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Alimentación

Complementaria
Dr. Percy Terán Moral
• A partir del sexto mes de vida la leche materna
sola no alcanza para satisfacer todas las
necesidades nutricionales del niño; ello no
significa que la leche haya perdido sus
propiedades sino que no es suficiente.
• La leche debe ser el alimento fundamental,
cualitativa y cuantitativamente durante el primer
año de vida y sigue siendo una fuente
importante de nutrientes durante el segundo año
y después.
La alimentación sólida no sustituye a la
leche materna sino que la complementa
RECOMENDACIONES PARA INICIAR LA A. C.
( AAP, OMS y UNICEF )

• La LM debe ser exclusiva y a demanda hasta los 6


meses.
• Se pueden añadir otros alimentos a partir de los 6m,
continuando la LM como mínimo hasta el año.
• El niño está listo para empezar comer cuando:
Es capaz de sentarse estable sin ayuda.
Pierde el reflejo de extrusión (expulsa la cuchara
con la lengua).
Muestra interés por la comida de los adultos
MAS RECOMENDACIONES PARA INICIAR LA
ALIMENTACION COMPLEMENTARIA. ( AAP,
OMS y UNICEF )
- Los nuevos alimentos se deben introducir de
uno en uno, en pequeñas cantidades y al menos
en el lapso de una semana.
- Los alimentos deben ser variados
- Los menores de 3 años deben comer al menos
5 o 6 veces al día
• ¿QUÉ TIPO DE ALIMENTOS?
• Los primeros alimentos deben ser sanos con
poco potencial alergénico. Es indiferente
empezar por la fruta, la verdura, los cereales.
• Cualquier alimento puede darse a cualquier
hora, a comodidad de la madre. De hecho si la
madre trabaja o debe ausentarse por cualquier
motivo lo más cómodo es que la alimentación
complementaria se de en su ausencia.
• Se debe empezar con pequeñas cantidades que
irán aumentando a medida que el niño las
acepte de buen grado.
• Procurar escurrir los alimentos para no llenarle
la barriga con el agua de cocción.
• Retrasar hasta el año de edad los alimentos
más alergenicos especialmente leche de vaca y
derivados, huevos, pescado, soja, cacahuetes,
melocotón, fresas, y cualquier otro alimento con
antecedentes de alergia en la familia.
• No dar alimentos con gluten (cualquiera que
lleve trigo, avena, centeno o cebada, como por
ejemplo el pan y las galletas) hasta los 8 meses.
• No añadir azúcar ni sal a los alimentos.
• Puesto que la capacidad del estómago de los
niños es más reducida, para que puedan
obtener suficientes nutrientes de las comidas
que tomen, éstas deberían ser ricas en energía
y nutrientes (incluyendo micro nutrientes).
• Se recomienda incluir variedad de alimentos,
que sean ricos en energía, y que sean tipo
purés tan espesos como el niño pueda tomarlos,
para evitar tener que diluirlos.
• Frutas frescas y vegetales. Alimentos ricos en
hierro (legumbres, carnes....)
• Añadir aceite de oliva en purés, verduras,
etc... aumenta el valor energético de las
comidas
• ¿QUÉ CANTIDAD?
• La mejor estrategia para determinar la cantidad de
alimentación complementaria que debe ingerir un niño
es fiarse de su propio sentido del apetito.
• Al principio tomará apenas algunas cucharadas pero en
cuanto empiece a aceptar de buen grado la alimentación
complementaria irá aumentando la cantidad que ingiera.
• La idea es ofrecer y, sobretodo, no obligarle jamás a
comer. Cada niño tiene sus propias necesidades y sigue
su propio ritmo. El obligarlo puede ser
contraproducente.
• Adelantar las papillas porque un bebé
engorda poco es un error, pues las papillas
preparadas en casa engordan menos que la
leche materna
• ¿CÓMO EMPEZAR?
• Al principio, la comida es más un experimento
sensorial que otra cosa y no comerá más que
unas pocas cucharadas, que iran aumentando
con el tiempo, pero mientras tanto, la leche
materna sigue alimentándolo.
• Los alimentos deben tener consistencia blanda,
al inicio pueden ser licuados y luego pueden ser
aplastados o troceados con un tenedor o por el
propio niño con la lengua y el paladar.
• Los alimentos que se ofrecen pueden tener
función socializadora si come con los demas.
No son necesarios alimentos especiales para
bebés y algunos de ellos, a parte de ser caros,
llevan aditivos poco recomendables (sacarosa,
leche, aromas de vainilla, etc).
• Un arroz hervido es un cereal sin gluten que el
niño puede tomar desde los 6 meses.
• Un niño que toma pecho no necesita
otra leche diferente a la de su
madre, los cereales se pueden
preparar con agua, caldo, o con leche
que su madre se haya extraído
• ¿Y SI NO QUIERE?
• No todos los niños están preparados para la
alimentación complementaria al mismo tiempo. Algunos
muestran interés antes de los 6 m y otros no aceptarlos
hasta los 7 u 8 meses e incluso hasta más tarde.
• Unos niños comen una cantidad “aceptable” desde el
principio, otros apenas “picotean” hasta pasado el año.
• Lo evidente es que más pronto o más tarde todos los
niños se interesan por otros alimentos y que mientras
tanto la lactancia materna cubre sus necesidades.
• No está justificado introducir nuevos alimentos antes de
los cuatro meses, porque sus funciones digestivas no
han madurado, predisponiendo a problemas digestivos y
alergias.
• Tampoco es aconsejable hacerlo más allá de los seis,
porque la falta de diversificación es motivo frecuente de
anorexia (pérdida de apetito).
• Asimismo que se desaprovecha una época muy válida
para la educación del gusto y el conocimiento de los
alimentos básicos que permitirán al bebé adaptarse a
una alimentación equilibrada, variada y suficiente.
• El lactante es sensible a las transgresiones dietéticas y
sus consecuencias son más serias que en el niño mayor
y el adulto. Existen además determinadas patologías
asociadas a la alimentación del lactante: anemia por
consumo de leche de vaca, intolerancia a la leche de
vaca, celiaquía o intolerancia al gluten, alergias
alimentarias, etc.
• La forma habitual de introducir la alimentación
complementaria es ir sustituyendo, de una en una, las
tomas de leche que recibe el lactante por los distintos
componentes de la alimentación complementaria (papilla
de cereales, fruta, puré de verdura…)
• Los cereales. Se introducirán alrededor de los 5-6
meses y nunca antes de los cuatro. Primero serán sin
gluten para evitar sensibilizaciones e intolerancias a esta
proteína. A partir de los 7-8 meses se puede dar mezcla
de cereales con gluten.
Los cereales contribuyen al aporte energético, son
fuente de proteínas, minerales, vitaminas (tiamina
especialmente), ácidos grasos esenciales e hidratos de
carbono de absorción lenta, por lo que permiten un
mayor espaciamiento de las tomas, y su exceso puede
producir sobrealimentación.
• Los cereales que contienen gluten son: trigo, avena,
centeno, cebada. Aquellos que no contienen gluten son:
arroz y maíz.
• Las frutas. Se empezará a partir de los 5-6 meses con
una papilla de frutas por su aporte vitamínico, nunca
sustituyendo a una toma de leche, sino
complementándola. Se deben emplear frutas variadas
(platano isla, manzana, pera, melon y papaya), para
contribuir a educar el gusto, y es preferible evitar las
más alergénicas como los citricos: fresa, uva, piña,
naranja, mandarina, limon, melocotón y kiwi.
• Evitar endulzarse con azúcar y no se incorporarán
galletas hasta después de los 7 meses, ya que estas
contienen gluten. No tiene base nutricional ofrecer
zumos de fruta antes de los 4 meses y son probables las
reacciones adversas.
• Las verduras y patatas: A partir de los 6 meses por su
aporte de sales minerales y fibra. Primero, puede darse
verduras solas en puré, complementadas con leche.
• Se deben evitar al principio las verduras con alto
contenido en nitratos, como remolacha, espinacas,
acelgas y nabos, no introduciéndolas diariamente. Se
han dado casos en niños pequeños que han consumido
vegetales recalentados ricos en dichos elementos, en
los que su piel se vuelve azulada, por
metahemoglobinemia.
• También hay riesgo de que se produzca esta situación si
se conservan las verduras cocidas en la nevera por más
de 48 horas junto con el caldo.
• Por ello, al principio se han de preferir patatas,
vainitas, calabaza, zapallo, zanahoria, arverja,
etc. para más tarde introducirle todas las demás.
• Deben cocerse con poca agua y aprovechar el
caldo de cocción, en el que quedan disueltas
parte de las sales minerales. Al inicio, se
recomienda evitar las flatulentas (col, coliflor,
nabo) o muy aromáticas (ajo, espárragos).
• Carnes. Preferiblemente las menos grasas,
empezando por el pollo y nunca antes de los
seis meses, en una cantidad de 10-15 gramos
por día y aumentando 10-15 gramos por mes,
máximo 40-50 gramos, mezclada y batida la
carne con las verduras. Posteriormente se
introduce la ternera y el cordero. Aportan
proteínas de alto valor biológico, lípidos, hierro,
zinc y ciertas vitaminas. Las vísceras (hígado,
sesos, etc.) no tienen ventajas sobre la carne
magra y aportan exceso de colesterol y grasa
saturada. Puede usar luego pavo, cuy, etc.
• Pescados. Nunca antes de los nueve
meses debido a su mayor capacidad de
provocar alergia, y si el bebé tiene
antecedentes familiares de alergia
alimentaria, incluso hasta pasado el año
de vida. A partir de esta edad, el pescado
puede sustituir a algunas tomas de la
carne. Es conveniente empezar por
pescados blancos.
• Huevos. Nunca crudos. Se introducirá primero la yema
cocida sobre el 7mo mes, inicialmente un cuarto,
añadida al puré.
• La clara se puede usar hacia los 12 meses. La clara
aporta principalmente proteínas de alto valor biológico,
entre ellas la ovoalbúmina, con gran capacidad de
provocar alergias, si se introduce antes de los doce
meses..

• Puede sustituir a la carne, tomando 2-3 unidades por


semana. La yema es buena fuente de grasas, ácidos
grasos esenciales, colina (sustancia necesaria para un
buen funcionamiento del sistema nervioso, ya que a
partir de ella de produce acetil-colina), vitaminas A, D y
hierro.
• Legumbres. Añadidas al puré de verduras, a partir de
los 12 meses. Si se mezclan con arroz u otros cereales,
pueden sustituir parte de las raciones de carne, y hasta
dos veces por semana.
• Yogures. A partir del octavo mes; natural sin azucarar
como complemento o mezclado con la papilla de frutas
de la merienda.
• Azúcares refinados, miel y otros dulces. No es
recomendable el consumo de azúcar, pues la dieta del
bebé tiene un aporte adecuado de hidratos de carbono.
• Evitar a lactantes consumo de miel, ni jarabe de maíz,
debido a que estos alimentos pueden tener esporas del
Clostridium botulinum y a esta edad, no tienen la
inmunidad para resistir el desarrollo de estas esporas
causantes del botulismo.
• Agua. Mientras el lactante recibe sólo leche materna o
fórmula adaptada, no suele requerir líquidos adicionales,
salvo en situaciones extremas de calor o pérdidas
aumentadas (fiebre, diarrea). Por el contrario, ya que la
alimentación complementaria supone una mayor carga
renal de solutos (sustancias disueltas en líquido: sales
minerales, glucosa…), no basta con los líquidos
aportados por la leche y otros alimentos, y se debe
ofrecer al niño agua con frecuencia.
• La leche de vaca. Nunca se introducirá antes del año, y
cuando se incluya en la dieta deberá ser entera, por su
aporte de vitaminas liposolubles A y D y de grasas,
salvo recomendación médica que especifique otra cosa.
Puede producir sangrado digestivo antes del año

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