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UNIDAD 6

FILOSOFÍA DEL DERECHO Y


DERECHO NATURAL
Generalidades:
El problema del Derecho Natural fue sentido y planteado antes de
que se verificara un verdadero análisis científico del Derecho
positivo, por lo que, la Filosofía del Derecho, que es la misma
que el Derecho Natural, es más antigua que aquella ciencia.
Hasta principios del Siglo XIX la Filosofía del Derecho fue
Derecho Natural. El racionalismo de que estaban impregnadas
las especulaciones en tomo a él (al Derecho Natural), abrió
paso al Derecho positivo, que pretendía legítimamente dar
unidad al pensamiento que se conectaba estrechamente con el
material histórico de la experiencia jurídica y que se ofrecía al
sujeto cognoscente como dado, y por ende, susceptible de
explicación objetiva, y al cual no podía abandonarse con un uso
indebido de la razón, cuyas deducciones ilegítimas alejaban
cada vez más la conciencia de la realidad que auténticamente
se debía conocer.
En Roma, en que el Derecho fue la actividad suprema en el orden de
las creaciones culturales, la idea del Derecho Natural fue elaborada
con el concurso de la filosofía griega, pues en ese aspecto los
mismos no descollaron por su originalidad. Cicerón fue quien más
nítidamente y a despecho de Carneades, popularizó esta idea a la
luz de los principios de dicha filosofía, sentando que el Derecho no
constituye un producto del arbitrio, sino que es dado por la
naturaleza, siendo por ello Derecho y naturaleza conceptos
inseparables. Célebre igualmente es el pensamiento de aquél en el
sentido que: "no todo lo que se impone como Derecho es justo, ni
puede identificarse Derecho con Derecho justo, pues, de lo
contrario las leyes impuestas por los tiranos igualmente serian
Derecho".
Para el Cristianismo, opera una fusión entre la Teología y el Derecho,
pues éste es considerado como mandato divino y surge de la figura
Dios legislador, que no es otra cosa que el Dios personal que
gobierna el mundo, el cual inspira las leyes humanas, y en él residen
las leyes eternas. Esta corriente del pensamiento Cristiano a su vez
se divide en dos periodos; a saber la Patrística y la Escolástica.
Su identificación teleológica:
Afirma Kelsen que "La doctrina del Derecho Natural intenta llegar a una
solución definitiva del eterno problema de la justicia y responder a la
pregunta de qué es bueno y qué es malo en las relaciones humanas", y
agrega "'Para responder a esta pregunta tendremos que basamos en la
distinción entre la conducta humana natural, es decir, la que se adecua a
la naturaleza porque ésta así lo exige, y la conducta humana que no es
natural, es decir, contraria a la naturaleza y prohibida por ella".
Naturalmente que esto implica que es posible deducir de la naturaleza, o sea,
de la naturaleza humana, e incluso de los objetos naturales, ciertas reglas
que ofrecen normas de conducta humana en general satisfactorias.
Igualmente implica que mediante un examen detallado de los hechos
naturales se puede encontrar la solución justa a nuestros problemas
sociales. Se considera a la naturaleza como legislador supremo, a quien el
hombre debe obediencia.
En la medida en que se considera que la naturaleza es una revelación de la
voluntad divina y que, por tanto, examinar la naturaleza equivale a
dilucidar la voluntad divina, la doctrina del Derecho Natural puede deducir
de la naturaleza reglas justas de conducta humana. Así, pues, no se conoce
ninguna doctrina del Derecho Natural importante que no revista un
carácter religioso.
Fundamentos que se les contraponen:
La primera objeción que se formula a la doctrina del Derecho Natural desde el
punto de vista de la ciencia es que esta doctrina elimina la diferencia esencial
que existe entre las leyes científicas de la naturaleza, es decir, las leyes
mediante las cuales la ciencia de la naturaleza describe su objeto, y las reglas
mediante las cuales la Ética o el Derecho igualmente lo hacen.
Una regla científica de la naturaleza relaciona dos fenómenos entre sí según el
principio de causalidad, es decir, de causa a efecto. Una de ellas sería que un
cuerpo metálico sometido al calor se dilata. La relación de causa a efecto, no se
atribuye a ningún acto de voluntad humana. Sin embargo, cuando hablamos de
la Moral o del Derecho nos referimos a normas que prescriben una conducta
humana, y estas normas son específicas de los actos humanos, por ejemplo, la
norma moral cristiana que obliga a ayudar al prójimo, o la norma legal que
prescribe un castigo para el criminal. Resulta así evidente que tanto la regla
moral como la jurídica relacionan condición y consecuencia según un principio
totalmente ajeno al de causalidad, por lo que se deduce que la ley de la
naturaleza es una afirmación que se traduce en que si se da la situación A,
forzosamente se dará la B, mientras que en la regla moral o jurídica la
diferencia radica entre es y debe ser, o sea, entre causalidad y normatividad.
Dualismo y contradicciones fundamentales entre el
Derecho Natural y el Derecho positivo:
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Por encima del Derecho positivo imperfecto creado por el hombre existe un
Derecho Natural perfecto, establecido por una autoridad divina, y por lo
mismo, el Derecho positivo se justifica y es válido en la medida en que se
corresponde con el Derecho Natural. Ninguno de los seguidores del Derecho
Natural admite ni se han referido al hecho que la existencia del Derecho
Natural haría superflua la creación del Derecho positivo; por el contrarío, todos
insisten en su necesidad.
De hecho, una de las funciones más esenciales de todas las doctrinas
iusnaturalistas es justificar el establecimiento del Derecho positivo o la
existencia de un Estado capaz de establecerlo. Naturalmente que al fijar esta
función del Derecho Natural, dichas doctrinas caen en la contradicción de que,
por una parte, sostienen que la naturaleza humana es la fuente del Derecho
Natural, y por tanto, supone que la naturaleza humana es básicamente buena,
y por otra, sólo pueden justificar la necesidad del Derecho positivo con su
aparato coercitivo a causa de la maldad del hombre. En realidad, el único
filósofo que pudo eludir esta crítica de hierro fue Hobbes, porque desde luego,
él partió del presupuesto básico que el hombre es naturalmente malo. Si el
Derecho Natural es un sistema de reglas sustantivas, independientes del
Derecho positivo, es inevitable la contradicción entre una naturaleza humana,
de la cual se deduce el Derecho Natural, y una naturaleza humana que necesita
del Derecho positivo.
Distintas tendencias doctrinarias
sobre el Derecho Natural:
Cualquier norma del Derecho positivo que se contraríe a aquél, sería nula. Esta
consecuencia surge de la teoría que admite la posibilidad de un Derecho
positivo como sistema normativo inferior al Derecho Natural. Á este respecto,
la sinceridad de todos los que siguen la doctrina del Derecho Natural, puede
fácilmente medirse por la adhesión a la sumisión del Derecho positivo a éste,
aún cuando existan autores que pretenden sortear el problema que ello
conlleva, tratando de demostrar que es imposible entre ambos derechos.
Finalmente es un dogma para todos los más sobresalientes representantes del
Derecho Natural que: "bajo la ley natural, se da un derecho de resistencia
nulo o muy restringido". Con ello se elimina cualquier efecto peligroso para la
autoridad legal establecida, que pudiera derivarse de un conflicto entre
Derecho positivo y natural.
Desde otra perspectiva, juzgar que una conducta humana determinada o una
institución son "naturales" significa únicamente que esta conducta o la
institución social están de acuerdo con una norma presupuesta, basada en un
juicio de valor subjetivo del escritor que representa la doctrina del Derecho
Natural. Debido a ello, no existe una doctrina del Derecho Natural, sino varias
que defienden principios distintos.
Derivaciones positivistas del
iusnaturalismo:
Del nacimiento de la Sociología: Aún cuando el iusnaturalismo sea objeto de
muchas criticas, ella tiene y seguramente seguirá teniendo una gran
influencia sobre el pensamiento social porque satisface una necesidad
humana profundamente enraizada, la necesidad de justificarse. Para legitimar
los juicios de valor subjetivos, que emergen del elemento emotivo de la
conciencia, el hombre intenta presentarlos como juicios objetivos, dotándolos
de la dignidad de la verdad, para hacer de ellos proposiciones que estén al
mismo nivel que los juicios sobre la realidad, pues los valores son inmanentes
a la realidad.
Esto es lo que ocurre con los iusnaturalistas y ¿por qué no habría de darse el caso
que la realidad igualmente se deduce de la sociedad o la historia, pues que se
halla determinadas por leyes análogas? Partiendo de esto surgieron los
pioneros de la filosofía positivista, intentando deducir de aquellas leyes
(sociales e históricas), las relaciones humanas. Así se definió la tendencia de
la Sociología y la filosofía de la Historia en el Siglo XIX y a pesar de oponerse
directamente a la doctrina iusnaturalista, ambas disciplinas aplican el mismo
método de la doctrina que pretende desplazar, y por supuesto, caen en el
mismo equívoco al inferir el debe a partir del es.
Conclusión:
Para concluir el análisis de esta transición del Derecho
Natural al positivismo filosófico, diremos que su
principal expositor Augusto Comte sostiene que la ley
fundamental de la evolución hace que la humanidad
pase por tres estadios sucesivos: el teológico, metafísico
y positivo. Asume para él mayor importancia este
último, en el que concluye que se llega al estado ideal de
la sociedad, en el que el gobierno estará regido por los
filósofos reservando al poder temporal, o sea al civil, el
manejo de las cuestiones económicas. El gobierno
espiritual tendrá a su cargo regir y dirigir las opiniones y
la moral que serán absorbidas por el poder temporal.
Del nacimiento de la filosofía de la
historia:
Quizás resulte inapropiado ubicar el nacimiento de la filosofía de la
historia en el Siglo XIX, por considerar a los pensadores Jorge Guillermo
Federico Hegel y KarÍ Marx, como los verdaderos impulsores de esta
corriente derivada del iusnaturalismo, que indudablemente culminó su
desarrollo a la altura de aquel tiempo histórico.
Para Hegel, la idea básica de la Filosofía de la Historia, consiste en que la
"Razón gobierna el mundo y, por consiguiente, a la Historia mundial".
Esta razón implica una moralidad cuyas leyes son "lo esencial racional"
que se identifica con la afirmación que la historia del mundo es "el
curso racional necesario del espíritu del mundo", siendo este Espíritu
del Mundo "la personificación de la Razón". Las acciones de los
individuos y los Estados, de las cuales se compone la Historia, son los
medios e instrumentos del Espíritu del Mundo para alcanzar sus
objetivos. Y todos los hombres de la historia que persiguen sus propios
objetivos, no hacen más que ejecutar, sin saberlo, la voluntad del
Espíritu del Mundo…
Del nacimiento de la filosofía de la
historia:
• La llamada FILOSOFIA DE LA HISTORIA DE HEGEL
no es propiamente tal, sino una TEOLOGIA DE LA
HISTORIA, para éste el hecho de que la RAZON
gobierne el mundo es la aplicación de una verdad
religiosa, pues el mundo no está abandonada a su
suerte, sino que está bajo el control de la DIVINA
PROVIDENCIA que se trata de la SABIDURIA
dotada de un poder infinito, o sea el fin racional
absoluto del mundo, y por tanto, el valor es
inherente a la realidad, por lo que surge la
necesidad de distinguir en esa realidad entre el
bien y el mal.
El rasgo distintivo es que: "dos proposiciones
contradictorias del pensamiento no se excluyen entre
sí, sino que, como tesis y antítesis, producen un nivel
más elevado, la síntesis, unidad en la cual la
contradicción se resuelve, es decir, se supera y se
conserva. La contradicción pone en movimiento las
cosas y los pensamientos. El movimiento es la
contradicción existente en sí misma. La contradicción
es el principio del automovimiento. Es una ley del
pensamiento y también una ley de los
acontecimientos”.
Se deduce pues que el mal, la negación del bien, es
necesario para que brote la verdadera bondad, la
santidad. Es así que, "Santo" no es el niño inocente, sin
el adulto convertido.
Carlos Marx
Al igual que Hegel interpreta como contradicción lógica los
conflictos que surgen en la lucha por la vida, el antagonismo
entre grupos de intereses opuestos y especialmente la
incongruencia de las fuerzas y modos de producción.
Entre las ideas claves de Marx podemos citar aquella que
señala: "La evolución de las condiciones de trabajo se realiza
a través de la lucha de clase, porque algunos, más avivados,
compran la fuerza trabajo que produce riqueza y pagan a los
obreros mucho menos de lo que producen, los explotan,
constituyen capitales siempre más grandes. La ganancia que
se queda en manos del capitalista es fruto de la venta del
producto que aumentó de valor por el trabajo del obrero. Es,
pues, una plusvalía robada al obrero explotado. Por ello, el
sistema capitalista producirá una masa obrera siempre más
pobre y numerosa, hasta que estalle la revolución
proletaria.-

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