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HERÁCLITO

Natural de Éfeso, vivió entre los


siglos VI y V a.C.
Heráclito
El logos
Fr. 1: … Todo sucede conforme al logos.

Fr. 2: Conviene seguir lo que es general a


todos, es decir, lo común; pues lo que
es general a todos es lo común.

Fr. 41: Una sola cosa es lo sabio: conocer


el logos por el cual toda las cosas son
gobernadas a través de todas las cosas.
El logos (II)

Todas las cosas, aunque plurales, están


integradas en una unidad esencial [Fr.
50: … Todas las cosas son una].

Dicha unidad revela un ordenamiento firme


inherente al ser [Fr. 114: Es necesario
que los que hablan con inteligencia (xyn
noo) confíen en lo común (xynoo) a
todos, tal como un Estado en su ley].
El logos (III)

Esta unidad esencial está oculta [Fr. 123:


la physis gusta de ocultarse] y exige
una sagacidad especial de parte nuestra
para descubrirla [Fr. 93: El Señor, cuyo
oráculo está en Delfos, ni dice ni oculta,
solo indica].
El logos (IV)
Los sentidos nos pueden dar un primer
indicio [Fr. 55: Todo aquello que
conozco por la vista, el oído y los
sentidos, lo prefiero], pero la clave para
entender el logos reside en el intelecto
[Fr. 107: Los ojos y los oídos son malos
testigos para los hombres si éstos tienen
almas bárbaras], Al fin y al cabo, “la
armonía oculta es superior a la
manifiesta” [Fr. 54].
El logos es lucha

El orden del mundo es una lucha (pólemos


- guerra) de contrarios que dispone la
permanencia de la diferencia y el
cambio.

Fr. 53: Pólemos es padre y rey de todas


las cosas…
El logos es lucha (II)

Fr. 80: Es preciso saber que la guerra es


común y la justicia es discordia, y todas
las cosas se engendran por discordia y
necesidad.

Fr. 59: Lo divergente converge consigo


mismo: armonías de tensiones opuestas
como las del arco y de la lira.
El logos es lucha (III)

Fr. 60: El camino hacia arriba y hacia


abajo es uno y el mismo.

Fr. 88: Una misma cosa es en nosotros lo


viviente y lo muerto, y lo despierto y lo
dormido, y lo joven y lo viejo.

Fr. 67: Dios es día - noche, invierno -


verano, guerra - paz, hartura - hambre.
La lucha es diferencia

La identidad de lo diferente es la oposición


de cada cosa con respecto a las otras: el
ser otro que las demás cosas.

El no ser otro que sí mismo constituye lo


absolutamente universal, ápeiron [Fr.
45: Los límites del alma no lograrías
encontrarlos… tan hondo tiene su logos].
La lucha es diferencia (II)

Lo que hay de idéntico en cada cosa es la


contraposición que mutuamente las
separa: la tensión de la diferencia y la
discordia es una armonía que atraviesa
a todas las cosas y las vincula entre sí
según lo común [Frs. 2, 8, 41, 51].
El cambio universal

Fr. 49: En los mismos ríos ingresamos y no


ingresamos.

Fr. 91: No es posible ingresar dos veces en


el mismo río.

Fr. 12: Aguas distintas fluyen sobre los que


entran en los mismos ríos.
El cambio universal (II)

Todo fluye… excepto el flujo mismo. La


unidad del ser se sostiene sobre el
cambio perpetuo.

El devenir de los cambios une a los


opuestos en el transcurso del tiempo.
El fuego
Fuego eternamente viviente que se enciende y
apaga según medidas.
El fuego (II)

Fr. 64: Todas las cosas las gobierna el


rayo. Este fuego es inteligente y causa
el ordenamiento de todas las cosas.

Fr. 90: Todas las cosas se cambian


recíprocamente con el fuego y el fuego,
a su vez, con todas las cosas, como las
mercancías con el oro y el oro con las
mercancías.
El fuego (III)

Hay un vínculo íntimo entre orden y


materia: la guerra de contrarios es el
ordenamiento de las cosas, y el fuego es
el elemento esencial de las cosas.

Este vínculo implica ya una distinción de


niveles en la reflexión sobre el ser.
Bibliografía
KIRK, G. S. y J. E. RAVEN
1981 Los filósofos presocráticos. Madrid: Gredos.

GUTHRIE, W. K. C.
1984 Historia de la filosofía griega, vol. I. Madrid:
Gredos.

SEVERINO, Emanuele
1986 La filosofía griega. Ariel. Barcelona.

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