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ADOLESCENCIA, ESCRITURA Y

PROCESOS DE CONSTRUCCIÓN
IDENTITARIA
ESCRITURA Y PROBLEMÁTICAS DE
SIMBOLIZACIÓN EN LA CLÍNICA
CONTEMPORÁNEA
ESTE CÁPITULO PRESENTA LOS PRINCIPALES APORTES Y
RESULTADOS DE LA TESIS DE DOCTORADO DEL DOCTOR
JULIÁN GRUNIN.
• La investigación fundamentó su relevancia en la necesidad de
generar nuevas herramientas y mediaciones conceptuales para la
comprensión de las problemáticas de simbolización.
• A lo largo de dicho programa, se investigaron las características de
los aspectos subjetivos involucrados en las problemáticas de la
simbolización en niños y adolescentes, así como sus implicancias
en el proceso educativo y sus formas específicas de abordaje
clínico
POBLACIÓN

• Este proceso tiene apertura, en el año 2007, con los nuevos grupos
de tratamiento especialmente orientados a la asistencia
psicopedagógica de jóvenes de entre 11 y 14 años.
ESTO PERMITIÓ ILUSTRAR LO SIGUIENTE:

• Las modalidades de simbolización de un sujeto pueden ser


evaluadas a través de las distintas formas de expresión discursiva,
lectora y gráfica, y en la producción escrita.
El análisis de la producción simbólica de cada sujeto permite
deducir los procesos psíquicos que singularizan sus modalidades
de elaboración de sentido subjetivo sobre sus conflictivas
preponderantes.
La heterogeneidad de la actividad representativa expresa
formas complejas de producción simbólica, que
entraman el afecto en sus condiciones de complejización,
e integran la potencialidad de la imaginación creadora en
sus modos singulares de presentación.
PERMITIÓ DAR CUENTA DE:

El carácter grupal del encuadre clínico del tratamiento favorece la


apertura de formas imprevistas de simbolización, a partir de la
promoción del intercambio con las producciones de los otros
semejantes y la confrontación con lo ignorado y lo novedoso que
realza el encuentro con la diferencia.
ALGUNOS ASPECTOS A TENER EN CUENTA

• Importante conectar el afecto e imaginación del adolescente con


su producción, ya que esta, independiente del medio por el cual se
ejecute, puede ser coartada o sesgada por algunas de las defensas.
DURANTE EL PROCESO IDENTIFICATORIO

• El conflicto identificatorio circula, durante esta etapa, como


tensión característica entre la conservación de lo heredado, su
puesta en interrogación crítica y la apertura de modos alternativos
e instituyentes de escribir(se) una historia. “La salida, en relación
con el pensamiento heredado, presupone la conquista de un
nuevo punto de vista” (Castoriadis, 1994: 36).
• El trabajo historizante –a cargo del yo– se halla así destinado a
“escribir-construir la historia de su propio pasado para que su
presente tenga sentido y para que el concepto de futuro le resulte
pensable” (Aulagnier, 1995: 539).
• Piera Aulagnier (1977) afirma que, desde los orígenes de la
constitución del yo, el proceso identificatorio comprende una
relación indisociable respecto al trabajo de historización (parcial y
selectivo) emprendido sobre la experiencia temporal. De hecho,
afirma: “El yo no puede ser sino deviniendo su propio biógrafo”
• En el proceso identificatorio se comprenden procesos de
confrontación con respecto a los modelos identificatorios
primarios (Winnicott, 1979). El desasimiento de estos, y la
inclusión de la extranjeridad, requerirán, por parte del yo, nuevos
reordenamientos afectivos e interpretativos sobre los documentos
de su propia historia, que le permitan acceder a nuevas posiciones
identificatorias (Hornstein, 2000; Rother Hornstein, 1992).
ALCANCES IDENTITARIOS DE LA ESCRITURA

• La producción escrita impulsa, a través de la construcción de una


trama narrativa, oportunidades inéditas para la creación de otros
contextos, perspectivas y/o personajes posibles sobre los que (el
narrador) podrá identificarse, proyectando aspectos imaginativos
singulares que representan elementos indiciarios (Bleichmar,
2006) de su propia intimidad fantasmática
• Se reconoce al narrador como un agente activo, productor, en su
capacidad de generar nuevas preguntas y sentidos sobre el
acontecer temporal, que transforman, incluso, su propio
posicionamiento en la trama desplegada. El trabajo del narrador
compromete una función historizante.
CONCLUSIONES

• La actividad narrativa fue distinguida, en el encuadre clínico, como


un territorio de trabajo en el que cada sujeto configura una
perspectiva singular sobre las conflictivas esbozadas en la trama,
generando así oportunidades de transformación sobre los modos
instaurados de posicionamiento en relación con el conflicto.
• El espacio proyectivo del margen permitió caracterizar los distintos
recursos de figurabilidad (escrita, discursiva y gráfica) que se
integraban –en forma mixta– al servicio de la elaboración de
marcas de alcance identitario que condensaban la movilidad del
afecto en representaciones de autoría singular
• En referencia al campo educativo, el tipo de convocatorias
escriturales que fueron destacadas a lo largo de la investigación
pueden ser aplicables a propuestas pedagógicas en el contexto
escolar que motiven el despliegue de la autonomía de
pensamiento, la imaginación creativa y la interrogación crítica en
los púberes y adolescentes.

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