su pecado, para sanarlos y liberarlos: Después de la caída, Dios pronuncia unos “castigos”, primero sobre la mujer y después sobre el hombre. Dios pronuncia su castigo sobre el pecado del hombre y la mujer, pero este castigo llega a ser para el hombre y la mujer esperanza de salvación. En todo texto bíblico, cualquier paradigma de pecado, la salvación de este pecado, al que se hace referencia, es siempre esta idea: que la salvación pasa a través de la acusación del pecado. Pasa a través de su castigo, porque salvación quiere decir liberación del pecado y no hay posibilidad de ser liberado del pecado sino teniendo conciencia y confesándolo. Por esto no hay posibilidad de ser salvados del pecado si no se acoge la palabra de acusación y castigo de parte de Dios que tiene la función de abrir al hombre al ser conscientes de la propia necesidad de ser salvados. Cuando Dios interviene en Gn 3 y pronuncia los castigos sobre el hombre y la mujer en realidad está manifestando lo que ya ha sucedido, está ayudando al hombre y a la mujer a tomar conciencia de lo que ha sucedido, explicitando las consecuencias mortales, negativas de lo que ha sucedido. Un niño ha robado un chocolate y se lo ha comido, la madre debe inventar un castigo, una le dará un "sopapo", otra no le da de cenar, otra no lo deja ver los dibujos animados en la TV, solo castigos exteriores al hecho de haber comido el chocolate. No es que Dios se inventa el modo para castigar al hombre, sino que Dios simplemente revela al hombre que lo que ha hecho le está haciendo mal. el verdadero castigo es el pecado mismo, porque es el pecado lo que destruye al hombre, no hay necesidad que venga Dios a destruir al hombre, se encarga el pecado de destruir al hombre. Lo que hace Dios no es destruir, de ello se encarga el pecado como he dicho, sino de salvar al hombre de esta destrucción que el hombre ha elegido haciendo el mal. La palabra de Dios sirve para revelar esta capacidad de autodestrucción que está en la elección del mal por parte del hombre. No hay más armonía. La salvación del hombre es ser liberado del mal. En el momento en que Dios parece castigar se descubre en realidad que lo que parece su castigo es la verdadera salvación del hombre. Se habla del embarazo de la mujer porque esta es la cosa más típica de la realidad femenina a nivel de gran valencia simbólica. Se habla del trabajo del hombre porque esto es a nivel simbólico el modo en el que el hombre se realiza. Se habla de dominación del hombre sobre la mujer porque esto es parte de la experiencia antropológica, pero estas cosas van entendidas en sentido tipológico de indicación de lo que es típico para hacer entender el sentido, es obvio que no se pueden entender en sentido literal. El discurso aquí va entendido a nivel de sentido. ¿Qué revela el sentido de este discurso? Se asumen los paradigmas típicos "dar a luz" y "trabajo".
Cuando la mujer da a luz está dando la vida y
por tanto es como Dios, porque en el momento del parto la mujer crea con el propio cuerpo un nuevo cuerpo. Del mismo modo el hombre cuando trabaja hace aquello que hace Dios, porque Dios crea las cosas haciéndolas y cuando el hombre trabaja crea también él las cosas haciéndolas. Cuando el hombre interviene sobre la tierra, el mundo y lo modifica creando algo, está creando una cosa nueva porque primero era un poco de barro y ahora hay un vaso. Si el pecado, según Gn 3, es de querer ser símiles a Dios, el dar a luz y el trabajar pueden llegar a ser momentos de máximo peligro para el hombre. Porque si ya el hombre quiere ser como Dios, es la tentación constante, y además da la vida o crea, para la tentación no sirve ya ni siquiera la serpiente, es inmediata. No, el hombre no puede llegar a ser Dios, y ¿cómo hace para recordarse?, con la fatiga y el dolor del trabajo. La mujer no puede llegar a ser Dios y ¿cómo hace para recordarse? Con el dolor en el parto. Lo que es el castigo llega a ser la salvación. Hay otras dos dimensiones, aquella de la dominación del hombre sobre la mujer y el de la dominación de la muerte sobre el hombre.
Sentido y significado de la de la dominación
del hombre sobre la mujer: Esto es parte de la experiencia antropológica. La mujer es portadora de este poder misterioso, increíble que es dar la vida, pero esto representa de hecho su debilidad, ponen objetivamente a la mujer en un estado de inferioridad. No en el hecho de que la mujer sea más débil, esto no es un problema de pecado, el hecho es que el que es fuerte en cambio de llegar a ser el protector. ¿Dónde está el pecado? "Tu marido te dominará“, no solo es el mal que uno domina a otro sino la manifestación del mal es que quien domina lo hace aprovechando la debilidad del otro, en vez de defender esta debilidad y protegerla. Entonces esto es mujer-hombre pero también se puede referir a todas las categorías de debilidad-fuerza, blanco-negro, norte-sur, sano-enfermo, rico-pobre... ¿Cuál es, entonces, el desequilibrio del pecado que se manifiesta? El que tiene poder en vez de usar éste para ayudar al que se encuentra en dificultad lo usa para aplastar ulteriormente a quien está en dificultad. La mujer tiene su debilidad que la salva, y también el hombre, la muerte, no quiere decir que muere solo él y que la mujer no muere sino que se dice del hombre, él que puede aplastar al débil, que podía creerse todavía de ser Dios, y entonces he aquí el ultimo regalo de Dios, la muerte, le da experiencia de no ser Dios y de tener en cambio necesidad de Dios y de ser salvado por Él. Es interesante que a penas son terminadas las palabras de castigo de Dios se mete esta indicación: "el hombre llamó a la mujer Eva porque esta fue la madre de todos los vivientes". Los autores sostienen que este v. 20 es una inserción posterior pero es muy interesante el lugar de la inserción el relato con dos aspectos diferentes: por una parte está el gesto de Dios que cubre al hombre y a la mujer con túnicas de piel, y por otra la expulsión añadiendo la prohibición de que "no coman más del árbol de la vida". Por un lado Dios hace túnicas de piel. Es signo de la misericordia de Dios, de la ternura de Dios, que delante del hombre y de la mujer que están irremediablemente desnudos Dios interviene, puede salvarlos, aunque el pecado está. Él los acompaña con esta ternura, vestir al hijo es la actividad que caracteriza al padre y a la madre. Vestir a sus hijos es parte de sus funciones. Dios se revela como Padre desde el momento que expulsa al hombre y a la mujer. El hecho de que tenga que vestirse de pieles quiere decir que ese hombre ha pecado y si esas pieles son signo del amor de Dios son signo perenne y recuerdo de su pecado. Como siempre el perdón de Dios acompaña a la denuncia. Y lo que señala la misericordia de Dios señala la culpa. Por esto no pueden continuar estando en el Jardín del Edén. La afirmación de Dios es extraña: <Ahora que el hombre es como uno de nosotros, conocedor del bien y del mal, sólo le falta echar mano al árbol de la vida, comer su fruto y vivir para siempre>. Al decir Dios: "el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros" usa un tono irónico. Este hombre que ha tomado el fruto para ser como Dios, después descubre que es tan diverso de Dios que cuando Dios aparece éste se esconde y conoce su limitación. Árbol de la vida Por tanto parece que al final del relato viene modificado el significado del "árbol de la vida", parece que vuelve a ser el árbol mítico de la vida eterna, el árbol que viene en los relatos de los héroes mesopotámicos que lo iban buscando para poder vivir para siempre.