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AYÚDALOS A EXPRESAR

SUS EMOCIONES
AMAPSI
AYÚDALOS A EXPRESAR SUS
EMOCIONES
AMAPSI
EXPRESIÓN EMOCIONAL
(NIVELES)
1. las reacciones fisiológicas corporales como la tensión muscular; la palpitación del corazón; el temblor de las manos; la
respiración se altera y acelera cuando hay más emoción, lo cual provoca también que el cerebro se altere.
Entre más elevada sea la emoción menos capacidad de razonamiento
Existen también las reacciones reflejas. por ejemplo, cuando el pequeño escucha un rayo se asusta, pero cuando está acción
es continua, sabe de que se trata y el miedo desaparece.
De esta manera, la emoción se basa en los reflejos, se educa y combina para producir emociones complejas,
Los niños se forman con esas tendencias hereditarias y desarrollan su temperamento; a la parte hereditaria del proceso
emocional se le llama temperamento, y sobre éste se empiezan a generar hábitos emocionales más específicos en función de
la cultura, de la vida personal, de la familia, lo que lleva a definir su personalidad y a establecer los patrones emocionales.
2. los sueños
3. el juego y los chistes
4. el arte, en su forma receptiva como escuchar una canción, y en su forma activa como pintar o escribir
5. las expresiones conceptuales mitológicas como la religión, los mitos, las leyendas
6. la ciencia y la técnica, como el uso de la computadora, que se puede traducir como una pasión para quien la
elaboró y para quien la usa.
Todas estas expresiones permiten experimentar sensaciones que provocan la voluntad de poder realizar y someterse. La
voluntad de poder realizar es una de las situaciones principales en todos los seres humanos, pues equivale al deseo de ser.
(+) Y (-)
• ¿pegarle a una almohada? Mejor fortalecer las emociones positivas e inhibir las negativas.
• En los primeros dos años el dilema fundamental de un bebé está entre la confianza y desconfianza, Esta es la razón
por la cual se le recomienda a los padres ponerle música, hablarle y cantarle desde que el bebé se encuentra en el
útero. Es muy importante para la estructuración emocional.
• mientras más pequeño es el bebé los hábitos cobran mayor importancia. El bebé antes de nacer ya tiene una
historia sensorial.
• El niño es capaz de percibir y también reaccionar a través de movimientos repentinos o chupándose el dedo.
• El bebé, al verse arrancado del vientre materno donde siente seguridad y confort, y al dejar de escuchar el
sonido armónico y tranquilizador del latido del corazón de la madre, emite la primera señal de vida: el llanto.
• Después, a través de este llanto expresará sus diferentes
• Así, experimentamos emociones positivas y negativas en grados variables y de intensidad diversa:
• Según sea la situación que provoca la emoción, se escogen palabras como amor, amistad, temor, incertidumbre,
respeto, etcétera, que, además, señala su signo (positivo o negativo). Y según sea la intensidad de la emoción se
escogen palabras como nada, poco, algo, mucho, muy, bastante, etcétera. Decimos, por ejemplo: “me siento muy
comprendido” (positiva) o “me siento poco defraudado” (negativa). En consecuencia, se pueden reconocer en
toda emoción dos componentes bien diferenciados, el cualitativo y cuantitativo.
• Es preferible marcar las emociones positivas y negativas, pues no se pueden inhibir sentimientos como tristeza,
preocupación o angustia. Por lo tanto, es preciso aprender a equilibrar tanto las emociones positivas como las
negativas; lo ideal es expresar las emociones negativas a una escala de 10 por ciento, contra 60 y 90 por ciento de
las positivas.
DESARROLLO EMOCIONAL DEL NIÑO
• Las primeras manifestaciones de tipo emocional en el bebé son el miedo, la cólera y el afecto.
• Desde los dos o tres meses de edad, si no se le hace caso cuando tiene sueño, hambre o le molesta el
pañal, es capaz de expresar su mal humor a través de muecas, lágrimas, gritos largos y monótonos.
• A los seis meses es capaz de sentir alegría, reirá cuando se le hacen cosquillas y reaccionará según los
estímulos.
• A los ocho meses aparece la angustia, el temor, la cólera y la arrogancia, pues es cuando
generalmente se da el destete, el bebé percibe la separación y vínculo con su madre.
• Entre los dos y tres años, el niño experimenta seguridad a través de las caricias, los besos, las palabras
dulces. Si el niño se siente amado, verá el mundo de manera positiva y confiará en los demás. Sin
embargo, la falta de cariño dará lugar a un ser desconfiado e insatisfecho en estado de abandono y
duelo permanentes. En esta etapa aparecen la agresividad, la envidia y los celos.
• El desarrollo de cierta independencia se da aproximadamente a partir de los tres años. En esta etapa es
muy importante que sepan expresar sus emociones.
• Entre los cuatro y los cinco años alcanza cierta madurez emocional, pero conserva algunos de sus
miedos.
• A los seis años las reacciones emotivas del niño son las simpatía, la ternura, el deseo de agradar. Los
impulsos agresivos, como los celos, la cólera y la venganza empiezan a disminuir. A esta edad el niño es
capaz de razonar para no reaccionar impulsivamente, es decir, maneja mejor sus emociones. Si no lo
hace, es necesario entonces apoyarlo para que entienda que se vale sentirse enojado, triste, alegre o
con miedo.
• A partir de los siete, la vida social del niño está más marcada, pues tiene mayor disposición para
compartir, de manera que a los 10 años es feliz y el juego es su actividad favorita. En esta etapa todavía
requiere de orientación para controlar y canalizar sus emociones
RELACIÓN POSITIVA ENTRE PADRES E HIJOS
• Algunos principios fundamentales para lograr una positiva relación entre padres e hijos, y por ende, un manejo
adecuado de sus emociones son:
• 1. Jugar con los niños... favorece la confianza, la comprensión y el afecto mutuo. Hacerlos reír; el humor es una de las
claves de la inteligencia, aunque no es la única, pero si una de las más importantes; la sonrisa significa una especie
de complicidad entre dos personas, y en este caso, el niño se siente comprendido.
• 2. Evitar el castigo pues no es efectivo para lograr algún cambio positivo. Lo ideal es orientarlos y decirles los
desacuerdos. Si se castiga a los niños, éstos perderán la confianza, sentirán rencor, se volverán rebeldes, tímidos,
inseguros, mentirosos, etcétera.
• 3. Diálogo sí, imposición no. Muchos adultos piensan que sus hijos deben obedecerles por principio de autoridad
aunque no comprendan por qué. Estos padres no consideran importante atender y comprender los puntos de vista
de sus hijos, piensan que no tienen capacidad. Establecer el diálogo con ellos significa fundamentalmente escuchar
con atención sus puntos de vista y tomarlos en cuenta para llegar a una conclusión aceptable. Un niño que es
educado a través del diálogo desarrolla confianza en sí mismo y en los demás, aprende a razonar y a ser responsable.
• 4. ¿Ofrecer premios? Es mucho más conveniente dar caricias, palabras positivas, detalles y regalos de manera
“espontánea”, pero cercana en el tiempo, a las acciones positivas de los menores. Eso sí, es conveniente estar atento
y valorar expresamente cada pequeño avance positivo.
• 5. Decir “sí”, cuando no hay razones para decir “no”. ¿REFORZAR EL BERRINCHE? ...es conveniente procurar estar
predispuestos a decir que sí a las peticiones de los hijos, salvo que haya razones claras y suficientes para decir que no,
y en este caso no es conveniente ceder por la simple presión de los menores.

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