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CAPÍTULO IV

PRINCIPIOS DE DOCTRINA SOCIAL CRISTIANA

Ing. Max Maeda


Clases que se han preparado a partir del
libro Moral para profesionales del Ing
Rafael Estartus.
“PRINCIPIO DE SOLIDARIDAD”

"El hombre debe contribuir con sus semejantes al bien común de


la sociedad, en todos los niveles".
Por "bien común" se entiende como "el conjunto de aquellas
condiciones de la vida social que permiten a los grupos y a cada
uno de sus miembros conseguir más plena y fácilmente su propia
perfección". "Catecismo...", n. 1906

Este principio se opone a todas las formas de individualismo


social, económico o político. En virtud de él, un empresario no
puede actuar simplemente para maximizar su ganancia. Tampoco
un líder sindical puede limitarse a buscar las máximas ventajas
para sus representados. Ambos tienen que pensar, además, en el

Solidario: Se aplica a la persona que defiende o apoya una causa o


el interés de otros
bien común, en los efectos sobre las demás personas, buscando
su felicidad, limitando de ese modo sus pretensiones.

El hombre no puede comportarse en forma unidimensional: esto


es, considerar que sólo tiene que optimizar una variable. De
hacerlo así, se caería en el individualismo más egoísta.

El profesional necesita un mundo mental complejo, trabajar con


varias metas a la vez, compatibilizarlas en lo posible, subordinar
unas a otras, y llegar a una armonía.

La solidaridad que se nos pide es estructurada, o sea, contempla


una jerarquía de destinatarios. Como regla general, no se puede
hacer el mal a nadie, pero no hay obligación de hacer el bien a
todos, como dijo Santo Tomás de Aquino. Hacer el bien que
a todos sería imposible, por la misma limitación humana.
Tenemos obligación mayor con los parientes, los que trabajan
con nosotros, los amigos...; hay una jerarquía de valores, sin la
cual la solidaridad sería ilusoria y podría ser hasta dañina: "...
considero un celo hipócrita, embustero, el que empuja a tratar
bien a los que están lejos, de paso que .pisotea o desprecia a los
que con nosotros viven la misma fe.

Por otro lado, hay una jerarquía en la rigidez con que se aplica
el no hacer el mal:

A) Primero, los males mayores son de orden espiritual: la


corrupción, el escándalo, etc.

B) En un nivel inferior (no por ello desdeñable) están los males


físicos infringidos a los demás, cuando son graves.
C) En un tercer nivel de rigidez, están los males infringidos al
prójimo en sus bienes.

Estos son algo más negociables que los anteriores. Por eso no se
considera hurto la apropiación de lo ajeno en caso de necesidad
grave. Al fin y al cabo, los bienes materiales permiten la
reposición

En el concepto de mal contra otros, pueden considerarse también


los menores, pero verdaderos males, como los ruidos molestos,
fiestas con música muy fuerte hasta altas horas de la noche,
ambiente sucio y desagradable de la calle por desconsideración al
botar la basura....
“PRINCIPIO DE SUBSIDIARIDAD”

"Según el Principio de subsidiaridad, ni el Estado ni ninguna


sociedad más amplia deben suplantar la iniciativa y la
responsabilidad de las personas y de las corporaciones
intermedias".
“Catecismo...”, n. 1894

La intervención del Estado en la vida política, económica y


cultural de la sociedad ha sido muy fuerte a partir de la
Ilustración, aumentando más aún en los regímenes de corte
Napoleónico, y llegando a ser asfixiante en los regímenes
socialistas, las familias han tenido muchas dificultades para
participar en la educación de sus hijos, porque el estado ha
ejercido casi un monopolio completo de la enseñanza, para
imponer su propia ideología.
También en el capitalismo, vemos que, las grandes empresas
han tendido a engullir o destruir a las pequeñas, y no siempre
usando medios honestos.

Por otro lado los medios de comunicación han formado


conglomerados gigantescos, con un poder desmesurado en
cuanto a la difusión de ideas, y hasta de la difusión de la
carencia de ideas...

El principio de subsidiaridad por tanto se opone a esa


"socialización" exagerada, que tiene muchas consecuencias
funestas. Este principio está presente en todas las encíclicas
sociales de los Papas, pero fue Pío XI quien le dio nombre (en la
Encíclica "Quadragessimo Anno", 1931).
"El bien común está pendiente de que cada cual cumpla
adecuadamente sus funciones, y animando al cumplimiento de
cada función particular se encuentra el principio de
subsidiaridad. Este principio mantiene la responsabilidad de
cada individuo e institución en el cumplimiento de sus
obligaciones. Se podría definir desde el sujeto como la
obligación de realizar cada uno lo suyo, y desde el punto de vista
de la sociedad como el respeto a lo que compete a cada cual".
Pérez, "Manual...", p. 43

SUBSIDIARIDAD EN LA EDUCACIÓN

La educación particular, a todos los niveles, debe ser


permitida, más aún debe ser alentada. Los padres deben poder
escoger las escuelas para sus hijos: de esta manera pueden
cumplir su obligación de ocuparse de la educación de su prole.
No hay que limitarse a permitir sólo las instituciones muy
buenas: la competencia y una discreta reglamentación estatal
pueden conseguir la mejora paulatina del conjunto.

El estado debe intervenir. creando centros propios, en forma


"subsidiaria", supliendo lo que no pueden hacer los entes
privados. Por ejemplo: en un pueblo pequeño donde no podría
funcionar una escuela privada, el estado debe poner una estatal.
y mantenerla mientras sea precisa.

Lo ideal sería que los alumnos pudieran pagar el costo de su


educación. Pero para los que no puedan, el estado, debería
"subsidiar" dando becas a esos alumnos para que puedan
estudiar en el centro que deseen. Ejemplo: beca 18

Las presiones ideológicas. y el deseo del estado de tener en


sus manos el sistema educativo, se debe a que se maneja mucho
dinero y da mucho poder; además, la comodidad que supone
para muchos padres olvidarse de la educación de sus hijos (lo
que es un incumplimiento de su deber); todos esas causas han
hecho que, la enseñanza particular haya sido discriminada,
castigada, no apoyada y a ratos, casi prohibida. Otras veces se la
ha sometido a un control y reglamentación asfixiantes.
En muchos países, el Ministerio de Educación es una gigantesca
estructura de burócratas, leyes, oficinas y órganos de control,
que consumen una parte exagerada de los recursos destinados a
la educación, y que además, mutilan, paralizan y distorsionan
las actividades educativas.

En los Estados Unidos, país líder, donde la libertad es realmente


apreciada y fomentada en la vida pública, la enseñanza privada
ha sido permitida, pero de hecho estrangulada económicamente.
En efecto, los ciudadanos pagan elevados impuestos para la
educación, que sólo son empleados en sostener las instituciones
docentes estatales, y por otro lado el desconcierto moral, sin
enseñanza religiosa, ha bajado en forma acelerada. Las personas
que envían sus hijos a las escuelas particulares deben pagar la
educación por partida doble: los impuestos por un lado, los
colegios por otro.

En efecto, los ciudadanos pagan elevados impuestos para la


educación, que sólo son empleados en sostener las instituciones
docentes estatales, Hay padres que prefieren educar a sus hijos en
su casa, o a nivel de vecindad, y dar exámenes de fin de curso en
una institución reconocida (el llamado "home-schooling"), pero
no son bien vistos por el sistema. Este prefiere que tengan que
enviar a sus hijos a instituciones muy grandes, masificadas,
donde hay grupos de alumnos organizados para la droga, el
pandilleo, las orgías sexuales y hasta el crimen, y donde aprenden
muchas cosas que no deberían aprender, mientras ignoran otras
que deberían saber, contra la voluntad de los padres.
Esta situación, agravada por la baja de calidad y el contagio que
han sufrido las instituciones particulares (a partir de las
estatales), explica en buena parte el deterioro de la institución
familiar.

En cambio las universidades particulares, sí han recibido ayuda


del estado, en forma de leyes que otorgan deducciones tributarias
a los donativos que se les hacen (tal vez seamos mal pensados.
pero sucede que en los Estados Unidos hay universidades de
distintos grupos ideológicos y religiosos).

Peor ha sido en muchos países de Europa y de Latinoamérica. y


mucho peor en los países de la órbita comunista o del mundo
islámico.
En el derecho de los padres a educar a sus hijos, derecho que les
concede Dios (o la naturaleza. como instrumento de Dios) y no el
estado, hay mucho que mejorar.
SUBSIDIARIDAD EN LA ECONOMÍA

Este principio se entiende muy bien si se consideran las grandes


empresas estatales, monopólicas, de producción y distribución,
de petróleo, electricidad, gas, agua, hierro, etc.. producen y
comercializan sin competencia, convirtiéndose así en parásitos
deficitarios que drenan los recursos, impiden la inversión (y la
consiguiente creación de empleos), no permiten que los jóvenes
puedan llegar a ser buenos profesionales, y todo ello afecta en
forma muy negativa, sobre todo a los más pobres.

El estado debe limitarse a operar en aquellos dominios


específicos, necesarios a la Nación, o en los que la empresa
privada no está en condiciones de hacerlo. Esto no significa que
el Estado se debilite.
Un Estado grande no es sinónimo de fuerte, sino, en la mayoría
de los casos, de lo opuesto. Esos inmensos entes que usan las
energías productivas de la sociedad para alimentar una estéril
burocracia, son, empresas, que no tienen dueño y por tanto sin
autoridad, sin la cual ninguna institución u organismo puede
funcionar cabalmente".

Podemos ver las ventajas de la subsidiaridad:

1. Cada empresa, por pequeña que sea, ya sea familiar o incluso


unipersonal, debe poder trabajar en lo que quiera, sin que el
estado ni ningún ente de mayor poder se lo deban impedir.
Esto trae como consecuencia la libertad de los individuos y de
las empresas.

2. La independencia económica de muchos, con la consiguiente


independencia ideológica y política.
3. Como beneficio secundario, se produce la sana competencia,
que obliga a la investigación y a la superación, y beneficia a la
economía y al consumidor, y también la creación de empleos con el
estímulo a las personas más responsables y productivas.

En Estados Unidos han comprendido desde hace tiempo la


relación que hay entre la subsidiaridad en lo económico, y la
libertad, la riqueza y la igualdad de oportunidades. Para
garantizar la subsidiaridad han dictado las leyes "anti-trust" o
anti-monopolio, tantas veces usadas cuando hay sospechas de
competencia desleal. Bajo su imperio, se han desmantelado
empresas muy grandes, obligándolas a dividirse en varias
empresas más chicas independientes
SUBSIDIARIDAD EN EL TRABAJO

También dentro de una empresa se puede vivir la subsidiaridad:

1. El inferior debe realizar cumplidamente su tarea, y no pasar al


superior los temas que puede resolver, o, al menos, estudiarlas
antes.
2. Existe la costumbre de no pensar, no decidir, mecanizarse y
pasar al superior todo lo que exceda la rutina. Este proceder
recarga innecesariamente el trabajo del superior, en un nivel
donde no puede saber bien lo que pasa, si lo acepta condena al
inferior a la mediocridad (y a la falta de motivación y falta de
riqueza en su trabajo).
3. El superior debe dejar que el inferior haga lo que tiene que
hacer y puede hacer, sin interferir por capricho o por otros
motivos que puedan esperar.
4. Es bueno que el superior enseñe al inferior lo que tiene que
hacer, pero conviene que este aprendizaje sea durante el menor
tiempo posible, para soltarlo; a su vez el inferior debe poner todo
su empeño en aprender rápido para no necesitar el apoyo del
superior

PRINCIPIO DE MORALIDAD DE LOS MEDIOS

Las leyes, las instituciones, el ejercicio del poder y hasta las


insurgencias (manifestaciones de rechazo a la autoridad), deben ser
conformes a la ley moral natural, y estar orientadas al bien
común.
1. No se puede hacer un mal para conseguir un bien. Lo mismo
vale para el comportamiento diario de las personas: el fin no
justifica los medios.
2. Jamás podrá admitirse, ni por parte del poder constituido ni
por parte de los grupos insurgentes, el recurso a medios criminales
como las represalias efectuadas sobre poblaciones, la tortura, los
métodos de terrorismo y de la provocación calculada, que
ocasionan la muerte de personas durante las manifestaciones
populares.

3. Son inadmisibles las odiosas campañas de calumnias capaces de


destruir a la persona psíquica y moralmente".

4. Se puede hacer un bien aunque se produzcan consecuencias


malas, con ciertas condiciones (ver doble efecto).

* Una aparente excepción a este principio la constituye el


llamado Principio de Totalidad, que dice que el hombre es una
unidad, de tal manera que se le puede hacer un daño a uno de sus
órganos (la amputación de una pierna, por ejemplo) para obtener
un bien mayor de la persona (conservar la vida).
Pero, contrariamente a lo que piensan los partidarios de la
violencia como forjadora del "progreso", no se puede aplicar el
principio de totalidad a la sociedad como un todo, porque no es
una unidad biológica, una “substancia”.

TEMPLANZA

Hay que tener presente que no es lícito obrar sólo por placer,
porque el placer es, en esta vida, un medio para ayudar a la
realización de lo arduo. La sobriedad en la comida y la bebida,
en las diversiones, en los viajes, en las herramientas de trabajo
(y de prestigio, como autos, computadores, teléfonos celulares)...
ayuda mucho al profesional a realizar un trabajo que sea
realmente un servicio. Es muy bueno trabajar con buenas
herramientas, pero lo mejor es poder prescindir de algunas de
ellas sin que se paralice el trabajo o merme su calidad.

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