La teoría del riesgo es una teoría con la cual se pretende establecer
un criterio adecuado para los fines del derecho y de las necesidades
sociales de nuestra época por medio del cual determinar cuál o cuáles son los responsables de un daño ocasionado a una persona natural o jurídica que no tenía por qué soportar. Con esta teoría ya no se pretende que sea una persona el directamente responsable del daño causado, sino todos aquellos que en determinado momento tomaron la decisión de asumir ciertos riesgos dentro de los que sus consecuencias se encontraba el que pudieran generar daños como el que se efectúo en el caso concreto. En palabras más puntuales, con la teoría del riesgo se acoje todos los que intervienen en la creación del riesgo y crearon las condiciones para que el daño se produjese. Así ocurre, por ejemplo, en materia de accidentes de tránsito, porque con la teoría del riesgo están incluidos: el conductor, el propietario del vehículo, la empresa afiliadora y hasta la empresa Leasing, porque entre todos crearon un riesgo. El conductor ejerce la actividad riesgosa y se lucra de ella, el propietario se lucra de esa actividad riesgosa, la empresa afiliadora se lucra de esa actividad riesgosa y la empresa Leasing también se lucra de esa actividad riesgosa, pero no únicamente porque se lucran son responsables, sino porque crean el riesgo. : Como los contratos internacionales se realizan sin la presencia física de los sujetos y con frecuencia sin la intervención de un representante o agente, sea el comprador o el vendedor , la posibilidad de que la mercancía se pierda o deteriore ocurre un tiempo y lugar en los que no es posible determinar con certeza quien fue el causante y quien sufrirá las consecuencias, ni el sitio en que ello sucedió. Según el principio res perit domino , la cosa se pierde para el dueño; luego los riesgos son asumidos por el comprador desde el mismo instante en que adquiere el dominio sobre la mercancía. A su vez, el exportador asume los riesgos hasta el instante o punto en que pasa al comprador el pleno dominio del producto, Ello nos lleva a visualizar tres consideraciones:
a) El vendedor y el comprador tienen un periodo durante el cual son
plena y absolutamente responsables de lo dañoso menoscabos que sufran las mercancías por causas distintas del dolo dolo, negligencia o morosidad imputables a ellos. Quiere decir que hay dos posibilidades de deterioro o pérdida del producto: una, cuando es culpa manifiesta y directa de una de los contratantes, en cuyo caso será dilucidada bajo la condición de incumplimiento o responsabilidad contractual; y la segunda, cuando ello ocurra por otra causa o por la intervención de alguno de los sujetos facilitantes en la operación internacional, como la impericia de los estibadores portuarios, en cuyo caso es tema de la teoría del riesgo. b) El perfeccionamiento del contrato internacional se opera por el mero acuerdo de voluntades sobre el bien o servicio y su correlativo precio. El hecho quiere decir que el contrato lleva implícita la traslación del dominio. No es necesario que la mercancía se ponga física y realmente en poder del comprador, basta el acuerdo de voluntades de los contratantes.
c) El comprador lejos del lugar de origen de la mercancía, no puede
acercarse a tomar posesión física de lo adquirido; luego el vendedor, para agilizar el acto de comercio y facilitarlo, debe poner a disposición del adquiriente lo vendido. Ha de suministrar no solo la documentación que acredite la transferencia sino colocar el propio producto en tiempo y lugar a disposición del importador. Además, deberá facilitar la documentación que sea necesaria para su disposición o desaduanamiento.