Semestre A - 2016 APUNTES FREUDIANOS SOBRE EL APARATO PSÍQUICO Freud, Sigmund: • Proyecto de una psicología para neurólogos (Tomo I). • Los orígenes del psicoanálisis. Cartas a Wilhelm Fliess. Manuscritos y notas de los años 1887 a 1902 (Tomo III). En «Proyecto de una psicología para neurólogos» (1895)…
Existen dos tipos de sistemas de neuronas:
1. Permeables: nada retienen percepción 2. Impermeables: dotadas de resistencia portadoras de la memoria Grado de facilitación: barreras de contacto aptas para la conducción (sobreaprendizaje) La memoria depende de la magnitud de la impresión, así como la frecuencia con que una misma impresión se repite. La facilitación depende de la cantidad que pasa a través de una neurona en el proceso excitativo y del número de veces que este proceso se repite. Freud y Fliess…
Durante quince años (1887 a 1902), Freud
intercambió correspondencia con Fliess, médico y biólogo de Berlín. • La misma, reanima ante nosotros una imagen del autor durante esos años azarosos, en los cuales su interés se desplazó de la fisiología y la neurología, hacia la psicología y la psicopatología. Como nuevo campo de estudio, la psicopatología dio lugar a aquellas nociones en las cuales reposa el psicoanálisis, como teoría y como terapéutica. Vemos a Freud esforzándose por aprehender “un problema intelectual que nunca había sido planteado antes”, lidiando con un ambiente cuya hostilidad hacia su obra incluso amenazaba la existencia de su familia. La amistad con Wilhelm Fliess (1858-1928), la más íntima que se conoce en la vida de Freud, se encuentra estrechamente vinculada con el desarrollo de sus teorías. La función del intercambio epistolar estaba determinada por la comunidad de las inquietudes científicas que animaba a ambos corresponsales. Fliess apoyó a Freud en sus esfuerzos por mantener el contacto entre las concepciones psicológicas y físico-fisiológicas, y concluyó por ofrecerle sus propias hipótesis, como fundamento para las comprobaciones de aquel. Esto, exacerbó su rivalidad, que finalmente condujo a la inevitable ruptura de las relaciones. El concepto de Fliess, acerca de la “neurosis nasal refleja”, venía a tocar una de las cuestiones que más vivamente interesaban a Freud: El problema del diagnóstico diferencial de los trastornos histéricos y orgánicos, que ya lo había ocupado en París. Al respecto, Freud dirá que la parálisis histérica se conduce “como si no existiese una anatomía del cerebro” y depende, únicamente, de “la reactividad de un grupo determinado de representaciones”. En el manuscrito de su libro (1896) “Las relaciones entre la nariz y los órganos genitales femeninos, consideradas en su aspecto biológico”: Fliess señala una conexión entre la nariz y los genitales femeninos: Durante la menstruación se observarían regularmente, alteraciones nasales. Un año más tarde, dirá: «La hemorragia catamenial sería la expresión de un proceso… propio de ambos sexos y cuyo comienzo antecede a la pubertad…» «Además del proceso menstrual, con su tipo de veintiocho días, existe otro grupo de procesos periódicos, con un ciclo de veintitrés días, a los cuales se hallan sujetos, asimismo, los individuos de todas las edades y de ambos sexos». «La consideración de estos dos grupos de procesos periódicos ha prestado asidero a la conclusión de que guardan una sólida e íntima relación con las características sexuales femeninas y masculinas, respectivamente. Las circunstancias de que ambos aparezcan, aunque distintamente acentuados, tanto en el hombre como en la mujer, no hace sino confirmar la bisexualidad de nuestra disposición». Su teoría de los períodos fue rechazada, casi unánimemente, por los biólogos contemporáneos. Sin embargo, algunas de las comprobaciones clínicas de Fliess han sido adoptadas por la ginecología y la otolaringología modernas. Freud rechaza la pretensión (de Fliess) de que las condiciones biológicas excluirían toda explicación psicológica. En la carta Nº 52 (6/12/1896)…
El aparato psíquico se ha originado
por un proceso de estratificación: El material existente, en la forma de rastros mnemónicos, experimentaría, de tanto en tanto, un reordenamiento, a manera de transcripción, de acuerdo con nuevas relaciones. La memoria incluye varias versiones: se encuentra transcrita en distintas clases de “signos” (al menos tres). Las neuronas receptan las percepciones, a nivel de la conciencia; pero, ambas se excluyen mutuamente. La conciencia recibe las percepciones; pero, no conserva de ellas ninguna huella duradera. El signo perceptivo es el primer registro o transcripción de las percepciones. Es incapaz de llegar a ser consciente y estructurado de acuerdo con las asociaciones por simultaneidad. El inconsciente es el segundo registro o transcripción, ordenado de acuerdo con otras asociaciones por relaciones causales. También es inaccesible a la conciencia. Por último, el preconsciente es la tercera transcripción, ligada a imágenes verbales y corresponde al yo. Probablemente, dependa de la activación alucinatoria de las imágenes verbales y no de huellas mnémicas. Las sucesivas transcripciones (registros) representan la obra psíquica de sucesivas épocas de la vida. Atribuyo las particularidades de las psiconeurosis a la falta de “traducción” de ciertos materiales psíquicos. Por la “traducción”, cada nueva transcripción inhibe la anterior y aparta de ella el proceso excitativo, incorporándoselo. La falta de traducción es lo que clínicamente se conoce como “represión”. Su motivo es siempre la provocación del displacer que resultaría de la traducción efectuada. El fracaso o el éxito de la defensa, en provocar la represión, no dependería de la magnitud del displacer provocado; pues esto no asegura que se dé. En «Proyecto de una psicología para neurólogos»…
En la histeria y en la neurosis obsesiva el
carácter cuantitativo se destaca con mayor claridad que en condiciones normales. Principio de la inercia neuronal: las neuronas tienden a descargarse de cantidad (movimiento reflejo). 1. «N. motrices» 2. «N. sensitivas» Este proceso de descarga constituye la función primaria de los sistemas neuronales. Función secundaria: entre los diversos métodos de descarga son preferidos y conservados aquellos que entrañan un cese de la estimulación (fuga del estímulo). Proporción entre la cantidad de excitación y el esfuerzo requerido para la fuga del estímulo. El contenido de la consciencia habrá de ser situado en la serie de nuestros procesos impermeables cuantitativos. La consciencia nos suministra cualidades, o sea sensaciones que en una amplia gama de variedades son distintas y cuya alteridad es discernida en función de las relaciones con el mundo exterior. Existe un tercer sistema de neuronas «perceptivas» que serían excitadas juntamente con las otras (desprovistas de cualidad) en el curso de la percepción, y cuyos estados de excitación darían lugar a las distintas cualidades (sensaciones conscientes). Puede ocurrir que el yo, encontrándose en estado de deseo, recatectiza de nuevo el recuerdo del objeto y pone en función el proceso de descarga, no pudiéndose alcanzar la satisfacción porque el objeto no existe en la realidad. Procesos psíquicos primarios.- La catexia desiderativa, llevada hasta el punto de la alucinación (objeto catectizado copiosamente), y el desencadenamiento total de displacer, que implica un despliegue completo de la defensa. Procesos psíquicos secundarios.- Aquellos procesos que sólo son posibilitados por una buena catexia del yo y que representan versiones atenuadas de dichos procesos primarios. En la carta Nº 52 (6/12/1896)… Cuando actúa un tipo normal de defensa (inhibición) contra la generación del displacer: Al ocurrir un suceso que provoca determinado displacer, su transcripción mnemónica (Cc. o Icc.) buscará impedir el desprendimiento de displacer cuando dicha transcripción vuelva a ser evocada. Cuanto más se repita la evocación mnemónica, tanto más se inhibirá finalmente el displacer. Cuando la inhibición no es suficiente, actúa la represión: Cuando ocurre un suceso que suscitó cierta cantidad de displacer y, al ser evocado, vuelve a provocarlo, éste no podrá ser inhibido. El recuerdo se comporta como si fuera algo actual (sucesos sexuales), y no es susceptible de ser traducido. La condición determinante de la represión (defensa patológica) es la índole sexual del suceso y su ocurrencia en una fase anterior. La reproducción de la mayoría de las experiencias sexuales está acompañada por un placer que no puede ser inhibido, el cual constituye una compulsión. Entonces, concluyendo, cuando una vivencia sexual es recordada en una fase distinta, y si al mismo tiempo hay un desprendimiento de placer, el resultado es la compulsión. Pero, si el recuerdo es acompañado de displacer, el resultado es la represión. En ambos casos, parece estar impedida la traducción. La experiencia clínica nos demuestra tres grupos de psiconeurosis sexuales, en donde los recuerdos reprimidos están relacionados con hechos que se dieron en diferentes edades, específicamente: En la histeria (1 y medio - 4 años). En la neurosis obsesiva (4 - 8 años). En la paranoia (8 -14 años).