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DE ESTRES
¿Qué es el estrés?
Definimos estrés como la tensión que un individuo ha
de emplear ante un impulso/situación/estímulo que
produce una reacción/respuesta.
El estrés es vital para la vida en plenitud. Nos provee
de tensión y potencia. Es necesario para establecer
un proyecto y lanzarlo a su consecución. En el vasto
y complejo mundo interior (motivación, ideales,
proyectos, valores, sentimientos, espiritualidad), en
las relaciones interpersonales, en el mundo
profesional, en la educación, en el deporte, en el ocio,
en los desafíos de la vida, es necesaria una cuota de
estrés, de saludable tensión.
A tener en cuenta: ¿Qué determinará cómo
se cataloga el estrés? Si la
reacción/respuesta es adaptativa/superadora
resulta el euestrés; si ésta es
desadaptativa/ineficiente resultará el distrés.
Reiteramos: estrés es la reacción/respuesta
tensional de la persona a través de todas y
cada una de sus dimensiones
¿De dónde procede el término
estrés?
Es un neologismo tomado de la lengua inglesa. Si
alguna palabra autóctona tuviera que sustituir a
estrés, ésta tendría que ser estricia: un término
arcaico, ya en desuso, que se usó con el valor de
estrechez, apuro, conflicto.
Estrés es una palabra derivada originariamente del
latín stringere; es pariente directo del griego
(strango), desarrollado en las formas de strangalóo:
estrangular, retorcer, sofocar; y de stranguítzo:
exprimir, estrujar algo hasta extraerle la última gota
(cfr. agotar).
En el inglés medieval se usaba la expresión distress
tomado del francés destresse (estar bajo estrechez o
presión).
Stress en la lengua inglesa puede significar: fuerza, peso, una
entidad. En la ingeniería mecánica: esfuerzo, violencia, tensión,
compulsión, coacción. Como verbo: someter a esfuerzo, dar
importancia o énfasis. Como adjetivo: subrayar, poner de
relieve, poner en aprieto.
Por su expresión anglosajona (to be under stress), se puede
traducir como "sufrir una tensión nerviosa". En este último
sentido, estrés es casi homónimo de otro término inglés:
"strain", que indica "tensión, tirantez".
Si lo aplicamos a la biología, sería el grado de tensión que
soporta un organismo vivo. El profesor Hans Selye lo vinculó al
sufrimiento de los organismos vivos.
El término es usado en la actualidad en relación a algo que
denota fuerza, presión, tensión o un fuerte esfuerzo, tanto en la
facultad mental de un individuo como en toda su persona.
¿Cuál es la historia del moderno
concepto estrés?
He aquí algunos de los datos históricos del concepto estrés:
En el siglo XVII, Robert Hook relaciona la resistencia de los
materiales con respecto a diversos factores y sus
consecuencias.
A mediados del siglo XIX, el fisiólogo francés Claude Bernard
analiza e investiga la necesidad del organismo en la constancia
del denominado medio interno1.
Ya en 1911, otro fisiólogo, el estadounidense Walter Cannon,
fue el primero en usar en el campo de la biología el termino
stress; llamó homeostasis al equilibrio del medio interno que
había definido Bernard. También desarrolló el concepto de
reacción de Lucha-Huida (Fight-Flight)”, asignando a la
amenaza el término de estímulo, denominando stress crítico al
nivel máximo que un organismo puede neutralizar, sentando las
bases para el estudio de los efectos patógenos.
Durante la primera guerra mundial (1914-1918) se estudiaron
los males de la guerra y se denominó a las personas alteradas
por ésta como Locos de la guerra.
Hacia 1935 en Canadá, un estudiante de medicina, Hans Selye,
en continuidad con el estudio de Cannon y luego de arduas
investigaciones, define el Síndrome General de Adaptación con
sus fases (1: alarma; 2: resistencia; 3: agotamiento).
Por 1937, Krestchner Kleist define tres tipos de respuestas
vivenciales primarias (inconscientes y primitivas ante estímulos
adversos): epilépticas, histéricas y catatónicas.
En la segunda guerra mundial (1939-1945) se define la tensión
provocada como agotamiento del combate.
En 1956, Hans Selye define estrés como la respuesta
inespecífica ante cualquier estímulo externo, e introduce el
termino stressor para asignar a este estímulo.
En los años ´60, a través de las secuelas de los combatientes
de la guerra de Vietnam, se profundizan las investigaciones y
surge la expresión: estrés de combate.
Hans Selye en 1974 diferencia al distrés como la respuesta
desadaptativa patológica. También en ese año el investigador
Freudemberg acuña la expresión Staff burn out para describir el
síndrome de agotamiento, desilusión y deserción de los
trabajadores en salud mental. Asimismo, Mason plantea que el
estímulo estresor debe ser inédito para desencadenar una
activación del sistema.
Moore-Ede y colaboradores, en 1982, introducen el concepto de
homeostasis reactiva para explicar que los mecanismos
homeostáticos sólo inician la corrección posterior a una
perturbación del sistema.
El investigador Milsum (1985) definió que el euestrés es la
condición ideal en cuya dirección se efectúa el trabajo del
complejo sistema homeostático de cada individuo.
En 1993, el investigador Henry agrega que la respuesta,
además de inespecífica, es pluridimensional, pudiendo ir desde
la activación simpática (control de la situación) a la activación
del eje adrenal (fallo, pérdida del control).
Bohus, en 1995, desarrolla un esquema integrador biológico-
cognitivo, dando importancia a las estrategias de afrontamiento
utilizadas ante el distresor.
Otros autores, desde 1996, agregan a la ya conocida Lucha-
Huida (Fight-Flight), una tercera respuesta de desmayo-
parálisis (Faint-Freeze).
Moore-Ede et al., en 1982, Cardinalli et al. en 1994, Marques et
al. en 1997, introducen el concepto de homeostasis predictiva
para explicar la forma en que el sistema anticipa una
respuesta. Claro ejemplo de esto es el sistema circadiano que
predice la variable ambiental y la preparación anticipada de la
respuesta fisiológica, siempre que la variable tenga el carácter
de periódica. En estas circunstancias, el sistema no tiene
necesidad de recurrir a la respuesta reactiva. Utiliza un nuevo
tipo de homeostasis, la predictiva. En el hombre esta conducta
anticipatoria se muestra en distintos ritmos cronobiológicos
diarios: la temperatura corporal y el ritmo de hormonas
plasmáticas como el cortisol aumentan unas horas antes de
despertar; nuestro sistema digestivo se pone en marcha tiempo
antes del horario habitual de las comidas, etc.
El investigador McEwen, en 1998, introduce el concepto de
alostasis y de carga alostática.
¿Qué es el síndrome general de
adaptación?
El término síndrome procede del griego síndrome:
concurrencia, grupo de síntomas que se presentan
juntos; suma de signos de un estado patológico;
complejo de síntomas que describe los cambios
fisiológicos que se van produciendo en el organismo
como consecuencia de la presencia de un estímulo o
situación distresores, tras una respuesta
desadaptativa. Todos los organismos, tanto los de la
naturaleza animal como vegetal, ante situaciones
distresantes, presentan esta respuesta de activación
generalizada e inespecífica.
El fisiólogo Hans Selye, en una investigación, inyectó
en ratas una solución de extractos de ovarios de
vaca y evaluó los efectos; mientras que a otro grupo
de ratas les inyectaba solamente una solución salina
totalmente inactiva. Ambos grupos se alteraron de
igual manera. Así pudo comprobar que este cuadro
de alteraciones fisiológicas lo producía el acto de
inyectar la solución, como así también varias otras
situaciones adversas cuando éstas eran
experimentadas crónicamente (el frío y el calor
extremos, los traumatismos, las hemorragias, las
infecciones, la irritación nerviosa). Llamó a esto
síndrome de estrés biológico, que fue conocido
después como síndrome general de adaptación.
Selye observó la activación del sistema simpático-adreno-medular
que provocaba:
Aumento del tamaño de las glándulas adrenales por
hiperactividad.
Reducción considerable de los órganos del sistema
inmunológico como el timobazo (órgano linfoide, sitio de
producción de los linfocitos T, el que luego involuciona pasada
la pubertad) y los nódulos linfáticos.
Úlceras sangrantes en el estómago y los intestinos superiores.
Incluyó además, como respuesta al estrés, la activación del eje
hipotálamo-hipófiso-adrenal, dando importancia a las hormonas
esteroideas que se producen en las glándulas adrenales y, en
especial, los glucocorticoides.
El Síndrome general de adaptación está
caracterizado por tres fases:
Fase 1: Reacción/respuesta de alarma.
El individuo se enfrenta a una situación de amenaza
que desencadena una activación del sistema
simpático adrenomedular con secreción de adrenalina
y noradrenalina. Como consecuencia de los cambios
fisiológicos, el organismo trata de conseguir un
despliegue máximo de los recursos para luchar o huir
del peligro.
Esta fase de alarma no puede mantenerse de forma
continua, pasando el organismo y la persona a la
segunda fase.
Fase 2: Resistencia.
Si la amenaza no desaparece, lo más adaptativo para el
organismo y la persona es asegurarse una distribución
paulatina de los recursos de modo que no se agoten. La
respuesta fisiológica predominante es la del eje hipotálamo-
hipófiso-adrenal; sus productos finales, los glucocorticoides
contribuyen a la movilización de energía mediante la
activación de las fuentes en que ésta se almacena en el
resto del cuerpo (azúcares y grasas). Simultáneamente, el
organismo pone en marcha mecanismos de ahorro de
energía evitando realizar actividades que no tienen una
finalidad inmediata para la supervivencia del individuo
(ausencia de actividades sexuales o reproductoras entre
otras). Si las circunstancias iniciales se mantienen durante
un periodo aún mayor, las adaptaciones corporales
conseguidas pueden ser insuficientes y el individuo entra en
la tercera fase.
Fase 3: De agotamiento o de extenuación.
A esta fase se llega con la magnitud y el tiempo de
la circunstancia distresante. La persona ha
perdido la capacidad de resistencia y con signos
de una pérdida de capacidad de adaptación del
organismo sobreviene el colapso o claudicación.
En esta fase, las enfermedades se tornan
probables, y puede ocurrir la muerte.
¿Qué sucede con la sobreactivación
fisiológica en salud mental?
En salud mental, la sobreactivación fisiológica crónica
no se detiene tras un periodo más o menos breve y,
por tanto, impone al organismo una desmesurada
carga alostática, produciéndose estas situaciones:
Situaciones de estrés crónico: en las que los
estresores se mantienen en forma prolongada,
haciendo que los intentos adaptativos del organismo
tengan que realizar una sobreactivación continua que
puede llegar a producir alteraciones en la regulación
de los sistemas fisiológicos del estrés.
Estados de ansiedad anticipatorio: cuando el
individuo se anticipa negativamente a la ocurrencia
de sucesos, se activa fisiológicamente. Siendo peor
aún si esto ocurre durante tiempos prolongados o
frente a un determinado problema sin resolver o ante
un peligro en forma crónica. Si el peligro persiste en
forma crónica, la anticipación cognitiva negativa
provoca un estado continuo de hipervigilancia
denominado patología de la sobreactivación,
caracterizado por una potenciación de la respuesta
del sobresalto y, en consecuencia, mayor distrés
¿A qué llamamos curva de riesgo del
estrés?
Es la representación gráfica de los cambios
que se van produciendo en el organismo
como consecuencia de la presencia más o
menos mantenida de un estímulo o situación
estresantes.
Todos los organismos, ante ciertas
situaciones, presentan una respuesta de
activación generalizada e inespecífica.
La primera parte de la curva, la zona de bajo riesgo, es donde
el estrés es productivo y necesario (eustrés).
La segunda parte es de mediano riesgo. La derivación no es tan
saludable. El estímulo/respuesta causa una respuesta tensional
que puede volver a eustrés o transformarse en estrés malo
(distrés).
La tercera parte, pasado el punto 3 de la curva, entra en una
zona de alto riesgo, donde las demandas externas e internas
superan las capacidades de respuesta dando comienzo al
distrés. En este estado se crean las condiciones desfavorables
que dan lugar, con el tiempo, a la aparición de enfermedades y,
eventualmente, de un agotamiento psicofísico notable o
claudicación, enfermedad y/o muerte
¿Por qué hay estrés en el hombre?
El estrés es una situación normal en toda persona u organismo
vivo, producto de las tensiones o presiones que nos da la vida.
Entendemos por presiones las fuerzas del ambiente, los
estímulos y acontecimientos de todo tipo que se dirigen hacia
una persona.
El hombre, como cosmos, necesita del equilibrio, de la
organización y estabilización del sistema propio de él y de su
circunstancia, para lo cual su organismo realiza la homeostasis
(proceso de equilibrio holístico) y se tensiona frente aquello que
le produce riesgo de peligro o caos, o sea, el desorden. La
homeostasis lo dispensa del riesgo de ruptura que produce en
su organismo la alostasis (proceso por el cual la persona intenta
la adaptación, equilibrio u homeostasis).
¿Qué factores aumentan la
vulnerabilidad?
En el hombre, la posibilidad de ser herido se da en un
proceso que tiene las siguientes connotaciones:
Distrés
Positiva Fisiológica Mental Euestrés
Negativa
Elementos constitutivos de un
estresor
Consideremos:
Estresor externo: factor procedente del medio ambiente y del
entorno relacional; por ej.: una agresión física.
Estresor interno es el originado ad intra (en el interior) de la
persona, según sus dimensiones:
Dimensión física: disfunción orgánica: dolor (negativo),
caricias (positivas)
Dimensión emocional: gratificaciones (positivo), disgustos,
ira (negativos).
Dimensión mental: pensamientos positivos, negativos o
bloqueo del pensamiento.
Dimensión social: vínculos positivos, relaciones humanas
negativas.
Dimensión valórica: autoestima positiva, desestima de sí.
Dimensión espiritual: creencias y vivencias positivas o
negativas.
Intensidad del estresor
Ésta se determina por el grado de incidencia que
viene registrado por la naturaleza del estímulo y por
el tipo de respuesta instintivo-emocional-mental de la
situación estresante que hace la persona.
Los estudios experimentales han demostrado que la
intensidad del estresor, fundamentalmente cuando la
naturaleza de éste es aversiva, influye decisivamente
en el impacto producido por el mismo sobre la
reactividad fisiológica y psicológica del individuo.
Cuando ciertos estresores aversivos presentan una
intensidad máxima pueden llegar a constituir
auténticas fuentes de experiencias traumáticas.
Duración del estresor
Es el tiempo que transcurre desde que se inicia la
exposición estimulante hasta que dicha exposición
finaliza. Cuanto mayor es el tiempo de exposición,
más grave es la injuria o daño que provoca.
Frecuencia del estresor
Es la cantidad de ocasiones que se repite el suceso.
Ésta es determinante para establecer las relaciones
entre estrés y enfermedad, debido el impacto
fisiológico, emocional y mental. Será notablemente
distinto si el estresor se da en una sola oportunidad o
se repite en el tiempo hasta constituirse en una
situación subcrónica o crónica.
¿Cuáles son los procesos que realiza
la persona frente a un estresor?
Proceso de percepción. Es la función psíquica
que permite a la persona, a través de los
sentidos, recibir y elaborar la información
proveniente de su entorno.
La percepción es la imagen mental que se
forma con ayuda de la experiencia y las
necesidades. Es resultado de un proceso de
tres fases: selección, interpretación y
corrección de sensaciones.
Percibir es la actividad cognitiva básica de
donde todas las demás funciones emergen.
Activación psico-fisiológica. Ante el estímulo
se activan los circuitos de defensas.
Primera valoración. Lucha o huida (refleja o
inconsciente). Es el proceso por el que los
estímulos físicos se transforman en
información psicológica; entonces estos
estímulos sensoriales pasan a la conciencia.
En este proceso juega un papel importante
la autoestima, la personalidad y las
vivencias previas de la persona.
Segunda valoración cognitiva (consciente y/o
aprendida).
Benigna o maligna. Implica los procesos de
evaluación cognitiva superiores, como el
pensamiento y el razonamiento para valorar hasta
qué punto una situación puede ser considerada
como benigna, o, por el contrario, podría ser nociva
y suponer una amenaza.
Estrategia defensiva/confrontación, donde se centra
la respuesta interna o externa. Es la manera de
hacer frente a las situaciones estresantes,
desarrollándose estrategias cognitivas y
conductuales.
Reacción respuesta de la persona en todas sus dimensiones
al estresor. Está compuesta por la acción/respuesta tensional
en línea a la personalidad del individuo, determinado por
cómo la persona evalúa su realidad interna y externa.
Consecuencia. Homeostasis adaptativa o alostasis desadaptativa
en todas y cada una de las dimensiones.
El hombre es: bio-físico-químico-psico-emocional, pero también es:
axio-socio-psíquico-valorativo-espiritual. Y responde desde
estas dimensiones: física – emocional – mental – social –
valórica y espiritual. De aquí que los estresores como tal sean
neutros y, aunque sean agresivos, puedan ser utilizados para
un resultado provechoso.
¿Qué es el euestres?
Este es un término compuesto: eu, en griego,
significa: bueno. Euestrés es el buen estrés.
El euestrés es una reacción/respuesta tensional y
funcional, positiva y saludable, ante una situación o
estímulo estresor, necesaria para lograr un objetivo.
El euestrés es la respuesta adaptativa a las
situaciones o estímulos de la vida. Es lo que
llamamos tensión normal.
El investigador Milsum (1985) definió que el euestrés
es la condición ideal en cuya dirección se efectúa el
trabajo del complejo sistema homeostático de cada
individuo.
Es necesario para el aprendizaje de la vida, la
madurez psicológica, el desarrollo de capacidades
adaptativas, la superación de dificultades y la
adquisición de consistencia personal, así como el
crecimiento integral de la persona y de la
personalidad.
Las respuestas fisiológicas- cognitivas- emocionales-
sociales-valóricas y espirituales que pone en marcha
el estrés, cuando el individuo percibe una amenaza,
facilita la acción de una serie de mecanismos que
tienen como objetivo potenciar sus fuerzas y su
resistencia.
Si la respuesta adaptativa es adecuada,
facilita la supervivencia del individuo. Si es
inadecuada, estamos abriendo un camino
que puede dar lugar al distrés (estrés
negativo) y a la enfermedad.
El dicho popular de “cómo te lo tomes”
determina el camino al euestrés o al distrés.
Pongamos un ejemplo gráfico de euestrés:
¿Qué catalogamos como euestresor?
Los factores euestresores son los aspectos
estimulantes y motivantes de nuestra vida; son los
desafíos positivos que promueven sanas
inquietudes, produciendo armonía holística en la
persona. Éstos, en conjunción con nuestra
personalidad, estilos y defensas, nos llevan a
afrontar desafíos y a confrontarnos favorablemente
para tener una vida plena en clave de salud.
Reiteremos, sin embargo, que tanto los desafíos
como las dificultades no son en sí causa de estrés
bueno o malo. Euestrés es la respuesta
buena/adaptativa; distrés es la respuesta
mala/desadaptativa de la persona.
¿Cuáles son algunos factores
euestresores?
Físicos: deportes, juegos, caminatas, gimnasias,
encuentros físicos con otros, trabajo, estudio o
realizaciones creativas comunitarias.
Emocionales: la autoestima, los sentimientos
positivos, el amor, el compañerismo.
Mentales: el aprendizaje, la resolución de
problemas, adaptación social, proactividad,
inteligencias múltiples, desarrollo de la Inteligencia
emocional, la sana competitividad, ejercicios en
habilidades de control interno.
Sociales: formar una familia saludable, red de contención
social, interacción exitosa con la comunidad, la escuela, el
trabajo etc.; interacción exitosa con otros en instituciones y
comunidades, calidad de los lazos afectivos, respuesta al estrés
con apoyo dentro de la familia, el diálogo y el consenso con
otros.
Valóricos: tener escala de valores (elevados) y hacer uso
activo de los mismos; una buena imagen de sí mismo y apreciar
el trabajo como valor axiológico.
Espirituales: abrirse al amor de Dios Padre, vivir con una
buena imagen de Dios, tener una sana relegación espiritual,
estar en gracia y en paz, vida vincular comunitaria, servicio y
altruismo, mística y trascendencia.
¿A que llamamos distres?
Es la reacción-respuesta tensional desadaptativa,
negativa, excesiva, insana y disfuncional de la
persona ante una situación o estímulos estresores.
Es tensión excesiva que puede llevar a la ruptura del
equilibrio. Es una grave amenaza para la salud y
para la armonía de la personalidad.
El distrés está en el origen y causa de diversas
alteraciones disfuncionales. Las consecuencias son
los síntomas del distrés que observamos en la clínica
de las múltiples enfermedades.
Debemos poner énfasis en que a los
síntomas del distrés comúnmente los
llamamos “tensión nerviosa”, como una forma
de banalizarlo, cuando en realidad implica
siempre una dimensión de categoría
patológica.
El distrés,, tarde o temprano al afectar los
sistemas de equilibrio agotará los recursos
holísticos de la persona.
Pongamos un ejemplo gráfico:
El arco, por exceso crónico de tensión previa, no alcanza la tensión y se agotan
los recursos para llegar al objetivo saludable.
¿Cuáles son los síntomas del distres
en general?
Físicos
Agotamiento
Entumecimiento
Temblores
Dolores musculares
Calambres
Cefaleas
Colitis
Colon irritable
Hipertensión arterial
Diarreas-estreñimiento
Impotencia
Infertilidad
Pérdida o aumento de apetito
Ulcera péptica: ulceración de la mucosa del esófago, estómago o duodeno
Trastornos respiratorios
Trastornos cardiovasculares
Envejecimiento prematuro
Enfermedades psico-inmuno-neuro-endócrinas
Emocional y cognitivos
Temor
Miedo
Inseguridad
Indecisión
Pérdida de autoestima
Pensamiento negativo
Dificultades para pensar
Pérdida de memoria
Ansiedad
Ira
Irritabilidad
Tristeza
Apatía
Fatiga
Culpa
Mal
humor
Nerviosismo
Odio – animosidad – resentimiento
Cambio cíclico de humor
Aumento de la reactividad
Pura emocionalidad con síntomas autonómicos viscerales
Emocionales fisiológicos
Sudoración
Tensión muscular
Palpitaciones
Risa nerviosa
Dolor en la boca del estómago
Sequedad de boca
Mareos
Náuseas
Aumento y disminución de la presión arterial
Escalofríos
Emocionales a nivel motor u
observable
Evitación o temor
Intranquilidad motora – movimientos
repetitivos
Conductas adictivas
Acatisia – movimiento angustioso sin fin
concreto
Llanto
Inhibición – parálisis
Desesperación
Mentales
Propensión a errores y accidentes
Pensamientos irreflexivos
Excitabilidad – reactividad
Trastorno de memoria
Bloqueo mental
Afectación del habla
Hostilidad
Antagonismo
Bloqueo para resolver problemas
Dificultad para concentrarse
Desorganización de las funciones mentales
superiores
Sociales
Problemas y ausentismo laboral
Competitividad exagerada
Insatisfacción
Accidentes
Aislamiento social
Desacuerdos familiares
Bajo desarrollo personal
Propensión a conductas antisociales
Ansiedad excesiva
Pobre inclusión organizacional
Expectativas y exigencias exageradas
Agresiones físicas y conductas antagónicas
Valóricos
Incapacidad para decidir
Incapacidad para ser asertivo
Trastornos en el juicio valorativo
Dificultad para valorar un contexto
Falta de sentido vital
Incapacidad para separar lo importante de lo urgente
Incapacidad de autocrítica
Pérdida de autoconfianza
Desprecio por la vida
Daño a la salud
Actitudes rígidas
Disminución del apoyo familiar
Comportamiento socialmente irresponsable
Ausencia de proyecto vital
Vida amoral y pecaminosa
Espirituales
Descentramiento de la vida del espíritu.
Alejamiento de la gracia sanante de Dios.
Pérdida de la paz espiritual.
Pérdida de la cosmovisión trascendente.
Resentimiento y enojo contra Dios.
Alejamiento de los vínculos comunitarios
eclesiales.
¿A que llamamos distresor?
Los factores distresores son aquellos aspectos desestimuladores y
desmotivadores de nuestra vida, que en conjunción con
nuestra personalidad, mente-mentalidad, autoestima, cultura-
educación, estilos de afrontamiento y modos de ser estar y
responder, desencadenan desadaptación y disfunción en
nuestra persona.
Los factores que predisponen al distrés exigen a la persona un
exceso de esfuerzo.
Esto origina reacción-respuesta tensional desadaptativa. El
fenómeno tensional de sobreadaptación tiene como
consecuencias el disparo de reacciones respuestas
desadaptativas- disfuncionales que alteran el equilibrio
fisiológico- cognitivo- emocional- mental- valórico y espiritual.
Factores agresores
Causa:
reacción/respuesta tensional desadaptativa.
Asociadas
Distrés
¿Cuáles son algunos factores
distresores?
Antes de enumerar algunos factores distresores
por dimensiones, debemos poner énfasis en
resaltar la tremenda importancia de la
relación mente/distrés.
Los distresores se funden en el mosaico de la
personalidad y en la forma en que
resolvemos y afrontamos los problemas de la
vida.
Físicos
Condiciones climáticas adversas o bruscas.
Falta o exceso de actividad física.
Dolores, enfermedades, infecciones, inflamaciones.
Polución, ruido, contaminación ambiental.
Trabajo nocturno, cambios de horarios o de meridianos (jet lag).
Malas condiciones laborales.
Riesgos de exposición corporal nociva.
Enfermedades genético-hereditarias que condicionan la
vulnerabilidad individual.
Alimentación inadecuada, hambre, desnutrición
Excesos alimentarios: azúcares refinados, grasas animales, sal,
café, tabaco o alcohol.
Dietas estereotipadas culturalmente asociadas a alimentos
pobres en vegetales frescos, cereales, minerales y vitaminas.
Emocionales
Desavenencias familiares, conyugales y laborales.
Pérdida de autoridad, humillación.
Derivación de problemas hacia fuera.
Inestabilidad emocional, ira, agresividad, irritabilidad.
Emociones intensas, buenas o malas: frustración,
contrariedad, coacción, sometimiento.
Permanente sobretensión emocional por inmadurez
personal.
Exceso de apego, insatisfacción, tedio, miedo,
decepción.
Temores (ser raptado, ser rehén, pérdida de la
libertad).
Mentales
a) Intensidad
Estresor
b) Temporalidad
c) Respuesta inadecuada
Próximo
Distrés anticipado
Distrés agudo Distante
Distrés sobreagudo
Tipos de distrés Muerte súbita
Distrés crónico
Sobre tensión generalizada
Claudicación
Golpe de distrés
Bournaut
Distrés postraúmatico
Infraestrés o distrés vital bajo
¿Qué es el distres anticipatorio
distante y proximo?
Distrés anticipatorio
Se denomina distrés anticipatorio a la dañina
tensión que provoca pensar en
acontecimientos amenazadores que pueden
suceder o no en el futuro. Puede dividirse en
dos categorías: distante y próximo.
Distrés anticipatorio próximo
El distrés que surge de la anticipación a situaciones y
acontecimientos inminentes, que pueden suceder o
no, consideradas difíciles de abordar, se denomina
distrés anticipatorio próximo. Ejemplos de este tipo
de estrés son: intervenciones quirúrgicas
preocupantes, duelos por asumir, situaciones
adversas que afrontar, etc.
Uno de los factores que provoca este distrés es que
ante ciertas situaciones anticipadas la persona se
cuestiona con ansiedad: ¿Y si tuviera cáncer?, ¿Y si
perdiera mi empleo?, ¿Y si me asaltaran?¿Y si…?
Distrés anticipatorio distante
La tensión excesiva y perjudicial que provoca pensar en
acontecimientos amenazadores que pueden suceder o no en el
futuro lejano se denomina estrés anticipatorio distante.
Así como el distrés anticipatorio próximo, también el distrés
anticipatorio distante será semilla inicial de los trastornos de
ansiedad.
Para practicar
Controlar las fuentes del distrés implica poner en práctica
cambios de actitud y técnicas para solventar problemas. Hay
que tratar el distrés anticipatorio modificando la perspectiva de
la situación e intentando desafiar el objeto del peligro o la
amenaza.
Insistimos: cambiar la actitud con la psicoeducación, serenar el
alma e intentar resolver positivamente el problema puede
resultar de gran ayuda.
¿Cuál es la esencia de distres aguda?
Según CIE10 (Consenso europeo), es una reacción transitoria
física y/o mental excepcional, con un estado inicial de
aturdimiento que se caracteriza por la disminución de la
atención, incapacidad para comprender estímulos y
desorientación. A continuación se produce un cuadro
rápidamente cambiante de síntomas que puede incluir:
agitación del entorno, reacciones de fuga, angustia e
hiperactivación autonómica, depresión, ira o desesperación. Los
síntomas acostumbran a disminuir al cabo de 24 a 48 horas y
deberían ser mínimos a partir de los 3 días.
Según DSM-IV (Consenso norteamericano), sólo se diagnostica
cuando los síntomas psicológicos persisten durante más de dos
días, con predominancia de la sintomatología disociativa. Este
estado se acompaña con disgregación de los sentimientos,
alteración de la conciencia, memoria, identidad y percepción del
entorno
Los síntomas incluyen:
DIMENSION FISICA
1 ¿Siento agotamiento permanente?
2 ¿Padezco de hipertensión arterial?
3 ¿Sufro de trastornos alimentarios?
4 ¿He presentado algún síntoma cardiovascular?
DIMENSION EMOCIONAL
7 ¿Me irrito con facilidad?
8 ¿Consumo excesivo alcohol, tabaco o drogas?
9 ¿Dudo de mi autoestima?
10 ¿Tengo ansiedad?
11 ¿Presento insomnio?
DIMENSION MENTAL
12 ¿Soy incapaz de resolver problemas?
13 ¿Me bloqueo mentalmente ante situaciones complicadas?
14 ¿Soy propenso a sufrir accidentes?
Nunca Pocas veces A veces Siempre
DIMENSION SOCIAL
¿Me aíslo socialmente?
¿Siento necesidad constante de tener prestigio?
¿Reacciono violentamente?
¿Presento problemas laborales frecuentes?
DIMENSION VALORICA
¿Siento que los demás no me aprecian?
¿Soy incapaz de tomar decisiones?
¿Mi familia y mis amigos me desestiman?
¿Tengo comportamientos inmaduros e
irresponsables?
DIMENSION ESPIRITUAL
¿Creo que Dios me castiga?
¿Me siento abandonado por Dios?
¿Vivo una fe con un Dios enjuiciador?
¿Me abruma la muerte y el vacío existencial?
RESOLUCIÓN
PUNTAJE : 27 No tiene vulnerabilidad al distrés
PUNTAJE : entre 27 y 34 Bajo nivel de distrés
PUNTAJE : entre 35 y 41 Nivel moderado de distrés
PUNTAJE : entre 42 y 54 Nivel alto de distrés
PUNTAJE : entre 55 y 81 Nivel muy alto de distrés
¿El distres es familiar?
La familia es una unidad ecosistémica. Sabemos que
cada ecosistema está perfectamente dotado para
regenerarse de agresiones externas o internas,
mientras éstas no rebasen determinados umbrales.
El distrés se contagia. Afecta a los grupos humanos;
también al grupo familiar y se previene en familia.
El padre y la madre son las dos estrellas en el horizonte
de la seguridad del niño; la madurez emocional del
pequeño se desprende de la madurez de un
ecosistema familiar.
La crisis familiar de comunicación y de contención puede ser la
madre del distrés y el padre de todas las adicciones. Y en la
base de la adicción puede haber un problema de familia.
Fueron fundamentales las invalorables enseñanzas del
antropólogo Bateson (1948), quien junto a Don Jackson,
analogaron el concepto de familia a un sistema homeostático
(que busca mantener el equilibrio).
En la década de 1970 surgió el planteo de la epistemología
evolutiva, producto de prestigiosos científicos como el físico Ilya
Prigogine y el biólogo Humberto Maturana. En ese periodo,
Paul Dell aplicó el modelo evolutivo a las familias; las definió
como sistemas vivos, entidades en evolución, capaces de sufrir
transformaciones súbitas
Decálogo de la familia sana
La familia es lo más sano para nacer, crecer y educarse, procrear,
desarrollarse, sufrir, envejecer y morir.
Proporciona seguridad, red de apoyos y modelos de identidad
Propicia afectos. Un amor sano y saludable.
La familia es cuna de autoestima, autovaloración, auto respeto,
confianza, estímulo, motivación y seguridad en la toma de
decisiones vitales.
Desarrolla un sano proceso en la madurez de la personalidad,
impulsando el valor de la individualidad en armonía con la
socialización.
Estimula modelo de roles. Guía y realimenta para permitir el
desarrollo de conductas, habilidades sociales estrategias de
adaptación ante conflictos inherentes a la vida.
Promueve el sentido vincular de pertenencia.
El calor familiar es fuente de descanso, de refugio seguro ante
las tormentas que amenazan al barco de la vida.
La mente es la bisagra de la salud holística, así la familia es
bisagra de la salud mental. Por el contrario, la familia insana
“desquicia”.
La familia sana encarna, ejemplariza y transmite los valores
transcendentes de la vida, escudo primordial contra el distrés.
El espíritu de la familia, revestido de espiritualidad, encamina
a todos sus miembros hacia las fuentes, caminos y cumbres
de la vocación trascendente del hombre como hijo de Dios,
rey de la creación y señor de la historia.
La comunidad +comunicación +
comunión son determinantes
Los vínculos comunitarios, el diálogo
intrafamiliar y las acciones solidarias (dar y
recibir) son factores euestresantes y
preventivos del distrés.
La respuesta y el tipo de confrontación con
que se resuelvan las situaciones de crisis o
cambios dentro del grupo familiar serán
determinantes en el origen del distrés.
Es común que algún componente se distrese por una
situación externa y contagie su estado al grupo. Por
esto es importante la contención de las partes, su
vida y religación comunitaria, comunión solidaria y su
modo de afrontar las vicisitudes de la vida.
Igual que lanzando una piedra en un estanque, las
ondas negativas del distrés se propagan del centro a
la periferia: de abuelos a padres y a nietos: a través
de patrones de conducta, comentarios, relatos,
narraciones, prejuicios y opiniones.
Distresores de la familia
Desafección del mundo afectivo- emocional.
Analfabetismo emocional.
Incomunicación intrafamiliar.
Transmisión de inseguridad y baja autoestima.
Confusión de roles.
Ausencia paterna.
Falta de pensamiento estratégico en la relación
padres-hijos.
Conflicto padres- hijos.
Analfabetismo cultural educativo.
La fragmentación disciplinaria del conocimiento con
dificultad e imposibilidad de afrontar lo complejo.
Violencia familiar y malos tratos.
Crecimiento problemático de los hijos.
Modificaciones culturales traumáticas.
Adolescencia extendida e inmadura.
Robos, asaltos, violaciones.
Enfermedades crónicas, invalidantes, físicas o mentales.
Abortos.
Separación de los padres.
Muerte de algún miembro.
Problemas económicos graves.
Inmigración-emigración, crisis social.
Desempleo o conflictos laborales.
Conflictos escolares graves.
Cuando estos distresores son crónicos,
pueden llevar a que algunos de los
miembros, si no todos, manifiesten alguna de
estas patologías: depresión, trastornos de
ansiedad, enfermedades psicosomáticas,
consumo de substancias tóxicas, accidentes,
suicidio, otras.
Prevención
Lo mejor:
Diálogo entre esposos.
ciudadana-eclesial.
Tratamiento:
Psicoeducación para el grupo familiar
para la vida, la persona y la salud
con comunicación, comunidad y comunión
solidaria.
Psicoterapia familiar con enfoque sistémico
Psicoterapia individual, cuando el caso lo
requiera.
¿Hay síndrome de distres en la
sociedad?
Hemos manifestado que el hombre es una
complejidad cósmica, por lo tanto debemos
superar la idea de que el distrés es un asunto
meramente individual.
El fin del siglo XX nos ha revelado la pérdida
de certezas; esto nos pone de cara al siglo
XXI frente a otra realidad que la historia
humana ha sido y sigue siendo una aventura
desconocida.
El euestrés social es la reacción/respuesta adaptativa
de la comunidad.
Ejemplo: cuando la comunidad se organiza
colectivamente como reacción-respuesta en
beneficio del bien común.
El distrés social es la reacción/respuesta desadaptativa
de la comunidad, que afecta negativamente a las
personas que la componen.
Ejemplo: cualquier reacción social, protestas, marchas
y manifestaciones, que detrás de una reivindicación
sectorial, perjudica a otro sector de la sociedad.
1- El estrés es personal pero muy
comunitario
Se constata que cuando se habla del distrés se
dice: “yo estoy distresado”; sin embargo,
pocas veces se escucha: “yo soy factor
distresor para mi familia, o para mi equipo de
trabajo o para mi comunidad”.
El estrés aún siendo un asunto personal es
muy comunitario, muy social. La sociedad no
es meramente un conjunto de personas; es la
estructura que ocasionan los vínculos
relacionados de las personas.
2 - El distrés es social, ascendente y
descendente
El distrés es contagioso. Una persona distresada
influye negativamente en la armonía de un grupo.
También una estructura grupal distresante influye
negativamente en los otros miembros del grupo,
contagiándolos.
La pérdida de certezas genera incertidumbre, vacíos y
es motivo de nuevos desafíos. Las personas darán
respuestas a estos desafíos, que son parte del estrés
social que se vive día a día, de acuerdo a factores
diversos y/o de índole personal, generando euestrés
en algunos, o por el contrario distrés en otros.
3- Causas: el distrés es estructural