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Carrera:

LIC. EN FINANZAS Y CONTADURIA PUBLICA.

Materia:
DERECHO MERCANTIL

Tema:
3.4 El préstamo mercantil
3.5 El mandato mercantil
3.6 El deposito mercantil

Cuatrimestre:
5to.
docente:
NANCY ANAHI BARRON
Alumno:
Luis enrique García Valenzuela
CONCEPTO
El contrato de préstamo presenta dos variedades en
nuestro ordenamiento jurídico positivo, a saber: el
comodato, o préstamo de uso, por virtud del cual una de
las partes entrega a la otra una cosa no fungible para que
sea usada durante un plazo de tiempo determinado y
reintegrada a su titular al vencimiento; y el préstamo
mutuo, por el cual una de las partes entrega dinero u otra
cosa fungible a la otra, que adquiere su propiedad,
asumiendo la obligación de devolver otro tanto de la El Código de Comercio, con la
misma especie y calidad. denominación de préstamo
mercantil, se refiere únicamente al
supuesto del préstamo mutuo, que
tiene por objeto la entrega de
dinero, de títulos o de mercaderías,
cuya propiedad es transferida
desde el prestamista, que la pierde,
al prestatario, que la adquiere y sin
perjuicio de la carga de reintegro
que le incumbe.
En su artículo 311 el Código de Comercio se limita a decir
que será mercantil el préstamo en que concurran las dos
circunstancias siguientes: que alguno de los contratantes
sea comerciante y que las cosas prestadas se destinen a
actos de comercio. De esta escueta configuración legal se
deriva el planteamiento de consideraciones varias no
siempre pacíficas, pues únicamente resulta claro que, en la
configuración del Código de Comercio, el préstamo El Tribunal Supremo ha
mercantil es un contrato accesorio, dependiendo su carácter reconocido la naturaleza
mercantil de una doble y necesaria conexión, objetiva y mercantil de los préstamos
subjetiva, con el comercio. bancarios al igual que ha
ocurrido en el ámbito de la
jurisprudencia menor, y a tal
conclusión parecen apuntar, sin
más dificultad, los artículos
175.7º, 177, 199.1 y 212.1 del
Código de Comercio, que
mencionan explícitamente el
préstamo como objeto propio de
la operativa de las entidades
bancarias.
CLASES DE PRÉSTAMOS MERCANTILES:

En el Código de Comercio (artículo 312) se prevén de manera expresa tres tipos de préstamo mutuo:

•a) El préstamo que tiene por objeto dinero. El prestatario recibe y se obliga a reintegrar en su día una suma de
dinero, o una cantidad determinada de moneda extranjera.

•b) El préstamo que tiene por objeto títulos o valores determinados. Deberán ser restituidos, no los mismos en
su día recibidos, sino antes bien otros idénticos o equivalentes.

•c) El préstamo mercantil puede consistir en especies fungibles distintas de las anteriores, supuesto en el cual
deberá ser devuelta idéntica cantidad y especie, salvo imposibilidad por extinción de la cosa fungible, supuesto
en que procederá la restitución por equivalente dinerario.
Otro criterio clasificatorio es el que, conforme al artículo 314 del Código de Comercio permite distinguir el
préstamo mercantil bien gratuito bien oneroso, supuesto este último ordinario en el comercio, y bien entendido
que debería presumirse por ende el carácter oneroso del préstamo mercantil si bien el Código (artículo 314)
viene a exigir para ello la forma escrita. El préstamo puede ser, además, por tiempo determinado o aun
indeterminado (artículo 313 del Código de Comercio).
El mandato mercantil, por oposición al mandato civil, es aquél que tiene por objeto operaciones mercantiles.
En este sentido, se establece que: "Se reputará comisión mercantil el mandato, cuando tenga por objeto un
acto u operación de comercio y sea comerciante o Agente mediador del comercio el comitente o el
comisionista". Así pues, el mandato mercantil se equipara a la comisión mercantil, el mandato que recae
sobre actos mercantiles o de comercio y en el que al menos, el comitente o el comisionista tienen la condición
de comerciante, empresario, sociedad mercantil, corredor o agente mediador.
No obstante asimilarse por antonomasia el mandato mercantil a la comisión mercantil, se admiten en
Derecho otro tipo de mandatos mercantiles, los otorgados a los auxiliares y colaboradores del empresario:
factores, dependientes y mancebos.
El Código de Comercio regula el contrato de depósito
mercantil dentro del Título IV del Libro II, dedicado a
los "Contratos especiales del comercio" en los
artículos 303 y siguientes, pero no da una definición
de lo que es el depósito, lo que sí hace el Código Civil
(aplicable supletoriamente) en el artículo 1758 cuando
dice que "se constituye el depósito desde que uno
recibe la cosa ajena con la obligación de guardarla y
de restituirla", siendo una nota de carácter esencial
según el artículo 1761 que esa cosa ajena que se
recibe sea cosa mueble, es decir, que el depósito
definido por el Código Civil solamente puede tener por
objeto cosas muebles.
Además de ese contrato de depósito al que se refiere el Título IV del
Libro II el propio Código de Comercio recoge otros dos tipos
específicos de depósitos mercantiles, como son el que se realiza en las
Compañías Generales de Almacenes de Depósito, que regula en los
artículos 193 y siguientes dentro del título dedicado a las "Compañías
mercantiles"; y el de los depósitos bancarios, a los que se refiere de
forma fragmentaria cuando recoge las "reglas especiales de las
compañías de crédito" y regula los "bancos de emisión y descuento".

El depósito es para la mayor parte de la doctrina un contrato de


naturaleza real, que se perfecciona con la entrega de la cosa. Es por
ello que el artículo 305 del Código de Comercio dice que "el depósito
quedará constituido mediante la entrega, al depositario, de la cosa
que constituya su objeto", lo que no es más que el traslado
del artículo 1758 del Código Civil "se constituye el depósito desde que
uno recibe la cosa ajena con la obligación de guardarla y de
restituirla".
A la hora de calificar un contrato de depósito como mercantil
o de someterlo a las normas mercantiles, el Código de
Comercio sigue dos criterios, el primero de carácter general
recogido en el artículo 2 conforme al cual "los actos de
comercio, sean o no comerciantes los que los ejecuten, y estén
o no especificados en este Código, se regirán por las
disposiciones contenidas en él; en su defecto, por los usos del
comercio observados generalmente en cada plaza; y a falta de
ambas reglas, por las del Derecho común.
CLASES DE DEPÓSITO MERCANTIL
Se habla en primer lugar del depósito ordinario, que sería el regulado en Título IV del Libro II del
Código de Comercio, al que nos estamos refiriendo, y depósitos especiales, que aparecerían
constituidos en las Compañías Generales de Almacenes de Depósito y en lo que el Código de
Comercio llama "Compañías de Crédito" o "Bancos de Emisión y Descuento", en definitiva los
depósitos bancarios.
Desde otro punto de vista y atendiendo a la naturaleza de las cosas que son depositadas,
solamente muebles conforme a lo dicho anteriormente, se pude hablar de depósito de bienes
fungibles y no fungibles, atendiendo a la clasificación del artículo 337 del Código Civil, según la
cual "los bienes muebles son fungibles o no fungibles

. A la primera especie pertenecen aquellos de que no puede hacerse el uso adecuado a su naturaleza
sin que se consuman; a la segunda especie corresponden los demás". Y dentro del depósito de bienes
fungibles se distingue entre el irregular y el regular, que se diferencian en tanto en el depósito
irregular no se mantiene la individualidad de los bienes depositados, mientras que en el regular, a
pesar de recaer sobre bienes fungibles, se mantiene esa individualidad.
El contenido del contrato de depósito no se ve alterado por el hecho
de que los bienes depositados se consuman con su uso adecuado, es
decir, por ser fungibles, incluso en el caso de que tenga por objeto el
bien más fungible, el dinero, ya que el depositario debe devolver el
bien que recibió y no otro por más que sea la misma cantidad y
moneda, no pudiendo tampoco usar lo depositado.

En el caso de que las partes acuerden otra cosa en el ejercicio de la


autonomía de la voluntad (recuérdese el carácter dispositivo) lo que
sucede es que varía la naturaleza de la relación jurídica, siendo en ese
caso de aplicación el citado artículo 309 del Código de Comercio,
semejante al artículo 1768 del Código Civil: "el contrato pierde el
concepto de depósito y se convierte en préstamo o comodato.
Ahora bien, no por ello desaparece el depósito sino que se convierte en irregular, que se distinguiría del depósito regular por
la transmisión de la propiedad de la cosa depositada y la obligación de devolución de una cosa de la misma calidad y especie;
y se distinguiría del préstamo por la finalidad de custodia y por el hecho de que generalmente no existe plazo para la
devolución de la cosa entregada. Existen autores, no obstante, que niegan la existencia de depósito irregular de dinero y dicen
que, sin más, se trata de préstamo. En todo caso, estos depósitos se constituyen en dinero y coinciden con los que antes
hemos llamado depósitos bancarios, objeto de regulación específica frente al supuesto general aquí tratado.

Por los concretos bienes que son objeto del depósito se habla de los de títulos, valores, efectos o dinero, pudiendo
distinguirse finalmente dentro de éstos últimos los que se realizan con especificación de monedas o sin cerrar o sellar.
Por las obligaciones esenciales del depositario se distingue entre el mero depósito o el depósito administrado, al que se
refiere el artículo 308 cuando dice que "los depositarios de títulos, valores, efectos o documentos que devenguen intereses,
quedan obligados a realizar el cobro de éstos en las épocas de sus vencimientos, así como también a practicar cuantos actos
sean necesarios para que los efectos depositados conserven el valor y los derechos que les correspondan con arreglo a las
disposiciones legales

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