En esta técnica conductual se induce en el paciente
un estado fisiológico inhibidor de la respuesta de ansiedad por medio de la relajación muscular y luego es expuesto a un débil estímulo excitador. Si la exposición se repite varias veces el estímulo pierde progresivamente su capacidad de provocar ansiedad. El empleo de una emoción contraactuante para superar una emoción indeseable es un método milenario. Ej.: padre que lentamente se acerca al mar y va estimulando al hijo para que pierda el miedo. Desensibilización sistemática
La primera en usar el método terapéuticamente fue Mary Cover
Jones (1924) para superar fobias en niños, usando alimentos.
Wolpe creo neurosis experimentales en gatos, la respuesta de
ansiedad producía la inhibición total de una respuesta tan básica como la alimentación en un animal hambriento.
Se veía que estos animales comían con menos temor en otros
lugares diferentes al ambiente en el que se los condicionó, entonces se comenzó a desensibilizarlos exponiéndolos gradualmente desde ambientes diferentes, hasta lograr la extinción de la respuesta de ansiedad en el mismo ambiente donde se lo condicionó. La relajación
Los efectos de la relajación profunda son opuestos a las
respuestas de ansiedad. Las personas relajadas tienen una menor frecuencia del pulso y del ritmo cardíaco, una respiración más lenta y regular y un aumento de la resistencia de la piel. Un estímulo provocador de ansiedad intensa, puede ser presentado muchas veces al paciente relajado sin que lo intenso de la respuesta de ansiedad disminuya en lo más mínimo. Por el contrario, si una respuesta de ansiedad es débil, se encuentra que de una presentación del estímulo a la siguiente, la cantidad de respuesta de ansiedad disminuye hasta que por último no hay ninguna. La relajación y la exposición
En estudios de fobia a las arañas (Rachman, 1965) y a las
serpientes (Davison, 1965) encontraron que aplicando toda la secuencia de desensibilización sistemática la mejoría es mucho mayor que si se aplica relajación sin presentación de escenas o los que tienen escenas sin relajación. Una vez que un estímulo productor de una respuesta de ansiedad débil ha cesado de excitar la respuesta de ansiedad, es posible presentar otro estímulo un poco más fuerte al paciente totalmente relajado y este estímulo más fuerte provocará menos respuesta de ansiedad de la que habría provocado antes. Las presentaciones sucesivas harán bajar la ansiedad, de este modo se van aplicando estímulos cada vez más potentes bajo la capacidad inhibidora de la relajación. La técnica de la desensibilización sistemática
Consiste en cuatro operaciones diferentes:
1. Adiestramiento en relajación muscular profunda. 2. Construcción de jerarquías de los estímulos provocadores de respuestas de ansiedad. 3. Establecimiento de una escala que mida la respuesta de ansiedad subjetiva en términos cuantitativos. 4. Contraposición de la relajación y los estímulos provocadores de respuesta de ansiedad que constituyen las jerarquías. Relajación muscular profunda
Se propone el método de Jacobson (1938), pero más
corto, en seis sesiones.
Se realiza una explicación respecto de la relajación.
Se comienza con los brazos, luego las manos, la
cabeza, la cara, el cuello, los hombros, se sigue con la espalda, abdomen y tórax y finalmente con las piernas, rodillas y pies. Construcción de jerarquías
Se hace un listado de estímulos, ordenados de
acuerdo con la intensidad de ansiedad que provocan, ubicando primero los que mayor ansiedad generan. Este listado debe ser exhaustivo y ser ordenado por temas. No es necesario que el paciente se haya enfrentado a cada situación de la lista. Es importante que la jerarquías se hagan cuantificables y que no haya saltos significativos entre un estímulo y el siguiente. Escala de ansiedad subjetiva
Es importante medir la magnitud de la respuesta de
ansiedad, ya que es indispensable para la desensibilización. Se presenta al paciente diciéndole: “Pensá en la peor respuesta de ansiedad que hayas experimentado o que te imagines experimentando, esa va a ser el 100, ahora pensá en la calma más absoluta, ese será el 0. En esta escala ¿ahora cómo te sentís? A cada ítem de la jerarquía construida se le atribuye un puntaje en función de esta escala, no debe haber más de 10 puntos de diferencia entre una situación y la otra. Contrarrestar la respuesta de ansiedad mediante relajación Para realizar la exposición debe tenerse un nivel menor a 25 puntos en la escala de ansiedad.
Se comienza diciendo: “Ahora voy a hacer que te
relajes y cuando lo logres te voy a pedir que imagines ciertas escenas y cuando estén claras te voy a pedir que levantes levemente el índice”.
Se procede a inducir la relajación pidiéndole
primeramente al paciente que cierre los ojos, una vez relajado se le pide feedback de su nivel de ansiedad. Presentación de las escenas
Una vez lograda la relajación cercana a 0 y siempre
menos de 25 puntos, se comienza con las escenas.
Se comienza con una escena de control, neutra, para
ver la respuesta del paciente.
Se le induce a que vaya imaginando las escenas y
luego de que confirmó que la ve claramente levantando su dedo índice, se le pide que la conserve por unos 5 a 7 aproximadamente, luego se le pide que detenga la escena y que diga que nivel de ansiedad experimentó. Presentación de las escenas
La cantidad de escenas presentadas es variable en
función del paciente, el grado de ansiedad. Entre cada escena, se vuelve a relajar al paciente. En general se hacen tres o cuatro presentaciones de la misma escena para lograr una respuesta cercana a 0, a veces hay que hacerlo diez veces o más. La respuesta de ansiedad disminuye de sesión a sesión. En general se presentan estímulos que generan una ansiedad mínima, aunque a veces se puede hacer con diferencias mayores, esto dependerá de los pacientes.