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LA IRA

DEFINICIÓN

El termino de ira ha tenido múltiples significados en la investigación psicológica, al igual que en el


lenguaje cotidiano, refiriéndose tanto a sentimientos, como a reacciones corporales o fisiológicas, o como
a actitudes hacia otras personas. A pesar de todo ello, parece consolidado entender la ira como una de las
emociones básicas, y así está asumido por la gran mayoría de autores (p.ej. Ekman, 1984; Frijda, 1986;
Izard, 1977; Plutchik, 1980; Weiner, 1986).

Una de las definiciones más amplias y desde las que más fácil resulta entender la ira es la dada por Izard
(1977, 1991) que como ya se ha visto la describe como una emoción primaria que se presenta cuando un
organismo es bloqueado en la consecución de una meta o en la obtención o satisfacción de una
necesidad.

Tanto Izard (1993) como Danesh (1977) o Berkowitz (1993a, 1999), parten de que el organismo
responde ante la percepción de una amenaza con un impulso de ataque, que sería la ira, o con un
impulso de huida, más relacionado con el miedo y la ansiedad.
u
t
n
e La ira es una emoción que nos acompaña a lo largo de
in nuestra vida. No en vano, la ira siempre esta presente
n
t en situaciones de conflicto, ya sean con otros o con
to nosotros mismos y puede oscilar desde una leve irritación
hasta el más profundo de los odios.
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n
e Sentir esta emoción en estas circunstancias nos
tp predispone a la acción en un intento de
o
r protegernos de aquello que nos hace daño y que
d
o es el origen de esta emoción.
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¿Cuando sentimos la ira? p
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o
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• Cuando percibimos que somos tratados tr
injustamente. en
• Cuando nos sentimos heridos. go
• Cuando vemos dificultada la consecución de es
alguna meta importante. rd
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COMPRENDIENDO LA IRA

La ira como todas las demás emociones es una reacción compleja en la que se ponen en funcionamiento tres
tipos de respuestas.

La primera es una respuesta La segunda es una respuesta La última respuesta de la ira tiene que
corporal, en la que nuestro cognitiva, es decir, depende de ver con la gestión conductual en estas
cuerpo se activa para la nuestra manera de interpretar situaciones. La conducta en estas
las situaciones. De esta manera, circunstancias está orientada para
defensa o el ataque. Nuestro
las emociones están en función defendernos de aquello que se interpone
ritmo cardiaco aumenta al igual de nuestros pensamientos, así un nuestro camino y para ello se genera
que nuestra respiración se que cuando interpretamos una una energía interna que mueve a la
acelera, nuestros músculos se situación como un abuso, una "destrucción" del obstáculo. Ahora bien,
tensan y el flujo sanguíneo se injusticia, una falta de respeto o no debemos confundir la emoción de la
dispara preparándonos para como un obstáculo para ira con la agresividad, ya que ésta es una
actuar ante una amenaza conseguir una meta, sentimos ira. de las múltiples maneras de gestión
percibida. emocional.

Pensamientos del tipo "esto es intolerable", Experimentar y expresar la ira a través


Cuando este estado de excitación "como se atreven a tratarme así" "pero quien
permanece estamos más se cree que es", "la vida se empeña en de la agresividad depende de las
predispuestos a actuar de forma
ponerme trabas" etc, son el combustible conductas que hayamos aprendido a lo
perfecto para incrementar y prolongar los largo de nuestra vida.
impulsiva llegando a emitir sentimientos de ira aumentando la posibilidad
conductas agresivas. de ser agresivos.
PERJUICIOS DE LA IRA

Todos sabemos que la ira puede tener una consecuencias catastróficas para nosotros y para los demás. La
gestión irracional de esta emoción puede llevarnos a situaciones lamentables obteniendo el efecto contrario a
lo que buscábamos en un principio. Algunas de las consecuencias negativas a las que nos puede llevar la ira son
las siguientes:

Puede desorganizar nuestra manera de pensar y nuestras acciones.


Cuando estamos bajo la influencia de la ira tendemos a actuar impulsivamente, nos cuesta pensar con
claridad y por tanto no somos capaces de ver la repercusión de nuestro comportamiento.

Supone una defensa cuando no es necesario.


Ceder a la ira puede ser una forma de proteger nuestro orgullo, a veces es más fácil sentir ira que sentirnos
heridos y ser conscientes de nuestra vulnerabilidad. De este modo, la ira dificulta reconocer nuestros propios
sentimientos.
Compromete la salud.
La ira cuando es un estado habitual de la persona puede favorecer el desarrollo de enfermedades
cardiovasculares.

Trasmite una impresión negativa a los demás.


Los demás pueden evitarnos, nuestras relaciones personales se resienten y por tanto nos sentimos aislados.
BENEFICIOS DE LA IRA

La ira bien gestionada también aporta beneficios en nuestra vida. No hay que olvidar que como emoción no la
podemos dejar de sentir y por tanto es importante que juegue a nuestro favor en vez de a nuestra contra.

La ira nos energiza.


Nos provee de fuerza para acometer tareas que nos resultan difíciles. Nos ayuda a defender nuestros
derechos y puntos de vista ante los demás.

Nos ayuda a resolver conflictos.


Expresar la ira de forma adecuada hace que nuestros sentimientos negativos se desvanezcan.

Nos proporciona información sobre situaciones y personas.


La ira como señal de alarma nos informa de situaciones injustas, amenzantes y frustrantes, y por tanto nos
ayuda a buscar planes alternativos de acción para gestionar estas situaciones.

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