• La labor pastoral se dirige hacia los seres humanos con
nombres, apellidos, historia propia, cultura, problemas, ambiciones, capacidades y pecados. Hay que conocer a esas personas. Hay que comunicarles el plan de Dios. Hay que guiarlas al arrepentimiento en Cristo Jesús. Hay que guiarlas en un proceso nuevo de cambio continuo. También ayudarlas a liberarse de situaciones emocionales, mentales, físicas, sociales, culturales y económicas. • El pastor no ve sólo “almas” que hay que salvar. Ve personas con necesidades, capacidades y posibilidades espirituales, físicas, sociales, económicas, culturales y otras más. El pastor tiene de las personas una visión y un acercamiento integral. • Ya sea en la predicación, en la enseñanza, o en la preparación de programas de trabajo, el pastor necesita considerar al ser humano en forma completa, no puede estar proveyendo sólo para ciertas necesidades de su alma y olvidar otras. • El pastorado entonces, se dirige a las personas primeramente; y no solamente a las de la congregación, sino a las del vecindario, del barrio, del pueblo o ciudad en que vive o se mueve. • Por tanto es de fuerza mayor que todo pastor aprenda a conocer a las personas, su naturaleza; sus problemas, y sus relaciones. Pero que igualmente aprenda, madure y perfeccione su trato hacia ellas como personas y también como parte de una congregación, y de una comunidad en la que vive; y más ampliamente, como parte de una nación o de un grupo étnico. El pastor no sólo vive rodeado de personas. Ellas mismas son el objeto y terreno de su labor. Por esto necesita aprender a amarlas profundamente, a ser paciente, a ver en ellas verdaderos proyectos de Dios en los cuales el pastor participa plenamente. LA IGLESIA LOCAL • La iglesia local jamás puede ser vista solo como un conglomerado de personas que se reúnen para alabar a Dios y oír su Palabra. La iglesia es muchísimo más que esto. La iglesia es un grupo humano especial. Como grupo se dan ciertos tipos de relaciones. Como grupo tiene ciertos objetivos comunes que Dios le ha dado, como son la evangelización, la adoración, la ayuda mutua y otros. Como grupo tiene que crear sus propios medios para alcanzar sus fines. Tiene que recoger y administrar fondos. Y tiene que crear y desarrollar organismos internos necesarios. • El apóstol Pablo, cuando formó las congregaciones en distintas partes, siguió un plan en el trayecto. – Los visitó. – Les nombró ancianos o pastores. – Les envió discípulos para que los orientaran y les nombraran el personal que les faltaba. Y para que los aconsejaran en cuanto a ciertos problemas. – Les escribió. – Los orientó a resolver sus problemas, les dio instrucciones de cómo nombrar dirigentes y cómo administrar los diferentes aspectos del trabajo. • Este es el ejemplo del N.T. El Espíritu Santo actúa, y guía a los lideres a dar la organización necesaria a la iglesia. • La administración correcta y bajo la dirección del Espíritu Santo es necesaria. No ofende a Dios. Al contrario, le agrada porque va en beneficio de su iglesia. Si Pablo y los apóstoles, bautizados con el Espíritu Santo, vieron la necesidad de la organización, nosotros hoy no podemos despreciar ese factor sino darle la atención debida. • No vamos a reemplazar el actuar del ES, pero tampoco debemos ir al otro extremo de actuar “a como salgan las cosas”. El pastorado es también organización de la congregación. LA DENOMINACION • Dentro de algunas estructuras de la iglesia la denominación es un factor muy importante. Aunque la denominación sea un defecto del cuerpo de Cristo, sin embargo es necesario adoptar una actitud crítica pero sana. • La iglesia local no puede ser una isla. Ni puede hacerse de ella un pequeño reino. Por la naturaleza misma de la iglesia que es una, si una congregación forma parte de una denominación, lo mejor es que tenga en cuenta esto para el desarrollo de las mejores actitudes. Y aquí el ministerio pastoral juega un papel muy importante. • Por un lado no hacer de la denominación ni un ídolo ni su círculo único. Hay que reconocer que la denominación es un accidente de la historia y que no adorna la iglesia; pero por otro lado, como quiera que sea, una denominación puede tener algo de positivo pues se trata de un conglomerado de iglesias hermanas que en algunos casos traspasan fronteras de países y de diferencias étnicas. Entonces el pastorado debe tener siempre presente que la iglesia del Señor es mucho más que la iglesia local. Y que en la denominación puede haber un marco más amplio para el desarrollo del pastor mismo, un marco más amplio para la comunión de los hermanos, un marco más amplio para la evangelización conjunta y para otras formas de servicio. LAS OTRAS DENOMINACIONES • El trabajo de los pastores debe siempre partir del hecho que la iglesia es una a pesar de las divisiones y denominaciones existentes. Así para el pastor que sirve a Dios con todo su corazón y con toda su mente, la iglesia es más que su congregación local; y es más que su propia denominación. Por tanto en sus actividades personales y en su trabajo hay elementos que necesita evitar y otros que debe llevar a cabo. • Citemos los conocidos casos de ensalzar la denominación propia por sobre los demás, el hecho de crear en la congregación actitudes de hostilidad y desprecio hacia otros cuerpos eclesiásticos, y lo que comúnmente se llama “robar” creyentes de otras congregaciones o procurar la división de una congregación para formar la propia. • En el plano de la construcción del cuerpo de Cristo en su forma más amplia el pastor debe ser un elemento de unión, de respeto, aprecio y cooperación. Cuando surgen situaciones difíciles, debe procurar enfrentarlas personalmente con amor, inteligencia y sinceridad. En lo posible ha de cooperar en asociaciones de pastores, esfuerzos evangelísticos unidos y otras actividades. • Los pastores son constructores de un edificio muy grande, pero no siguen sus propios antojos, sino el plan maestro del Señor. Así, aunque cada uno labora por aparte, lo hace siguiendo un patrón general, la edificación del cuerpo de Cristo en su sentido más amplio. LA COMUNIDAD CIVIL • El pastor necesita mirar la comunidad en la cual está ubicada la iglesia. Hay necesidades no sólo espirituales. Hay enfermos. Hay niños abandonados. Hay mujeres en situaciones difíciles. Hay grupos marginados. Hay falta de centros de salud, de educación, etc. El pastor y la congregación pueden ser factores muy importantes en la solución de los mismos. • La iglesia es parte de una nación. Y aunque por su fidelidad a Jesús como Señor, ella no puede identificarse con todas sus estructuras y con todos los aspectos de su cultura, sí debe reconocer que juega un papel en ella. Y que en determinados momentos la iglesia podrá dar su contribución en una u otra forma a su país. La iglesia necesita sentirse parte de esa gran comunidad que es la patria y que a ella en algo necesita contribuir.