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Las deformaciones unitarias en una viga pueden encontrarse analizando la

curvatura de la viga y las deformaciones asociadas.


Para este fin, consideremos una porción ab de una viga en flexión pura
sometida a momentos flexionantes positivos M.
Suponemos que la viga tiene inicialmente un eje longitudinal recto (el eje
x en la figura) y que su sección transversal es simétrica respecto al eje y.
Debido a la acción de momentos flexionantes, la viga se flexiona en el
plano xy (plano de flexión) y su eje longitudinal toma una forma circular.
La viga se flexiona con la concavidad hacia arriba, que corresponde a una
curvatura positiva. Las secciones transversales de la viga, como las
secciones mn y pq, permanecen planas y normales al eje longitudinal.
El hecho de que las secciones transversales de una viga en flexión pura
permanecen planas es tan fundamental para la teoría de vigas que a
menudo se considera como una hipótesis; sin embargo, podríamos
llamarlo también un teorema, porque puede demostrarse de modo
rigurosa usando sólo argumentos racionales basados en la simetría.
El punto básico es que la simetría de la viga y su carga
significa que todos los elementos de la viga (como el elemento
mpqn) deben deformarse de manera idéntica, lo que es
posible sólo si las secciones transversales permanecen planas
durante la flexión.
Esta conclusión es válida para vigas de cualquier material, sea
elástico o inelástico, lineal o no lineal. Por supuesto, las
propiedades del material y sus dimensiones deben ser
simétricas respecto al plano de flexión.
Nota: aun cuando una sección transversal plana en flexión
pura permanece plana, habrá deformaciones en el plano
mismo. Tales deformaciones se deben a los efectos de la razón
de Poisson.
Debido a las deformaciones por flexión mostradas, las
secciones transversales mn y pq giran respecto de sí mismos
sobre ejes perpendiculares al plano xy.
Las líneas longitudinales sobre la parte convexa (inferior) de la
viga se alargan, mientras que las del lado cóncavo (superior) se
acortan. La parte inferior de la viga está en tensión y la
superior en compresión.
En alguna parte entre la parte superior e inferior de la viga
existe una superficie en que las líneas longitudinales no
cambian de longitud.
Esta superficie, indicada por la línea punteada ss y c, se llama
superficie neutra de la viga. Su intersección con cualquier
plano transversal se llama eje neutro de la sección transversal;
por ejemplo, el eje z es el eje neutro de la sección
transversal.
Los planos que contienen las secciones transversales mn y pq
en la viga deformada se intersecan en una línea que pasa por
el centro de curvatura 0′.
El ángulo entre estos planos se denota con d0 y la distancia de
0′ a la superficie neutra ss es el radio de curvatura p.
La distancia inicial dx entre los dos planos no cambia en la
superficie neutra, por lo que pd0 = dx. Sin embargo, el resto de
las líneas longitudinales entre los dos planos se alarga o se
acorta, con lo cual se generan deformaciones unitarias
normales
.
Para evaluar estas deformaciones unitarias normales,
consideremos una línea longitudinal característica ef localizada
dentro de la viga entre los planos mn y pq. Identificamos la
línea ef por su distancia y desde la superficie neutra en la viga
inicialmente recta.
Estamos suponiendo ahora que el eje x se encuentra a lo largo
de la superficie neutra de la viga no deformada.
Por supuesto, cuando la viga se flexiona, la superficie neutra se
mueve con la viga pero el eje x permanece fijo en posición.
Sin embargo, la línea longitudinal ef en la viga
flexionada permanece a la misma distancia y desde
la superficie neutra.
La longitud L1 de la línea ef después de que tiene
lugar la flexión es:

en donde hemos sustituido d0 = dx/p. Puesto que la


longitud original de la línea ef es dx, se infiere que
su alargamiento es L1- dx, o -y dx/p. La
deformación unitaria longitudinal correspondiente es
igual al alargamiento dividido entre la longitud inicial
dx, por tanto:

donde K es la curvatura.
La ecuación anterior muestra que las deformaciones unitarias
longitudinales en la viga son proporcionales a la curvatura y
varían linealmente con la distancia y desde la superficie neutra.
Cuando el punto en consideración está arriba de la superficie
neutra, la distancia y es positiva. Si la curvatura también es
positiva, entonces

será una deformación unitaria negativa y representará un


acortamiento. Por el contrario, si el punto en consideración está
abajo de la superficie neutra, la distancia y será negativa y, si la
curvatura es positiva, la deformación unitaria
también será positiva y representará un alargamiento.
Nótese que la convención de signos para
es la misma que para las deformaciones unitarias normales —es
decir, los alargamientos son positivos y los acortamientos son
negativos.
La ecuación

para las deformaciones unitarias normales en una viga se obtuvo


sólo a partir de la geometría de la viga deformada; las
propiedades del material no entraron en la deducción.
Así pues, las deformaciones unitarias en una viga en flexión pura
varían linealmente con la distancia desde la superficie neutra, sin
importar la forma de la curva esfuerzo-deformación unitaria del
material.
El siguiente paso en nuestro análisis —es decir, encontrar los esfuerzos
a partir de las deformaciones unitarias—, requiere el uso de la curva
esfuerzo-deformación unitaria.
Las deformaciones unitarias longitudinales en una viga van
acompañadas por deformaciones unitarias transversales –o sea,
deformaciones unitarias normales en las direcciones y y z— debido a
los efectos de la razón de Poisson; sin embargo, no se tienen esfuerzos
transversales acompañantes porque las vigas tienen libertad para
deformarse en sentido lateral.
Esta condición de esfuerzo es análoga a la de una barra prismática en
tensión o compresión y, por lo tanto, los elementos longitudinales en
una viga en flexión pura están en un estado de esfuerzo uniaxial.
La resistencia a la compresión es la carga (o peso) por unidad de área
a la que el material falla (se rompe) por fracturación por cizalla o
extensional (Figura 6). Esta propiedad es muy importante en la
mecánica de materiales, tanto en situación no confinada (i.e.,
uniaxial) como confinada (i.e., triaxial). Dado que los materiales
cerca de la superficie terrestre, incluyendo los edificios, suelen estar
sometidos a condiciones no confinadas, consideraremos
exclusivamente esta situación. En este caso, la resistencia a la
compresión uniaxial (i.e., longitudinal) se mide en una prensa
hidráulica que registra el esfuerzo compresor (l) aplicado sobre una
probeta de material en una dirección del espacio, y la deformación
lineal (l) inducida en esa misma dirección.
Figura 6. Desarrollo de fracturas extensionales y de
cizalla como resultado de compresión.
El esfuerzo es igual a la fuerza aplicada por sección o superficie:

donde: Fl es la fuerza aplicada longitudinalmente, expresada en newtons


en el sistema mks (N=kg·m·s-2), dinas en el sistema cgs o kilogramos-
fuerza en el sistema técnico
S es la sección de la probeta (m2) y
l es el esfuerzo lineal expresado en Pa (N/m2), dinas/cm2 o
kg/m2 (las dimensiones del esfuerzo son las mismas que las de presión).
Dado que la fuerza es un vector, también lo es el esfuerzo. Así, dado que
el signo de la fuerza se toma negativo por convenio cuando es
compresiva, y positivo cuando es tensional, el esfuerzo compresor es
negativo y el tensor es positivo.
La deformación lineal es igual al cambio de longitud experimentado por
la longitud original de la probeta:
donde: l0 (m) es la longitud original
l1 (m) es la longitud final
l (m) es el incremento de longitud de la probeta.
Puesto que al comprimir l0 es siempre mayor que l1, l y l son negativos
(positivos para el caso de tensión). El valor de l (que es adimensional)
es generalmente muy pequeño para materiales pétreos (del orden de
0.01 y menores).
La deformación inducida sobre un cuerpo debida a la acción de un
campo de fuerzas exteriores puede ser elástica o plástica. La
deformación es elástica cuando el cuerpo recupera su forma y volumen
iniciales una vez cesada la acción de las fuerzas externas. En caso
contrario, la deformación es plástica (esto es, si la deformación persiste
en parte). El que la deformación sea elástica o plástica depende de la
naturaleza del cuerpo, de la temperatura, y del grado y tasa
(velocidad) de deformación al que ha sido sometido. A temperatura
constante, los materiales se comportan normalmente como elásticos
cuando los esfuerzos aplicados son pequeños, si bien se tornan plásticos
cuando los esfuerzos superan un cierto límite.
Para estudiar el comportamiento mecánico de los materiales, se recurre
a la experimentación sometiendo a los mismos a esfuerzos progresivos y
registrando la deformación resultante. Estos datos se expresan en
diagramas l-l como los de la Figura 7, donde toma la forma de curvas
similares (en forma) a las obtenidas en los ensayos de succión capilar. :
En la Figura 7 puede apreciarse un tramo de la curva l-l donde el
esfuerzo es directamente proporcional a la deformación. Este
comportamiento constituye la ley de Hooke, que aplica solo para
pequeñas deformaciones, hasta un límite denominado límite de
proporcionalidad, representado en la Figura 7 por el punto a. En este
tramo, el comportamiento del material es elástico, esto es, si se
disminuye el esfuerzo aplicado lentamente, se recorre el mismo tramo
de la curva en sentido contrario, hasta alcanzar el punto de origen
donde el esfuerzo y la deformación son nulos. La proporcionalidad entre
el esfuerzo y la deformación en el tramo de la ley de Hooke permite
definir el módulo de Young o módulo de elasticidad (E). Este módulo
es la constante de proporcionalidad, de manera que

donde el módulo de elasticidad E es positivo (l y l son negativos) y presenta


las mismas dimensiones que el esfuerzo ya que l es adimensional. El valor del
módulo de Young es característico para distintos materiales, por lo que puede
utilizarse para comparar las características mecánicas de los mismos.
Figura 7. Curva esfuerzo-deformación para compresión, con ilustración de
los tramos elástico y plástico.
Para deformaciones superiores al límite de proporcionalidad, existe un
cierto tramo de la curva l-l donde el comportamiento del material es
elástico, aunque no existe proporcionalidad entre el esfuerzo y la
deformación. El límite en el que el comportamiento del material deja de
ser elástico se denomina límite elástico, representado por el punto b de la
curva en la Figura 7.
Al aumentar el esfuerzo y superarse el límite elástico (punto b), la
deformación aumenta rápidamente y es en parte permanente. Así, si se
disminuye el esfuerzo aplicado lentamente a partir del punto c de la curva,
se recorrerá el trayecto indicado por una flecha de puntos hasta alcanzar el
punto donde el esfuerzo es nulo, pero existe una cierta deformación
permanente (el cuerpo no recupera su longitud original). Al aumentar el
esfuerzo se llega finalmente al punto d, denominado punto de ruptura,
donde el cuerpo experimenta una fracturación catastrófica por cizalla o
fisuración extensional. Este punto de ruptura define, en términos del
esfuerzo compresivo, la resistencia a la compresión (R).
• Azuara Ponce Elba
• Chong Rico Yaxani Yuriko
• Del Ángel Alvarado Perla
Guadalupe
• Díaz Ortega Aaron
• García Pulido Luis Fernando
• Granados Guillen Agustín
• Guerrero Lara Jesús Edoardo
• Guerrero Robles Aldo
• Trejo Azuara Jorge Carlos
• Vargas Rodríguez Víctor Manuel

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