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DEFINICIÓN
La orina es un líquido excretado por el riñón, que se
almacena en la vejiga y se expulsa por la uretra.
El aparato urinario o nefrourinario es el encargado
de librar a la sangre de las sustancias de desecho que
acumula, eliminándolas al exterior a través de la
orina.
RECORDAR:
Formación de la orina.
La composición normal de la orina
La orina está formada mayoritariamente por agua. La
composición se distribuye aproximadamente de la siguiente
manera:
Agua: 95%.
Fracción sólida: 5%, formada por:
Sales minerales: 2% (fosfitos, carbonatos, cloruros, etc.).
Moléculas orgánicas: 3% (urea, ácido úrico, creatinina,
etc.). Destaca la urea, que supone un 2% de la orina y que es el
principal componente de la fracción sólida de la orina.
En situaciones normales, la orina no debe contener:
hemoglobina, eritrocitos, leucocitos, proteínas, glucosa,
cetonas, nitritos, bilirrubina ni pigmentos biliares.
Destaca la urea, que supone un 2% de la orina y que
es el principal componente de la fracción sólida de la
orina.
En situaciones normales, la orina no debe contener:
hemoglobina, eritrocitos, leucocitos, proteínas,
glucosa, cetonas, nitritos, bilirrubina ni pigmentos
biliares.
Los valores normales de la orina son los siguientes:
1.2. Los análisis de orina
Durante su trayecto a través del tubo digestivo, los alimentos sufren una serie de
procesos:
1.Digestión, para descomponerse en moléculas pequeñas capaces de atravesar la
pared intestinal. La digestión comienza en la boca y se completa en el intestino,
aunque se produce mayoritariamente en el estómago.
2.Absorción. Las moléculas deben atravesar la pared para llegar a la sangre.
Este proceso se realiza mediante distintos mecanismos, según el tipo de molécula, y
tiene lugar principalmente en el intestino delgado (algunos nutrientes se absorben
ya en la boca).
3.Excreción. Los restos no absorbibles por el organismo se deben retirar del tubo
digestivo mediante la defecación. En el intestino grueso es donde estos materiales se
preparan para su expulsión: se produce una reabsorción de agua y la secreción de
una sustancia mucosa que recubre las heces para facilitar su expulsión. También
actúan a este nivel las bacterias de la flora intestinal, que son las responsables de
proporcionar a las heces su olor característico.
La composición normal de las heces
Las heces están formadas mayoritariamente por agua. La composición se distribuye
aproximadamente de la siguiente manera:
Agua: 70%.
Fracción sólida: 30%, formada por distintas sustancias, entre las
que destacamos:
Bacterias: 1/3 de los sólidos son bacterias procedentes de la flora
intestinal.
Residuos indigeribles de alimentos, básicamente residuos vegetales
(celulosa).
Pequeñas cantidades de alimentos que no han sido digeridos o
absorbidos.
Secreciones intestinales.
Bilis, pigmentos biliares y sales biliares.
Leucocitos migrados del torrente sanguíneo, en una cantidad muy
pequeña.
Materia inorgánica, sobre todo calcio y fosfatos.
Células epiteliales, desprendidas por descamación del tracto
intestinal.
Características físicas de las heces
Una persona adulta excreta entre 100 y 300 g de heces por día.
Algunas características físicas de las heces pueden variar en función
de los alimentos que haya ingerido la persona; a pesar de ello, hay
algunos que son indicativos de que existe algún trastorno.
La consistencia. Las heces normales son más o menos blandas. En
la diarrea serán demasiado líquidas, y en el estreñimiento,
demasiado sólidas.
El color. Son marrones en las personas adultas y más amarillentas
en lactantes. Este es uno de los factores que puede variar más en
función de la dieta. Algunas alteraciones de origen patológico son:
Heces muy pálidas: se pueden deber a obstrucciones biliares o a
algunas hepatitis.
Heces negras y brillantes, pegajosas y con olor característico: se
suele deber
Heces con sangre roja: se produce cuando hay un
sangrado en el yeyuno, en el íleon o en el intestino
grueso.
El aspecto. Algunas sustancias pueden resultar
visibles en las heces o cambiar su aspecto general,
delatando así su presencia.
Por ejemplo, se puede detectar la presencia de moco
o pus en algunas infecciones, u observar un aspecto
jabonoso cuando hay demasiada grasa a causa de
una enfermedad pancreática.
7.2.2. Los análisis de heces
Los análisis que se practican de forma más habitual a partir de muestras de heces
son:
Examen macroscópico y microscópico, que permiten valorar la digestión y las
alteraciones que puedan ser indicativas de ciertas enfermedades. En el estudio
microscópico se puede realizar un frotis fecal y observar directamente la muestra,
aunque también se realizan preparaciones a las que se aplican tinciones especiales,
como:
Tinción de Sudán, que permite detectar la presencia de grasa en las heces. Esta es
una alteración característica de los síndromes de malabsorción
intestinal.
¡Tenlo en cuenta!
La tinción de Sudán es un método cualitativo de determinación de grasa en heces; la
prueba de Van de Kamer, en cambio, es un método cuantitativo.
Tinción de Wright (con azul de metileno): permite detectar la presencia de
leucocitos polimorfonucleares en las heces, que son una alteración característica de
los procesos infecciosos bacterianos o de las enfermedades inflamatorias
intestinales.
Estudios bioquímicos, para detectar sustancias
como calprotectina, tripsina, urobilinógeno,
nitrógeno o porfirinas.
Existen algunas pruebas específicas destinadas a
estudiar posibles síndromes de malabsorción, como
son:
Prueba de Van de Kamer
Qué es el glutén
El gluten es una mezcla de proteínas individuales,
clasificada en dos grupos, las Prolaminas y las Glutelinas.
El principal componente del gluten es la prolamina del
trigo llamada Gliadina.
Detección de enzimas
Traslado de la Muestra
1. Transporte cuidadosamente (evitando
golpes y caídas, dado que el material es de
vidrio) hacia la Unidad de Toma de
Muestras, tan pronto haya finalizado la
recolección de todas las muestras. Mantenga
la muestra a temperatura ambiente durante
el traslado
Diagnóstico
A veces se emplean placas acrílicas de colores azul y verde, útiles como filtros
luminosos.
7.2.4. Las muestras para microbiología
B) OBTENCIÓN DE LA MUESTRA
- Se seleccionan zonas donde haya sangre, moco o pus.
- No son válidas las muestras contaminadas con orina.
C) VOLUMEN MÍNIMO.
Muestras del tamaño de una nuez (1 ó 2 g). Heces líquidas: entre 5 y 10 ml.
D) TRANSPORTE.
- Estudio bacteriológico: recipiente estéril si se va a procesar en el plazo de 1 ó 2 h.
- En refrigeración hasta el procesamiento (Shigella spp) y se enviarán colocados
en hielo.
- Estudio virológico sin medio de cultivo.
E) OBSERVACIONES.
- Antes de ATB o antidiarréicos. Para parásitos evitar antiácidos, laxantes y
contrastes.
En cambio, las muestras para detectar la toxina del
Clostridium difficile deben congelarse (–70 ºC o –20
ºC) hasta su procesamiento.
Los intestinos contienen naturalmente una variedad de
bacterias, muchas de las cuales ayudan al organismo a
digerir los alimentos. Clostridium difficile (C. difficile) es
una de las muchas bacterias que se encuentran
comúnmente en los intestinos y materia fecal de los
bebés y niños.
El C. difficile es normalmente inofensivo, pero ciertas
variedades suelen generar toxinas (sustancias dañinas) si
el equilibrio bacteriano del colon se altera. Esto suele
suceder como resultado de un tratamiento con
antibióticos, quimioterapia o trastornos intestinales.
Contenedor especial Para-Pak:
Para: heces.
• Estudia: aerobios y hongos.
• Nota: Para el estudio de Clostridium difficile,
Rotavirus y Cryptosporidium, RECIPIENTE
ESTÉRIL DE BOCA ANCHA