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• Los volcanes constituyen el único intermedio que pone

en comunicación directa la superficie con los niveles profundos de la corteza


terrestre; es decir, son el único medio para la observación y el estudio de
los materiales líticos de origen magmática, que constituyen aproximadamente
el 80 % de la corteza sólida.
• En la profundidad del manto terrestre, el magma bajo presión asciende,
creando cámaras magmáticas dentro o por debajo de la corteza. Las grietas en
las rocas de la corteza proporcionan una salida para la intensa presión, y tiene
lugar la erupción. Vapor de agua, humo, gases, cenizas, rocas y lava son
lanzado expulsados al exterior
• Cuando va a producirse una erupción, esta se anuncia, generalmente por un
desprendimiento más intenso de vapores y por sacudidas sísmicas.

• La mayoría de los volcanes emiten varios tipos de advertencias antes de que


comience la erupción. Aunque una erupción volcánica puede ocurrir sin ningún
tipo de señal previa, lo más probable es que ciertos hechos nos avisen de la
próxima erupción. Las erupciones magmáticas , por ejemplo, implican la salida
del magma a la superficie y este movimiento ascendente normalmente
genera terremotos detectables, puede deformar la superficie de la tierra y
causar cambios en la temperatura y composición química del suelo y aguas de
manantiales. También se pueden predecir por actividad fumarólica y por
áreas nuevas o más grandes de suelo caliente.
• El ascenso del magma provoca terremotos. El lento ascenso produce
un aumento progresivo de la intensidad y la frecuencia de estos temblores.
Este proceso puede comenzar meses antes de la erupción.
• El ascenso del magma también provoca ruidos subterráneos en el área en el
que se encuentra el volcán. Estos ruidos pueden ser sordos o secos, como algo
que se rompe.
• Si hay escarcha o hielo se produce la ruptura, hasta que se derrite por efecto
del calor.
• Se produce un aumento de la temperatura en las aguas cercanas al volcán y en
el suelo, que puede provocar la muerte del manto vegetal.
• Los animales pueden comportarse de manera anómala, al percibir vibraciones
que nosotros no podemos captar.
• Es posible apreciar fumarolas, y si estas ya existían, se produce un aumento en
el flujo de emisión y pueden percibirse incluso cambios en el color.
• Se producen deformaciones en el edificio volcánico. Se pueden medir y
determinar sus pulsaciones mediante un medidor de inclinación.
• Cuando la erupción es inminente, hay pequeñas explosiones y emisiones de
ceniza, que van aumentando de intensidad y frecuencia a medida que se acerca
el momento en el que el, finalmente, el volcán entra en erupción.
Los vulcanólogos poseen diferentes instrumentos para poder predecir en la
medida de los posible, las erupciones volcánicas y minimizar las pérdidas:
• Sismógrafo
• Medidores de electricidad
• Gravímetros
• Satélite Landsat
• Medidor de inclinación
• Evidentemente, no hay manera de que podamos parar una erupción. Sin
embargo, sí podemos tomar medidas para reducir sus efectos reforzando las
estructuras (por ejemplo, fortaleciendo los tejados para que puedan soportar el
peso de los depósitos de ceniza) o erigiendo construcciones defensivas (como
muros que alejen la lava de las áreas desarrolladas). Estas medidas se han
confirmado como efectivas, aunque hay que señalar que tienen un uso
bastante limitado si hablamos de erupciones a gran escala.

• Cuando un volcán entra en erupción, puede que unas pocas semanas no sean
suficientes para prevenir una tragedia. La planificación es la clave para salvar
vidas. Mucho antes de que aparezcan los signos precursores, hay que educar a
la gente e informarles acerca de los peligros de los volcanes, así como fijar
los planes de evacuación. La comunicación entre científicos, oficiales, los
medios y el público en general debe ser fluida. Todos deben conocer y aprobar
las medidas de seguridad.
• Mantente alejado de volcanes activos.
• Si vives cerca de un volcán activo, prepara un kit de emergencia que incluya gafas de seguridad, una
máscara, una linterna y una radio en buen estado que funcione con pilas.
• Elabora una ruta de evacuación y ten el depósito de gasolina del coche siempre lleno.
• Evacua siguiendo las recomendaciones de las autoridades para no encontrarte lava y barro, así como
rocas y escombros que puede arrojar el volcán.
• Evita zonas de ríos y regiones bajas.
• Antes de abandonar tu casa, ponte una camisa de manga larga y pantalones largos; usa gafas de
seguridad o normales, sin lentillas. Ponte una máscara de emergencia o envuélvete la cara con un
paño húmedo.
• Si no vas a evacuar, cierra puertas y ventanas, y bloquea la chimenea y otros puntos de ventilación
para evitar que la ceniza entre en la casa.
• Ten en cuenta que la ceniza puede sobrecargar el tejado y puedes necesitar retirarla. Durante la
limpieza, lleva elementos de protección
• La ceniza puede dañar motores y piezas metálicas, así que evita conducir. Si debes conducir, no
superes los 55 kilómetros por hora.
Si alguna vez dudamos de la importancia de realizar estos esfuerzos, no hay más
que echar un vistazo a tragedias pasadas en los volcanes más importantes del
mundo, por ejemplo, la que ocurrió en Armero (Colombia). Cuando el volcán
Nevado del Ruiz entró en erupción el 13 de noviembre de 1985, un lahar
desbordó el río Lagunillas y mató a 23.000 de los 25.000 habitantes de la ciudad
de Armero. Existía incluso un mapa de peligros si se producía la erupción, y la
ciudad aparecía señalada en él como de los lugares más vulnerables a los flujos de
lodo. Pero las medidas que se tomaron fueron totalmente inadecuadas para salvar
la vida de las 23.000 personas que perecieron aquel día y pusieron de manifiesto
la poca preparación de los servicios de socorro colombianos.
Gracias a las medidas de prevención, no todo son tragedias. Una erupción
volcánica el 29 de septiembre de 1996 bajo el glaciar Vatnajökull en
Islandia derritió alrededor de tres kilómetros cúbicos de hielo. A través de los
sistemas de vigilancia este evento fue detectado y, por experiencias pasadas, los
científicos fueron capaces de predecir que un gran jökulhlaup ocurriría en el río
Skeidar. Cuando ocurrió, el 5 de noviembre, el Skeidar se convirtió brevemente
en el segundo río más grande del mundo. Aunque se produjeron daños materiales
por valor de 15 millones de dólares, no hubo que lamentar ni una sola víctima.

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