Pleistoceno Durante el Pleistoceno, el levantamiento de la Cordillera de los Andes continuó activo. Se mencionan deformaciones locales como producto de estos movimientos. La glaciación afectó la mayor extensión de las regiones altas de las Cordilleras Occidental y Oriental, imprimiendo una acción erosiva en las cabeceras de los valles que delinean el paisaje actual. Las corrientes fluviales profundizaron los valles formando cañones espectaculares, arrastrando y transportando al mismo tiempo materiales en grandes volúmenes, los que se han ido acumulando en las estribaciones bajas, formando los pies de monte, los abanicos aluviales, etc. En el Sur el vulcanismo continúa después de la glaciación, con efusión de cenizas, lapillis y lavas que rellenan valles y superficies preestablecidas. En la Costa Noroeste, así como en la Costa Sur, los mares ocupaban áreas más allá de los límites actuales, habiéndose levantado la Costa en forma de terrazas, dejando al descubierto depósitos coquiníferos con matriz arenosa que destacan a diferentes alturas, formando terrazas escalonadas; las más antiguas ubicadas lejos del litoral a casi 1000 rn.s.n.m. y las más jóvenes ubicándose cerca a la línea de playa entre 4 a 8 m.s.n.m. En el Pleistoceno, la región andina estuvo cubierta por los hielos en etapas que se alternan con climas cálidos. Registros del retroceso y avances de los hielos se observan en los valles glaciares a través de las morrenas. Holoceno Corresponde al Cuaternario reciente, es decir a los últimos 11,000 años, tiempo en el cual el territorio peruano llega a su actual fisonomía y donde la acción erosiva de los ríos se acentúa; las acumulaciones fluvio aluviales se van engrosando y la acción eólica va acumulando gran cantidad de arenas en las áreas desérticas de la Costa. Los mares ocupan sus actuales límites y la vida marina y terrestre es la que conocemos en nuestros días. Así mismo, los climas adquieren una característica propia en cada una de las regiones, con microclimas locales que le dan al territorio peruano una variada gama en su hábitat. ESTRATIGRAFIA DEL CUATERNARIO Durante el Cuaternario se depositan en el territorio peruano sedimentos de origen volcánico, glaciares, aluviales, lacustres, marinos, y eólicos. Los depósitos volcánicos pleistocénicos y recientes, correspondientes a las eyecciones volcánicas posteriores a la glaciación que están presentes en el Sur del Perú vinculados a aparatos volcánicos de la Cordillera del Barroso. Entre los volcanes se tienen el Paucararú en Tacna, el Ubinas en Moquegua, el Chachani, Misti, Ampato, Hualca Hualca, Sabancaya y la faja volcánica de Andahua eh Arequipa, y el Quimsachata en el valle del Vilcanota . Estos volcanes tuvieron fases de actividad efusiva y explosiva. Las rocas volcánicas cuaternarias están compuestas por flujos de lava, brechas, aglomerados, lapillis y cenizas depositadas en las faldas de los volcanes, rellenando valles y sobre yaciendo a depósitos glaciares. Los depósitos glaciares, morrénicos y fluvioglaciares se ubican en los valles andinos altos, tanto en la cordillera Occidental como en la Oriental asociados a una morfología típica. Los depósitos lacustres, extensos en las zonas interandinas, están compuestos por conglomerados, areniscas, arcillas, localmente por diatomeas y gasterópodos de agua dulce. En el Norte están representados por las Formaciones Condebamba, en el centro por la Formación Jauja y en el Sur por la Formación Azángaro.
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