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Sin Eucaristía no

hay Vida
Consagrada ni
misión que dé
fruto. Y así lo
entendió y vivió
“La Madre
Caridad”
Se forjó en sus primeros años de
formación de su vida consagrada
en una experiencia fuerte de
contemplación del misterio
Eucarístico.
Adoró y contempló a Jesús de tal manera
que se dejó tocar en lo más profundo de su
corazón, persuadida por el amor de Dios
rompe con el bienestar de su convento de
clausura y se pone en salida, buscando servir
a Jesús en su carne sufriente.
El carisma de nuestra
fundadora tiene su
fuerza en la eucaristía,
en ella nuestra madre
fecundó el inicio de
nuestra Congregación.
“La santa
comunión nos
une con Jesús.
Nos hace
siempre más
Cristo” M.C.
2. La Eucaristía como
impulso misionero en
su vida
La Madre
Caridad fue
una mujer
eclesial y
misionera en el
corazón de la
Iglesia.
Para nuestra fundadora la misión
fundamental fue la misión testimonial,
he hizo de todos los aspectos de su vida
personal y comunitaria una auténtica
misión.
3. La Eucaristía como
cohesión de la vida fraterna
La fraternidad
Caridadiana en su
inicio fundó sus
raíces en mujeres
de fe robusta, que
se lanzaron por el
mundo,
contagiando por
su manera de vivir
la fe.
“Hagamos de nuestras casas un
paraíso por la profunda y
delicada caridad” M.C.
“Hagamos de cada lugar un
templo, de cada oficina un altar
y de cada trabajo una eucaristía
en Cristo”. M.C.
En la Eucaristía tiene sentido
por tanto, un comer y un beber
juntos que incluya al pobre, al
marginado al que no es de mi
condición

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