El hormigón, también conocido como concreto, es el material compuesto más utilizado en la construcción de pavimentos, edificios, puentes, diques, puertos, canales, túneles, etcétera. La razón es su caracteriza principal: su resistencia ante los esfuerzos de compresión. Las proporciones de sus elementos determinan los tipos y sus usos en la actualidad. Por: Armando Iachini. Hormigón ordinario: comúnmente es denominado hormigón. Se obtiene mezclando cemento, agua, grava y arena. Hormigón armado u hormigón reforzado: se trata de un concreto prerreforzado. Estos refuerzos suelen ser armaduras de acero para que las construcciones puedan resistir esfuerzos de tracción, esfuerzos de flexión o esfuerzo cortante en las diferentes condiciones ambientales a las cuales estarán expuestas. Este es el tipo de hormigón más empleado en la actualidad. Hormigón en masa: no posee armaduras de acero, por lo tanto es apto solo para resistir esfuerzos de compresión. Hormigón pretensado: posee una armadura de acero tensada antes del vertido del hormigón. Hormigón postensado: su armadura de acero es tensada después del fraguado y endurecimiento del hormigón, de manera que anclan en el hormigón.
Por: Armando Iachini.
Hormigón ciclópeo: en su interior, posee piedras de grandes dimensiones superiores a los 30 cm. Hormigón aireado u hormigón celular: se trata de un hormigón de baja densidad, pues es obtenido cuando se le incorpora aire o gases derivados de reacciones químicas a la mezcla. Hormigón de alta densidad: generalmente es utilizado para blindar estructuras o proteger frente a la radiación. Sus compuestos son áridos de densidades superiores como barita, magnetita y hematita. Hormigón autocompactante: por la dosificación de sus elementos, se compacta por la acción de su propio peso, es decir, sin la aplicación de energía de vibración ni de cualquier otro método de compactación. Hormigón sin finos: sólo está compuesto por árido grueso, es decir, no posee arena.