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Apego evitativo
Apego ansioso-
ambivalente
Apego
desorganizado
MANIFESTACIONES DEL APEGO EVITATIVO
2 años
• Acentuación o inhibición de la autonomía (basada en la evitación social y no en un apego seguro) esto es importante de
diferenciar porque la autonomía es un rasgo hipervalorado en los niños (porque no molestan al adulto al poder
autogestionarse).
3-5 años
• Conductas de evitación se convierten en inhibición psicológica
• Intereses en actividades, cosas y objetos por sobre relaciones y personas.
• Buenos chicos, colaboradores, perfeccionistas. Algunos pueden presentar rasgos obsesivos.
• 6 años en adelante
• Representación de sí mismo como fuertes, autosuficientes, que lo pueden controlar todo. En contraposición a una baja
autoestima.
• Representación de los otros como no disponibles, no confiables. Esto probablemente es así porque al principio el bebé
trató de conectar emocionalmente con el cuidador principal, pero el infante la primera lección inconsciente (grabada en
su memoria emocional) que recibió de aquél fue que los otros no están siempre disponibles cuando se les necesita y
por lo tanto, hay que dudar de su disponibilidad.
• Pueden presentar una hostilidad pasiva (no suelen ser agresivos o conflictivos) o presentar estallidos de rabia y
frustración.
• Pueden pasar desapercibidos por el profesor porque no suelen ser chicos problemáticos.
Adolescencia
• Pueden presentar diferentes grados de evitación (ser Reservados– autodependientes).
• Pueden presentar desde respuestas disociativas a trastornos disociativos.
• Dificultad en pedir ayuda, ser confrontado o aliviado.
• Dificultad en compartir y reflexionar sobre sus experiencias.
• Se muestran independientes, muy autosuficientes.
• Las relaciones interpersonales tienen un fin o funcionalidad.
• Relaciones con pares y noviazgos cortos y superficiales (Dificultad en la cercanía afectiva o
dependencia).
• Pueden presentar una respuesta camaleónica
• Pueden desarrollar conductas y obsesiones compulsivas,
• Descuido personal, obesidad, apariencia llamativa, pero que produce rechazo, como barrera a su
emocionalidad.
MANIFESTACIONES DEL APEGO ANSIOSO-
AMBIVALENTE
2 años
• Dificultad en explorar y curiosear el entorno. Se prefiere la fusión relacional que la autonomía.
• Vivencia intensa de vacío afectivo, necesidad, rabia, Frustración, resentimiento, miedo de
abandono. Todo se mezcla Y no se discrimina. No hay lenguaje interno. Este es auto-regulador de
las emociones y guía la conducta del niño. En este tipo de niños no está desarrollado. El dolor del
abandono no da espacio a los procesos cognitivos.
4 años en adelante
• Uso de estrategias coercitivas: ambas cronifican la dependencia: agresivas o indefensas.
• Contexto escolar: dificultad en la atención y concentración, demandas constantes de ayuda.
• Socialmente difíciles: buscan aprobación constante, rivalidad, celos, exclusividad, conductas
impulsivas, posesividad…
Adolescencia
• Utilización de las estrategias coercitivas.
• No saben cómo mantener, manejar ni disfrutar las relaciones.
• Dificultad de empatizar.
• Dificultad de reflexionar sobre su responsabilidad en las relaciones.
• Distorsiones cognitivas constantes en su modo de ver sus relaciones.
• Falta de responsabilidad y control.
• Exigencia constante.
• Conductas impulsivas y agresivas.
MANIFESTACIONES DEL APEGO DESORGANIZADO
2 años
4 años en adelante
• Irrumpirá en estallidos de cólera y • Estrategias conductuales más organizadas. Semejantes a otros estilos de apego o
mezcla de varios.
comportamientos demandantes.
• Comportamiento superficial con desconocidos.
• Puede irrumpir en el ambiente o • Propensión a actuar con grandiosidad y hacer reclamaciones extravagantes.
paralizarse. No prevé el peligro. • Agitación.
Regulación Límites
PERMANENCIA
• Para que se interiorice a una figura adulta como figura de apego ha sido necesario que esta haya permanecido
estable en la vida del niño.
• El adulto tiene un papel fundamental en el desarrollo de la capacidad organizativa del niño y en la estabilización de
las funciones mentales de este.
• Al principio, el niño es totalmente dependiente del adulto para llevar adelante estas funcione.
• Los primeros años de vida, sin permanencia externa que supla a la interna el infante no puede desarrollar la noción
de sí mismo (self) ni, por lo tanto, podrá en un futuro permanecer organizadamente, si no está el adulto presente.
• Si queremos reparar el apego, necesitaremos dar al niño permanencia muchos acogidos han sufrido no solo una
sino, a veces, varias rupturas en el proceso de vinculación que logra la permanencia y la estabilización de las
funciones mentales.
• Si quieres que tu niño avance en este sentido hacia la seguridad, tienes que estar con él y acompañarle (sin invadir),
y muchas veces enseñarle con tu presencia tranquila (que es lo que va dando seguridad al niño) cómo comportarse,
actuar, responder… Incluso en los momentos de más tensión como los enfados –o cuando el niño ha desobedecido
o manifestado conductas problemáticas– no debemos amenazar con desaparecer. Podemos retirarnos un rato para
calmarnos (y así se le hace saber al menor de edad) pero dejando claro que no le abandonamos.
REGULACIÓN
• Propiciar una experiencia coreguladora (A través de interacciones comunicativas verbales y no
verbales) Adulto-niño donde ambos aprendan a graduar los niveles de activación y de excitación
nerviosa, siendo el papel del cuidador principal fundamental para constituirse en filtro estabilizador
del niño, calmándole, tranquilizándole y sosegándole cuando es necesario y activándole cuando el
infante se encuentre predispuesto al juego, a la risa, al placer… Así el niño, en el contexto de un
apego seguro, encuentra en el adulto los elementos emocionales necesarios para aprender a
autoregularse; herramientas que le permitirán posteriormente, relacionarse adecuadamente con los
demás niños y otros adultos.
• El cuidador principal es la primera escuela de aprendizaje de la inteligencia emocional y prepara
para la socialización. Porque se convierte en un modulador de los estados psicofisiológicos del
niño. La capacidad para la futura socialización del ser humano hunde sus raíces –en parte– en la
regulación óptima de los estados psicofisiológicos, experiencia que –como decimos– es tarea de
los cuidadores competentes.
• Como cuidadores terapéuticos hemos de incorporar a nuestra tarea es la de,
primero, gestionar bien nosotros nuestras propias emociones porque los niños con
problemas o trastorno del apego se benefician de adultos que son estables
emocionalmente y hábiles en la expresión de su mundo emocional.
• Los colaboradores del hogar deben ser una autoridad calmada para el niño y tratar
de ganarse la colaboración del mismo evitando avivar sus respuestas
disparadoras. Si se tomas conciencia de que no puedes gestionarte y enciendes el
cerebro reptiliano de tu niño constantemente, tienes que trabajarte este aspecto
con un tratamiento y apoyo psicoterapéutico orientado al ejercicio de la crianza.
• Se debe enseñar a los niños a autoregularse. Calmarlos con las palabras, con
gestos suaves pero firmes, con nuestra presencia serena pero segura, o a veces
con contención física es un modo de enseñarles a parar. No hace falta, ni mucho
menos, pensar siempre en ponerles consecuencias.
LÍMITES
• Dentro de los límites también incluimos una estructura y orden en el medio ambiente del niño en
cuanto a rutinas, horarios, marco normativo, Organización, predictibilidad, consistencia en el
mantenimiento de las normas…
• Establecer una estructura y una rutina ambiental, unas reglas claras, ser consistentes y firmes y
prever unas consecuencias. Algunos niños incluso, es lo primero que necesitarán: un entorno
protegido (estructurado, ordenado, amable y predecible) les dará sobre todo al principio, seguridad.
• Estos tres elementos: la permanencia (que va construyendo el vínculo), los límites y la regulación,
junto con la aceptación incondicional, son los ingredientes fundamentales que favorecen la
resiliencia: la capacidad que tienen estos menores de edad de transformarse bajo la influencia
reparadora de los padres adoptivos, acogedores, educadores, profesores… que actuarían como
tutores de resiliencia.
EL NNAJ EVITATIVO
• Aliarnos con sus dificultades, no criticarlas o ir en contra de las mismas.
• Acompañarles de una manera gradual a la conexión emocional con nosotros.
• Tratar de confrontarles o hacerles reflexionar utilizando un “tercer elemento”.
• Utilizar juegos, historias, películas o cuentos desde los que poder abordar sus dificultades.
• Evitar confirmar su esquema mental que contiene representaciones de rechazo o abandono
enactuando el mismo
• Cómo manejar los límites, la regulación y la permanencia con los niños y adolescentes evitativos
EL NNAJ ANSIOSO-AMBIVALENTE
• Damosmuestras de nuestra disponibilidad siempre. No exagerar esta disponibilidad en los
momentos de crisis o en los que el niño dramatice.
• Necesitan normas y límites claros, predecibles (qué se puede y no se puede hacer; qué está
permitido y qué no lo está) y consistencia en la respuesta de los adultos que conviven con ellos
(emocional y conductual).
• El adulto tiene que ser filtro estabilizador de NNAJ ansiosos-ambivalentes.
• Promover de pequeños a grandes retos donde se potencie y refuerce la autonomía del niño.
• La permanencia, los límites y la regulación de la figura de referencia del niño es clave.
EL
•
NNAJ CON APEGO DESORGANIZADO
Es mejor apelar –al menos inicialmente– a la colaboración que al vínculo porque al activar el sistema de apego
activan a su vez el de defensa.
• Necesitan una estructura firme que les dé contención y seguridad.
• Necesitan permanencia de las figuras responsables de su cuidado y normas y límites definidos, con amabilidad pero
con firmeza.
• Es muy importante no utilizar los castigos físicos ni aplicar costes de respuesta (quitarles paga, etc.). Este tipo de
medidas conductuales pueden disparar respuestas depredadoras, agresivas y en algunos casos, disociativas
(autolesionarse).
• Lo más apropiado pueden ser consecuencias que les enseñen a reparar sus acciones negativas, perjudiciales o
dañinas para los demás, lo cual fomenta la empatía. También son adecuadas consecuencias que enseñen.
• Necesitan tratamiento psicoterapéutico y probablemente psiquiátrico.
• Tratar de evitar las luchas de poder y redirigir sus deseos, impulsos y cambiante energía.
• Los responsables del cuidado del menor han de tratar de cuidarse ellos mismos porque la exigencia y el desafío que
supone hacerse cargo de este tipo de menores de edad son grandes.