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Michele Taruffo
(“Páginas sobre justicia civil”,
Editor Marcial Pons)
LA CONSTITUCIONALIZACIÓN DE LAS GARANTÍAS
PROCESALES.
El fenómeno europeo posterior a la Segunda Guerra
Mundial.
• Función política.
efectividad institucional y
efectividad concreta.
Por efectividad institucional entiende la presencia en un
ordenamiento dado de todos los mecanismos institucionales
y procesales que son necesarios para darle un contenido
efectivo a las garantías.
Ejemplos: formas eficaces de asistencia jurídica a los
desfavorecidos, medidas cautelares adecuadas, ejercicio del
derecho de prueba sin limitaciones injustificadas,
procedimientos simples y rápidos, remedios ejecutivos
idóneos para llevar a cabo la actuación de los derechos, etc.
La efectividad concreta, en cambio, tiene que ver con la
aplicación directa y específica en la realidad de cada
proceso de las garantías fundamentales y de los
mecanismos institucionales dirigidos a su realización.
Esta se distingue de la anterior porque puede suceder
que en un ordenamiento dado los mecanismos que
ejecutan las garantías estén formalmente previstos pero
no funcionen o lo hagan de modo inadecuado, con la
consecuencia de que tal realización de las garantías
termine por eludirse o frustrarse.
Es más, un ordenamiento puede conferir al juez todos los
poderes necesarios para que el proceso sea conducido de
manera ordenada, racional y esté dirigido a conseguir una
decisión justa, pero si el juez no ejerce adecuadamente los
poderes de los que dispone y deja que los abogados
“hagan el proceso”, difícilmente el proceso será rápido y
capaz de producir una decisión meticulosa y fundada en
una determinación verdadera de los hechos.
Las dos dimensiones de la inefectividad pueden
manifestarse de varias maneras.
Un ordenamiento puede ser institucionalmente inefectivo
cuando faltan los instrumentos jurídicos necesarios para
realizar una o más garantías del proceso.
Por otro lado, un ordenamiento puede ser concretamente
inefectivo aunque no lo sea institucionalmente, si tales
instrumentos están configurados de modo inadecuado o son
puestos en funcionamiento de modo ineficiente – o no se
ponen en funcionamiento de ninguna manera- por los
sujetos a quienes corresponde la tarea de asegurar la
efectividad de la tutela jurisdiccional de los derechos en la
realidad cotidiana de la justicia civil.
Las dimensiones de las garantías:
la dimensión nacional
Algunos ordenamientos han demostrado en los últimos
años que saben transformarse, a veces con cambios
profundos dirigidos sobretodo a la simplificación, a la
rapidez y a la funcionalidad del proceso.
Representan ejemplos particularmente significativos el
CGP uruguayo, vigente desde 1989; las Civil Procedure
Rules inglesas, que entraron en vigor en 1999; la Ley de
Enjuiciamiento Española del 2000; y las reformas
alemanas del 2002; que han demostrado de varias
maneras la capacidad del legislador para adaptar las
normas procesales a la necesidad de tutela de los
derechos que se manifiestan en la realidad actual.
Empero, si se analizan los varios ordenamientos
nacionales desde el punto de vista del grado de
satisfacción de las garantías que en cada uno de ellos se
consagran, nos encontramos frente a un panorama muy
diverso, en el que algunos ordenamientos alcanzan un
nivel apreciable de efectividad, mientras en otros este nivel
sigue siendo absolutamente inadecuado.