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LA

ANTIJURICIDAD
LA IMPUTABILIDAD O CAPACIDAD DE
IMPUTACIÓN

 La imputabilidad o “capacidad de
imputación”, es la aptitud del sujeto de
derecho de ser responsable por los daños
que ocasiona, lo cual para el ordenamiento
jurídico nacional, se da cuando el sujeto
tenga discernimiento.
RESPONSABILIDAD POR ACTOS ILÍCITOS

 Artículo 458° C.C. “El menor capaz de discernimiento responde por los daños
y perjuicios que causa”.
 Artículo 1975° C.C. “La persona sujeta a incapacidad de ejercicio queda
obligada por el daño que ocasione, ”.
 No todo daño es susceptible de reparación.
Sólo lo será el que sea resultado de una
conducta ilícita (o antijurídica), que
provenga de un sujeto cierto.
 En el ordenamiento jurídico, existen “daños
permitidos”, cuando los mismos se ocasionen
dentro de los supuestos del artículo 1971°
C.C.
 Una conducta es antijurídica “no sólo
cuando contraviene una norma
prohibitiva, sino también cuando la
conducta viola el sistema jurídico en
su totalidad, en el sentido de afectar
los valores o principios sobre los
cuales ha sido construido el sistema
jurídico”. (TABOADA CÓRDOVA).
 Juan Espinoza, prefiere utilizar el término ilicitud. Si
bien es cierto lo antijurídico es “lo contrario al
Derecho”, para la responsabilidad civil y penal; en
materia del acto (o negocio) jurídico, se utilizan
parámetros distintos. Así, es jurídico “lo que produce
efectos jurídicos”. Bajo esta perspectiva, tanto el
delito, como el supuesto de responsabilidad civil serían
“jurídicos”, en tanto productores de efectos jurídicos…
Por ello, prefiero reservar el término ilicitud para
indicar la contrariedad del acto humano a los valores
jurídicos.
 La ilicitud puede encontrarse tipificada, como en el
caso de la responsabilidad contractual (principio de
tipicidad), o estar regida bajo el principio de la
atipicidad, como la responsabilidad extra-contractual
(con la cláusula abierta contenida en el artículo 1969°
C.C.).

 También se pueden encontrar supuestos tipificados de la


responsabilidad extracontractual (arts. 1970°, 1974°,
1975°, 1976°, 1979°, 1980°, 1981°, entre otros).
Causas de justificación del hecho dañino

 El artículo 1971° C.C. establece como causas de exoneración de


responsabilidad al ejercicio regular de un derecho, la legítima defensa
y el estado de necesidad.
Ejercicio regular de un derecho

 Este supuesto tiene su antecedente histórico en la


antigua fórmula romana “qui suo iure utitur
neminem laedit”. Así, “el que viola un derecho
ajeno en el ejercicio de su propio derecho no
actúa antijurídicamente y, por consiguiente,
ninguna responsabilidad le incumbe por los
quebrantos que pueda causar”.
Legítima defensa

 Se sostiene que esta figura se inspira en “un principio bien


enraizado en la conciencia social y jurídica, en virtud del
cual, toda persona puede defenderse del peligro de
agresión, cuando no haya manera de contar con la
tempestiva y adecuada intervención de los órganos
competentes del ordenamiento estatal destinados a la
defensa de los ciudadanos”.
 El inciso 1 del artículo 1971° precisa que la legítima
defensa es “de la propia persona o de otra o en
salvaguarda de un bien propio o ajeno”.
Características:

a) El peligro debe ser actual.


b) El peligro debe amenazar un interés directa y plenamente
tutelado por el derecho.
c) La amenaza debe ser injusta. En cuyo caso, no constituye
tal, de acuerdo a lo prescrito por el artículo 217° C.C. “la
amenaza del ejercicio regular de un derecho”.
d) El recurso a la defensa debe ser necesario e inevitable.
e) La reacción debe ser proporcional a la agresión.
 El inciso 3 del artículo 20° del C.P. entiende por legítima defensa que
exime la responsabilidad penal, la situación del que “obra en defensa
de bienes jurídicos propios o de terceros”, siempre que concurran los
siguientes requisitos:
a) Agresión ilegítima;
b) Necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla. Se
excluye para la valoración de este requisito el criterio de
proporcionalidad de medios, considerándose en su lugar, entre
otras circunstancias, la intensidad y peligrosidad de la agresión, la
forma de proceder del agresor y los medios de que se disponga
para la defensa.
c) Falta de provocación suficiente de quien hace la defensa.
Estado de necesidad

 Se suele definir al estado de necesidad como el sacrificio de un bien


jurídicamente inferior en favor de un bien jurídicamente superior,
frente a un estado de peligro inminente.
 El inciso 3 del artículo 1971° C.C., establece que no hay
responsabilidad: “en la pérdida, destrucción o deterioro de un bien
por causa de la remoción de un peligro inminente, producidos en
estado de necesidad, que no exceda lo indispensable para conjurar el
peligro y siempre que haya notoria diferencia entre el bien
sacrificado y el bien salvado. La prueba de la pérdida, destrucción o
deterioro del bien es de cargo del liberado del peligro”.
 El C.P. diferencia entre estado de necesidad justificante (artículo
20°.4) y estado de necesidad exculpante (artículo 20°.5). El estado de
necesidad justificante se identifica con el regulado por el artículo
1971°.3 C.C. y el estado de necesidad exculpante, se da cuando el
peligro, aparte de amenazar al sujeto activo, también se puede
presentar con respecto “de una persona con quien tiene estrecha
vinculación”. En este último supuesto: “no procede esta exención si al
agente pudo exigírsele que aceptase o soportase el peligro en
atención a las circunstancias; especialmente, si causó el peligro o
estuviese obligado por una particular relación jurídica”.
Elementos constitutivos:

a) El daño que se pretende evitar debe ser


grave.
b) La situación de peligro debe de ser
inevitable.
c) Debe haber la ausencia de un particular
deber jurídico de exponerse al peligro.
 Del análisis de estas causales se llega a la conclusión, que
no todo daño es susceptible de reparación. Sólo lo será el
que sea resultado de una conducta ilícita (o antijurídica),
evidentemente, que provenga de un sujeto cierto. Por
ello, se puede constatar que en el ordenamiento jurídico,
existen “daños permitidos”, cuando los mismos se
ocasionan dentro de los supuestos del artículo 1971° C.C.
Exclusiones convencionales de R.C.

 Artículo 1328° C.C.


EL DAÑO

 Daño es el menoscabo a los intereses legítimamente


protegidos, sean de índole patrimonial o extrapatrimonial.

 «Daño civil indemnizable es el menoscabo a las facultades


jurídicas que tiene una persona para disfrutar un bien
patrimonial o extrapatrimonial. Ese daño es indemnizable
cuando en forma ilícita es causado por alguien diferente
de la víctima» (Tamayo Jaramillo).
 «la noción de daño implica un deterioro de un estado que
se considera más perfecto. Se trata de una mengua, un
menoscabo de alguna condición estimada mejor; de un
cambio en sentido “disvalioso”. Esto lleva a la necesidad
de aclarar en qué consiste esa “perfección”. No carecen
de significado las afinidades entre las palabras “daño”,
“herida” o “lesión”, “in-justicia” y “con-dena”» (Miguel
Ciuro).
 “el menoscabo que a consecuencia de un acontecimiento o evento
determinado sufre una persona, ya en sus bienes vitales naturales, ya
en su propiedad, ya en su patrimonio” (Karl Larenz).
 «Nadie está autorizado a desbordar su órbita de facultades e invadir
la ajena. Si ello ocurre se configura el daño en sentido lato, pero
cuando la lesión recae en los bienes que constituyen el patrimonio de
una persona, la significación del daño se contrae y se concreta en el
sentido estricto de daño patrimonial. Si se causa un daño no
justificado a un tercero menoscabando su patrimonio, es conforme al
señalado principio de justicia que el autor responda mediante el
debido resarcimiento que ha de establecer el patrimonio a su estado
anterior. Este deber de resarcir es lo que actualmente se llama
responsabilidad civil» (Alsina Bustamante).
 “En nuestro sistema de responsabilidad civil rige
la regla según la cual el daño, definido este como
el menoscabo que sufre un sujeto dentro de su
esfera patrimonial o extrapatrimonial, debe ser
reparado o indemnizado, teniendo como daños
patrimoniales al daño emergente y lucro cesante;
y daños extrapatrimoniales al daño moral y al
daño a la persona” (el subrayado es mío). (CAS.
Nº 114-2001 CALLAO, 31/08/2001).
Clasificación del daño

 Daño patrimonial: Consiste en la lesión de derechos de


naturaleza económica, que debe ser reparada. Esto es,
constituye la lesión de intereses de orden material que
importan un daño patrimonial que puede presentarse de
distintas formas: como daño actual o futuro; como lucro
cesante o daño emergente; como daño directo o
indirecto, o bien, reconociendo su fuente en una relación
contractual o aquiliana.
Clasificación del daño patrimonial

 Daño emergente: Es la pérdida que sobreviene en el


patrimonio del sujeto afectado por el incumplimiento de
un contrato o por haber sido perjudicado por un acto
ilícito. Es decir, el empobrecimiento, la disminución
patrimonial concreta sufrida por el reclamante.
 Lucro cesante: La idea de lucro es muy amplia, y abarca
cualquier ingreso derivado de actividades remuneradas. Es
cesante porque, a causa del hecho dañoso, ya no existirá,
total o parcialmente. Se manifiesta por el no incremento
en el patrimonio del dañado. Es la ganancia patrimonial
neta dejada de percibir por el dañado.
 Daño extrapatrimonial: Es el que lesiona a la
persona en sí misma, estimada como un valor
espiritual, psicológico, inmaterial. Dentro de éste
se encuentra el daño moral, definido como el
“ansia, la angustia, los sufrimientos físicos o
psíquicos, etc.”, padecidos por la víctima, que
tienen el carácter de “efímeros y no duraderos”.
Clasificación del daño extrapatrimonial

 Daño a la persona y daño moral


 «El “daño a la persona”, como su nombre lo indica, comprende todo
tipo de daños que pueda sufrir el sujeto. Comprende, por lo tanto,
una inmensa gama de lesiones al soma o a la psique así como al daño
al ejercicio mismo de la libertad que se traduce objetivamente en el
“proyecto de vida”. Todos estos daños son “a la persona” y no a otro
ente. Todos son daños exquisitamente jurídicos, que nada tienen que
ver con lo “moral” y en algunas ocasiones no generan ni dolor ni
sufrimiento. En el nivel de la historia que nos ha tocado vivir, no
obstante la estrecha relación entre lo moral y lo jurídico, no es
posible confundir sus esferas. Lo moral se centra en el plano de la
subjetividad y lo jurídico en el de la intersubjetividad» (Carlos
Fernández).
 El daño a la persona, para FERNÁNDEZ SESSAREGO es: «un daño
psicosomático cualquiera o un daño al ejercicio de la libertad en
cuanto “proyecto de vida”. Por lo tanto, como es comprensible, todos
y cualquier daño al ser humano, cualquiera sea su especie o tipo, es,
genéricamente, un daño a la persona».
 Para LEYSSER LEÓN: «El daño a la persona es el detrimento de un
derecho fundamental del individuo, debido a un hecho antijurídico
generador de responsabilidad civil.
 De modo más restringido, el daño a la persona sería “la consecuencia
de toda modificación negativa (extrínseca o intrínseca, general o
particular, temporal o permanente) que afecte la integridad
anatómica o funcional del individuo, considerado como entidad
somática y psíquica”».
 Entendemos por daño moral al sufrimiento psíquico o espiritual que en
la persona pueden producir ciertas conductas o actividades, tanto si
implican una agresión directa o inmediata a bienes materiales, cual si
el ataque afecta al acervo extrapatrimonial o de la personalidad
(ofensas a la fama, al honor, honestidad, muerte de familiares o
allegados, destrucción de objetos muy estimados por su propietario,
etc.).
 DALMARTELLO, citado por RICARDO RABINOVICH, entiende al daño
moral como una “privación o disminución de aquellos bienes que
tienen un valor principal en la vida del hombre y que son la paz, la
tranquilidad física, el honor y los demás sagrados afectos”.
 ALESSANDRI, citado por LUIS SERRANO, precisa: “El daño moral, en
cambio no lesiona el patrimonio, no se traduce en ninguna pérdida
pecuniaria, el patrimonio de la víctima está intacto; consiste
exclusivamente en el dolor, pesar, o molestia que sufre una persona
en su sensibilidad física o en sus sentimientos, creencias o afectos...”.

 RICARDO YAGÜEZ, escribe: «Los llamados “daños morales” son los


infligidos a las creencias, los sentimientos, la dignidad, la estima
social o la salud física o psíquica; en suma, a los que suelen
denominar derechos de la personalidad o extrapatrimoniales»
 BUSTAMANTE ALSINA, define al daño moral como: «la lesión en los
sentimientos que determina dolor o sufrimiento físicos, inquietud espiritual o
agravio a las afecciones legítimas, y en general toda clase de padecimientos
insusceptibles de apreciación pecuniaria».

 El jurista brasileño JOSÉ AGUIAR, haciendo una distinción entre daño


patrimonial y daño moral, refiere: «Importa observar, aún, que la
inestimabilidad del bien lesionado, aunque, por regla general, constituya la
esencia del daño moral, no es un criterio definitivo para la distinción,
conviniendo, pues, para caracterizarlo, comprender el daño moral en relación
a su contenido, que “... no es el dinero, ni una cosa comercialmente reducida
a dinero, sino el dolor, el espanto, la emoción, la vergüenza, la injuria física o
moral, en general una dolorosa sensación experimentada por la persona,
atribuyendo a la palabra dolor el más amplio significado”»
 ROSANA PÉREZ, precisa: “Hay daño moral cuando se infiere un
menoscabo a un interés de naturaleza no patrimonial; interés
extrapatrimonial o moral que no abarca necesaria y únicamente los
afectos anímicos, sino que es comprensivo de una noción más amplia
de lesiones y que la doctrina italiana (GABBA, DE CUPIS, ANTOLISEI,
etc.) denomina daños no patrimoniales objetivos –por oposición a los
subjetivos que se refieren a los dolores físicos y padecimientos
anímicos–, representados por las ofensas al buen nombre y a la
reputación, entre otros ejemplos”.
 La jurisprudencia argentina ha precisado que: “El daño moral es aquel
que no tiene efectos sobre el patrimonio, pero hace sufrir a la
persona en sus intereses morales tutelados por la ley. De ahí que su
reparación deba determinarse ponderando esencialmente la
verdadera dimensión de los sufrimientos de quien lo padece y no
mediante una proporción que lo vincule con los otros daños cuya
indemnización se reclama, toda vez que ninguna relación forzosa
existe entre el perjuicio material y el moral, razón por la que dicha
proporción puede variar en función de las particularidades de cada
caso” (CNCiv. y Com. Fed., Sala 3ª, 14/11/89, Paján, Luis O. c/Gob.
Nac.).
 En la sentencia del 20 de mayo del 2002 el Tribunal de Roma, a fin de
justificar la consideración del daño por luto al fijar el resarcimiento,
el juez recuerda una famosa sentencia de Miguel de Unamuno, según
la cual, lo que distingue al ser humano de los demás animales es que
vela a sus muertos: “el sentimiento de desconsalada postración que
surge de la pérdida de un ser querido es en tal medida fisiológico y
connatural a la esencia humana, que el mito y el arte han forjado
ejemplos inolvidables de ello: los mitos de Antígona, de Cástor y
Pólux, de Orfeo y Eurídice, de Admeto y Alcestes; el Lamento de
Jacopone da Todi, la Pietà de Miguel Ángel, la Mamma Roma de Pier
Paolo Pasolini”.
Daño al proyecto de vida

 Ontológicamente, se ha afirmado que el hombre es


libertad. Pero que esta libertad exige ser exteriorizada en
las diferentes relaciones intersubjetivas, hacerse “vida de
la libertad”, con la finalidad que la libertad ontológica
pueda cumplirse en la realidad como “proyecto de vida”.
 FERNÁNDEZ SESSAREGO, al desarrollar el tema, expresa: «Es decir,
que la libertad que somos, se proyecte al mundo exterior como acto,
conducta o comportamiento, dada su vocación de realizarse, de
concretarse. Esta fenomenalización de la libertad es el “proyecto de
vida”». Más adelante, precisa: «El “proyecto de vida” supone el
ejercicio de una decisión libre del ser humano. El “proyecto de vida”
significa la presencia de la libertad que somos en la realidad o
experiencia de la vida comunitaria. Es su expresión fenoménica. A
través del “proyecto de vida” se vive una decisión libre, se cumple un
destino, se justifica una razón de ser: “soy el que decidí ser”, “vivo
como decidí vivir”, “hago lo que decidí hacer”».
 Siguiendo al maestro FERNÁNDEZ SESSAREGO, al referirse al “proyecto
de vida”, sostiene: «En él se juega su destino, se centran sus más
caras aspiraciones, su más íntima vocación. El “proyecto” le otorga un
sentido a su vida. En el “proyecto de vida” se hace realidad la
libertad: es el ejercicio mismo de la decisión libre. De ahí que un
daño que atente contra el proyecto de vida, que lo frustre, lo retarde
o lo menoscabe, incide en el hontanar mismo de mi ser. Es, por ello,
un daño radical. A menudo, es irreparable. A raíz de su frustración, se
origina un vacío existencial, difícil de suplir o sustituir por otro
proyecto. Esta frustración genera procesos de honda depresión, de
pérdida del sentido de la vida. Esta situación, que cala en lo más
profundo de la existencia, puede conducir a la evasión mediante la
adicción a las drogas y, en casos límite, hasta el suicidio».
 FERNÁNDEZ SESSAREGO, afirma: «Se designa como
“proyecto de vida” el rumbo o destino que la persona
quiere darle a su vida, es decir, el radical sentido
existencial derivado de una previa valoración. El ser
humano, en cuanto ser ontológicamente libre, decide vivir
de una u otra manera, vivenciar preferentemente ciertos
valores, escoger una determinada actividad laboral,
perseguir ciertos e importantes objetivos».
RESPONSABILIDAD CIVIL

 Etimológicamente la palabra responsabilidad se remonta


al latín tardío responderé.
 El término antiguo responderé es el movimiento inverso
de spondere, cuya raíz lleva en sí la idea de rito,
solemnidad y, con ello, la formación de un determinado
equilibrio, de un determinado orden, con un carácter de
solemnidad.
 Respondere presupone la ruptura de tal equilibrio, de tal
orden, y expresa con ello la idea de la respuesta
reparadora de la ruptura.
RESPONSABILIDAD CIVIL

 En efecto, como consecuencia de la ruptura de


este orden surge el juicio de responsabilidad,
mediante el cual “el costo del daño se transfiere
del sujeto, que históricamente lo ha sufrido, a
otro sujeto, a través de la imputación al segundo
de una obligación, la cual tiene como contenido
el resarcimiento del daño”. SALVI Cesare.
Responsabilidad Civil

 Artículo1321° C.C.: “Queda sujeto a la


indemnización de daños y perjuicios
quien no ejecuta sus obligaciones por
dolo, culpa inexcusable o culpa leve (…)”.
 Artículo1969° C.C.: “Aquel que por dolo
o culpa causa un daño a otro, está
obligado a indemnizarlo (…)”.
Responsabilidad Civil

 Se puede concluir que, sea por


incumplimiento de las obligaciones, sea por
lesionar un derecho o un legítimo interés y,
por ello, se ocasionan daños, la sanción que
impone el Código Civil al “responsable” es
la de indemnizar.
Responsabilidad civil: definición

 Se puede definir a la responsabilidad civil


como una técnica de tutela (civil) de los
derechos (u otras situaciones jurídicas) que
tiene por finalidad imponer al responsable
(no necesariamente al autor) la obligación
de reparar los daños que éste ha
ocasionado.
 El incumplimiento ha sido definido como la
“inexistente o inexacta ejecución de la
prestación debida”.
 Incumplimiento total (la prestación no ha
sido realizada) y
 Cumplimiento inexacto (la prestación es
cuantitativa o cualitativamente inexacta).
 Debemos dejar de percibir a la responsabilidad civil como un
instrumento (eminentemente) sancionador: no olvidemos que fue a
través de la responsabilidad civil que la jurisprudencia “descubrió” el
principio del abuso del derecho, así como los derechos de la
privacidad o a la identidad.
 La responsabilidad civil, a través del principio de la atipicidad,
permite reconocer y tutelar nuevas situaciones jurídicas.
 La responsabilidad civil surge en el momento (patológico) de la lesión
de las situaciones jurídicas y, como consecuencia de ello, se origina –
además- el estado de sujeción del patrimonio del dañante u (obligado)
respecto de la víctima (o beneficiario) a efectos de pagar la
indemnización correspondiente.
FUNCIONES DE LA
RESPONSABILIDAD CIVIL
FUNCIONES TRADICIONALES:
 La de reaccionar contra el acto ilícito dañino, a fin de
resarcir a los sujetos a los cuales el daño ha sido causado;
 La de retornar al status quo ante en el cual la víctima se
encontraba antes de sufrir el perjuicio;
 La de reafirmar el poder sancionatorio (o “punitivo”) del
Estado y
 La de “disuasión” a cualquiera que intente, voluntaria o
culposamente, cometer actos perjudiciales para terceros.
NUEVAS FUNCIONES:

 La distribución de las pérdidas y


 La asignación de costos.
Funciones de la R.C. desde sus
protagonistas

 Con respecto a la víctima es satisfactiva.


 Con respecto al agresor es sancionadora.
 Con respecto a la sociedad es disuasiva o
incentivadora de actividades.
 Común respecto a las tres anteriores es la
función distributiva de costos de los daños
ocasionados.
DISTINCIÓN DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL
CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL

 En el antiguo Derecho Romano no hubo una distinción entre los


regímenes de la responsabilidad contractual y extra-contractual.
 Otros afirman (doctrina uruguaya) que existieron dos acciones
diversas: la proveniente de la Lex Aquilia y la emergente del
incumplimiento del negotium.
 Ambas pretensiones son el hito inicial sobre las que se fundan las
actuales responsabilidades contractual y extra-contractual, cuya
diferencia conceptual fue elaborada por los glosadores y
postglosadores, para luego ser receptada por el código Napoleón, para
culminar en las obras de los juristas clásicos franceses.
 Se ha advertido que la distinción entre la responsabilidad
civil contractual y extra-contractual respondía a
exigencias de una economía prevalecientemente agrícola
y representaba un punto de mediación entre los intereses
de los propietarios y de los comerciantes.
 Se clasifican en tres las posiciones que han surgido en la
doctrina para determinar el problema de la
responsabilidad contractual y extracontractual, a saber:
las tesis dualistas, monistas y eclécticas.
TESIS DUALISTAS

 Sobresale Sainctelette, quien en 1884 señalo las diferencias


irreductibles entre uno y otro sistema, llegando a sostener que se
debía buscar una denominación distinta para cada tipo de
responsabilidad.
 La dualidad fue acogida por el Código Civil Francés (culpa contractual
y culpa extracontractual).
 Esta posición sostiene que las relaciones jurídicas entre los sujetos de
derecho pueden ser reguladas sea por a ley o por el contrato, los
cuales son conceptos opuestos, por cuanto el “deber legal” no puede
ser asimilado al deber que surge de una “convención”, el primero es
de orden público y el último obedece a intereses privados.
 En la doctrina clásica, inadecuadamente se ubica a la responsabilidad
extracontractual (dentro de las fuentes de las obligaciones) y a la
responsabilidad extracontractual (en los efectos de las obligaciones). Esta
posición ha sido acogida, a nivel legislativo, por el Código Civil Peruano.
 Doctrina nacional sostiene que existen diferencias accidentales y sustanciales
entre uno y otro tipo de responsabilidad.
EL FACTOR DE ATRIBUCIÓN

 Este elemento contesta a la pregunta ¿a título de qué se es


responsable?
 Constituye el fundamento del deber de indemnizar.
 Existen factores de atribución subjetivos: culpa y dolo.
 Objetivos: realizar actividades o ser titular de determinadas
situaciones que el ordenamiento jurídico considera –si se quiere ser
redundante- objetivamente o –si se quiere optar por una opción
residual- prescindiendo del criterio de la culpa.
 También forman parte de los factores de atribución el abuso del
derecho y la equidad.
Factores de atribución subjetivos: culpa
y dolo.
 A. LA CULPA
 No debe ser entendida como un juicio de reproche subjetivo del
comportamiento (y por consiguiente del examen del comportamiento
psicológico del agente y de sus dotes personales de inteligencia y
prudencia), sino como la relación entre el comportamiento dañino y
aquel requerido por el ordenamiento, en las mismas circunstancias
concretas, con el fin de evitar la lesión de intereses ajenos.
 Debemos abandonar la concepción psicológica y moralista de la culpa,
heredera de la noción religiosa del pecado y abordar un concepto que
no se limite a la “trasgresión de una norma o de un deber jurídico”,
sino que sea el fiel reflejo de la “conciencia social”.
a. Culpa objetiva

 Es la culpa por violación de las leyes. La culpa es in re ipsa, vale


decir, el ordenamiento determina el parámetro del comportamiento y
si el agente no lo cumple, éste es responsable.
 Ejemplo artículo 961° C.C. (el criterio de la normal tolerancia sirve
para determinar si hay o no culpa). También se la llama culpa in
abstracto.
 No debe ser confundida con la responsabilidad objetiva, esta última
es ajena al concepto de culpa. La culpa objetiva se basa en
parámetros determinados por la ley (es por ello que recibe dicha
calificación).
b. Culpa subjetiva

 Es aquella que se basa en las “características personales del agente”.


 Se tiende a atribuir relieve a las cualidades físicas del agente; así, el
comportamiento de una persona con marcapasos será evaluado con referencia
al exigible por una persona razonablemente prudente que sufra la misma
disminución.
 Se excluye, en cambio, que asuman relieve las dotes morales o intelectuales
del demandado, sean estas superiores o inferiores del promedio.
 Ejemplo: artículo 1314° C.C., que hace referencia a la diligencia ordinaria
requerida.
 También se le llama culpa in concreto.
 Engloba a la imprudencia (el sujeto hace más de lo debido) y a la negligencia
(el sujeto hace menos de lo que debe).
c. Culpa grave

 Es el no uso de la diligencia que es propia de la


absoluta mayoría de los hombres, es decir, quien
ha tenido una conducta tal no ha hecho lo que
todos los hombres hacen comúnmente. El artículo
1319° C.C. define como culpa inexcusable (que
coincide con el concepto de culpa grave) a la
“negligencia grave”.
d. Culpa leve

 Esel no uso de la diligencia propia de las


personas de capacidad media. El artículo
1320° C.C. la define como la omisión de
“aquella diligencia ordinaria exigida por la
naturaleza de la obligación y que
corresponde a las circunstancias de las
personas, del tiempo y del lugar”.
e. Culpa levísima

 Es cuando no se usa la diligencia propia de las


personas excepcionalmente prudentes y cautas.
Este supuesto no esta regulado en el Código Civil.
 Sin embargo, este grado de la culpa ha sido
fuertemente criticado por su dudosa validez “en
el plano de la lógica y la realidad jurídica”.
f. Culpa omisiva

 Ha sido denominada como una “isla de la tipicidad” en el mar de la atipicidad


del ilícito civil.
 A efectos de responsabilizar a una persona por una omisión, previamente
debe existir la norma que lo obligue a actuar de una manera determinada,
así, de incumplir la misma, se genera la omisión culposa.
 El comportamiento del “buen samaritano” no integra, como es conocido, un
parámetro de evaluación jurídicamente atendible.
 Frente a ello “se puede prever que una progresiva afirmación del principio de
solidaridad pueda conducir a ampliar los deberes de acción, pero nunca a
afirmar un deber general de cooperación y de intervención”.
cnicos

 Cf. Artículo 127° C.P.


 Ello quiere decir que, dentro de nuestro sistema jurídico,
el comportamiento del “buen samaritano” es exigible
frente a personas que se encuentren en peligro y, por
consiguiente, de su incumplimiento se deriva tanto una
responsabilidad penal, como civil. No se olvide que el
artículo 1985° C.C. prescribe que “la indemnización
comprende las consecuencias que se deriven de la acción
u omisión generadora del daño”.
g. Culpa profesional

 Artículo 1762° C.C.


 “en la aplicación de reglas científicas sólo debe incurrirse
en responsabilidad en los casos de dolo y culpa
inexcusable, como sería el desconocimiento de tales
reglas o su indebida aplicación por negligencia grave, mas
no cuando se trata de una equivocación en que no hay
mala fe de parte del deudor y que sólo obedece a una
falta de diligencia ordinaria en la solución de problemas
técnicos de especial dificultad”.
 Su redacción podría llevar a confusión,
privilegiando injustamente a los profesionales
frente a los demás obligados a la prestación de
servicios.
 Ojo: “asuntos profesionales de especial
dificultad” o “problemas técnicos de especial
dificultad”.
EL NEXO CAUSAL O LA RELACIÓN DE
CAUSALIDAD

 Este elemento significa que el acto del


obligado a indemnizar debe ser la causa, o
una de las causas, de la producción del
resultado dañoso. Dicho en otros términos,
entre el comportamiento del agente y el
daño acaecido ha de existir relación de
causa a efecto.
 Para TRIGO REPRESAS y RUBÉN STIGLITZ: «Dentro del
ámbito de la responsabilidad civil, la relación de
causalidad asume una doble función, de singular
importancia: a) permite determinar, con rigor científico,
cuándo un resultado dañoso es material u objetivamente
atribuible a la acción de un sujeto determinado; b)
brinda, al mismo tiempo, los parámetros objetivos
indispensables para calibrar la extensión del
resarcimiento, mediante un régimen predeterminado de
imputación de consecuencias».
 Para LIZARDO TABOADA, este elemento de la responsabilidad civil: «se
entiende en el sentido que debe existir una relación de causa-efecto, es
decir, de antecedente-consecuencia entre la conducta antijurídica del autor y
el daño causado a la víctima, pues de lo contrario no existirá responsabilidad
civil extracontractual y no nacerá la obligación legal de indemnizar. Esto
significa que el daño causado debe ser consecuencia de la conducta
antijurídica del autor para que se configure un supuesto de responsabilidad
civil extracontractual. Sucediendo lo mismo en el campo de la
responsabilidad civil contractual, ya que el daño causado al acreedor debe ser
consecuencia inmediata y directa del incumplimiento absoluto o relativo de la
prestación debida por parte del deudor. La diferencia reside en que mientras
en el campo extracontractual la relación de causalidad debe entenderse
según el criterio de la causa adecuada, en el ámbito contractual la misma
deberá entenderse bajo la óptica de la causa inmediata y directa».
 El maestro FERNANDO DE TRAZEGNIES, comenta: «Toda relación de
responsabilidad extracontractual implica que una determinada
persona (la víctima) puede exigir a otra (el responsable) el pago de
una indemnización por daños causados por ésta última a la primera.
Pero este poder exigir no se dirige arbitrariamente contra cualquier
persona […]. Tiene que haber una razón para que una determinada
persona y no otra sea obligada a pagar; una razón que individualice un
presunto responsable dentro del universo de personas. El primer
hecho que utiliza el Derecho para estos efectos es la relación de causa
a efecto…».
 Para BUSTAMANTE ALSINA: «El daño cuya reparación se pretende debe
estar en relación causal adecuada con el hecho de la persona o de la
cosa a las cuales se atribuye su producción.
 Es necesaria la existencia de ese nexo de causalidad, pues de otro
modo se estaría atribuyendo a una persona el daño causado por otro o
por la cosa de otro. Por ello la relación causal es un elemento del acto
ilícito y del incumplimiento contractual, que vincula el daño
directamente con el hecho, e indirectamente con el elemento de
imputación subjetiva o de atribución objetiva».
DOCTRINAS:

 Teoría de la equivalencia de las condiciones o de la conditio sine qua non.


 Esta teoría fue expuesta en 1860 por VON BURY con el nombre de Aequivalenz
Theorie. Según este autor, es causa de un evento todo lo que ha contribuido de
alguna manera a su realización y todas las condiciones que deben ser consideradas
equivalentes en lo causal y jurídico.
 Para esta teoría, es causa toda condición, positiva o negativa, a falta de la cual el
evento no se habría realizado, de ahí la locución conditio sine qua non.
 Esta teoría, a nuestro entender, es a todas luces excesiva. Su estricta aplicación
conduce a conclusiones que la razón rechaza, pues con ella se hace responsable a
la persona de todas las consecuencias –aun remotas y desproporcionadas– que
resulten de sus actos. Como bien lo manifiesta OLENKA WOOLCOTT «Esta teoría conducía
a soluciones inaceptables ya que en rigor, implicaba que cada sujeto que puso una
sola de las condiciones debía responder de todo el resultado, puesto que cada
condición era en sí misma causa de éste».
Teoría de la causa próxima

 En la doctrina y jursiprudencia anglosajonas ha encontrado eco esta teoría,


cuya formulación se remonta a BACON. Constituye una reacción contra el
intento de llevar a cabo un exhaustivo análisis de todas las concausas que
intervienen en cualquier suceso de la realidad y reconoce relevancia (a
efectos de atribuir o rechazar la responsabilidad) sólo a la causa más próxima
en el tiempo, esto es, a la inmediatamente anterior a la producción del daño.
Todas las demás, por remotas (too remote), se consideran intrascendentes a
efectos jurídicos.
 Según esta teoría, se le llama causa solamente a aquella de las diversas
condiciones necesarias de un resultado que se hallan temporalmente más
próxima a éste; las otras causas son llanamente “condiciones”.
Teoría de la causa adecuada

 Hay causalidad adecuada entre un evento y un daño, cuando concluimos, sobre la base de la
evidencia disponible, que la recurrencia de ese acto o actividad incrementará las
posibilidades de que el daño también ocurrirá. Para esta teoría no es causa cada condición
del evento, sino sólo la condición que sea “adecuada”, “idónea” para determinarlo. No se
consideran, por tanto, causados por la conducta, aquellos efectos que se han verificado de
manera contraria al curso normal de las cosas. El procedimiento para individualizar la
adecuación se vale de un juicio ex ante: se remonta al momento de la acción y se juzga como
si el evento debiese aún producirse.
 Al parecer de BUSTAMANTE ALSINA, esta teoría «es la que predomina actualmente y fue
expuesta por VON KRIES. Según esta teoría no todas las condiciones necesarias de un
resultado son equivalentes. Aquella que según el curso natural y ordinario de las cosas es
idónea para producir el resultado, ésa es la causa. Las demás condiciones que no producen
normal y regularmente ese efecto, son solamente condiciones antecedentes o factores
concurrentes.
 Para establecer cuál es la causa de un daño conforme a esta teoría, es necesario formular un
juicio de probabilidad, o sea considerar si tal acción u omisión del presunto responsable era
idónea para producir regular o normalmente un resultado; y ese juicio de probabilidad no
puede hacerse sino en función de lo que un hombre de mentalidad normal, juzgada ella en
abstracto, hubiese podido prever como resultado de su acto».
Causalidad probabilística

 Un sector de la doctrina norteamericana entiende a la


causa como un concepto funcional. El fundamento de la
causalidad probabilística reside en desplazar la carga
probatoria del nexo causal al demandado como agente
dañante, frente a casos excepcionales en los cuales la
víctima se encuentra en imposibilidad de probar el nexo
causal.
Supuestos de ruptura del nexo causal

 Caso fortuito o fuerza mayor.

 Nuestro Código Civil vigente, en su art. 1315º prescribe lo


referente al caso fortuito o fuerza mayor:
 “Caso fortuito o fuerza mayor es la causa no imputable,
consistente en un evento extraordinario, imprevisible e
irresistible que impide la ejecución de la obligación o
determina su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso”.
 ESPINOZA ESPINOZA, refiere: «Se ha subrayado, con razón, que la
doctrina más reciente considera por demás superada la distinción
entre caso fortuito y fuerza mayor, mientras se va afirmando la
tendencia a diferenciar el caso fortuito de la causa no imputable. Se
considera que el primero debe considerarse como un límite de
responsabilidad “agravado” respecto a aquel expresado en términos
de “causa no imputable”. En efecto, esta última expresa un concepto
de carácter prevalecientemente subjetivo, mientras el caso fortuito,
comporta una valoración de tipo objetivo, o sea extraña al deudor,
“refiriéndose a un evento que proviene generalmente del exterior de
la persona del deudor y de su organización económica (hacienda)”».
 LIZARDO TABOADA, expresa: “Con relación a los
conceptos de fuerza mayor y caso fortuito,
debemos señalar que se trata de nociones con las
mismas características, pues deberán ser eventos
extraordinarios, imprevisibles e irresistibles, con
la única diferencia respecto al origen del
evento...”.
El hecho de un tercero

 Según el saber doctrinario del maestro ESPINOZA ESPINOZA:


“Por el hecho de un tercero no sólo tiene que pensarse en las
hipótesis de dolo o culpa del mismo. También podría
encontrarse en un supuesto de responsabilidad objetiva. Si bien
es cierto que en materia de responsabilidad civil extra-
contractual el hecho propio de un tercero sólo genera un
supuesto de ruptura del nexo causal, en la responsabilidad civil
por inejecución de obligaciones, si bien extingue la obligación
del deudor, se puede presentar la posibilidad que el acreedor se
dirija directamente, por vía extra-contractual, al tercero, por
haber lesionado su derecho de crédito”.
 HENRI MAZEAUD y ANDRÉ TUNC, precisan: «Cuando el
hecho de un tercero sea la única causa del daño, el
demandado debe ser absuelto sin que haya que averiguar
si ese hecho es culposo o no. La responsabilidad del
demandado no podría tomarse en cuenta en este caso;
puesto que el hecho del demandado no es, en absoluto la
causa del perjuicio».
El hecho de la propia víctima

 LIZARDO TABOADA, comenta: “En efecto, existe un


supuesto de concausa cuando la víctima contribuye con su
propio comportamiento con la conducta del autor a la
realización del daño. El daño no es consecuencia única y
exclusiva de la conducta del autor, sino que la propia
víctima ha contribuido y colaborado objetivamente a la
realización del mismo, el cual no se hubiera producido de
no mediar el comportamiento de la propia víctima”.

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