democratización y reinstitucionalización que incluye las siguientes etapas: 1. Liberación del régimen autocrático que oprime a Venezuela (Cese de la usurpación), 2. Conformación de un Gobierno provisional de unidad nacional y, 3. Celebración de elecciones libres. Artículo 6: De conformidad con el artículo 333 de la Constitución, los objetivos del presente Estatuto son: 1. Regular la actuación de las diferentes ramas del Poder Público durante el proceso de transición democrática de conformidad con el artículo 187, numeral 1 de la Constitución, permitiendo a la Asamblea Nacional iniciar el proceso de restablecimiento del orden constitucional y democrático. 2. Establecer los lineamientos conforme a los cuales la Asamblea Nacional tutelará ante la comunidad internacional los derechos del Estado y pueblo venezolanos, hasta tanto sea conformado un Gobierno provisional de unidad nacional. 3. Sentar las bases para iniciar el proceso ciudadano de reconciliación nacional. 4. Establecer los lineamientos políticos que guiarán las acciones de la Asamblea Nacional para la conformación de un Gobierno de unidad nacional que supla la ausencia de Presidente electo hasta tanto se celebren elecciones libres y transparentes en el menor tiempo posible. 5. Definir los criterios de oportunidad y celeridad para designar o ratificar a los titulares del Poder Ciudadano, el Poder Electoral y el Tribunal Supremo de Justicia, de conformidad con la Constitución y las leyes. 6. Fijar los lineamientos para garantizar la integración constitucional de la Fuerza Armada Nacional en el proceso de transición democrática, de conformidad con las directrices del artículo 328 de la Constitución. 7. Definir las bases para la transición económica en los términos del artículo 299 de la Constitución y para revertir la emergencia humanitaria compleja. 8. Establecer el marco general para implementar las reformas orientadas a rescatar la soberanía popular a través de elecciones libres, competitivas y transparentes. 9. Reinsertar plenamente al Estado venezolano en los organismos internacionales de protección de derechos humanos dejando sin efecto la denuncia de la Carta de la OEA, ratificando de nuevo la Convención Americana sobre Derechos Humanos y la jurisdicción contenciosa obligatoria de la Corte Interamericana de Derechos Humanos; así como ratificar los demás tratados sobre derechos humanos en el sistema interamericano y en el sistema de Naciones Unidas. Es un Pacto de Gobernabilidad que aprobó la AN. Con el fin de ofrecer un cauce ordenado y racional al inédito e inminente proceso de cambio político que ha comenzado en el País. Así se expresa claramente en su Exposición de Motivos. Es un acto normativo que se dicta en ejecución directa del Artículo 333 Constitucional para establecer reglas que organicen el proceso de restablecimiento del orden constitucional que, según lo establecido por la AN. se quebró el 10 de Enero de 2019. El Art. 333 de la Constitución que tantas veces se ha citado, contiene un mandato conferido a todo individuo investido o no de autoridad, para que contribuya a la restitución plena de la Constitución. Se trata de una norma general que no contiene detalles ni elementos específicos para restituir el orden constitucional, y no podría ser de otra manera, pues la Constitución no puede prever los mecanismos políticos y jurídicos específicos para su restitución ni consagrar amarras que eviten su restablecimiento. Lo anterior, si bien supone una necesaria y comprensible flexibilidad, no exime del respeto a los valores superiores de la Constitución y de nuestra Historia Republicana. El ordenamiento jurídico internacional y el respeto al propio texto constitucional en tanto sea posible. Podemos entonces concluir que este Estatuto se dicta para desarrollar el contenido del mandato general previsto en el citado Artículo 333 para dar un orden racional al proceso de transición política a que se refiere su contenido. En primer lugar la AN. se autovincula en este proceso a la supremacía de la Constitución y a valores superiores muy concretos como son el respeto a la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la Democracia, la responsabilidad social; la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo. Todos estos valores son los mismos valores superiores que acoge la propia Constitución. De un modo general, además de estos valores, el Estatuto señala de manera indubitable que se ha producido una usurpación de la autoridad presidencial que debe ser desobedecida por todos los ciudadanos y que deriva en actos nulos. Por esto, identifica como fines de la Transición democrática el restablecimiento pleno del orden constitucional, el rescate de la soberanía popular mediante elecciones libres, la solución de la emergencia humanitaria compleja y la restitución del sistema de libertades, garantías constitucionales y de los derechos humanos. Se establecen entonces, tres etapas muy claras que son las mismas que incansablemente ha acuñado el Presidente de la AN. y Presidente Encargado de la República:
1.- Liberación del régimen dictatorial con el cese de la usurpación de los
poderes que ejerce Nicolás Maduro Moros.
2.- Conformación de un Gobierno Provisional de Unidad Nacional.
3.- Restablecimiento de la Democracia mediante «elecciones libres,
transparente y competitivas». Estas etapas suponen la asunción de competencias específicas por parte de la AN.: el ejercicio pleno de los poderes de la Presidencia de la República por parte del Presidente Encargado, la designación de un Gobierno de Transición y Unidad Nacional que se mantendrá en funciones hasta la celebración de lecciones auténticas (máximo en 12 meses), y la designación interina de los demás Poderes Públicos distintos a la AN. y al Poder Ejecutivo: Poder Ciudadano, Poder Electoral y Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). Los designados ostentarán sus cargos hasta Junio de 2021, fecha en la cual esos cargos serán provistos definitivamente por la AN. que tome posesión el 5 de Enero de 2021. El Estatuto en su Artículo 14 determina que el Presidente de la AN. Juan Guaidó Marquez, es Presidente Encargado de la República. Pero, ese encargo, dada la situación fáctica actual, se debe dividir en dos partes: antes y después del cese de la usurpación. Antes del cese, el Presidente encargado, siempre con la autorización y control de la AN. Podrá dictar medidas «especiales» para la defensa de los «derechos del Pueblo y del Estado» que incluso ya ha venido ejecutando. Ellas son:
1.- Nombrar juntas administradoras para la dirección de institutos
públicos, institutos autónomos, sociedades civiles, fundaciones, entes descentralizados y empresas del Estado, incluyendo las constituidas en el extranjero, con el finde proteger los activos e intereses de la República. 2.- Designar un Procurador especial para la defensa y representación de los intereses de la República en el exterior, incluyendo los procesos de control y recuperación de activos y otras materias de mucha importancia como los juicios arbitrales.
3.- Al cesar la usurpación, el Presidente encargado iniciará una
segunda etapa en la cual ya podrá ejercer plenamente todas las competencias inherentes a la Presidencia de la República. Dicha etapa durará 30 días consecutivos dentro de los cuales debe convocar a elecciones presidenciales por órgano del Poder Electoral, pero como ello no será materialmente posible, el Presidente encargado «podrá» ser ratificado para que organice el Gobierno de Transición. Igual que en el caso del Presidente encargado de la República, la AN ejercerá unas competencias especiales antes del cese de la usurpación. Luego ejercerá sus competencias funcionales habituales. Antes del cese, la AN ejercerá funciones autorizatorias y de control sobre las actuaciones especiales del Presidente encargado en materia de protección de activos e intereses de la República. Igualmente designará Jefes de Misiones Diplomáticas, ejercerá competencias en materia de defensa de derechos humanos, corrupción y lavado de dinero, participación ciudadana y defensa del territorio. Una vez cese la usurpación, además de sus funciones de legislación y control habituales, las cuales podrá ejercer sin las limitaciones y trabas inconstitucionales que le ha impuesto el TSJ ilegítimo, la AN deberá ratificar o designar el Presidente Pro Tempore que presidirá el Gobierno de Transición y procederá nada menos que a reinstitucionalizar los demás Poderes (Ciudadano, Electoral y TSJ) pudiendo incluso con este fin, adelantar algunos trámites y procedimientos desde ya. El Estatuto señala claramente que el rescate de la Soberanía Popular y el restablecimiento del Orden Constitucional se lograrán definitivamente al efectuarse elecciones presidenciales libres, auténticas, transparentes, competitivas y justas. Por esto dispone que estas elecciones sean convocadas dentro de los 30 días siguientes a la fecha en que cese la usurpación y se harán tan pronto como sea técnicamente posible, pero dentro de un plazo máximo de 12 meses. Con este fin el Estatuto confiere a la AN la potestad de determinar la oportunidad en que deben ejecutarse los trámites para el restablecimiento de la legitimidad de los Poderes Públicos, pudiendo incluso modificar excepcionalmente lapsos y requisitos previstos en las Leyes. La designación de los Rectores del CNE es calificada por el mismo Estatuto, como una «materia prioritaria» a fin de favorecer la realización de elecciones libres y competitivas. Por lo anterior, en cumplimiento del Estatuto, la AN deberá proceder a dictar las normas que permitan abreviar plazos, agilizar tramites para lograr una designación oportuna de los Rectores del CNE respetando y privilegiando la participación ciudadana. Luego del cese de la usurpación, el Presidente de la AN asumirá plenamente las competencias del Presidente de la República por 30 días y convocará a elecciones, pero asumiendo la imposibilidad técnica de hacerlo, la AN podrá ratificar al Presidente encargado para que conforme un Gobierno de Transición y Unidad Nacional. Este Gobierno Provisional que engloba todo el Poder Ejecutivo se mantendrá hasta la elección de un Presidente legítimo en un plazo no mayor a 12 meses, quién asumirá definitivamente el cargo hasta que finalice el período constitucional 2019 – 2025. Considerando que el Estatuto es un «marco» normativo, serán necesarios actos de ejecución y desarrollo del mismo (acuerdo y leyes). Además bajo el principio de flexibilidad que lo rige, el Estatuto contiene una cláusula de «competencia residual» que le permite a la AN resolver todo lo que no esté previsto en el mismo. Según su texto, el Estatuto estaría vigente y tendrá fuerza vinculante desde la fecha de su sanción, es decir desde el 5 de Enero de 2019. Sin embargo, como hemos visto, varias de sus partes alcanzarán plena ejecutoria luego que cese la usurpación de autoridad que el mismo Estatuto declara en su Artículo 9.