Vous êtes sur la page 1sur 35

SIMMEL Y LA

MICROSOCIOLOGIA
RESEÑA
• Nace en Berlín el 1 de marzo de 1858, en el seno de una
familia protestante de origen judío.
• A la edad de 18 años ingresa a la Universidad de Berlín, donde
estudia historia, filosofía, psicología de los pueblos e historia
del arte italiano antiguo, con algunas de las figuras más
importantes de la época.
• En 1885 empieza a ejercer como Privatdozent, la categoría de
profesor sin sueldo fijo. Simmel imparte cursos sobre las obras
de Kant, Schopenhauer, Darwin y Nietzsche, entre muchos
otros.
• Para 1901, Georg Simmel logra obtener la categoría de profesor no
numerario (ausserordentlich), posición mal pagada y sin posibilidad de
participación en la academia.
• Para entonces, Simmel es un intelectual prestigioso incluso más allá de las
fronteras de Alemania, ha publicado ya seis libros y más de 70 artículos,
muchos de ellos traducidos al inglés, francés, italiano, polaco y ruso.
• Berlín tiene una vida cultural intensa y Simmel participa activamente
frecuentando los círculos más importantes. Funda la Sociedad Alemana de
Sociología junto con Max Weber y Ferdinand Tönnies.
•En 1914 consigue un puesto como profesor numerario
en la Universidad de Estrasburgo, estalla la Primera
Guerra Mundial, y la situación fronteriza de
Estrasburgo, la involucra especialmente en los
acontecimientos; gran parte de las aulas de la
universidad se convierten en improvisadas salas de
hospitales de campaña.
•En 1915, tras la muerte de Wilhelm Windelband y Emil
Lask, docentes de la Universidad de Heildelberg,
quedan dos plazas vacantes y Simmel no duda en
solicitar su ingreso a esta universidad, pero también
esta vez la petición es denegada.
•Muere el 26 de septiembre de 1918 de un cáncer de
hígado.

•(Reseña extraída del libro «Cuestiones Fundamentales de Sociología»)


EL AUTOR

• Simmel forma parte de los grandes teóricos de las ciencias


sociales y humanas y puede ser considerado, al igual que
Durkheim, Weber o Marx, como uno de los fundadores de la
sociología como disciplina científica. No obstante, la difusión
de su obra y la notoriedad de sus tesis han sido
problemáticas. El interés por su obra de Simmel se reanuda
en los años 1950.
EL OBJETO DE LA SOCIOLOGIA
• Consiste en estudiar lo que es específicamente social, es decir la forma y
las formas de la asociación como tal.
• Para Simmel, conviene abandonar cualquier referencia al positivismo
absoluto de Comte, así como al positivismo relativo de Emile Durkheim,
porque la sociología aparece como otro círculo, como un nuevo círculo
entre los círculos de las demás ciencias. En este sentido, la sociología no
es una filosofía y menos aún una filosofía de la historia.
• Es preciso entrar en la sociología todas las formas de las relaciones
humanas, de modo que la sociología sólo debe estudiar lo que en la
sociedad forma sociedad, es decir las formas de la acción recíproca.
• Analizar las formas es, por lo tanto, el objeto de la sociología
“pura”. Por ejemplo en todos los grupos sociales se encuentran
las mismas formas de dominación, de subordinación, de
competencia o de cooperación.
• Las formas de socialización que se deben estudiar no son
solamente aquellas que producen formas institucionales como
el Estado, la familia o la Iglesia, sino que es preciso también
tomar en consideración las que cambian, las que son más
efímeras, tales como las formas de sociabilidad.
SU METODOLOGIA
• La sociología debe identificar las formas y separarlas de su
soporte material a través de un esfuerzo de abstracción.
• Simmel utiliza la metáfora del bosque para ilustrar el principio
básico de su método. La sociedad aparece inicialmente como un
bosque lejano en el cual no se percibe ningún árbol en particular.
La sociología debe describir los arboles de este bosque para
comprender el bosque en su conjunto.
• Se parte del todo para analizar los elementos de esta totalidad
así como las formas particulares.
• La sociología debe seguir dos direcciones: una dirección
cronológica y una dirección analítica y comparativa para poner
de manifiesto los rasgos comunes y las formas sociales.

• Esta abstracción tiene como objetivo extraer las formas de la


socialización de sus contenidos y de sus fines. Para analizar lo
social, conviene extraer lo psicológico de los comportamientos
humanos para centrarse en la producción social de estos
comportamientos.
• La dificultad de este método, según el propio Simmel, consiste
en que “la socialización no cesa de anudar, de desanudar y de
reanudar los lazos entre las personas, se trata de un flujo y una
pulsación eterna que vincula entre ellos a los individuos, incluso
cuando no produce verdaderas organizaciones” De hecho, con
los procesos de socialización, la sociedad es a la vez
omnipresente y en perpetua renovación. La cohesión social es a
la vez solida y en desequilibrio permanente: “todos los contactos
físicos y psíquicos, los intercambios de placer y de dolor, las
conservaciones y los silencios, las manifestaciones de intereses
comunes u opuestos que se producen sin parar, esto es lo que
hace inicialmente la prodigiosa solidez del tejido social, su vida
fluctuante, con la cual sus elementos encuentran, pierden y
desplazan sin cesar su equilibrio”.
• A partir de este análisis del tejido social, Simmel propone un
método que privilegia el análisis micro-sociológico sin
abandonar por ello el análisis macro-sociológico. Así, para
comprender los grandes órganos en los cuales los elementos
fundamentales de la vida y sus acciones recíprocas se han
reunido, y que se puede efectivamente aprehender a partir de
un análisis macroscópico, conviene también “desvelar los hilos
finos, las relaciones mínimas entre los seres humanos, cuya
repetición continua funda estas grandes formaciones, que se
han convertido en objetivas, dotadas de una verdadera
historia” es decir las dimensiones micro-sociológicas de la
sociedad.
• En su perspectiva de una sociología dinámica que analiza una
sociedad en construcción permanente y que está ella misma
en fase de elaboración.
• Simmel precisa que “en lugar de considerar nuestros
conceptos como conjuntos cerrados a propósito de los cuales
sólo faltaría por explicitar el contenido implícito, es mucho
más importante manejarlos como simples indicadores de
realidad cuyo verdadero contenido queda por descubrir, no
como unos cuadros que exigen solamente una iluminación
suficiente para revelar un contenido en sí completo, sino
como unos esbozos que quedan por rellenar”.
ACCIÓN RECÍPROCA
• Este término aparece a partir de 1890: “se puede hablar de sociedad en un
sentido amplio de la palabra, cuando existe una acción recíproca de los
individuos”.
• Este concepto de acción recíproca le permite distanciarse de dos
explicaciones habitualmente propuestas para comprender el origen de lo
social: la acción individual y las fuerzas trascendentes de la sociedad
global.
• Según Simmel, las acciones recíprocas individuales surten efectos de
agregación que pueden convertirse entonces en formas duraderas que
van a imponerse a los individuos y que les serán exteriores.
• Los intercambios entre los individuos son tan complejos; y lo son cada vez
más, que hay que resolverse a considerar la sociedad como una realidad
autónoma.
• No existe ninguna acción recíproca pura y solamente se pueden
encontrar modalidades particulares que no son ni la causa ni el efecto,
sino la propia sociedad. Lo individual y lo social no se oponen, puesto
que representan dos puntos de vista diferentes.
• La sociedad existe a partir del momento en el que se produce “una
coexistencia de individuos que mantienen unas relaciones recíprocas
entre ellos y que estas relaciones generan en cada uno de ellos lo que
sería imposible explicar a partir de uno solo”.
• La acción recíproca contribuye a la construcción de una sociedad, ya que
constituye una forma de socialización.
• Con el concepto de acción recíproca, Simmel propone un análisis, no
tanto de una sociedad constituida, sino de una sociedad in statu
nescendi, es decir en proceso de construcción.
• Para él, lo social proviene de acciones recíprocas que, con el transcurso
del tiempo, se cristalizan en formas estables.
LA FORMA
• En cualquier fenómeno social, el contenido y la forma social constituyen
una realidad concreta unitaria. Estos dos elementos están estrechamente
vinculados y uno no puede existir sin el otro.
• El concepto de forma es fundamental para comprender el pensamiento
sociológico de Simmel.
• Puede definirse como interacciones socializantes, acciones recíprocas
intercambiadas por los individuos que contribuyen a la continuidad de los
grupos sociales, a su institucionalización, de sus roles y a la renovación de
los individuos en un marco duradero.
• Las formas sociales se fundamentan sobre una transmisión, una formación
y una socialización de los sucesores, a la imagen de los predecesores.
• Este concepto es una abstracción lógica , pero corresponde sobre todo a una
perspectiva teórica que considera lo social como un conjunto de fenómenos en
movimiento casi permanente, como una dinámica socio-histórica cuyo origen
se encuentra en las actividades propiamente humanas. Construcción teórica,
que permite al investigador analizar la realidad social.
• Esta perspectiva se justifica, según Simmel, por el hecho de que para las
ciencias humanas y sociales, lo que se observa no es solamente un objeto
exterior, como por ejemplo para las ciencias naturales, sino la vivencia de los
individuos y las interacciones entre los actores.
• En el análisis de las formas sociales, se refiere de manera sistemática al
contexto socio-cultural. Tanto el individuo como su producción están
determinados por el estado histórico, las necesidades y las actividades del
conjunto.
• Integra el análisis histórico al análisis sociológico.
• La construcción de lo social se explica por lo tanto a partir de dos
conceptos: la acción recíproca y la forma.
• Por ejemplo: el conflicto no es solamente, una construcción
intelectual, puesto que es también una realidad social en la que
participa y una realidad que se construye ante sus ojos por las
múltiples interacciones de los actores sociales.
• La historia humana es el perpetuo conflicto entre la vida, productora
de formas gracias a las acciones de los individuos, y la cultura que
corresponde a unas formas supra individuales, deificadas y fijadas.
• Las formas sociales que conocen cierta continuidad pueden escapar
a la interacción entre los individuos y conocer una evolución que le
es propia.
• Se distingue cuatro tipos de formas sociales en la obra de Simmel:
•- Las formas que gozan de cierta permanencia: se trata de las
instituciones (familia, Estado, Iglesia, empresa, partido político, etc.).
•- Las formas que son unos esquemas preestablecidos según las cuales
las organizaciones se constituyen: son unas formas “formantes” (jerarquía,
competencia, conflicto, aventura, asociación, división del trabajo,
intercambio, exclusión, herencia, imitación, etc.).
•- Las formas que constituyen el marco general en el cual se sitúan las
organizaciones: es cuestión de las conformaciones (política, economía,
derecho, educación, religión, etc.).
•- Las formas efímeras que constituyen los ritos de la vida diaria
(costumbres, comidas compartidas, tacto, cortesía, etc.).
• Entre las diferentes formas sociales analizadas
por Simmel que tienen esta característica, se
pueden citar sus obras: La tragedia de la cultura
(la moda), La filosofía del dinero (el dinero), El
individuo y la libertad, Sociología y Metrópoli y
personalidad (traducida también como La
Metrópolis y la vida mental)
LA MODA
• Simmel dice que si examina la historia de las modas
encontraremos que sólo ha sido estudiada, antes que él, en
función de sus contenidos.
• A este respecto cabe recordar el Tratado de la vida elegante
(1830) de Balzac, para quien «el vestido es la expresión de la
sociedad».
• Simmel, en cambio, propone estudiar su significación para la
forma del proceso social que permitiría conocer la historia de
los ensayos hechos para adoptar al estado de cada cultura
individual y social la satisfacción de las dos opuestas
tendencias, la de imitar y la de diferenciarse.
• En su ensayo «Filosofía de la Moda», en donde subrayará
las oposiciones particular / universal; igualdad /
diferenciación; imitación / distinción; cohesión / separación.
Dualismo que encontrará en la fisiología: «La base fisiológica
de nuestro ser nos ofrece la primera indicación; necesitamos
del movimiento no menos que de la quietud, de la
productividad como de la receptividad», en la vida espiritual,
en la afectiva (...) «la historia entera de la sociedad puede
desarrollarse al hilo de las luchas y compromisos, de las
conciliaciones lentamente logradas y pronto deshechas que
tienen lugar entre el impulso a fundirnos con nuestro grupo
social y el afán de destacar fuera de él nuestra
individualidad».
• Anteriormente, en Filosofía del dinero, ya había señalado que «la
moda es una de esas instituciones sociales que unifican, en una
proporción peculiar el interés por la diferencia y el cambio que se da
por la igualdad y la coincidencia»
• En el interior de la constante contraposición que proviene del dilema
vida forma -la moda es una Lebensform, una forma de vida (una
dirección y una tendencia más que una cosa)
• Simmel se refiere, a la propensión psíquica de la imitación, el tránsito
de la vida en grupo a la vida individual. El que imita, dice, transfiere a
los demás la exigencia de ser original y de la responsabilidad por su
acción. El imitador que actúa porque los demás obran así se opone al
hombre que obra en vista de finalidades, el hombre teleológico.
• Simmel, subraya que «la moda es imitación de un modelo dado»,
lo que satisface la necesidad de apoyarse en la sociedad
librándose del tormento de decidir, transfiriendo a los demás las
exigencias de ser originales, reduciendo la conducta de cada uno
(token) a mero ejemplo de una regla (type). Pero «no menos
satisface la necesidad de distinguirse, la tendencia a la
diferenciación, a cambiar, a destacarse». Para Simmel, más que
a la variación de los contenidos, esto sucede sobre todo porque,
asevera, siempre las modas son modas de clase.

• (Veblen, Goffman)
• El ver la moda como producto de la división en clases le
permite observarla, en su comportamiento, como similar al
honor, cuya doble función consiste en trazar un círculo
cerrado en torno a sí y al mismo tiempo separado de los
demás.
• El carácter abstracto y arbitrario de la moda se manifiesta
en la indiferencia de la moda, en tanto que forma, frente a
sus contenidos. «A veces son modernas cosas tan feas y
horrorosas que parece como si la moda no se propusiera
sino mostrar su poder haciendo que aceptemos, en aras de
ella, lo más horrible.»
• No hay estudio sobre la moda que no recuerde el tan citado
aforismo de Coco Chanel, «moda es lo que se pasa de
moda». Mucho, mucho tiempo antes, Simmel había insistido
que a la moda lo único que le importa es la variación.
• La sorprendente vigencia de estas consideraciones la
podemos ratificar comparándolo con un reciente texto de
Lotman (1999): «El cambio regular de la moda, con sus
constantes epítetos "caprichosa", "voluble", "extraña" que
subraya la ausencia de la motivación, la aparente
arbitrariedad de su movimiento, resulta una especie de
metrónomo del desarrollo cultural.»
• En su obra Filosofía del dinero (1900), Simmel había
señalado que si las modas de hoy ,ya no son tan
extravagantes y costosas como las del pasado, y además
tiene una menor duración, ello se debe a que se incorpora a
círculos más amplios; es mucho más fácil hacer que las
clases inferiores se las apropien.
• El resultado de esta transformación de la moda, tanto en su
extensión como en su velocidad, es que «aparece como un
movimiento autónomo, como un poder objetivo, desarrollado
a través de las fuerzas propias, que hacen su cambio con
independencia de la intervención de los individuos». En
Filosofía de la moda dirá: «la moda es, en su íntima esencia,
sobreindividualidad».
• La velocidad de la moda la explica así: «cuanto más nerviosa es una
época tanto más velozmente cambian sus modas (ya que uno de sus
sostenes esenciales, la sed de excitantes siempre nuevos, marcha
mano a mano con la depresión de las energías nerviosas)».
• El tiempo de la moda es como el de la vida moderna, impaciente, que
indica no sólo el ansia de un rápido cambio de los contenidos
cualitativos de la vida, sino también de la potencia que adquiere el
atractivo formal de los límites, del comienzo y del final, del llegar y del
irse.
• Así lo dice Simmel: «la moda, con su juego entre la tendencia a una
expansión universal y la aniquilación de su propio sentido que comporta
justamente esa expansión, posee el atractivo singular del límite, el
atractivo simultáneo del comienzo y del final, de la novedad y al mismo
tiempo de la caducidad».
• Dirá Simmel, «La cuestión de la moda no es ser o no ser,
sino que ella es simultáneamente ser y no ser, se sitúa
siempre en la división de las aguas entre el pasado y el
futuro, proporcionándonos así mientras está en su apogeo un
sentimiento de presente tan intenso como pocos
fenómenos… Aunque la culminación en cada momento de la
conciencia social en el punto que ella designa, entraña
también el germen de su muerte, su inevitable destino de ser
sustituida, el carácter transitorio que esto implica no la
descalifica en conjunto, sino más bien añade a sus atractivos
uno más.»
• Para Simmel, la moda pareciera saber sólo conjugar el
presente, un presente impaciente, un presente acentuado.
• El presente de la moda con vocación de eternidad lleva a
decir a Simmel que «tiene la moda la propiedad de que
cada nueva moda se presenta con aire de cosa que va a
ser eterna», lo que no contradice su principio
fundamental, a la moda ciertamente lo que le importa es
variar.
• A Simmel en su mirada, no se le escapó, el comportamiento de
lo que hoy se denominaría fashion victim, que él
indistintamente llama esclavo o frenético de la moda, y de su
simétrico demodé o el hostil a la moda: «Si ir a la moda es
imitación del ejemplo social, ir deliberadamente demodé es
imitar lo mismo pero con signo inverso. No es, pues, la
hostilidad a la moda menor testimonio del poder que sobre
nosotros ejerce la tendencia social ( ... ) la anti-moda
preconcebida se comporta ante las cosas lo mismo que el
frenético de la moda, sólo que rigiéndose por otra categoría:
mientras éste exagera cada elemento, aquél lo niega. Hasta
puede ocurrir que en círculos enteros, dentro de una amplia
sociedad, llegue a ser moda el ir contra la moda.»
• En su obra La tragedia de la cultura (1895), Simmel ubica a la
moda dentro del tipo de fenómenos cuya intención es
extenderse ilimitadamente, lograr una realización cada vez más
completa, pero que al conseguir esta finalidad absoluta caerían
en contradicción consigo mismos y quedarían aniquilados.
• La moda apenas alcanza su objetivo, muere en cuanto moda
«víctima de la contradicción lógica consigo mismo, porque su
expansión total suprime en ella la fuerza eliminatoria y
diferencial».
• Dice Simmel, lo que le importa a la moda es variar, pero, añade, «como
todo lo demás del mundo, hay en ella una tendencia a economizar
esfuerzo; trata de lograr sus fines lo más ampliamente posible, pero, a la
vez, con los medios más escasos que sea dado; de suerte que ha podido
compararse su ruta con un círculo».
• Por este motivo, recae siempre en formas anteriores, cosa bien clara en
las modas del vestir. Con gran lucidez afirma: «apenas una moda pasada
se ha borrado de la memoria, no hay razón para no rehabilitarla. La que
la ha seguido atraía por su contraste con ella; al ser olvidada, permite
renovar este placer de contraste oponiéndola a su vez a la que por la
misma causa le fue preferida».
• El atractivo especialmente picante y seductor de la moda reside, según
Simmel, en el contraste que se establece entre su difusión tan extensa y
omniabarcadora y una rápida y radical transitoriedad, en el derecho
reconocido a la infidelidad para con ella.
• En Diario Póstumo, Simmel escribe: «El proceder del mundo me parece
como el moverse de una rueda monstruosa, justamente como el
presupuesto del eterno retorno. Pero de todos modos no con la misma
consecuencia, que realmente en algún momento se repita lo idéntico. La
rueda en efecto tiene un radio infinitamente grande. Sólo cuando ha
transcurrido un tiempo infinito, es decir jamás, lo idéntico puede volver al
idéntico lugar.»
• La moda puede, aparentemente y en abstracto, admitir cualquier
contenido. Cualquier forma de la indumentaria, del arte, de los
comportamientos o de las opiniones puede ponerse de moda. Y sin
embargo, dice Simmel, «en la esencia íntima de algunas formas late una
disposición singular para desarrollarse como moda, mientras que otras se
resisten a ello también desde su interioridad».
• «En la Moda se puede hablar de delimitación (Abgrenzung), del atractivo
formal del límite, del conjuntarse en el continuum de la vida, el discontinuum
de las formas, del modo en que «el contenido de la representación no coincide
con la representación del contenido».
• «Como en la moda, el confín es el lugar del contraste; es la cosa misma y al
mismo tiempo el cesar de la cosa, el territorio circunscrito en que el ser y el ya-
no-ser de la cosa es una sola cosa. Como la Moda, o la Forma Moda, la
Forma es antítesis de la continuidad. Como el juego, como la coquetería,
como la seducción, como la aventura.»
•0 como dijo de sí mismo en una carta que escribió a Marianne Weber en 1912:
• «Ahora giro las velas y busco una tierra todavía no pisada. El viaje podrá
incluso concluir antes de alcanzar la costa. Al menos no me sucederá como a
muchos de mis compañeros, que se encuentran tan cómodos en su nave que
llegan a pensar que la nave misma sea la tierra buscada»".
Bibliografía

• LOTMAN, Y -Cultura y explosión, Gedisa.


• POGGI , G -Dinero y modernidad: La filosofía del dInero de Georg
Simmel , Nueva Visión
• SIMMEL, G. –Cuestiones fundamentales de sociología, Gedisa
• - Sociología, Alianza Editorial (fotocopia de FCCSS/UdelaR)
• - Cultura femenina y otros ensayos, Alba Editorial
• - Cultura líquida y dinero: fragmentos simmelianos de la modernidad,
Anthropos
• -La ley individual y otros escritos, Ediciones Paidós
• WATIER, P -Georg Simmel, Sociólogo, Nueva Visión

Vous aimerez peut-être aussi