Ambrose Bierce. ¿Qué es la Morfología Forense? debemos aclarar qué es la morfología forense y de qué se encarga dentro del amplio campo de las ciencias criminalísticas: Este campo estudia las formas, longitudes, dimensiones y cromatografía de los rasgos generales y específicos del rostro de una persona, todo con el fin de buscar, individualizar y posteriormente identificar personas que infringen la ley, reportadas como desaparecidas o cadáveres no identificados. Para realizar un análisis morfológico forense detallado, los expertos deben seguir estos tres pasos: Identificación Reconocer si una persona o cosa es la misma que se supone o se busca, y en caso de que exista alguna indicación de culpa o señalamiento, debe incluirse en la lista de posibles sospechosos. Estudio de Fisionomía Este se refiere al aspecto peculiar del rostro de cada persona, lo que resulta de la combinación diversa de sus facciones. Evaluación Estudio de las características generales que busca eliminar de la investigación todos los individuos que no se ajustan a lo establecido (lo recomendable es siempre iniciar por la cabeza). Como toda ciencia, sus expertos usan un lenguaje técnico especializado, y su principal tarea u objetivo, apenas iniciado este estudio, es hallar una primera exclusión selectiva, a fin de eliminar de la investigación todos los individuos que no se ajusten a las notas establecidas. Las características de la morfología forense, sobre todo la relacionada con los rasgos faciales basadas en la descripción corporal, son basadas en el estudio anatómico, miológico y osteológico con la aplicación de conocimientos puntuales en antropología física, psicología y técnicas de entrevista judicial para lograr la obtención de información. Los morfólogos forenses evalúan las siguientes características generales, como una suerte de indicadores, para clasificar a las personas según su: raza, edad, sexo, estatura, peso, contextura (complexión), color de piel (tez), apariencia y/o acento o dialecto. Todas estas se clasifican o son usadas en distintos procesos como: Descripciones morfológicas, retratos hablados, álbumes de reconocimiento fotográfico, cotejo de imágenes y los procesos gráficos y sistematizados de caracterización, como, por ejemplo, los de edad o envejecimiento. Destacamos particularmente los retratos hablados, no sólo por ser una de las técnicas más usadas en criminalística, sino por ser una de las más exactas al momento de identificar a los sospechosos desconocidos. Cabe aclarar que el retrato hablado no es más que una descripción verbal de los rasgos morfológicos faciales generales y específicos convertidos en un dibujo, basados en los datos de una persona que observa el rostro del individuo vinculado a una investigación. Dentro de los requisitos para la elaboración de estos se debe: Obtener información sobre el incidente Realizar el retrato en un sitio adecuado Establecer el tiempo de entrega del informe El concepto antes expuesto debe distinguirse de la antropología forense, una de las subdisciplinas de la antropología física, dividida en tres ramas importantes, relacionadas con otras tantas ramas de las ciencias antropológicas: la antropología forense, la arqueología forense y la antropología cultural forense. La antropología física forense se encarga de la identificación de restos humanos esqueletizados dado su amplia relación con la biología y variabilidad del esqueleto humano. También puede determinar, en el caso de que hayan dejado marcas sobre los huesos, las causas de la muerte, para tratar de reconstruir la mecánica de hechos y la mecánica de lesiones, conjuntamente con el arqueólogo forense, el criminalista de campo y médico forense, así como aportar, de ser posible, elementos sobre la conducta del victimario por medio de indicios dejados en el lugar de los hechos y el tratamiento perimortem y posmortem dado a la víctima.