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EL PRINCIPIO DE OPORTUNIDAD

El Principio de Oportunidad plantea un mecanismo procesal a


través del cual se faculta al Fiscal, como titular de la acción
penal, para decidir sobre la pertinencia de no dar inicio a la
actividad jurisdiccional penal, o en su caso solicitar el
sobreseimiento cuando concurran los requisitos exigidos por
Ley.
Por tanto el Principio de Oportunidad, es una facultad que le
asiste al Fiscal para que dentro de determinados parámetros, y
bajo ciertas excepciones, disponga de discrecionalidad en el
ejercicio y continuidad de la acción penal o la abstención y
sobreseimiento de la acción iniciada.
GIMENO SANDRA, señala “El Principio de legalidad y el de
oportunidad nos indican en que condiciones debe ejercitarse y
extinguirse la acción penal o, lo que es lo mismo, cuándo y
cómo debe incoarse y finalizar el proceso penal….” El Principio
de Oportunidad no hay que encontrarlo, pues en la lenidad, ni
en la arbitrariedad, sino en la razón de utilidad pública o
interés social, las cuales se concretan en el derecho
comparado en los siguientes casos:
• a) La escasa lesión producida mediante la comisión y la falta
de interés de la persecución penal, puede motivar el
sobreseimiento por razones de principio de oportunidad.
• b) El estímulo a la pronta reparación a la víctima
• c) Evitar los efectos criminológicos de las penas cortas
privativas de libertad.
• d) Obtener la rehabilitación del delincuente mediante su
sometimiento voluntario a un proceso de readaptación.

• La abstención de la acción penal se puede aplicar ya sea


extraproceso, es decir antes de que el Fiscal formalice
denuncia, en este caso estamos dentro de la renuncia al
ejercicio de la acción penal; o intraproceso, en donde la
acción penal ya fue promovida, por el Fiscal, pero éste último
solicita al Juez de la Investigación Preparatoria, previa
audiencia, con la aprobación del imputado y la citación del
agraviado, se dicte el Auto de sobreseimiento.
• Los supuestos enunciados por la norma para la procedencia
de la abstención de la acción penal son:

• Cuando el agente haya sido afectado gravemente por


consecuencia de su delito, ya sea culposo o doloso (Autor-
Víctima) lo que implica un grave daño que sufre el inculpado
en forma personal o en atención a la afectación de sus
bienes, o cuando se trate de delitos de escaso impacto
social, cuyo extremo mínimo sea de dos años; y por último,
en atención a las circunstancias del hecho y las condiciones
personales del autor. Lo que nos permite establecer, que
tanto el agente (observando su grado de cultura y educación)
como las circunstancias del hecho (su grado de participación
en el delito), deben ser consideradas según sea el caso, para
que se pueda aplicar las atenuantes que señala el CP. De
esta forma se tomará en cuenta las circunstancias
modificatorias de la acción penal, y la aplicación del principio
de proporcionalidad al caso concreto, estableciéndose el
marco normativo para la reparación de los daños y perjuicios
ocasionados por el agente, lo cual se podría dar una
transacción o por un acto espontáneo del agente, esto último
de carácter obligatorio en los supuestos b) y c) del art. 2
NCPP.
• Es factible considerar la no aplicación del Principio de
Oportunidad por parte del Ministerio Público, ya que la
frase utilizada por el Código Procesal Penal, es “podrá”,
lo que implica que no existe obligación alguna por su
parte, si a su criterio considera, que existen fundados
motivos para ejercer la acción penal.
• Se ha establecido una serie de delitos donde se puede
aplicar el Principio de Oportunidad, que abarca tanto
delitos culposos como dolosos, que pueden ser tomados
como delitos de poca gravedad o mediana lesividad.
• Es de aplicación el Principio de Oportunidad, a los
delitos de:
- Lesiones leves (Art. 122 CP).
- En los casos de delitos contra el patrimonio:
- Hurto simple (Art. 185 CP).
- Hurto de uso (Art. 187 CP)
- Abigeato (Art. 189-A, párrafo primero CP).
- El Capítulo III, Apropiación Ilícita (Arts. 190, 191, 192, 193
CP)
- Capítulo V, Estafa y Otras Defraudaciones (Art. 196, 197
CP).
Fraude en la Administración de Personas Jurídicas (Art.
198 CP) y
- Daños y Libramientos Indebidos (Art. 205 y 215 CP).
También se considera a los delitos Culposos, sin tener en
cuenta aquellos casos de pluralidad de víctimas, ni de
concurso real o ideal de delitos.

La reforma del proceso penal, como se concibe en nuestro


país, trae consigo principalmente una delimitación clara de
funciones entre los órganos judicial y fiscal, pero se mantiene
la base estructural del modelo mixto, introduciéndose
diversos mecanismos de simplificación y evitación del
procedimiento, produciéndose una nueva dinámica y
mentalidad del operador en el proceso de persecución del
delito.
• La iniciativa en la aplicación del principio de
oportunidad corresponde principalmente al
imputado, quien debe solicitar al Fiscal
expresando su disposición a cumplir con la
reparación del daño ocasionado a la víctima o
agraviado por el hecho punible. Así mismo, el
propio Fiscal, dada las circunstancias del hecho
que se investiga y en atención a los supuestos
previstos en la Ley, podrá hacer de conocimiento
del imputado la posibilidad de prescindir de la
persecución penal si cumple con reparar el daño
ocasionado, dándole a conocer los aspectos
benéficos de la ley a las partes involucradas, pero
sin caer en alguna forma de persuasión a fin de que
el imputado pida o acepte la aplicación del
principio de oportunidad, haciéndole notar que la
esencia de dicho principio radica en el interés
político criminal de evitar la comisión de los hechos
delictivos, aunque sean de poca intensidad, como
una forma de prevención especial.
• Sin embargo, resulta necesaria la intervención del
agraviado u ofendido por el hecho punible a fin de llegar
a un acuerdo sobre la reparación civil. Ello permitirá evitar
cuestionamientos si el acuerdo se realizó solo entre el Fiscal
y el imputado, lo que también se posibilita en la ley en caso
de que no acuda el agraviado a pesar de haber sido
notificado o se desconozca su paradero, por lo que el Fiscal
podrá aplicar este Principio sin su intervención. Si en estos
casos, el agraviado no se encuentra de acuerdo con el monto
fijado por el Fiscal, podrá impugnar dicho extremo, pero no
impide modificar la decisión de archivo.

• Como se podrá apreciar, el legislador otorgó al Fiscal la


facultad de dirigir el procedimiento para la aplicación de
este Principio; es más en los casos de investigación
preliminar, la decisión de no persecución y archivo
subsecuente es de su entera responsabilidad. Pero una vez
iniciado el proceso penal, la facultad de sobreseimiento
del proceso solo compete al Juez Penal, a pedido del
Ministerio Público, lo que obliga al Fiscal a solicitar el
archivo al Juez, previa aprobación del acuerdo, la misma que
se podrá realizar hasta antes de que se formule la acusación
fiscal como lo señala el Inc. 7 del Art. 2° del NCPP.
• En consecuencia, conforme a nuestro ordenamiento, el
principio entre las partes de oportunidad se aplica bajo
tres formas:
• a) consensuada, por acuerdo con intervención fiscal
extra e intra proceso y para los delitos que comprendan
los tres supuestos del art. 2°;
• b) por documento notarial que certifique el acuerdo y
presentado ante el Juez o Fiscal, dependiendo del
estado del procedimiento, y bajo los mismos
presupuestos; y
• c) por acuerdo reparatorio, a propuesta del Fiscal,
durante la investigación preliminar y solo para
determinados delitos.
• El incumplimiento de la promesa de reparar el daño en
el plazo máximo de nueve meses, ello posibilita la
continuación de la persecución penal, de allí que la
disposición del Fiscal no tendrá carácter de definitiva
mientras no se cumpla con el compromiso.
• En resumen el Principio de Oportunidad es un
mecanismo alternativo de solución al proceso penal, es
decir, el Fiscal tiene la facultad de abstenerse de
adoptar la decisión de iniciar un proceso judicial o
incluso, tomar la decisión de desistirse de continuarlo,
pero antes de que se llegue a formular la acusación
fiscal, siempre y cuando que se cumpla con
determinados requisitos, Art. 2° del NCPP., esta
resolución que es emitida por el Juez de la Investigación
Preparatoria no es impugnable, salvo en cuanto al
monto de la reparación civil si fue fijada por el Juez ante
la inexistencia de un acuerdo reparatorio entre la víctima
y el inculpado, o respecto a las reglas si estas son
desproporcionadas y además puedan afectar la
situación jurídica del imputado.

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