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Epistaxis posteriores son más frecuente en

pacientes adultos mayores.

El manejo quirúrgico, cauterización o ligadura endoscópica de


la arteria esfenopalatina ha ido en incremento, al comparar
con el taponamiento, el manejo de la AEP disminuye los
tiempos de estadía hospitalaria, reduce los costos.
De 33 casos de epistaxis posterior, el rango etáreo fue entre 19 y 97 años. 42,4% fueron manejados
sólo con taponamiento posterior y 57,6% requirió intervención quirúrgica, de ellos, en el 84% se
realizó manejo de la AEP mientras que el 15% requirió otro tipo de intervención: ligadura de arteria
septal posterior, septoplastía más antrostomía del seno maxilar izquierdo y adenoidectomía en el
paciente pediátrico.

. El promedio de estadía hospitalaria en nuestra serie fue de 5,3


días. El promedio de estadía hospitalaria de los pacientes que
requirieron intervención quirúrgica fue 4,1 días y en los no
operados 6,9. La mayoría evolucionaron favorablemente, sólo dos
(6%) presentaron resangrado, ambos posterior a ligadura AEP,
requiriendo en un caso cauterización de arteria septal con nitrato
de plata y el otro nueva ligadura de AEP.

Ello muestra una eficacia similar entre el manejo


médico y quirúrgico en el control de la epistaxis.
Dos formas: quirúrgicas y no quirúrgicas

Tratamiento Inicial:
1. Agentes vasoconstrictores tópicos: Fenilefrina al 1%.
2. Anestésicos tópicos: Lidocaína 2% al 4%.
Epistaxis Anterior: Cauterizar: química o eléctricamente, por medio de láser tiene un rol más
limitado, se usa en pacientes con epistaxis crónica secundaria a telangiectasias
hemorrágicas hereditarias. La siguiente opción es el Taponamiento Nasal. Hay diferentes
tipos: absorbible, no absorbible. Se debe asociar uso de antibióticos se deja de 1 a 5 días. Si
hay falla, recurrir a la ligación de vasos etmoidales con electrocauterización bipolar o
abordaje endoscopio transnasal.
Epistaxis Posterior: Cauterización endoscópica eléctrica,
taponamiento posterior, embolización y ligación quirúrgica arterial,
antes de cualquier abordaje colocar un taponamiento posterior
temporal con balón doble (anterior y posterior). Complicaciones:
úlceras, perforación septal, sinusitis, sinecuras, hipoxemia, apnea,
hipoxia, arritmias y necrosis palatina o de ala o columela nasal.

Embolización de las arterias Maxilar Interna y Facial. La ligación


bilateral es usada en los casos en donde la fuente exacta de
sangrado no es identificada. Las complicaciones: resangrado,
accidente cerebro-vascular, ceguera, entumecimiento facial,
descamación de piel, disección de arteria carótida.

Terapia quirúrgica para sangrado posterior persistente: ligación de la arteria maxilar interna, de arteria
carótida externa, transnasal de la arteria maxilar interna y ligación endoscópica transnasal de la arteria
Esfeno-Palatina. El objetivo es cauterizar la arteria esfenopalatina en su entrada a la cavidad nasal.
Después de este tratamiento no se requiere dejar taponamiento nasal. Complicaciones son:
entumecimiento palatino, sinusitis, disminución del lagrimeo, perforación septal y necrosis del cornete
inferior.
La presión nasal directa asociada a vasoconstrictor local (oximetazolina, fenilefrina
EVIDENCIA
0.25%, nafazolina), en pacientes no hipertensos, logra detener el sangrado en 65 a 70%

En pacientes con hemorragia de difícil control, el taponamiento nasal con gasa


lubricada, material expansible (Merocel o esponjas kennedy) y sondas inflables (Foley,
Epistat, Rush) es la primera opción de manejo, con porcentajes de respuesta del 60 al
80%

Los procedimientos quirúrgicos utilizados en el manejo de la epistaxis grave incluyen a


la ligadura microscópica transnasal de la arteria esfenopalatina, (93% de éxito) , la
ligadura de la carótida externa (93%); de la Maxilar Interna vía transantral (91%); la
embolización percutánea de la arteria maxilar interna (88%), y la cauterización
endoscópica (83%).
RECOMENDACION En todo paciente normotenso con Epistaxis, iniciar con presión nasal directa
+ vasoconstrictor local. De no ceder, aplicar cauterización química o
eléctrica y, solo en caso de fracaso de las medidas anteriores, considerar
taponamiento nasal.

En pacientes con epistaxis grave y de localización posterior se recomienda,


preferentemente, efectuar procedimiento de ligadura endoscópica de la
arteria esfenopalatina

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