Sobre la relación entre moral, política y libertad.
5 de abril de 1588, 4 de septiembre de 1679. Biografía. Nació el 5 de abril de 1588 en Westport, Inglaterra. Muere el 4 septiembre de 1679 en Derbyshire.
Su obra principal lleva por titulo Leviatán (1651).
Podría definírsele como un filósofo, teórico de la política.
En su teoría defiende el Absolutismo político.
En 1666, en Inglaterra (Oxford), se quemaron todos sus libros por
considerársele ateo.
Si bien afirmaba la soberanía del rey, sostenía que ese poder no venía de Dios.
Su pensamiento puede ser considerado como un materialismo mecanicista.
Materialismo mecanicista. Es una corriente filosófica que señala como existentes sólo los fenómenos físicos y niega de alguna manera los elementos metafísicos, tales como Dios y el alma.
Asume como criterio veritativo los principios matemáticos y
naturalistas de Euclides, Galileo, Kepler y Montaigne.
Comprende al ser humano como parte del Universo y por lo
tanto asume, lógicamente, que éste está regido por sus leyes.
Para Hobbes el ser humano es como una maquina que se
mueve constantemente para alcanzar sus deseos. El origen del Estado y la moral. El origen del Estado se produce cuando las personas realizan un pacto entre sí, mediante el cual se subordinan al poder de un gobernante.
Con este pacto, el conjunto irracional se convierte en una colectividad
racionalizada.
Antes de este pacto, lo que hay es un estado de guerra de todos contra
todos.
Este “estado de naturaleza” no es un hecho histórico, sino más bien una
construcción necesaria (una hipótesis productiva).
El miedo a la muerte es el origen de la ley y la raíz del Estado, por lo tanto
éste expresa el deseo de autoconservación del individuo.
Su teoría estatal se inspira en dos ideas tradicionalmente opuestas; la
monarquía patrimonial y la democracia. Leviatán. Es un monstruo marino bíblico. En el simbolismo hobbesiano se trata de un monstruo integrado por seres humanos, dotado de una vida cuyo origen brota de la razón humana.
El libro es una crítica moral a la Iglesia y a la política eclesiástica.
Apela como solución a la guerra civil, un Estado racionalista-
laico; un reino de la razón (por lo mismo se le acusa de ateo). Naturaleza humana. Hobbes niega el altruismo natural del hombre, afirma en cambio su rapacidad innata.
El apetito natural empuja al hombre hacia un afán irracional de
dominio y de honor; hacia una incesante superación del prójimo.
La felicidad humana consiste en el orgullo, la ambición y la vanidad.
Ellas son la fuerza motriz del hombre, haciéndose estimar o temer por los demás.
El verdadero origen de la justicia es la duda, que desemboca en la
desconfianza hacia el prójimo y el miedo a sufrir daño por parte de éste.
Si bien se le considera como el ser más excelso de la Naturaleza, se
le piensa con todas sus limitaciones. La razón. Afirma la impotencia de la razón como principio normativo.
Los preceptos filosóficos son elitistas, por lo que benefician a
muy pocos, las leyes en cambio visan a la mayoría.
La vanidad es perjudicial para el ser humano, en cambio la
mala fortuna beneficia al hombre, porque lo vuelve más prudente, suscitando el miedo; germen de los buenos consejos y fuente de la meditación.
Sólo el infortunio, singularmente inesperado, ilustra y depura al
hombre.
La soberanía no es obra de la razón, sino de la voluntad.
El miedo y la muerte El miedo a la muerte es el verdadero origen de la ley y la raíz del Estado; formas expresivas del deseo de autoconservación.
Para poder tener una política real y una moral efectiva, es
necesario apoyarse en un conocimiento certero de la naturaleza humana.
Los hombres quieren poder conservar el fruto de su trabajo
(propiedad privada) y que ningún otro pueda quitarles arbitrariamente la vida.
El Estado debe ser garante de la paz y la confianza.
La soberanía La teoría estatal de Hobbes, une dos ideas tradicionalmente opuestas; la monarquía (inspirada en la soberanía del padre de familia) y la democracia (que sitúa el origen de la legalidad en las decisiones del pueblo soberano).
La religión debe servir a la suprema entidad política.
El Estado y la necesidad del Estado surgen del “estado de
naturaleza”.
La fuerza y el fraude son, en la guerra, las dos virtudes cardinales.
La ley fundamental implica la obligación de procurar la paz. La
propia renuncia al derecho que tenemos a todas las cosas, sólo es obligatoria cuando los demás están dispuestos a esa misma renuncia. Conclusiones El Estado no hace en esencia otra cosa más que negar el estado de naturaleza.
Hobbes quiere la paz a toda costa, por lo tanto, cualquier
manifestación de fuerza que sea necesaria para mantenerla le parece justa.
Cuando el soberano fracasa en el mantenimiento de la paz,
el súbdito se puede considerar liberado de su obligación de obedecer. Igualdad connatural
“La Naturaleza ha hecho a los hombres tan iguales en las
facultades del cuerpo y del espíritu que, si bien un hombre es , a veces, evidentemente, más fuerte de cuerpo o más sagaz de entendimiento que otro, cuando se considera en conjunto, la diferencia entre hombre y hombre no es tan importante que uno pueda reclamar, a base de ella, para sí mismo, un beneficio cualquiera al que otro no pueda aspirar como él. En efecto, por lo que respecta a la fuerza corporal, el más débil tiene bastante fuerza para matar al más fuerte, ya sea mediante secretas maquinaciones o uniéndose a otro que se encuentre en el mismo peligro.” (p. 100) La discordia “De esta igualdad en cuanto a capacidad se deriva la igualdad de esperanza respecto a la consecución de nuestros fines. Esta es la causa de que si dos hombres desean la misma cosa, y en modo alguno pueden disfrutarla ambos, se vuelven enemigos y tratan de aniquilarse o esclavizarse unos a otros. (…) cabe probablemente esperar que vengan también otros, con sus fuerzas unidas para desposeerle y privarle, no sólo del fruto de su trabajo, sino también de su vida y de su libertad. Y el invasor se encuentra en el mismo peligro con respecto a otros.” (p. 101) Estado de guerra Durante el estado de guerra, cada hombre es enemigo de los demás y vive, sin otra seguridad, que la que le proporciona su propia fuerza y su invención. En una situación semejante no existe oportunidad para la industria, ya que el fruto del trabajo es incierto; por consiguiente no hay cultivo de la tierra, ni de las artes, ni sociedad, y lo que es peor de todo, existe continuo temor y peligro de muerte.
La vida del hombre es solitaria, pobre y breve.
En estado de guerra nada puede ser injusto porque no existe
estado de derecho. La ley tampoco existe, ni la propiedad ni el dominio. Sólo pertenece a cada uno lo que puede tomar, y sólo en tanto que puede conservarlo.” (p. 104) La paz
Las pasiones que inclinan a los hombres a la paz son el temor
a la muerte, el deseo de las cosas que son necesarias para una vida confortable, y la esperanza de obtenerlas por medio del trabajo.
La razón sugiere adecuadas normas de paz, a las cuales
pueden llegar los hombres por mutuo acuerdo. La libertad Significa, propiamente hablando, la ausencia de oposición (por oposición Hobbes entiende impedimentos externos al movimiento); puede aplicarse tanto a las criaturas irracionales e inanimadas como a las racionales.
Un hombre libre es, quien en aquellas cosas de que es capaz por
su fuerza y por su ingenio, no está obstaculizado para hacer lo que desea.
La libertad de un súbdito radica solamente en aquellas acciones
que el soberano ha predeterminado: la libertad de comprar y vender, de escoger la propia residencia, su propio alimento y género de vida, y la manera que considere conveniente de instruir a sus hijos.