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CASO PRACTICO:

PROYECTANDO
MIS
INGRESOS
Respondemos:

¿Cuáles son las alternativas de financiamiento a las que


Javier pudo acudir?
Una parte importante de toda empresa es ver cómo vamos a obtener el dinero para financiarla. Por ello, es muy importante
conocer los diferentes tipos de financiamiento que existen en el mercado. De esta manera, tenemos dos opciones principales:

Financiación propia: muchos emprendedores inician sus negocios teniendo como capital sus ahorros personales. Algunos de
ellos se reúnen en pequeños grupos y deciden aportar lo que cada uno de ellos tiene.
Financiamiento de tercero: incluye tanto como el crédito de instituciones financieras (bancos, cajas municipales y rurales, entre
otros), como el préstamo de familiares y amigos así como préstamos de ONGs que apoyan a ciertos proyectos empresariales.
En este caso, Javier prefirió acudir al banco porque tuvo la recomendación de su primo, pero cada empresa es diferente así que
depende mucho de cuál es la situación de la empresa. Lo principal es estar atento a las tasas de interés, cuotas y facilidades de
pago que te dan.

¿Cómo armar el presupuesto o flujo de caja


proyectado?
¿Qué es el Flujo de caja?
El flujo de caja es una herramienta que te permite conocer cuánto dinero se tiene disponible o
cuanto falta en tu empresa (saldo) para una determinada fecha. Estos flujos se pueden preparar a
diferentes plazos: diario, semanal, mensual, anual, etc. Lo importante de esta herramienta es poder
controlar las entradas (ingresos) y salidas (egresos) de dinero de la empresa para que no te quedes
sin efectivo.
Para calcular el saldo que posee tu empresa en un periodo debes restar el total de ingresos menos
el total de egresos. Esto te permitirá saber si es que falta dinero en la empresa y si es necesario un
financiamiento para continuar con las operaciones de la misma. Recuerda que lo más grave para
una pequeña empresa es quedarte sin dinero.
Planificar las necesidades de dinero es fundamental porque las pequeñas empresas se “paralizan”
cuando no hay dinero disponible. Si no se planifica, la pequeña empresa muchas veces tiene que
recurrir al préstamo de corto plazo el cual suele ser “sumamente caro”. Adquirir un préstamo de
corto plazo, para financiar las operaciones de la empresa suele quitarle al empresario “toda la
utilidad” de determinada operación.
Por ejemplo, si has pensado brindar un servicio con una utilidad del 30%, si te quedas “corto de
efectivo para poder pagarle a los proveedores”, tendrás que financiarte en alguna institución
financiera que no te cobrará menos del 30%. En ese caso, lo que ganas en la operación tendrás que
emplearlo para pagar al banco los gastos financieros.

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