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Actos Procesales

El proceso, como relación jurídica, es una actividad


constituida por una serie de actos procesales realizados
por el órgano jurisdiccional, las partes y eventualmente
por los terceros legitimados, destinados a crear,
modificar o extinguir efectos procesales.
Existe relación entre todos lo actos procesales, ergo, no
existe actos procesales aislados.
En ese sentido, todo acto procesal es considerado un
acto jurídico que proviene de la voluntad de las partes
o de la actuación del órgano jurisdiccional con ocasión
del proceso.
Congruentemente, cualquiera de ellos es susceptible de
crear, modificar o extinguir efectos procesales.
Por ello, el acto jurídico
procesal, para su validez, debe
reunir determinados requisitos
o elementos, bajo pena de
nulidad, que en el caso de los
actos procesales de las partes
están vinculados en lo que
corresponda al Art. 140 del
C.C.,
Mientras en el supuesto de los
actos procesales del juez, donde
se expresa actos de decisión,
están fundamentalmente
establecidos en el Art. 122 del
C.P.C., con las salvedades que se
indica en el mismo artículo.
Generalmente, el primer acto procesal es la demanda y
su respuesta es otro acto procesal expresado en la
resolución que admite la misma, cuando cumple con los
requisitos y formalidades de ley.
Los actos procesales están sujetos al cumplimiento de
formas procesales. Su observancia es obligatoria para
todos los sujetos del proceso.
Tales formas procesales, las encontramos por ejemplo en el
Art. V del T.P. del C.P.C., Arts. 50 - Inc. 6, 122, 130, 202 y en
otros del mismo cuerpo legal adjetivo.
Las formas procesales están orientadas a fijar una serie de
reglas desde los actos postulatorios del proceso hasta la
misma ejecución de la sentencia.
Sin formas procesales, el proceso civil sería un caos y
reinaría el desorden, el abuso y la arbitrariedad, creando
toda una inseguridad jurídica procesal, que daría lugar a
procesos irregulares, evidentemente perjudiciales para la
correcta administración de justicia.
Sin embargo, ese formalismo ha sido
flexibilizado por la propia norma civil
adjetiva, sin que se haya descartado
por completo, tal como se infiere de
lo preceptuado en el Art. IX del T.P.
del C.P.C y en el Art. 171 del C.P.C.,
donde fluye haberse recogido el
criterio de flexibilización.
Los actos procesales, según
el Código Procesal Civil
están clasificados teniendo
en consideración el sujeto
del proceso que los
produce: órgano
jurisdiccional, partes o
terceros.
.
Por razones meramente didácticas, solo
nos ocuparemos de los actos procesales
del juez en los que se expresa actos de
decisión e impulsa el proceso y de los
actos procesales de las partes, donde
se incluye a los efectuados por los
terceros legitimados, sin que ello
signifique que son los únicos.
Actos procesales del juez en los que se expresa actos de
decisión e impulsa el proceso; son aquellos por los que se
dirige el proceso, se resuelve incidencias y el mismo
proceso, tales como los decretos, los autos y las
sentencias, que son resoluciones por las que el juzgador
realiza la actividad procesal.
Los decretos; son aquellos por los que se impulsa el
desarrollo del proceso, disponiendo actos procesales de
simple trámite. Art. 121 del C.P.C.
Estos son expedidos por los auxiliares jurisdiccionales y
suscritos con firma completa de los mismos, sus requisitos
están previstos en el Art. 122 del C.P.C. y su impugnación
se hace mediante la reposición, esto es, no son apelables.
Sin perjuicio de lo anotado, debe
tenerse presente que el juzgador
también puede expedir decretos,
pero solo en cualquiera de las
audiencias que se realiza en el
proceso.
Los autos; son aquellos por los que el juez resuelve la
admisibilidad o el rechazo de la demanda o de la
reconvención-el saneamiento procesal - la interrupción o
conclusión del proceso - el concesorio o denegatorio de
los medios impugnatorios - la admisión, improcedencia o
modificación de las medidas cautelares y las demás
decisiones donde se requiera motivación para su
pronunciamiento. Art. 121 del C.P.C.
Las sentencias; son aquellas resoluciones por las que el
juez se pronuncia sobre la litis del proceso poniendo fin a
la instancia o al proceso.
En ellas se debe respetar lo prescrito en el Art. 122 del
C.P.C., bajo pena de nulidad cuando corresponda.
Toda sentencia contiene tres partes: expositiva,
considerativa y resolutiva o fallo.
 Parte expositiva; resume las pretensiones del
demandante y del demandado, como también todo el
trámite del expediente hasta el momento en que se pide
los autos para sentencia.
 Parte considerativa; incluye los fundamentos o
motivaciones que el juez adopta para tomar la decisión,
sobre la base de lo previsto en el ordenamiento jurídico y
de lo actuado y probado en el proceso.
Parte resolutiva; constituye el pronunciamiento que hace el
juzgador declarando fundada o infundada la demanda, la
misma que también puede ser declarada improcedente.
Siendo la parte en que se decide, ésta debe ser clara,
expresa y precisa a fin de evitar confusiones y dudas en su
ejecución.
En toda sentencia y en todo auto, el juez, tiene la
obligación de motivar esas resoluciones, caso contrario la
resolución que careciera de ello sería nula. Art. 122-Inc. 3
del C.P.C.
Motivar significa explicar las razones de hecho y de
derecho por las que se justifica la decisión judicial
adoptada por el operador jurisdiccional. .
La motivación es un requisito insubsanable, que debe
realizarse en la parte considerativa de la sentencia,
justamente, como sustento de la parte resolutiva de la
misma.
Ergo, la motivación tiene rango constitucional y por tanto
es una exigencia constitucional. Art. 139-Inc. 5 de la C.P.E.
La motivación está impuesta
para demostrar que el juez a
razonado.
Cumple una función
pedagógica y constituye la
justificación lógica de la
sentencia.
Además de los actos procesales del juzgador donde se
expresa actos de decisión, éste también efectúa actos de
comunicación, actos de documentación, actos de
recepción de la prueba, audiencias, inspección judicial,
recepción de informes orales de las partes y de los
abogados entre otros.
Debiendo quedar claro que los actos procesales del juez
están referidos fundamentalmente a las resoluciones que
emite en el proceso, es decir a los decretos, autos y
sentencias, frente a los cuales se puede deducir medios
impugnatorios, cuando están presuntamente afectados
por vicio o por error procesal, para que se les anule o
revoque total o parcialmente.
Nulidades Procesales

Todo acto procesal, afectado


por vicios sustanciales o por
vicios formales es susceptible
de nulidad, siempre y cuando
tales vicios estén establecidos
como causales de nulidad en la
ley.
Es decir, según el principio de
legalidad, sólo se puede sancionar
la nulidad de un acto procesal por
causal prevista en la ley,
debidamente probada.
La nulidad, pese a constituir un retroceso, resulta necesaria
para purificar el proceso, pues cuando hay vicios
sustanciales o vicios formales en los actos procesales se
daña el debido proceso.
Por eso, la nulidad es considerada como un mal necesario,
que debe aplicarse en forma excepcional, sin incurrir en
una excesiva solemnidad y en un formalismo vacío.
- Nulidad absoluta:
Se configura cuando el
acto procesal presenta
vicios sustanciales.

Clases de nulidad
- Nulidad relativa:
Se configura cuando el
acto procesal presenta
vicios formales.

Las clases de nulidad, como se infiere de lo precitado,


son en función al tipo de vicio que se hubiera producido
en el acto procesal.
En ese sentido, es necesario precisar cuándo un acto
procesal está afectado por vicios sustanciales y cuándo un
acto procesal está afectado por vicios formales.
Para ambos casos, existe tratamiento legal diferenciado,
como veremos más adelante.
Se incurre en vicios sustanciales cuando en el acto
procesal se afecta el contenido o la propia sustancia del
mismo, es decir, cuando adolece de aquellos elementos
que son la esencia y vida misma del acto procesal.
Entonces, por estos vicios se viola los requisitos de fondo
establecidos para la validez de un acto procesal.
Cuando el vicio es sustancial genera la nulidad absoluta
del acto procesal, porque ese vicio determina que éste
sea inexistente y por tanto que carezca de eficacia, esto
es, que no tenga capacidad para surtir sus efectos legales.
El acto procesal incurso en nulidad absoluta no puede ser
subsanado ni convalidado. Art. 171 del C.P.C.
Los requisitos sustanciales, cuya inobservancia produce
nulidad absoluta, los encontramos por ejemplo en los
artículos siguientes:
Art. V del T.P. del C.P.C. así como en los Arts. 50 - Inc. 6,
108,122, 202, 437 y en muchos otros del cuerpo legal
citado.
Tales artículos, indistintamente, están referidos a la
actuación de los medios probatorios, pérdida de
titularidad de derechos, emplazamiento defectuoso,
dirección de la audiencia de pruebas y a la motivación
de autos y sentencias.
Nuestra norma procesal civil, para determinar la nulidad
absoluta de un acto procesal emplea las expresiones
siguientes:
“bajo pena de nulidad” “será nula la actividad procesal”
“será nula”
Entonces, cuando se encuentre esas expresiones en algún
artículo de la misma, estaremos ante un supuesto de nulidad
absoluta.
Se incurre en vicios formales cuando en el acto procesal
se ha incumplido la forma prevista por ley para su
realización, razón por la cual se le considera una acto
procesal defectuoso.
Consiguientemente, por estos vicios se viola los requisitos
formales establecidos para la validez de un acto procesal.
Cuando el vicio es formal genera la nulidad relativa del
acto procesal, porque es factible convalidar, subsanar o
integrar esos vicios, permitiendo que el acto procesal
pueda mantener eficacia, esto es, que tenga capacidad
para surtir sus efectos legales.
Convalidar significa revalidar un vicio.
Subsanar significa remediar un vicio.
La convalidación, la subsanación y la
integración del vicio, como principios,
están regulados en el Art. 172 del C.P.C.
Los requisitos formales, cuya inobservancia produce
nulidad relativa, los encontramos por ejemplo en los
artículos siguientes:
Arts. 119, 122, 124, 130-Inc.7, 131 del C.P.C. y en muchos
otros del cuerpo legal acotado.
Tales artículos, indistintamente, están referidos a la forma
de los actos procesales, contenido y suscripción de las
resoluciones, plazos máximos para expedir
resoluciones, uso del idioma castellano y a la firma de
los escritos.
Quien solicita la nulidad deberá acreditar haberse
perjudicado con el acto procesal viciado. Art. 174 del
C.P.C
El perjudicado, deberá formularla en la primera
oportunidad que tuviera para hacerlo y antes de la
sentencia, después de ella solo podrá plantearla
expresamente en el escrito sustentatorio del recurso de
apelación. Art.176 del C.P.C.
No merece amparo la nulidad peticionada por quien ha
propiciado la misma, permitido o dado lugar al vicio. Art.
175-Inc. 1 del C.P.C .
Declarada la nulidad de un acto procesal, por el principio
de independencia, ésta no alcanza a los anteriores ni a
los posteriores que sean independientes de aquél. Art. 173
del C.P.C.
Según el Art. 171 del C.P.C. y el criterio de
flexibilización, cuando la ley prescribe formalidad
determinada sin sanción de nulidad para la realización
de un acto procesal, éste será válido si habiéndose
efectuado de otro modo, ha cumplido su propósito o
finalidad.
Notificaciones
La notificación es un acto procesal no contenido en una
resolución, cuya función u objeto es poner en conocimiento de
las partes, terceros legitimados y de todo interviniente en el
proceso las resoluciones judiciales.
El juez, mediante resolución motivada, puede ordenar la
notificación de un persona ajena al proceso.
Toda resolución judicial, solo produce efectos en virtud de su
notificación hecha con arreglo a lo dispuesto en la norma
procesal civil, salvo los casos expresamente exceptuados. Art.
155 del C.P.C.
Ergo, la notificación como comunicación es un componente
esencial de todo proceso judicial, pues sin ella no podría existir
ningún debido proceso.
Por ello, la notificación tiene clara
trascendencia en el marco del debido
proceso, pues la ausencia o defecto en
la comunicación de los actos
procesales, repercute directamente en
el ejercicio del derecho de defensa.
Siendo así, ante una ausencia o defecto de notificación, no
correspondería imponerse a la parte obligada las
consecuencias jurídicas del incumplimiento de sus
obligaciones o cargas procesales, pues no tuvo conocimiento
de aquello que le era exigible.
La notificación no realizada o hecha
defectuosamente, debidamente
comprobada, podría acarrear la
nulidad de lo actuado, desde la
fecha en que se produjo cualquiera
de las irregularidades anotadas.
La regulación sobre el tema de la notificación ha transitado
por diferentes modificaciones, variando mucho de su texto
original, hasta llegar a la implementación de la notificación
de las resoluciones judiciales por vía electrónica, contenida
en la Ley 30229.
Por aplicación de la Ley 30229, las resoluciones judiciales
expedidas en todas las instancias, son notificables por vía
electrónica.
Sin embargo, subsiste la obligación de la notificación por
cédula respecto de algunas resoluciones judiciales.
En ese sentido, la misma Ley 30229, nos informa que subsiste
en forma residual y excepcional la notificación por cédula
cuando se trata del emplazamiento con la demanda, la
declaración de rebeldía, la medida cautelar, sentencia o
auto que pone fin al proceso en cualquier momento.
La notificación por vía electrónica se realiza en la casilla
electrónica que es fijada por las partes o terceros legitimados
en sus actos postulatorios.
La designación de una casilla electrónica, significa una
obligación para las partes, como también para los terceros
legitimados.
Es decir, se ha ingresado a una etapa de modernidad, gracias
a las actuales tecnologías de la comunicación e información,
permitiendo dar mayor rapidez, seguridad y economía en el
procedimiento de comunicación procesal.
Consecuentemente, se logra más celeridad en la tramitación
de los procesos.

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