uno con un psicólogo cualificado - en un ambiente seguro y confidencial- para explorar sus sentimientos, creencias y comportamientos, trabajar con recuerdos desafiantes o inadecuados, identificar aspectos de sus vidas que quieran cambiar, entenderse mejor a sí mismos y a los otros, establecer metas personales, y trabajar hacia el cambio deseado Alianza terapéutica Bordin (1979), quien la definió en función de sus tres componentes básicos: vínculo, metas y tareas.
El vínculo relacional hace referencia a las características afectivas
de la relación, y se refleja en cómo el paciente percibe que está siendo comprendido, respetado y valorado. Las metas son los objetivos hacia los que se dirige la intervención psicoterapéutica. Varían en función del problema del paciente y sus características personales, pero también dependen del modelo o enfoque de psicoterapia que se utilice.
Las tareas hacen referencia a los comportamientos y
actividades que el paciente debe llevar a cabo tanto en la sesión como entre sesiones para conseguir los beneficios terapéuticos óptimos. Sea cual sea el enfoque o modelo de psicoterapia en el que nos situemos, es evidente que se requieren ciertas habilidades para conseguir una comunicación efectiva con los pacientes.
• Capacidad para proporcionar información relevante y
ajustada a las necesidades del paciente. b) Capacidad para captar las reacciones del paciente, desde sus emociones, sentimientos, ideas, opiniones, prejuicios y expectativas hasta el rol que desearían desempeñar en el proceso de la psicoterapia. c) Habilidad para reconocer y legitimar o validar esas reacciones. d) Habilidad para implicar al paciente en el logro de las metas y objetivos del tratamiento, lo que conlleva consensuar, negociar y motivar. e) Capacidad para personalizar todas las anteriores en un paciente concreto, teniendo en consideración sus problemas, limitaciones, contexto social, recursos personales, Fases • La fase inicial tiene como objetivo lograr que el paciente se sienta cómodo en presencia del terapeuta y dispuesto a hablar .
• las expresiones verbales tranquilizadoras,
respetuosas y afables, junto con las no verbales, son especialmente importantes.sin inhibiciones El encuadre tiene al menos tres objetivos (y ventajas) importantes:
1.- Disminuye la ansiedad e incertidumbre del paciente al
proporcionarle puntos de referencia o claves para ubicarse en un contexto nuevo y, en general, desconocido, lo que suele ayudar a aumentar la motivación para permanecer en el tratamiento.
2.- Ofrece al terapeuta la oportunidad de establecer hipótesis
sobre la forma en que él, y sobre todo sus expresiones y actitudes menos controlables conscientemente, influyen sobre el paciente.
3.- Proporciona al terapeuta la oportunidad de establecer una
primera hipótesis sobre cómo es el paciente. La segunda etapa o fase intermedia • Varía sustancialmente en función del modelo o enfoque psicoterapéutico que adopte el terapeuta, por un lado, y por otro del problema que motiva la intervención. • el terapeuta debe desarrollar al menos cuatro clases de habilidades interrelacionadas. • La primera de ellas es la de saber escuchar activamente sin interrumpir al paciente. • La segunda habilidad fundamental es la de saber observar lo que sucede durante la entrevista. Comportamiento verbal y no verbal, su reactividad emocional. • La tercera habilidad es saber abordar las fluctuaciones que se producen en la comunicación y la interacción a lo largo de la entrevista. Las fluctuaciones positivas revelan que se ha establecido una buena alianza terapéutica y redundan en el avance de la intervención hacia la consecución de sus objetivos. Se sugiere que el entrevistador revise al menos estas tres fuentes de información: • a) Los hechos que definen la situación actual, para analizar si el cambio hacia una comunicación negativa se ha producido poco a poco o si, por el contrario, lo ha hecho a partir de un momento determinado del proceso.
• b) Los factores que hayan podido contribuir al desaliento del
paciente respecto a los resultados de la entrevista.
• c) El propio comportamiento y actitud del entrevistador
hacia el paciente desde el inicio de las entrevistas hasta el momento actual, con el fin de analizar si se han modificado en un sentido negativo (cansancio, hastío, inatención, rechazo, desagrado, dudas o inseguridades en su propio rol de experto, frustración por la lentitud de los avances o por no alcanzar las expectativas iniciales, etc.). La tercera y última etapa • También denominada «de cierre o finalización», tiene como objetivo central consolidar los logros alcanzados durante las etapas previas o, en el caso de tratarse de la finalización del tratamiento o intervención, preparar al paciente para ello. Se inicia con la indicación del entrevistador respecto a que se acerca el final, seguida por un resumen de los contenidos tratados. • Con el empleo de esta estrategia se persigue, en primer lugar, disponer de la oportunidad de aclarar posibles malentendidos y, segundo, favorecer la comunicación por parte del cliente de cualquier información que no haya sido revelada o planteada hasta entonces por diversos motivos.