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Organismo Público Descentralizado del Gobierno del Estado de Puebla

Ciclo Escolar 2017-2018

• Carrera:
• Ingeniería en Sistemas Computacionales

• Materia:
• Desarrollo Sustentable
• Catedrático:
• M.C. María Elena Hernández Luna.

• Investigación Completa
• Análisis del Ciclo de Vida

• Alumno:
• Tomás Osorio Hernández

• Semestre: 3ero
• Modulo: 1
• Grupo: “B”
• Edificio: “I”
• Aula: 5
Análisis del ciclo de vida

Ciudades para un futuro más sostenible


Presenta:
Tomás Osorio Hernández
Alumno del 3er Semestre grupo B
De la Ingeniería en Sistemas Computacionales
• Definición
Índice
• Cuestiones clave: un indicador en construcción
– Orígenes
– Puntos fuertes: una herramienta para medir el impacto sobre el medio ambiente
– Puntos débiles: complejidad y subjetividad
• Complejidad
• Subjetividad
– Responsabilidad social de las empresas
– Relación con la construcción sostenible
– Etapas del ciclo de vida
• Etapas del ciclo de vida en la arquitectura
– Algunas estrategias en el diseño derivadas de tener en cuenta el ACV en arquitectura
• Sobre el edificio
• Sobre los materiales
• Aplicaciones: normalización y metodología
– ISO 14000: normalización de herramientas ambientales
• Orígenes
• ISO 14040 y ACV
– Metodología propuesta por la ISO 14040
• Objetivo y alcance del estudio
• Análisis del Inventario del Ciclo de Vida (ICV)
• Análisis del Impacto del Ciclo de Vida (AICV)
• Interpretación
• Conceptos relacionados
• Ejemplos
• Más información
– Textos
• Construcción sostenible
– Recursos en internet
– Ejemplos de aplicación
• Madera
• Cemento
• Materiales de construcción (inglés)
• Bibliografía consultada
Definición
El Análisis del Ciclo de Vida (ACV) es un proceso para evaluar, de la forma más objetiva posible, «las cargas ambientales asociadas
a un producto, proceso o actividad identificando y cuantificando el uso de materia y energía y los vertidos al entorno; para
determinar el impacto que ese uso de recursos y esos vertidos producen en el medio ambiente, y para evaluar y llevar a la
práctica estrategias de mejora ambiental.

El estudio incluye el ciclo completo del producto, proceso o actividad, teniendo en cuenta las etapas de: extracción y procesado
de materias primas; producción, transporte y distribución; uso, reutilización y mantenimiento; y reciclado y disposición del
residuo.» (SETAC, s.f.)[2].

De esta forma un ACV completo permite atribuir a los productos «todos los efectos ambientales derivados del consumo de
materias primas y de energías necesarias para su manufactura, las emisiones y residuos generados en el proceso de producción
así como los efectos ambientales procedentes del fin de vida del producto cuando este se consume o no se puede utilizar.

El ACV consiste por tanto en un tipo de contabilidad ambiental en la que se cargan a los productos los efectos ambientales
adversos, debidamente cuantificados, generados a lo largo de su ciclo de vida.» (Antón Vallejo, 2004).
Cuestiones clave: un indicador en
construcción
Orígenes

Los primeros estudios enfocados sobre algunas etapas del ciclo de vida de ciertos productos se remontan hacia fines de la década
de los años 60 y principios de los 70. Esos estudios pusieron el énfasis en el análisis de la eficiencia, en el consumo de la energía y
sus fuentes, el consumo de materias primas y, en menor medida, en la disposición final de los residuos generados.
En 1969 la Coca Cola estadounidense financió un estudio destinado a relacionar y comparar el consumo de recursos para fabricar
los envases para sus bebidas con las emisiones asociadas a los procesos productivos correspondientes. Por la misma época,
también en Europa se estaba estudiando una especie de inventario que más tarde se conoció como «Ecobalance». En 1972, en el
Reino Unido, Lan Boustead se dedicó a calcular la energía total que se requería para la fabricación de diversos tipos de envases
(de vidrio, plástico, acero y aluminio) para bebidas. Sus conclusiones pueden consultarse en su artículo «LCA-How it came about-
The beggining in the UK», publicado en International Journal of Life Cycle Assessment, 1 (3), 1996.

Al principio, se consideró que el consumo de energía tenía mayor prioridad respecto de la generación de residuos, las descargas y
emisiones hacia el medio ambiente, entre otras cosas quizás porque todavía no había tantas demandas por parte de la opinión
pública para que las empresas tuvieran en cuenta la prevención del deterioro ambiental, y porque el precio de los combustibles
energéticos había subido tan abruptamente como para justificar darle esa prioridad.

Recuérdese además, que por esa época se produjo la crisis del petróleo, la que afectó principalmente a los países no productores,
y que se manifestó por restricciones en la provisión de energía eléctrica, entre otras limitaciones al consumo de energía
procedente de combustibles fósiles. Luego de superada esa crisis hubo un decaimiento en la importancia asignada al problema
energético.

Trama y Troiano, 2001


Casi treinta años después, el ACV ha avanzado bastante pero, como expresa la norma IRAM-ISO 14040, «se reconoce que el ACV
está todavía en una etapa temprana de su desarrollo», y hay quienes dicen que en realidad está en su primera infancia.
Puntos fuertes: una herramienta para medir el impacto sobre el medio ambiente

Una de las principales virtudes del ACV, al igual que ocurre con otros indicadores como la Huella Ecológica, es que permite
integrar en un solo valor la complejidad de los sistemas de producción y consumo de productos, haciendo visibles impactos que
otros indicadores no reflejan. En su cálculo se ha conseguido reflejar el factor duración y los ciclos de reutilización y reciclaje.
Dado su enfoque integral permite saltar entre disciplinas relacionando diseño, fabricación, construcción y mantenimiento.
Finalmente, en relación al sistema de consumo actual, permite valorar los productos desde el punto de vista de su impacto
sobre el medio ambiente contrastando el simple enfoque económico del mercado. Gonçalves, 2004

Puntos débiles: complejidad y subjetividad

Complejidad

Su desarrollo como método de valoración está todavía en sus etapas iniciales y cargado de polémica:
El ACV es una herramienta que por su complejidad resulta en procesos que requieren tiempo y recursos materiales y
humanos, muchas veces incompatibles con la capacidad actual de la industria de desarrollar este tipo de iniciativas.
La información relativa a los inventarios de impactos ambientales en el ACV requiere un elevado nivel de información
sobre materiales y procesos, que puede no estar disponible para un amplio espectro de situaciones.
La aplicación del ACV en productos complejos, en los que los límites del sistema se extienden en una multiplicidad de
actividades, puede resultar en grados de complejidad incompatibles con evaluaciones fiables del Ciclo de Vida. Es este
el caso de la construcción en el que la complejidad es evidente.
El ACV incide sobre una gran diversidad de variables que no poseen siempre el mismo sentido, es decir, puede darse el
caso de que la mejor opción energética no sea la que genere menos residuos o emisiones. Además de este
condicionante, hay que considerar cuestiones como la definición de escalas comunes de evaluación entre variables y
situaciones distintas.
Gonçalves, 2004
Subjetividad

Uno de los puntos débiles de la metodología del ACV es la subjetividad de la que depende en algunos pasos del cálculo:

La metodología del ACV pretende objetividad y transparencia. En la fase del Inventario de Ciclo de Vida (ICV) los valores de cargas
ambientales corresponden a un esfuerzo de objetivizar al máximo todo el conjunto de datos y parámetros utilizados. Dichos
valores pueden variar en función de la exactitud de los datos y de su precisión. No ocurre así con la determinación de los impactos
ambientales introducidos en el paso Evaluación del Impacto del Ciclo de Vida. Tanto su identificación, su evaluación, como su
ponderación respecto a otros impactos puede responder a criterios subjetivos.
La utilización de modelos para el cálculo de los impactos resulta a su vez una fuente de subjetividad. Un modelo es una
representación simplificada de los fenómenos y mecanismos que se dan en la realidad. La elección de dónde y de qué
simplificación introducir no deja de ser parcialmente subjetiva. Diferentes investigadores pueden desear usar diferentes modelos
que corresponden a diferentes premisas y simplificaciones.

La naturaleza de las elecciones e hipótesis que se hacen en el ACV, el establecimiento de los límites del sistema, la selección de la
fuente de datos, las categorías de impacto, pueden ser subjetivas (ISO 14040). Diferencias en los datos de entrada pueden causar
diferencias en el alcance, límites geográficos, etc. Estas diferencias pueden ser originadas por diferentes actitudes relacionadas
con el concepto de naturaleza e intereses: sector industrial, movimiento ecologista, asociación de consumidores, gobierno...

Antón Vallejo, 2004

Esto influye por tanto en la validez y representatividad de los datos obtenidos:

La calidad e incertidumbre de los datos utilizados en el inventario influirán en la interpretación de los resultados. En vistas a una
mayor transparencia han habido diferentes propuestas de normalización de los datos. Cabe destacar el trabajo previo
desarrollado por The Society for Promotion of Life-cycle assessment (Spold) (1997). Sin embargo el trabajo más reciente es el
informe técnico que propone la estructura y los requerimientos de los datos utilizados en el inventario.

ISO, 2002
Responsabilidad social de las empresas

Actualmente se encuentran muchas páginas en la red que ofrecen sus servicios a empresas para calcular el ACV de sus productos.
Gracias a cierta inquietud en los consumidores, las responsabilidades legales, sociales y políticas que pueden implicar los
impactos ambientales, y a algunas medidas que empiezan a tomarse, como el ecoetiquetado, ciertas empresas empiezan a
interesarse por el ACV; especialmente en realizar estudios comparativos para determinar las ventajas y desventajas
medioambientales relativas de productos que pueden desarrollar la misma función. Esto les permite identificar hacia dónde
deberían dirigir prioritariamente los esfuerzos para minimizar dichos impactos, al tiempo que ofrecen una imagen de
preocupación por el medio ambiente al consumidor. Si continuaran y se apoyaran este tipo de iniciativas se podría lograr que cada
fabricante se hiciera responsable de saber de dónde vienen sus materias primas, su energía y sus insumos, y cuál será el destino
final de sus productos. El ACV podría por tanto tener aplicaciones interesantes si se pone esa información de cada producto a
disposición del consumidor.
Relación con la construcción sostenible
Numerosos autores, como Margarita de Luxán (1996), reivindican el ACV como una herramienta necesaria en una arquitectura
más sostenible:

Para descubrir la incidencia de la construcción y el alojamiento en los problemas medioambientales hoy, se debe de analizar por
entero el proceso que engloba la edificación. Habitualmente al hablar de alojamiento, se valora la adecuación o la conciencia
energética de los edificios en función solamente del gasto o ahorro energético en la climatización e iluminación durante su uso,
así como la contaminación que produce en su entorno inmediato. Sin embargo, las relaciones entre edificación y medio ambiente
son mucho más extensas y complejas.
Si se analiza la actividad entera que implica una construcción, se habrá de valorar su incidencia medioambiental en todo el
proceso:

Extracción de rocas, minerales y materiales de todo tipo.


Gastos energéticos y procedimientos para la fabricación de elementos constructivos.
Gastos energéticos y procedimientos para la fabricación de sistemas y equipos de instalaciones.
Transportes de materiales, elementos y equipos.
Puesta en obra, medios y maquinaria.
Gastos energéticos en climatización e iluminación y contaminación derivada.
Mantenimiento y uso, agua, residuos y vertidos.
Reutilización y procedimientos para cambios de uso.
Derribo y derivaciones del abandono de las edificaciones.
Al relacionar cada una de estas fases con los principales problemas medioambientales actuales, se descubre la verdadera
extensión de las repercusiones derivadas de la construcción:

Luxán, 1996
La corrección de muchos de estos problemas desde el campo de la construcción viene unida a la revisión de procesos de los campos
de la minería, la industria, etc., y otros se encuentran indisolublemente ligados a replanteamientos urbanísticos y sociales, pero no por
ello han de olvidarse al hacer las valoraciones globales de la arquitectura desde lo sostenible o medioambiental.
Luxán, 1996
Por tanto, para resolver los problemas generados a lo largo del proceso de edificación se debe revisar e intervenir en la fase a la que
están ligados:

La obtención y extracción de materiales para la construcción, que aproximadamente representan el 50 por 100 de los totales, se
encuentran ligadas a revisiones necesarias desde la minería y la industria.
La corrección que debe darse en la fabricación de elementos constructivos, sistemas y equipos avanzará en paralelo a las mejoras en
los procedimientos industriales, y sus resultados son imprescindibles para una valoración global del gasto energético en la edificación.
Para apreciar su importancia, y a falta de muchos datos precisos, cabe comentar como ejemplo que la energía gastada en la
fabricación de los elementos básicos, sin equipos de instalaciones, de una vivienda de 75m2 útiles, convencional, en bloques de 3
plantas, del nivel correspondiente a las exigidas para la vivienda de promoción pública en España en los años 80, representa el
equivalente al consumo en calefacción de la misma vivienda durante aproximadamente 45 años en el área de Madrid y 51 en el área
de Barcelona.
Tendero, s.f.

La fase en la que deviene del transporte a obra depende del aprovechamiento de materiales y elaboraciones del entorno, del tipo de
transporte y de las distancias de recorrido a las que se vean obligados.
La adecuación y reorganización que cabe irse planteando en la puesta en obra implica la apreciación de las mejoras en rendimientos
de maquinarias y su diseño, y un mayor cuidado en el tratamiento provisional y temporal de las condiciones naturales del entorno
afectado.
Las fases siguientes: las que habitualmente se ligan a la edificación, son también determinantes; no podemos olvidar que el
mantenimiento de los edificios representa el 33 por 100 de la energía gastada, de la que el 12,5 por 100 del consumo total en España
corresponde a las viviendas, lo que equivale al 40 por 100 del consumo por habitante; que el consumo eléctrico de las viviendas
absorbe el 70 por 100 del producido; y que el 50 por 100 de la contaminación que sufrimos, deriva del alojamiento.
IDAE, 1993
Por tanto «la importancia en la elección de los elementos y materiales es fundamental, y tiene una incidencia mucho mayor de lo que
se supone generalmente en el comportamiento de adecuación de los edificios y el gasto energético»
(Luxán, 1996).
Etapas del ciclo de vida
Las etapas del ciclo de vida, según Gonçalves (2004), son:

Adquisición de materia prima: etapa de actividades de acción directa sobre el medio natural. En este punto se incluye el material
no renovable, el agua y la biomasa de recolección.
Procesamiento de material a granel: tratamiento de la materia prima (separación y purificación por ejemplo) para adecuar los
materiales a transformaciones posteriores.
Producción de materiales técnicos y de especialidad: algunos autores combinan esta etapa con la anterior designándola
«tratamiento de materiales».
Fabricación y ensamble: en esta etapa se acaban de producir los materiales de base y los materiales técnicos.
Transporte y distribución: con el actual sistema globalizado, esta etapa adquiere especial importancia dadas las grandes distancias
que deben recorrer los productos para su comercialización en lugares distintos a donde se han producido. En muchos casos, los
componentes necesarios para la fabricación del producto final también recorren importantes distancias.
Uso y servicio: en esta etapa se contabiliza el mantenimiento y las reparaciones que necesita el producto durante su uso por el
consumidor (algunos productos no pueden usarse directamente, necesitan acciones, como por ejemplo los alimentos
congelados). En esta fase también se considera la reutilización interna de materiales, por ejemplo la reutilización de botellas de
cerveza en una casa.
Retiro y tratamiento: en este paso es clave la posibilidad de reutilización o reciclaje de los materiales (valorización del material),
en algunos casos es posible cerrar los ciclos de vida insertando el material retirado en un punto de la fabricación de un nuevo
material.
Disposición, destino final: cuando el material no es valorizado termina su ciclo de vida. En este punto se valora la forma en que
éste es depositado en el medio natural. En el depósito de un material se pueden tener en cuenta y controlar sus características
físico-químicas por ejemplo y tomar medidas para evitar efectos negativos del material desechado sobre el entorno.
Etapas del ciclo de vida en la arquitectura
El ACV de la arquitectura considera el Ciclo de Vida de los edificios o estructuras físicas que constituyen el espacio urbano. Se
podrían considerar las siguientes etapas:

Extracción de recursos: en la construcción de edificios se utiliza una gran variedad de materiales, algunos renovables, otros no. En
cualquier caso, la construcción dinamiza actividades con importantes impactos ambientales como la tala de madera o la
explotación de canteras.

Producción de materiales.
Distribución: los materiales tradicionales eran, por cuestiones de transporte, materiales locales; actualmente con las facilidades
de transporte que existen, los materiales tienen orígenes geográficos diversos, especialmente cuando incluyen ciertas maderas y
metales de orígenes lejanos.

Construcción: desde el punto de vista de un Análisis del Ciclo de Vida, los edificios tienen la característica de que, en la gran
mayoría de los casos, son terminados en su lugar de implantación, el solar es en sí mismo una industria donde los materiales se
acoplan o se añaden en procesos físicos de producción; además las construcciones suelen realizarse al descubierto produciendo
impactos medioambientales como el ruido o las partículas.
Ocupación y mantenimiento: los impactos más importantes derivados del uso suelen ser los relacionados con el consumo de
energía. La forma en que se utiliza un espacio puede generar más o menos impactos ambientales por los residuos generados, el
consumo de agua, etc. En esta etapa también es importante considerar las reparaciones, remodelaciones o cualquier intervención
que no implique la demolición.
Demolición: en un edificio que se va a demoler se puede considerar la reutilización de ciertos componentes de su estructura, sus
revestimientos, etc. Otros pueden ser materiales reciclables. Los materiales desechados en la demolición de una construcción
suelen depositarse en el subsuelo. En algunos casos, como el amianto, se necesitan tratamientos previos al depósito.
Cuadro 2: El ciclo de vida de los edificios

Entradas Límite del sistema Salidas

• Energía • Extracción de • Productos


• Materiales recursos utilizables
• Producción de • Residuos solidos
materiales • Emisiones
• Distribución atmosféricas
• Construcción • Efluentes
• Ocupación y líquidos
mantenimiento • Otras emisiones
• Demolición • Energía residual
Algunas estrategias en el diseño
derivadas de tener en cuenta el ACV en
arquitectura
Sobre el edificio

Extensión del tiempo de vida del edificio. La extensión del tiempo de vida permite ahorrar recursos y generar menos desechos ya
que el número de unidades consumidas disminuye si aumenta la duración de éstas. Hay distintas medidas que permiten alargar la
vida útil de un producto:

Materiales duraderos (que aguanten el desgaste y la degradación ambiental): los materiales arquitectónicos suelen ser objetos
duraderos aunque, los elementos exteriores como pinturas y revestimientos se degradan más rápidamente.

Materiales adaptables: en la elección de materiales y en el diseño de estructuras, instalaciones, distribuciones interiores, etc. se
puede tener en cuenta que exista una futura necesidad de usarlos para resolver nuevas funciones. En muchos casos este ejercicio
no se hace y sólo queda la opción de demoler.

Mantenimiento y reparación: intervienen directamente sobre la vida útil de la construcción. Se podrían denominar acciones de
regeneración. Los impactos medioambientales por demolición y construcción son en la gran mayoría de los casos superiores a los
de mantenimiento.

Mejoras del proceso, administración e información. En arquitectura por ejemplo la aplicación de soluciones de diseño
bioclimático y de aislamiento térmico permiten reducir el gasto energético, hay sistemas de reciclaje y reaprovechamiento del
agua, etc.
Sobre los materiales

• Selección del material. La selección de los materiales basándose en la identificación de la fuente de materia prima, la
evaluación de impactos sobre el medio ambiente ocasionados por la adquisición, el procesamiento y uso del material, y la
administración del producto en el final de su ciclo de vida. Se puede dar preferencia por ejemplo a materiales reciclables,
pero en cualquier caso la elección de materiales basada en su ciclo de vida es una tarea muy compleja. Una iniciativa
interesante por ejemplo es el rotulado ecológico, pero está todavía en sus inicios y presenta dificultades como es el elevado
coste que presentan algunos productos más ecológicos.

• Reducción del material. La reducción del material puede conseguirse aumentando la eficiencia de los procesos (implica
reducción de energía consumida, etc.) y reduciendo la masa utilizada en la construcción. Por ejemplo, aunque la vivienda
está (o tendría que estar) relacionada con las necesidades sociales, se puede optar entre tipologías más o menos
consumidoras de material y suelo (ciudad compacta frente a ciudad dispersa, etc).

• Prolongación de la vida del material. El reciclaje de materiales tras la demolición de edificios permite reducir la deposición
en el medio natural y la extracción de nuevos recursos. Aunque presenta desventajas respecto a la reutilización ya que en
ese proceso puede haber pérdidas o degradación de materiales, transporte, etc.

• Distribución y trasporte eficaces. Tener en cuenta las necesidades de transporte que implica la elección de ciertos
materiales. Actualmente, con la globalización, el coste económico que supone el transporte de dichos productos, no refleja
el impacto ambiental que genera. Este impacto se relaciona con las distancias recorridas, la capacidad de los medios de
transporte utilizados (medios de mayor capacidad de transporte ofrecen menos consumo por material transportado), el
embalaje necesario (hay productos que no necesitan ser empaquetados, los embalajes pueden ser reutilizables o no, etc).
Aplicaciones: normalización y
metodología
ISO 14000: normalización de herramientas ambientales
Orígenes
En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo llevada a cabo en Río de Janeiro en 1992 [también llamada Cumbre de
la Tierra] se suscribió La Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo, la que contiene principios aprobados por los Estados para lograr
acuerdos internacionales que respeten los intereses de todos y protejan la integridad global del ambiente. Específicamente, el Principio 16 dice:
«Las autoridades nacionales deben tratar de promover la internacionalización de los costos medioambientales y la utilización de instrumentos
económicos teniendo en cuenta el enfoque que, en principio, los que contaminan deben asumir el costo de la contaminación sin menoscabo del
interés público y sin distorsionar el comercio ni la inversión internacional.»
[...] la International Standards Organisation (ISO) y la International Electrotechnical Commission (IEC), en agosto de 1991, establecieron
formalmente el Strategic Advisory Group on the Environment (SAGE), cuya misión consistió en desarrollar:

*un enfoque común de la gestión ambiental similar a la administración de la calidad;


*la capacidad de alcanzar y medir mejoras en el desempeño ambiental;
*normas internacionales para facilitar el comercio y eliminar las barreras comerciales.
Se consideró que era responsabilidad de cada país definir criterios de control de acuerdo con su realidad interna y teniendo en cuenta el efecto
regional o global. Para ello se deberían considerar criterios ambientales, niveles de contaminantes, evaluaciones de riesgos para el ambiente y la
salud, y especificaciones tecnológicas para productos y procesos.

Como resultado del trabajo del SAGE, en enero de 1993, la ISO creó el Comité Técnico 207, encargado del desarrollo de normas sobre Sistemas de
Gestión Ambiental (SGA), las que deberán incluir un amplio rango de disciplinas ambientales. Estas normas están agrupadas en la ISO 14000.

La finalidad fundamental es promover una gestión más eficaz del medio ambiente en las empresas u otras organizaciones y proporcionar
instrumentos útiles (prácticas óptimas de organización) para recopilar, interpretar y transmitir información ecológicamente pertinente a fin de
mejorar la actuación ambiental.

El conjunto de normas y guías ISO 14000 define la esencia de un sistema de gestión ambiental y los procedimientos de auditoría necesarios para la
verificación. También define tres conjuntos de herramientas importantes de implementar en un Sistema de Gestión Ambiental: evaluación del ciclo
de vida, evaluación del desempeño ambiental y etiquetado ecológico.
CEPIS, 1997
ISO 14040 y ACV

En el conjunto de normas anterior, la ISO 14040 es la relativa al ACV. Dada su complejidad, esta normativa establece un protocolo al cual deberá
ajustarse todo estudio de ACV. La ISO 14040 da la siguiente definición del ACV:

«El ACV es una técnica para determinar los aspectos ambientales e impactos potenciales asociados a un producto: compilando un inventario de las
entradas y salidas relevantes del sistema; evaluando los impactos ambientales potenciales asociados a esas entradas y salidas, e interpretando los
resultados de las fases de inventario e impacto en relación con los objetivos del estudio.»
ISO 14040, 1997
Las categorías generales de impactos medioambientales que precisan consideración incluyen el uso de recursos, la salud humana y las consecuencias
ecológicas (ISO, 1997). [...]
Dentro de la normalización ISO se deben distinguir normativas e informes técnicos. A día de hoy se han elaborado cuatro normativas relacionadas
con el ACV:

ISO 14040: Gestión medioambiental, ACV, Principios y estructura (1997).


Especifica el marco general, principios y necesidades básicas para realizar un estudio de ACV, no describiéndose la técnica del ACV en detalle.
ISO 14041: Gestión medioambiental, ACV, Definición del objetivo y alcance y el análisis del inventario del ciclo de vida (1998).
En esta normativa se especifican las necesidades y procedimientos para elaborar la definición de los objetivos y alcance del estudio y para realizar,
interpretar y elaborar el informe del análisis del ICV (LCI).
ISO 14042: Gestión medioambiental, ACV, Evaluación del Impacto del Ciclo de Vida; Environmental management LCA-LCIA/Life Cycle Impact
Assessment (2000).
En ella se describe y establece una guía de la estructura general de la fase de Análisis del Impacto del Ciclo de Vida (AICV) (LCIA). Se especifican los
requerimientos para llevar a cabo un AICV y se relaciona con otras fases del ACV.
ISO 14043: Gestión medioambiental, ACV, Interpretación del ciclo de vida. Environmental management, LCA-LCI (2000).
Esta normativa proporciona las recomendaciones para realizar la fase de interpretación de un ACV o los estudios de un ICV, en ella no se especifican
metodologías determinadas para llevar a cabo esta fase.
Se han elaborado además documentos técnicos para ayudar a la elaboración de estudios de ACV como son:

ISO/TR 14047: Ilustrative examples on how to apply ISO 14042: Life cycle assessment, Life cycle impact assessment (2002).
Proporciona un ejemplo de cómo aplicar la norma ISO 14042.
ISO/CD TR 14048: Environmental management Life cycle assessment LCA data documentation format (2002).
Este documento proporciona información relacionada con los datos utilizados en un estudio de ACV.
ISO/TR 14049: Ilustrative examples on how to apply ISO 14041 (1998).
Este informe técnico proporciona ejemplos para realizar un ICV de acuerdo con ISO 14041. Estos ejemplos deberán entenderse como no exclusivos y
que reflejan parcialmente un ICV.
Antón Vallejo, 2004
Metodología propuesta por la ISO 14040

De acuerdo con la metodología propuesta por la normativa ISO 14040 un proyecto de ACV puede dividirse en cuatro fases:
objetivos y alcance del estudio, análisis del inventario, análisis del impacto e interpretación.
Tal y como ilustra la figura siguiente estas cuatro fases no son simplemente secuenciales. El ACV es una técnica iterativa que
permite ir incrementando el nivel de detalle en sucesivas iteraciones.

Antón Vallejo, 2004


Objetivo y alcance del estudio

En esta fase se define el tema de estudio y se incluyen los motivos que llevan a realizarlo. Un objetivo podría ser por ejemplo comparar dos o
más productos diferentes que cumplen las mismas funciones, para aplicar la información que se obtenga en la comercialización o en la
reglamentación del uso de alguno de ellos. Otra meta podría ser determinar posibilidades concretas de introducir mejoras en el diseño de
productos existentes, o en la innovación a través del diseño de nuevos productos, etc.

También en esta fase se establece la unidad funcional. La unidad funcional describe la función principal del sistema analizado. Un ACV no
sirve para comparar productos entre sí, sino servicios y/o cantidades de producto que lleven a cabo la misma función. Por ejemplo, no es
válido comparar dos kilos de pintura diferentes que no sirvan para realizar la misma función, cubrir un área equivalente con una duración
similar.
En el caso de los sistemas agrícolas, por ejemplo, la principal función es la producción de alimentos (Audsley, 1997). En estos casos,
normalmente se considera como unidad funcional un kilo de producto fresco. La unidad funcional proporciona una referencia respecto a la
cual las entradas y salidas del sistema pueden ser normalizadas en un sentido matemático.

Debido a su naturaleza global un ACV completo puede resultar extensísimo. Por esta razón se deberán establecer unos límites que deberán
quedar perfectamente identificados. Los límites del sistema determinan qué procesos unitarios deberán incluirse dentro del ACV. Varios
factores determinan los límites del sistema, incluyendo la aplicación prevista del estudio, las hipótesis planteadas, los criterios de exclusión,
los datos y limitaciones económicas y el destinatario previsto.

Antón Vallejo, 2004


Según el Centro Panamericano de Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente (CEPIS), en los límites del sistema generalmente se
incluyen:

*La secuencia de producción principal, es decir, desde la extracción de materias primas hasta la eliminación final del producto, inclusive.
*Operaciones de transporte.
*Producción y uso de combustibles.
*Generación de energía, es decir, electricidad y calor (incluyendo producción de combustible).
*Eliminación de todos los residuos del proceso.
*Fabricación del embalaje de transporte.

En los límites del sistema generalmente se excluyen:


*Fabricación y mantenimiento de equipos de producción.
*Mantenimiento de plantas de fabricación, es decir, calefacción e iluminación.
*Factores comunes a cada uno de los productos o procesos en estudio.

Análisis del Inventario del Ciclo de Vida (ICV)

El segundo paso es recolectar y cuantificar las entradas y salidas de materia y energía correspondientes al sistema producto durante su
ciclo de vida.

Esta fase comprende la obtención de datos y los procedimientos de cálculo para identificar y cuantificar todos los efectos ambientales
adversos asociados a la unidad funcional. De una forma genérica denominaremos estos efectos ambientales como «carga ambiental».
Ésta se define como la salida o entrada de materia o energía de un sistema causando un efecto ambiental negativo. Con esta definición
se incluyen tanto las emisiones de gases contaminantes, como los efluentes de aguas, residuos sólidos, consumo de recursos naturales,
ruidos, radiaciones, olores, etc. Cuando se trabaje con sistemas que impliquen varios productos, en esta fase se procederá a asignar los
flujos de materia y energía así como las emisiones al medio ambiente asociadas a cada producto o subproducto.
Antón Vallejo, 2004
Análisis del Impacto del Ciclo de Vida (AICV)
La estructura de esta fase viene determinada por la normativa ISO 14042, distinguiendo entre elementos obligatorios y
elementos opcionales (ver figura 4).

Los elementos considerados obligatorios son:

Selección de las categorías de impacto, indicadores de categoría y modelos.


Clasificación: en esta fase se asignan los datos procedentes del inventario a cada categoría de impacto según el tipo de efecto
ambiental esperado. Una categoría de impacto es una clase que representa las consecuencias ambientales generadas por los
procesos o sistemas de productos.
Caracterización: consiste en la modelización, mediante los factores de caracterización, de los datos del inventario para cada una
de dichas categorías de impacto.
Cada categoría de impacto —por ejemplo acidificación— precisa de una representación cuantitativa denominada indicador de la
categoría, —por ejemplo emisión de ácido equivalente. La suma de diferentes intervenciones ambientales para una misma
categoría se hará en la unidad del indicador de la categoría. Mediante los factores de caracterización, también llamados factores
equivalentes, las diferentes intervenciones ambientales, emisiones de gases, por ejemplo, se convierten a unidades del indicador.
Es necesario el uso de modelos para obtener estos factores de caracterización. La aplicabilidad de los factores de caracterización
dependerá de la precisión, validez y características de los modelos utilizados.

Antón Vallejo, 2004


En la fase de elección, modelización y evaluación de categorías de impacto hay cierta subjetividad ya
que no todas las categorías están consensuadas.
Un ejemplo de categorías de impacto que, según el CEPIS, se incluyen generalmente es:

Disminución de recursos.
Efecto invernadero (directo e indirecto).
Disminución de la capa de ozono.
Acidificación.
Nutrificación/eutrofización.
Formación de oxidantes fotoquímicos.
Sin embargo las siguientes categorías están peor definidas o sólo son usadas por algunos profesionales:

Volumen de depósito en vertederos.


Destrucción de paisajes.
Toxicidad humana.
Ecotoxicidad.
Ruidos.
Olores.
Salud laboral.
Recursos bióticos.
Congestión.
También existen una serie de elementos opcionales que pueden ser utilizados dependiendo del objetivo y alcance del estudio de ACV:
Normalización: se entiende por normalización la relación de la magnitud cuantificada para una categoría de impacto respecto un valor
de referencia ya sea a escala geográfica y/o temporal.
Agrupación, clasificación y posible catalogación de los indicadores.
Ponderación: consiste en establecer unos factores que otorgan una importancia relativa a las distintas categorías de impacto para
después sumarlas y obtener un resultado ponderado en forma de un único índice ambiental global del sistema.
Análisis de calidad de los datos: ayudará a entender la fiabilidad de los resultados del AICV. Se considerará obligatorio en análisis
comparativos.
Antón Vallejo, 2004
Una diferencia importante entre los diferentes métodos de evaluación de impactos reside en la opción de analizar el efecto último
del impacto ambiental, endpoint, o bien, considerar los efectos intermedios, midpoints. Las categorías de impacto ambiental
intermedias se hallan más cercanas a la intervención ambiental, permitiendo, en general, modelos de cálculo que se ajustan
mejor a dicha intervención. Éstas proporcionan una información más detallada sobre de qué manera y en qué punto se afecta al
medio ambiente. Las categorías de impacto finales son variables que afectan directamente a la sociedad, por tanto su elección
resultaría más relevante y comprensible a escala global. Sin embargo, la metodología para llegar a cuantificar el efecto último no
está plenamente elaborada, no existe el suficiente consenso científico, como se menciona en Hertwich (2002), necesario para
recomendar su uso. Por todo ello, actualmente, es más común recurrir a categorías de impacto intermedias.
Antón Vallejo, 2004
ISO 14042 define de manera implícita tres áreas de protección, AoP, como categorías de impacto finales (salud humana, entorno
natural y recursos renovables). Udo Haes et al (1999a) en el primer informe del segundo grupo de trabajo en AICV de la Society of
Enviromental Toxicology And Chemistry (SETAC) añade una cuarta: entorno modificado por el hombre (man-made environment).
Esta cuarta área cubriría los aspectos de protección de los cultivos, bosques productivos, edificios y materiales de fenómenos
como la lluvia ácida o impactos de ozono. Udo de Haes et al (2002) sugiere dividir el AoP, entorno natural en dos: 1. Biodiversidad,
que incluye la diversidad genética, de especies y ecosistema y 2. Funciones de soporte a la vida, que se refiere a aquellas
funciones tales como: clima, ciclos hidrológicos, fertilidad de los suelos y ciclos biogeoquímicos que regulan la vida en la tierra.
Antón Vallejo, 2004
Interpretación

La interpretación es la fase de un ACV en la que se combinan los resultados de análisis del inventario con la evaluación de
impacto. Los resultados de esta interpretación pueden adquirir la forma de conclusiones y recomendaciones para la toma de
decisiones. Permite determinar en qué fase del ciclo de vida del producto se generan las principales cargas ambientales y por
tanto qué puntos del sistema evaluado pueden o deben mejorarse. En los casos de comparación de distintos productos se podrá
determinar cual representa un mejor comportamiento ambiental.
Antón Vallejo, 2004
En su artículo «De la sostenibilidad a los ecobarrios», Verdaguer habla de la importancia de este concepto como uno de los
principios básicos de la sostenibilidad:

La información constituye precisamente el elemento básico del siguiente principio, que hace hincapié en la desmaterialización de
los procesos. Si se consideran el conocimiento y la experiencia como recursos fundamentales, la sustitución generalizada de flujos
de materiales por flujos de información y el énfasis en los procesos de difusión, coordinación y planificación puede permitir un
mejor aprovechamiento de los recursos materiales y energéticos en todos los órdenes. Extendiendo el concepto a la energía
humana en general, considerada como el recurso renovable por excelencia, y dentro de ciertos umbrales, la sustitución de
procesos basados en el uso intensivo de recursos materiales por otros más volcados hacia el uso de recursos humanos puede
constituir en muchos casos la solución más innovadora y sostenible.
En relación con lo anterior, y de acuerdo con el principio relacional, cobra especial importancia la necesidad de considerar los
procesos en toda su secuencia. En el ámbito de la producción de objetos, una herramienta esencial a este respecto es el llamado
análisis mina-vertedero, imprescindible a la hora de establecer comparaciones entre la carga ambiental asociada a procesos
diferentes destinados a conseguir fines similares. En relación con el principio de prevención y evitación, y con la idea global de
cerrar los ciclos, este análisis puede contribuir a diseñar procesos circulares del tipo mina-vertedero-mina en el que los residuos
de un determinado proceso, reducidos al mínimo, puedan pasar a formar parte como materia prima o producto de mina del
mismo u otro proceso. Este es un campo especialmente estudiado por la denominada economía ecológica, frente a la economía
convencional que no tiene en cuenta a la hora de establecer valores los costes asociados al impacto ambiental. Este tipo de
análisis puede ayudar a dilucidar con rigor si algunos procesos aparentemente inmateriales o de alta eficiencia no van unidos en
segunda instancia a otros procesos que pongan en cuestión la supuesta sostenibilidad.

Verdaguer, 2000
Conceptos relacionados
Conceptos relacionados

Análisis mina-vertedero/análisis de la cuna a la tumba: sinónimos de Análisis del Ciclo de Vida.


Análisis del Inventario del Ciclo de Vida (ICV) (CEPIS, 1997): sirve para cuantificar el consumo de materias primas y energía, así
como las emisiones a la atmósfera y al agua y los residuos sólidos para un sistema determinado (teóricamente «de la cuna a la
tumba»).
Construcción sostenible: en el artículo La construcción sostenible. El estado de la cuestión (Alavedra, Domínguez, Gonzalo y Serra,
1998) se recogen las siguientes definiciones:
La Construcción sostenible, que debería ser la construcción del futuro, se puede definir como aquella que, con especial respeto y
compromiso con el Medio Ambiente, implica el uso sostenible de la energía. Cabe destacar la importancia del estudio de la
aplicación de las energías renovables en la construcción de los edificios, así como una especial atención al impacto ambiental que
ocasiona la aplicación de determinados materiales de construcción y la minimización del consumo de energía que implica la
utilización de los edificios.
Casado, 1996

La Construcción Sostenible se dirige hacia una reducción de los impactos ambientales causados por los procesos de construcción,
uso y derribo de los edificios y por el ambiente urbanizado.
Lanting, 1996
Evaluación de Impactos del Ciclo de Vida: trata de relacionar los parámetros identificados en la fase de inventario con medidas de
preocupación medioambiental como el calentamiento global o la reducción de las reservas.
Sistema producto (product system): la expresión sistema producto (product system, en la bibliografía en inglés) proviene del
enfoque ingenieril inherente a los procedimientos del ACV. Los ingenieros admiten que hay una multitud de operaciones y
procesos diversos e individuales que son necesarios para extraer materias primas y energía, elaborar productos intermedios,
diseñar, formular, fabricar, transportar y usar un producto, y gestionar los residuos generados en cada eslabón de la cadena de
producción y disposición final. Esos procesos y operaciones están vinculados en el ciclo de vida de un producto, y ese conjunto
integrado de procesos y operaciones es lo que constituye un sistema para ese producto. (Trama y Troiano, 2001)
Ecodiseño/diseño ecológico: «Concepto que se refiere a introducir criterios ambientales en el diseño de productos, tratando de
minimizar los principales impactos ambientales en todo el ciclo de vida del producto.» (
Gonçalves, 2004)
Ejemplos
Más información
Textos

Clements, Richard B. et al. (1997) Guía Completa de las Normas ISO 14000 Barcelona, Ediciones Gestión 2000, S.A. (tr. del inglés: Ana
García Beltrán) ISBN: 84-8088-209-3
Vázquez Espí, Mariano (2001) «Construcción e impacto sobre el ambiente: el caso de la tierra y otros materiales», Informes de la
Construcción, vol. 52, no. 471. También publicado en Boletín CF+S 20: http://habitat.aq.upm.es/boletin/n20/amvaz.html
Ejemplo de aplicación de la herramienta del ACV para analizar y evaluar el impacto sobre el ambiente de ciertos materiales de
construcción. Se analizan herramientas relacionadas con el ACV como energía incorporada, coste exergético y coste material.

Construcción sostenible

Daumal, Francisco y Gerardo García (1978) «La energía y el ciclo vital del edificio», CAU, n. 50, pp 30-37.
Estevan, Antonio, Mercedes Llop, Marta Román, Alfonso Sanz y Pilar Vega (1992) Análisis comparativo de externalidades y
condicionantes de la competitividad por modos de transporte Madrid: Dirección General de Planificación Interregional de Grandes
Infraestructuras. Ministerio de Obras Públicas y Transporte.
Maldonado Ramos, Luis (investigador responsable) et al (1999) Determinación del rendimiento y coste energético en la construcción de
cerramientos de fábrica de adobe, bloque de tierra comprimida y entramado, para su aplicación en proyectos de desarrollo sostenible y
política medioambiental Acción especial: Memoria. Programa Nacional de I+D en Medioambiente. CICYT. Departamento de Construcción
y Tecnología Arquitectónicas de la UPM.
Roodman, David M. & Nicholas Lenssen (1995) A Building Revolution: How Ecology and Health Concerns Are Transforming Construction
Washington: World Watch Institute. Traducción castellana: Revolución en la construcción, Bilbao: Bakeaz, 1997.
Valero, Antonio (2000) El marco termodinámico para iluminar la sociedad actual, en Economía, ecología y sostenibilidad en la sociedad
actual. José Manuel Naredo y Fernando Parra (eds). Madrid: Siglo XXI, pp. 67-95.
Woolley, Tom, Sam Kimmins, Paul Harrison y Rob Harrison (1997) Green Building Handbook London: E & FN Spon.
Recursos en internet
Normativa:
http://www.iso.org/iso/en/ISOOnline.frontpage
International Organization for Standardization (ISO): se puede a acceder a una breve descripción de la serie de normas ISO 14000, y comprar las
series (standards)
http://www.iso-14001.org.uk/index.htm
ISO 14000: tiene breves resúmenes y guías en línea, y permite comprar manuales y standards
http://www.cepis.ops-oms.org/
Centro Panamericano de Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente (CEPIS) organismo de la Organización Mundial de la Salud (OMS): en su página
dispone de dos artículos relativos a la familia de normas ISO 14000 con textos disponibles y una amplia bibliografía comentada sobre el tema en el
apartado «Evaluación del ciclo de vida»:
«Repindex 63: ISO 14000»
http://www.cepis.ops-oms.org/eswww/proyecto/repidisc/publica/repindex/repi063.html
«Repindex 65: Familia ISO 14000»
http://www.cepis.ops-oms.org/eswww/proyecto/repidisc/publica/repindex/repi065.html

Herramientas para la elaboración de ACV (Antón Vallejo, 2004):


Gabi (Universidad de Stuttgart, Alemania):
http://www.lbpgabi.uni-stuttgart.de/
En contraste con las herramientas clásicas de ACV, este programa ofrece además un análisis económico.
Simapro (Pré-consultants, Paises Bajos):
http://www.pre.nl
Compara y analiza complejos productos descomponiéndolos en todos sus materiales y procesos.
Boustead (Bousted Consulting, Suecia):
http://www.ekologik.cit.chalmers.se
Aplicación para la industria química, plásticos, acero...
Euklid (Frauenhofer-Institut, Alemania):
http://www.ivv.fhg.de
Productos industriales.
KCL ECO (Finninsh Pulp and Paper Research Institute, Finlandia):
http://www.kcl.fi/eco/
Industria papelera.
WISARD (PriceWaterHouse&Cooper, Francia):
http://www.pwc.com/es/es/index.jhtml
Análisis del impacto económico y ambiental del residuo sólido municipal.
Umberto (Ifeu-Institut, Alemania):
http://www.umberto.de/en/
Preparación de ACV, ecobalances empresariales.
TEAM (Ecobilan, Francia):
http://www.pwcglobal.com
Muy completo; su base de datos incluye más de 500 módulos de diferentes sectores.
Ejemplos de aplicación

En la red se pueden obtener múltiples ejemplos de análisis de vida de productos, se pone a continuación una pequeña lista de
análisis relativos a productos de la construcción:

Madera

Martín, Alicia y Stolkiner, Marta (2004) «La Madera en la construcción y el análisis del ciclo de vida», SAGPyA Forestal, número
31, junio. http://www.sagpya.mecon.gov.ar/new/0-0/forestacion/revistas/Revista31/analis31.pdf
Breve artículo en la revista Forestal de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos de Argentina (SAGPyA) con datos
comparativos entre materiales de construcción.

Cemento

Cardim de Carvalho Filho, Arnaldo (2001) Análisis del ciclo de vida de productos derivados del cemento. Aportaciones al análisis
de los inventarios del ciclo de vida del cemento. Tesis doctoral de la Universidad Politécnica de Cataluña, doctorado en Ingeniería
Civil. http://www.tdx.cesca.es/TESIS_UPC/AVAILABLE/TDX-0731101-125703/TESIS.pdf
Tesis doctoral sobre el análisis del ciclo de vida de productos derivados del cemento. Tiene un detallado análisis de ciclo de vida
de estos productos, explicando y utilizando distintas metodologías, y una presentación previa sobre el ACV en materiales de
construcción.

Materiales de construcción (inglés)

Environmental Profiles of Building Materials, Components and Buildings (BRE) (Perfiles medioambientales de los materiales de
construcción, componentes y construcciones).
http://cig.bre.co.uk/envprofiles/document.jsp?jsessionid=1792741118134435234

La fundación BRE lleva más de tres años realizando una base de datos de libre consulta en internet. En su página se pueden
consultar los perfiles medioambientales de múltiples materiales constructivos, una certificación que da BRE, la metodología
utilizada para su elaboración, etc.
Bibliografía
Bibliografía consultada

Alavedra, Pere; Domínguez, Javier; Gonzalo, Engracia y Serra, Javier (1998) «La construcción sostenible. El estado de la
cuestión», Boletín CF+S, 4: http://habitat.aq.upm.es/boletin/n4/apala.html
Antón Vallejo, Ma. Asunción (2004) Metodología del análisis del ciclo de vida, en Utilización del Análisis del ciclo de vida en la
evaluación del impacto ambiental del cultivo bajo invernadero mediterráneo, tésis doctoral de la Universidad Politécnica de
Cataluña, . http://www.tdx.cesca.es/TESIS_UPC/AVAILABLE/TDX-0420104-100039/#documents
Audsley, J. (1997) Harmonisation of Environmental Life Cycle Assessment. European Commission DG VI Agriculture. Final
Report Concerted Action AIR3-CT94-2028
Casado Martínez, N. (1996) Edificios de alta calidad ambiental. Ibérica, Alta Tecnología, ISSN 0211-0776.
CEPIS (1997) «Repindex 63: ISO 14000», Repindex, Centro Panamericano de Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente,
http://www.cepis.ops-oms.org/eswww/proyecto/repidisc/publica/repindex/repi063.html
Gonçalves, Artur Jorge de Jesús (2004) El análisis de ciclo de vida y su aplicación a la arquitectura y al urbanismo, trabajo
desarrollado en la asignatura Por una ciudad más sostenible. El planeamiento urbano frente al paradigma de la sostenibilidad del
Doctorado en Ciudades, Periferias y Vitalidad Urbana. Madrid: ETSAM.
Hertwich, E. (2002) Epilog, en The Areas of Protection in Life Cycle Impact Assessment. Global LCA Village, pp 1-2.
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Margarita de Luxán en «Arquitectura integrada en el medio ambiente» Madrid: ETSAM.
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Regarding Impact Categories and Category Indicators in Life Cycle Assessment (II)», Journal of the International Institute life Cycle
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http://habitat.aq.upm.es/boletin/n14/acver.html
Weidema, Bo Pedersen (1999) The SPOLD File Format'99 Brussels: Society for the Promotion of Life-cycle assessment
Development, http://www.spold.org/publ/

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