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1.

- La cosa vendida
• La cosa vendida puede ser corporal o
incorporal y, para que el contrato de
compraventa sea válido, ésta debe reunir los
siguientes requisitos:
• a) tiene que ser comerciable,
• b) tiene que ser real,
• c) tiene que ser determinada o determinable,
• d) la cosa vendida no debe ser del comprador
• La cosa vendida tiene que ser comerciable: sólo pueden ser objeto
del contrato de compraventa las cosas comerciables: aquellas cuya
enajenación no esté prohibida por la ley.
• Son cosas comerciables aquellas cuya enajenación es lícita, son
incomerciables aquellas que al enajenarlas constituyen un objeto
ilícito.
• En relación a este punto nos encontramos con el art.1810, según el
cual "pueden venderse todas las cosas corporales o incorporales
cuya enajenación no esté prohibida por ley".
• Si se vende una cosa cuya enajenación está prohibida por ley nos
encontraremos en presencia de un contrato de compraventa que la
ley prohibe, el cual, por consiguiente, adolece de objeto ilícito
(art.1466) y, siendo así, su sanción va a ser la nulidad absoluta por
mandato del art.1682.
• Ejemplos de cosas cuya enajenación está prohibida por la ley:
• Art.1464 Nº1: las cosas que no están en el comercio.
• Art.1464 Nº2: los derechos o privilegios que no pueden transferirse
a otras personas.
• Art. 1464. Hay un objeto ilícito en la enajenación
• 1º. De las cosas que no están en el comercio;
2º. De los derechos o privilegios que no pueden transferirse
a otra persona;
3º. De las cosas embargadas por decreto judicial, a menos
que el juez lo autorice o el acreedor consienta en ello;
4º. De especies cuya propiedad se litiga, sin
permiso del juez que conoce en el litigio.

• Art. 1466. Hay asimismo objeto ilícito en las


deudas contraídas en juego de azar, en la venta de
libros cuya circulación es prohibida por autoridad
competente, de láminas, pinturas y estatuas obscenas, y
de impresos condenados como abusivos de la libertad de
la prensa; y generalmente en todo contrato prohibido por
las leyes.
b)La cosa vendida tiene que ser real
• esto significa que la cosa vendida tiene que existir al
tiempo de celebrarse el contrato, ya que si así no fuere,
dicho contrato carecería de objeto y, por consiguiente,
dentro de nuestro ordenamiento jurídico, según la tesis
aceptada mayoritariamente, adolecería de nulidad absoluta
(arts.1461 y 1814).
• Pero no solamente las cosas que existen al momento de la
celebración del contrato pueden ser objeto de éste, sino
que también aquellos que no existen, pero se espera que
existan, es decir, las llamadas "cosas futuras". En realidad,
el objeto de la venta debe tener existencia material, de otro
modo no podría formarse el contrato de compraventa.
Pero, esta regla sufre excepción respecto de las cosas que si
bien no existen al tiempo de celebrarse el contrato de
compraventa, existirán con posterioridad. En este caso, la
venta se va a perfeccionar una vez que la cosa que se
espera que exista adquiera existencia material.
• Art. 1461. No sólo las cosas que existen pueden ser objetos de una
declaración de voluntad, sino las que se espera que existan; pero es
menester que las unas y las
otras sean comerciables, y que estén determinadas, a lo menos, en cuanto
a su género.
La cantidad puede ser incierta con tal que el acto o contrato fije reglas o
contenga datos que sirvan para determinarla.
Si el objeto es un hecho, es necesario que sea física y moralmente
posible. Es físicamente imposible el que es contrario a la naturaleza, y
moralmente imposible el prohibido por las leyes, o contrario a las buenas
costumbres o al orden público.

• Art. 1814. La venta de una cosa que al tiempo de perfeccionarse el


contrato se supone existente y no existe, no produce efecto alguno.
Si faltaba una parte considerable de ella al tiempo de perfeccionarse el
contrato, podrá el comprador a su arbitrio desistir del contrato, o darlo
por subsistente, abonando el precio a justa tasación.
El que vendió a sabiendas lo que en el todo o en una parte considerable
no existía, resarcirá los perjuicios al comprador de buena fe.
• "cosa futura" es aquella que no tiene existencia real y positiva al
momento de prestarse el consentimiento.
• Esta cosa que no existe en ese momento existirá posteriormente y
entonces se formará la venta definitiva y, si no llega a existir, el
contrato de compraventa será nulo absolutamente (según nuestro
ordenamiento jurídico) por falta de objeto.
• Sin embargo, hay casos en que la venta de cosa futura es válida
aunque la cosa no llegue a existir: esto es lo que sucede cuando lo
que se vende es la suerte o la esperanza.
• En síntesis, pueden existir dos especies de venta de cosa futura,
según sea que se venda la cosa misma que va a existir, o bien, la
esperanza o la suerte de que pueda realizarse un hecho o
producirse una cosa.
• Cuando lo que se vende es la cosa misma que va a existir, la venta
es condicional, porque se entiende hecha bajo la condición de que
la cosa llegue a existir; en tanto que, cuando se vende la esperanza
o la suerte de que pueda producirse una cosa o realizarse un hecho,
la venta aunque aleatoria, es perfecta desde que hay acuerdo sobre
la cosa futura y el precio.
• Art. 1813. La venta de cosas que no existen, pero se
espera que existan, se entenderá hecha bajo la
condición de existir, salvo que se exprese lo contrario, o
que por la naturaleza del contrato aparezca que se
compró la suerte.

• Efecto:

• Cuando la venta es condicional (regla general), si la


cosa no llega a existir falla la condición y no hay
contrato de compraventa. En cambio, cuando la venta
es pura y simple o aleatoria, la obligación del vendedor
es aleatoria, debiendo cumplirla sólo si la cosa llega a
existir; en tanto que la obligación del comprador de
pagar el precio tiene que cumplirse siempre.
c)La cosa vendida debe ser determinada o determinable

• Que sea determinada nos está indicando que ella tiene


que consistir en una especie o cuerpo cierto, o bien, en
una cantidad determinada o determinable de un
género también determinado (art.1461).
• La cosa vendida también puede consistir en una cuota
de un derecho que se tiene sobre la cosa
conjuntamente con otras personas, es decir, puede
consistir en una cuota de un derecho pro indiviso.
(1907).
• Pero el contrato de compraventa no puede recaer
sobre una universalidad jurídica, esto es, no puede
comprender la totalidad del patrimonio de una
persona, es decir, no pueden venderse todos los bienes
presentes o futuros de una persona, ya sea que se
venda el total de esos bienes o una cuota de ellos pues
si legislador lo prohibe expresamente en el art. 1811.
• Art. 1811. Es nula la venta de todos los bienes
presentes o futuros o de unos y otros, ya se venda el total o
una cuota; pero será válida la venta de todas las especies,
géneros y cantidades, que se designen por escritura
pública, aunque se extienda a cuanto el vendedor posea o
espere adquirir, con tal que no comprenda objetos ilícitos.
• Las cosas no comprendidas en esta designación se
entenderán que no lo son en la venta: toda estipulación
contraria es nula.
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• Pero, la regla que prohibe la venta de una universalidad
jurídica tiene una excepción: se admite y se acepta la venta
de un derecho real de herencia aún cuando ésta tiene el
carácter de universal y recae sobre una universalidad
jurídica (art.1801 inc.2). La única exigencia en este caso es
que dicha venta deba hacerse por escritura pública.
• De manera que en este caso la venta sólo va a comprender
aquellos bienes señalados en la escritura pública y no otros,
de suerte que cualquier estipulación en contrario va a
adolecer de nulidad. Si en la escritura pública se señalan
todos los bienes de una persona, esa venta va a ser válida y
las cosas no comprendidas en esta designación se
entenderán que no lo son en la venta.
• Pero, la regla que prohibe la venta de una universalidad
jurídica tiene una excepción: se admite y se acepta la venta
de un derecho real de herencia aún cuando ésta tiene el
carácter de universal y recae sobre una universalidad
jurídica (art.1801 inc.2). La única exigencia en este caso es
que dicha venta deba hacerse por escritura pública.
D)La cosa vendida no debe pertenecer al comprador

• esto está expresamente dicho por el legislador


en el art.1816. El hecho de que el legislador
establezca claramente que la venta de cosa
propia no vale, se debe a que ésta carecería de
causa, pues no se ve cuál sería el motivo jurídico
o sicológico que pudiera inducir a una persona a
comprar una cosa que ya le pertenece.
• Art. 1816. La compra de cosa propia no vale: el
comprador tendrá derecho a que se le restituya
lo que hubiere dado por ella.
La venta de cosa ajena

• La venta de cosa ajena (art.1815): el hecho de que en Chile la venta de


cosa ajena sea válida es una consecuencia del carácter que nuestra
legislación le da al contrato de compraventa. En Chile, el contrato de
compraventa es generador de obligaciones para ambas partes. Por ello, en
virtud de este contrato, el vendedor sólo está obligado a proporcionar al
comprador la posesión pacífica y tranquila de la cosa.
• No está obligado el vendedor a transferir el dominio, sino solamente a
entregar la cosa a que se refiere el contrato. Es por ello que no hay
obstáculo alguno para que las partes puedan celebrar un contrato
respecto de una cosa que no les pertenece, el cual será válido siempre que
en el concurran todos los requisitos necesarios para su validez. Ello es así
porque en nuestro sistema jurídico la venta no es un acto de enajenación,
sino que es un acto creador de derechos y obligaciones. Puede, entonces,
venderse una cosa que pertenece a otro, "porque vender no es enajenar",
sino que implica contraer solamente ciertas obligaciones entre las cuales
no está la de transferir el dominio.
• La enajenación es cosa distinta, porque enajenar es transferir el dominio,
y sólo puede transferir el dominio quien es dueño de la cosa que ha de
transferirse
• Es justamente por este carácter que se da entre
nosotros al contrato de compraventa, que la venta de
cosa ajena es válida, siendo un justo título que
posibilita al comprador para adquirir el dominio por
prescripción.
• Es importante considerar que la venta de cosa ajena es
justo título, porque la buena fe se presume y, por
consiguiente, quien compra cosa ajena tiene justo
título y buena fe, y habiendo existido la entrega, podrá
tener la calidad de poseedor regular y adquirir el
dominio por prescripción ordinaria. Esto, salvo que se
desvirtúe alguno de los elementos de la posesión
regular
• Art. 707. La buena fe se presume, excepto en los casos en que la ley
establece la presunción contraria. En todos los otros la mala fe deberá
probarse.

• Art. 702. La posesión puede ser regular o


irregular.
Se llama posesión regular la que procede de justo título y ha sido
adquirida de buena fe; aunque la buena
fe no subsista después de adquirida la posesión. Se
puede ser por consiguiente poseedor regular y poseedor
de mala fe, como viceversa el poseedor de buena fe puede
ser poseedor irregular.
Si el título es translaticio de dominio, es también
necesaria la tradición.
La posesión de una cosa a ciencia y paciencia del
que se obligó a entregarla, hará presumir la tradición;
a menos que ésta haya debido efectuarse por la
inscripción del título.

• Art. 2507. Para ganar la prescripción ordinaria


se necesita posesión regular no interrumpida, durante
el tiempo que las leyes requieren.
Efectos de la venta de cosa ajena

Hay distinguir:
• 1.- Si la cosa vendida ha sido entregada por el
vendedor al comprador.
• 2.- Si la cosa vendida no ha sido entregada por
el vendedor al comprador.
1- Si el vendedor entregó la cosa vendida al comprador
• En este caso, el verdadero dueño tiene derecho a
reivindicar de manos del comprador la cosa vendida,
porque la venta resulta inoponible al verdadero dueño,
por falta de concurrencia, y vence.
• Aunque la compraventa sobre cosa ajena es válida
entre el comprador y el vendedor, es inoponible al
verdadero dueño, ya que éste no concurrió con su
voluntad a la celebración de ese contrato.
• Excepciones a la inoponibilidad del verdadero dueño:
• A) Cuando el verdadero dueño ha ratificado la venta
hecha por quien no era dueño de la cosa. La
ratificación produce efecto retroactivo.(art.1818).
• B)Cuando el comprador adquirió el dominio por
prescripción. Es a esta situación a la que se refiere el
art.1815 parte final (en relación con el art.2517).
• Art. 1818. La venta de cosa ajena, ratificada
después por el dueño, confiere al comprador los
derechos de tal desde la fecha de la venta.

• Art. 1815. La venta de cosa ajena vale, sin


perjuicio de los derechos del dueño de la cosa
vendida, mientras no se extingan por el lapso de
tiempo.

• Art. 2517. Toda acción por la cual se reclama un


derecho se extingue por la prescripción
adquisitiva del mismo derecho.
2.- El vendedor no ha entregado la cosa vendida al comprador

• a) Que el verdadero dueño ratifique la venta. En


este caso no habrá problema de ninguna mer?
• especie con el contrato de compraventa sobre
cosa ajena, produciéndose sus efectos naturales.
• b) Que el verdadero dueño reivindique la cosa
vendida de manos del vendedor. En este caso, si
el verdadero dueño reivindica la cosa y el
vendedor es desposeído de ella, el comprador va
a poder demandar la resolución del contrato con
la correspondiente indemnización de perjuicios
(art.1489).
Adquisición de la cosa por el vendedor con posteriorioridad
• En este caso la venta de cosa ajena produce
plenos efectos como si fuera venta de cosa propia
(art.1819):
• Se considera que la cosa es de quien la tenga, el
vendedor, o el comprador según se haya
entregado o no.
• Y opera con efecto retroactivo, si es que la tiene
el comprador, como si fuera de él desde que se la
entregaron
• Si el vendedor la hubiera vendido, pero NO
ENTREGADO, y la volviera a vender a un segundo
comprador, la cosa pertenecería al primer
comprador. ( por ser su título más antiguo)
• Art. 1819. Vendida y entregada a otro una cosa ajena,
si el vendedor adquiere después el dominio de ella, se
mirará al comprador como verdadero dueño desde la
fecha de la tradición.
Por consiguiente, si el vendedor la vendiere a otra
persona después de adquirido el dominio, subsistirá el
dominio de ella en el primer comprador.
• Art. 1817. Si alguien vende separadamente una misma
cosa a dos personas, el comprador que haya entrado
en posesión será preferido al otro; si ha hecho la
entrega a los dos, aquel a quien se haya hecho primero
será preferido; si no se ha entregado a ninguno, el
título más antiguo prevalecerá.
2.- El precio
• Definido por el art.1793 en su frase final: "el
dinero que el comprador da por la cosa vendida
se llama precio".
• El precio es un elemento esencial del contrato de
compraventa, tanto como lo es la cosa vendida, si
en el contrato de compraventa no hay precio no
habrá contrato por carecer éste de objeto
• Requisitos del precio en el contrato de
compraventa:
• 1.- Tiene que ser real,
• 2.- Tiene que ser determinado,
• 3.- Tiene que ser pactado en dinero.
1.- Tiene que ser real
• El precio tiene que ser fijado de tal manera que quede de
manifiesto que el vendedor (acreedor) tiene derecho a
exigirlo y que el comprador (deudor) tiene la obligación de
pagarlo.
• No es precio real el simulado, ni tampoco el irrisorio o
ridículo, entendiéndose por tal a aquel que no guarda
ninguna proporcionalidad con el valor de la cosa vendida,
de tal forma que queda de manifiesto que no hay un
propósito serio entre las partes de que ese precio sea
exigible. La medida que usa el legislador se denomina
“justo precio”
• Debe considerarse también que si bien el precio tiene que
ser real, no es requisito del precio que tenga equivalencia
matemática ni exacta con el valor de la cosa vendida,
porque la falta de equivalencia entre los valores de la cosa
y del precio cobran entre nosotros importancia jurídica
solamente cuando da origen a la lesión enorme en materia
de compraventa de bienes raíces (arts.1889 y 1891).
• Art. 1888. El contrato de compraventa podrá rescindirse por lesión
enorme.
Art. 1889. El vendedor sufre lesión enorme, cuando el precio que
recibe es inferior a la mitad del justo precio de la cosa que vende; y
el comprador a su vez sufre lesión enorme, cuando el justo precio
de la cosa que compra es inferior a la mitad del precio que paga por
ella.
El justo precio se refiere al tiempo del contrato.
Art. 1890. El comprador contra quien se pronuncia la rescisión,
podrá a su arbitrio consentir en ella, o completar el justo precio
con deducción de una décima parte; y el vendedor en el mismo
caso, podrá a su arbitrio consentir en la rescisión, o restituir el
exceso del precio recibido sobre el justo precio aumentado en una
décima parte.
No se deberán intereses o frutos sino desde la fecha de la
demanda, ni podrá pedirse cosa alguna en razón de las expensas
que haya ocasionado el contrato

Art. 1891. No habrá lugar a la acción rescisoria por lesión
enorme en las ventas de bienes muebles, ni en las que se hubieren
hecho por el ministerio de la justicia.
2.- El precio tiene que ser determinado
• Debe conocerse la cantidad precisa de dinero que constituye el
precio. Esa cantidad puede estar precisamente establecida en el
contrato, o bien, puede ser determinada por reglas o datos
contenidos en el contrato (art.1461 incs.1 y 2).
• Así por ejemplo, la venta de cosa fungible al precio corriente de
plaza, es una venta con precio determinable en su cantidad por los
datos que contiene el contrato de compraventa. En este caso se
aplica la regla del art.1808.
• Luego, la determinación del precio puede hacerse de cualquier
modo explícito en el contrato y, ello, va a constituir una de las
materias objeto de la interpretación del contrato. En relación con la
determinación del precio, hay un principio fundamental, y es que
"jamás el precio puede quedar al arbitrio de uno solo de los
contratantes" (art.1809 inc.2). En caso contrario, se estaría yendo
en contra de lo dispuesto en el art.1801 inc.1.
• Sin embargo, esto no es obstáculo para que las partes convengan
que la fijación del precio quede en manos de un tercero (art.1809
inc.1).
• Art. 1461. No sólo las cosas que existen pueden ser
objetos de una declaración de voluntad, sino las que
se
espera que existan; pero es menester que las unas y
las
otras sean comerciables, y que estén determinadas, a
lo menos, en cuanto a su género.
La cantidad puede ser incierta con tal que el acto
o contrato fije reglas o contenga datos que sirvan para
determinarla.
Si el objeto es un hecho, es necesario que sea
física y moralmente posible. Es físicamente imposible
el que es contrario a la naturaleza, y moralmente
imposible el prohibido por las leyes, o contrario a las
buenas costumbres o al orden público.
• Art. 1808. El precio de la venta debe ser determinado
por los contratantes.
Podrá hacerse esta determinación por cualesquiera
medios o indicaciones que lo fijen.
Si se trata de cosas fungibles y se vende al corriente
de plaza, se entenderá el del día de la entrega, a
menos de expresarse otra cosa.

• Art. 1809. Podrá asimismo dejarse el precio al


arbitrio de un tercero; y si el tercero no lo determinare,
podrá hacerlo por él cualquiera otra persona en que se
convinieren los contratantes; en caso de no
convenirse, no habrá venta.
No podrá dejarse el precio al arbitrio de uno de
los contratantes.
3.- El precio tiene que ser pactado en dinero
• La ley exige e que el precio se pacte en dinero. Pero, no es
forzoso que se pague en dinero, ya que puede suceder que
después de celebrado el contrato de compraventa se
produzca en relación con el precio una novación o una
dación en pago. En estos casos, si bien el precio se estipuló
en dinero, no se va a pagar en dinero.
• Si el precio no se pacta en dinero, sino que se conviene que
el valor va a consistir en una cosa ,no vamos a estar ante un
contrato de compraventa, sino ante un contrato de
permuta (art.1897).

Puede darse como alternativa también que las partes
convengan un precio que va a consistir: parte en dinero y
parte en especie. En este caso, se discute si estamos ante
una compraventa o ante una permuta. La ley da la solución
al problema, señalando en el art.1794 que dice que "se
entenderá permuta si la cosa vale más que el dinero; y
venta en el caso contrario".
• Art. 1794. Cuando el precio consiste parte en
dinero y parte en otra cosa, se entenderá
permuta si la cosa vale más que el dinero; y venta
en el caso contrario.

• Art. 1897. La permutación o cambio es un


contrato en que las partes se obligan
mutuamente a dar una especie o cuerpo cierto
por otro.

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