a diferencia del oxigeno ( 𝑂2 ), el cual contiene dos átomos.
Puede parecer que, como están
compuestos por los mismos átomos, el 𝑂2 y el 𝑂3 (ozono) se parezcan, pero la verdad es que son muy distintos.
Para empezar el 𝑂2 no tiene color, ni olor.
El 𝑂3 en cambio, tiene color azul, un olor muy intenso e incluso perjudicial para la salud. Salvo cuando esta en la estratosfera, allí es fundamental para la vida en la tierra. Sumando todo esto el o3 es mucho mas escaso Fue descubierto en 1840 por el químico alemán Christian Schönbein, de la Universidad de Basilea. Lo nombró así para referirse a la raíz griega Ozein (exhalar un olor, sentir).
Desde finales del siglo XIX, se vienen
estudiando las propiedades desinfectantes y antisépticas de este gas, y desde entonces se viene utilizando con gran eficacia en el tratamiento de aguas de abastecimiento público, aguas residuales, y en tratamientos ambientales.
Su generación artificial se realiza mediante la
activación del oxígeno del aire por descargas eléctricas de alto voltaje. Esta energía eléctrica rompe la molécula de oxígeno, recombinando sus átomos para formar el ozono. • Se presentan como un gas inestable, es precisamente gracias a esta inestabilidad a la que se debe su rapidez de actuación, y su capacidad de convertirse nuevamente en oxígeno normal.
• Sus propiedades altamente oxidantes y su
capacidad para romper moléculas con doble enlace y anillos aromáticos mediante el mecanismo denominado ozonolisis, hacen que el ozono tenga tantas aplicaciones como se le atribuyen hoy día.
• En la primera guerra mundial el ozono se
empezó a utilizar como antiséptico, pero que fue a partir de los años cincuenta en que se construyen las maquinas que pueden generar 03 en oxigeno puro, cuando se abren las posibilidades de aplicación. Se trata de un tratamiento usado ampliamente en el tratamiento de aguas, ya sean potables o residuales. Es capaz de eliminar del medio compuestos orgánicos e inorgánicos, reduciéndose el TOC (carbono orgánico total), olor, color, sabor y turbidez de las aguas, además de sustancias tóxicas y compuestos farmacéuticos.
Este compuesto tiene un gran poder de
oxidación, lo que lo convierte en un desinfectante muy potente.
A diferencia del cloro, el ozono no se ve
afectado por las variaciones en el pH del agua que se desea tratar, lo cual hace que la dosis necesaria sea bastante constante en su valor. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que el ozono se elimina fácilmente del agua, lo que puede causar problemas por la proliferación de microorganismos por la ausencia de desinfectante residual en el agua. La solución a este problema consiste en añadir una muy pequeña cantidad de otro tipo de desinfectante, como puede ser cloro gas o dióxido de cloro, con el fin de asegurar que va a encontrarse una pequeña cantidad de desinfectante en el agua tratada. Esta dosis adicional de desinfectante es muy pequeña, ya que anteriormente se ha eliminado la totalidad de materia orgánica por medio del ozono.