Como fuente del Derecho, la costumbre representa un
modo espontáneo, inconsciente, natural y codificado; es el modo históricamente más antiguo de producción del Derecho, y forma parte de la experiencia jurídica de todas las épocas, cualquiera que haya sido la opinión de los juristas y de los deseos del legislador acerca de su naturaleza y fuerza de obligar. Si la ley sugiere normatividad, la costumbre sugiere la idea de normalidad, la idea de un Derecho que no pretende transformar la realidad, sino más bien reflejarla. El razonamiento que sirve de fundamento a la costumbre, por tanto si frente a un cierto problema práctico en el pasado los hombres se han portado siempre de un cierto modo, lo que significa que han creído observar una regla que prescribe tal tipo de conducta y que debe ser observada también hoy. INTRODUCCION
Ciertas características que impedían el desarrollo del Derecho
eran: la ausencia del estado como forma política, la ausencia de un estamento de juristas y de una Administración burocrática, la creencia habitual entre la población de un “status” jurídico subjetivo que primaba sobre la idea de un orden jurídico objetivo con pretensión de vigencia general. El proceso de consolidación del Estado moderno lleva consigo el declive de la costumbre como forma de producción del Derecho. El Estado se construye a partir de la idea de soberanía, un poder unificado que se superpone a todos los órdenes inferiores, y la soberanía se traduce precisamente en la facultad “de dar leyes a todos en general y a cada uno en particular”, frente a las cuales no puede prevalecer ninguna ley o costumbre precedente. LA COSTUMBRE
Hoy día, si queremos dar a la costumbre una fundamentación
teórica general, podemos acoger la idea de que su justificación está también en la “voluntad general”, mientras que en la ley se manifiesta en forma indirecta, a través de la creación del Derecho por el poder público, que en teoría democrática es la expresión de esa voluntad general. En los modernos Derechos estatales la costumbre ocupa un lugar secundario y sometido a la ley como forma suprema de crear Derecho. Sólo es reconocida como fuente del Derecho cuando la ley lo admite y en la medida en que ésta lo dispone. La costumbre existe en el ámbito de los Estados modernos por concesión del Estado mismo, pero tal concepción es válida sólo en los Estados modernos, no en ciertas épocas históricas, ni en las actuales comunidades salvajes, ni quizás en el moderno Derecho internacional. LA COSTUMBRE.- CARACTERES
“La costumbre regirá en defecto de ley aplicable,
que no podrá ser contraria a la moral y al orden público y que deberá resultar probada”. Se silencia la enunciación de una serie de requisitos de la costumbre, así algunos autores interpretan la omisión de dichos requisitos por parte del Código Civil como una prueba palpable de que, en realidad, lo que se requiere y pretende excluir es el nacimiento de nuevas costumbres. LA COSTUMBRE.- CARACTERES
Tradicionalmente los juristas exigen a la costumbre la concurrencia de un
primer grupo de requisitos llamados externos, materiales u objetivos, que resultan empíricamente verificables frente a los requisitos psicológicos o espirituales. A los primeros proponen lo siguiente: 1. Reiteración o repetición del comportamiento en un cierto número de ocasiones 2. Antigüedad o transcurso de un cierto tiempo en la práctica de la costumbre 3.-Generalidad, es la conducta de las personas que se hallan en una determinada situación 4.-Uniformidad, práctica idéntica en todos los casos 5.- Continuidad, no-interrupción de la práctica consuetudinaria 6.- Frecuencia de la práctica consuetudinaria 7.- Publicidad o carácter notorio o no secreto de los actos que constituyen la costumbre 8.- Aprobación o no-oposición por parte del poder soberano. REQUISITOS EXTERNOS, MATERIALES U OBJETIVOS El presupuesto básico de la costumbre es la existencia de un uso social. Las normas consuetudinarias son normas jurídicas creadas y establecidas por el uso social. Uso social es la actuación o el comportamiento de un grupo social o de la mayor parte de él, que se ajusta a un determinado modelo de conducta. Debe ser una actuación o comportamiento efectivo, uniforme y continuado, sin perjuicio de que dentro de él puedan existir algunas desviaciones. La tradición jurídica refiere ese uso al “pueblo”, se ha pensado que el soporte del uso debía ser la totalidad de la comunidad política, otros autores refieren el llamado soporte popular del uso a grupos sociales determinados. REQUISITOS INTERNOS O PSICOLÓGICOS
Uno de los requisitos constitutivos de la costumbre es la opinio
iuris, que es un requisito de naturaleza psicológica, es decir, una norma vinculante a la que se presta obediencia practicándola o respecto de la cual se siente el deber de cumplirla. La cuestión de la opinio no resulta del todo pacífica y debe trasladarse a otra más general, el proceso informativo de la costumbre, el fundamento de su obligatoriedad. Desde este punto de vista, se ha sostenido que la costumbre obliga porque se considera una norma jurídica que hay que obedecer. Pero en la práctica cotidiana nos encontramos con unas conductas reiteradas y uniformes que reproducen un cierto modelo. Ha de haber servido para decidir conflictos o controversias, o para la regulación de actos o negocios jurídicos REGULACIÓN DE LA COSTUMBRE
1. La costumbre es una fuente independiente del Derecho.
2. Nace y se desarrolla con absoluta independencia de la ley. 3. La costumbre es una fuente subsidiaria, cumple una función supletoria de la ley. A falta de ley aplicable al punto controvertida se aplicará dicha costumbre. 4. La costumbre era entre nosotros una fuente de Derecho de alcance limitado. 5. La costumbre es una fuente secundaria. No rige para ella la máxima iura novit curia, y quien alega ante los Tribunales deberá probar la existencia, el contenido y alcance de las mismas. Sólo si el litigante la prueba, la costumbre podrá ser aplicada. USO JURDICO.- DOBLE FUNCION
Función reguladora e integrativa: los contratos se
perfeccionan por el consentimiento obligan al cumplimiento de lo expresamente pactado y “a todas las consecuencias que, según la naturaleza, sean conformes a la buena fe, al uso y a la ley”. Se establece así las fuentes de la reglamentación contractual, es decir, las normas de donde surgen los deberes y obligaciones de los contratos. Así se distingue por una parte, la voluntad contractual estricta, y por otra parte, una serie de reglas que obligan a los contratantes con independencia de aquella voluntad. Basta que lo establecido por tales reglas sea consecuencia del contrato estipulado, de acuerdo con la naturaleza de éste. Entre ellas -que integran el contenido de un contrato- se encuentra expresamente mencionado el uso. USO JURDICO.- DOBLE FUNCION
Función interpretativa: El uso del país se tendrá en cuenta
para interpretar las cláusulas que de ordinario suelen establecerse, pueden distinguirse dos partes en este artículo: La primera establece una función interpretativa, el uso o la costumbre del país se tendrá en cuenta para interpretar la ambigüedad de los contratos. El uso constituye un criterio hermenéutico al cual debe acudirse para determinar el sentido que poseen las declaraciones de voluntad de las partes en un negocio jurídico. Cuando las declaraciones son ambiguas es lícito atribuirles de manera objetiva, aquel significado que coincide con el sentido usual en cada país. En su segunda parte el artículo atribuye al uso negocial una función más amplia. Por virtud del uso se suple en los contratos la omisión de aquellas cláusulas que de ordinario suelen establecerse.